Revolución #194, 7 de marzo de 2010


Universidad de California-San Diego: Contra el dