Revolución #193, 21 de febrero de 2010


Después del terremoto:

Llevando Revolución a la comunidad haitiana en Nueva York

Recibimos la siguiente carta de un lector/distribuidor de Revolución en Nueva York:

Tenemos una enorme responsabilidad internacionalista: Nueva York tiene la comunidad haitiana más grande en Estados Unidos. Los sucesos en Haití afectaron profundamente a muchas personas aquí, que desesperadas querían saber quiénes han muerto de entre sus amigos y parientes y hacer llegar ayuda y apoyo a los necesitados.

Hemos estado realizando esfuerzos especiales para difundir Revolución en la comunidad haitiana — difundiendo la denuncia que se encuentra en el periódico de la historia de la dominación yanqui en Haití y de los crímenes que Estados Unidos está llevando a cabo actualmente en contra del pueblo haitiano tras el terremoto.

Primero distribuimos un volante de la Declaración “¡El pueblo haitiano necesita la ayuda de emergencia y NO la represión ni más dominación!” publicada por la redacción de Revolución. Rápidamente distribuimos 1.500 volantes, provocando tremenda discusión y debate. Algunas personas oponían la necesidad de examinar las cuestiones políticas más grandes a la lucha para recoger alimentos, medicina y otras contribuciones para enviar a Haití. Esta Declaración abrió la puerta para que la gente pudiera hacer ambas cosas. Se volvió un punto de referencia, debate y discusión cuando los activistas se reunían para organizar una respuesta a la situación, lo que culminó en una manifestación ante la misión estadounidense a la ONU y una marcha a Grand Central Station.

Luego en el periódico Revolución se publicó un poderoso y llamativo cartel de dos páginas, “Estados Unidos en Haití: Un siglo de dominación”. Tratamos de elaborar un plan para distribuirlo a mucha gente. Después de consultar con el periódico Revolución, imprimimos un periódico especial de emergencia de cuatro páginas con muchas imágenes y con la Declaración en la portada y la historia de dominación yanqui en Haití (Revolución #190, 31 de enero de 2009) en las páginas dos y tres y un anuncio e información sobre Revolución en la contraportada. Imprimimos 5.000 ejemplares.

Algunos donaron con entusiasmo para que fueran impresos y muchos más donaron generosamente cuando llevamos el periódico a las calles. En tres días, se distribuyeron casi todos los ejemplares, gran parte en la comunidad haitiana/caribeña, y la gente donó durante la distribución en masa. Lo que recogimos no solo fue suficiente para la imprenta sino teníamos $528 de más para extender el alcance y cobertura de Revolución sobre la crisis. Muchos de los que donaron llevaron cantidades para distribuir a otros, a menudo 3-10 ejemplares.

Inicialmente, cuando nos dirigimos a la gente, algunos volvieron la cabeza diciendo “Ya di una donación” en la iglesia, grupo comunitario, etc. Algunos indicaban que se les habían “avisado” que algunas buscavidas pedían dinero pero que éste no llegaba a Haití. Pero aún más, en esa primera semana después de distribuir la Declaración, los medios y otros habían establecido ciertos términos — que la forma principal para responder a la crisis era hacer contribuciones individuales. Intentamos romper con eso el sábado. El domingo, cambiamos nuestro enfoque, y a menudo empezamos con: “Decenas de miles de personas no hubieran tenido que morir en el terremoto si el país más rico del mundo —Estados Unidos— hubiera enviado rápidamente alimentos, y equipos de rescate y de cuidados médicos. Y que las personas todavía están muriendo innecesariamente porque el gobierno yanqui impide que mucha ayuda llegue a la gente. ¡No solo es esto una tragedia de enormes proporciones, es un monumental crimen contra el pueblo haitiano!”

Al empezar con este enfoque, la gente estaba más abierta, tomando los volantes y a menudo donando $1, $5 y a veces $10 ó $20 por el desplegado y la cobertura de Revolución sobre la crisis en  Haití. Había algunas personas que no obstante expresaron gratitud por lo que creen que hace Estados Unidos en Haití, pero por lo general existía impaciencia y enojo real y creciente sobre cuánto tiempo pasó antes de que la ayuda llegara a la gente — sobre cómo Estados Unidos impide concretamente la entrada de la ayuda y sobre las prioridades yanquis. Una persona preguntó: “La seguridad, ¿qué quieren decir con eso de ‘la seguridad’? ¡¡¿¿Cómo pueden estar pensando en eso ahora??!!” La gente dieron varios ejemplos: “Estados Unidos bloqueó la ayuda de Francia, bloqueó a Médicos sin Fronteras”. Partiendo de un punto en la Declaración, varias personas dicen que habían oído que otros países, no tan ricos como Estados Unidos, han enviado equipos de ayuda y médicos mucho más rápidamente que los yanquis, pero éstos los habían bloqueado tomándose el control del aeropuerto en Puerto Príncipe.

El domingo lo distribuimos mientras las personas salían de las iglesias. Muchos nos dijeron que sus seres queridos habían muerto durante la semana pasada o aún no sabían de sus parientes. Algunos, muy alterados como para decir mucho, acogieron con agrado el desplegado e hicieron donaciones; en algunos casos se llevaron más de un ejemplar. Y llamaba la atención lo fuertes que estaban los sentimientos de los hispanohablantes ante lo sucedido, pues querían expresar su apoyo al pueblo haitiano y su enojo contra el papel de Estados Unidos en Haití.

Tanto en la comunidad haitiana/caribeña como en Harlem, tocó una fibra muy sensible cuando comparamos cómo el gobierno estadounidense trató a la gente de Nueva Orleáns con lo que está pasando ahora en Haití. Al igual que en Nueva Orleáns, los medios están pintando a las víctimas como criminales y saqueadores. Señalamos que el monumental crimen en esta situación es que decenas de miles de personas murieron innecesariamente debido a las acciones y la falta de acciones del gobierno yanqui, y que eso es el “crimen” hoy. Abríamos el periódico para mostrar el articulo “Estados Unidos en Haití: Un siglo de dominación” y decíamos, quieren hablar del saqueo, los yanquis han saqueado y abusado del pueblo de Haití desde hace más de 100 años. Mucha gente, especialmente haitianos, señalaron que sabían algo de esto, pero existió un agradecimiento general de que se había reunido esta información en esta forma audaz, que confirmó lo que sienten y saben, con la finalidad de difundirla más ampliamente.

Cada vez más, llegamos a comparar mejor los horrores de lo que Estados Unidos está cometiendo hoy en Haití con la manera en que una sociedad revolucionaria abordaría esto de manera completamente diferente. Y la gente realmente quería hablar de eso, a menudo se llevaba las tarjetas de la charla en línea Revolución de Bob Avakian. Tenemos que desarrollar este punto más al hacer más trabajo — analizando y explicando cómo será diferente una nueva sociedad revolucionaria, utilizando la sección “Imagina” de la charla Revolución. Además, hablar más de la nueva concepción del socialismo y el comunismo de que habla Bob Avakian —la cual incluye la necesidad de basarnos firmemente en el internacionalismo— y que una revolución en Estados Unidos rápidamente pondría fin al tipo de dominación que lleva a cabo Estados Unidos en Haití y en gran parte del mundo.

* * * * *

Nueva York también tiene la comunidad dominicana más grande de Estados Unidos. Tanto en la Republica Dominicana como en la comunidad dominicana aquí, ha habido una enorme efusión de solidaridad y apoyo al pueblo haitiano, incluyendo en las iglesias y los grupos comunitarios. Muchos lectores regulares de Revolución desempeñaron un papel importante recogiendo alimentos, y estaban en la República Dominicana y luego en Haití, “escoltando” la ayuda a través de la frontera desde la República Dominicana para asegurar que llegara a grupos progresistas en Haití.

Mientras tanto, en Washington Heights tuvo lugar una pequeña pero importante reunión de fuerzas radicales en la comunidad dominicana con oradores de la comunidad haitiana. Tanto los oradores como las personas del público denunciaron poderosamente los crímenes del imperialismo yanqui en Haití, e hicieron planes para acciones unidas organizadas en las comunidades dominicana y haitiana, en contra de los esfuerzos de Estados Unidos y otras potencias para dominar más y ocupar a Haití.

Cuando el programa estuvo a punto de terminar, un joven dominicano que estaba videograbando el evento interrumpió para hacer una poderosa denuncia de los crímenes del imperialismo norteamericano contra el pueblo haitiano, utilizando mucha información de Revolución sobre los cien años de Estados Unidos en Haití. Había comprado y leído el periódico justo antes del evento.

Antes y después del programa se difundieron muchos ejemplares del periódico y tarjetas sobre la charla en línea Revolución de Bob Avakian. También distribuimos cinco ejemplares en español y uno en inglés del Manifiesto del PCR: El comunismo: El comienzo de una nueva etapa, y varias personas nos dijeron que iban a chequearlo en revcom.us.

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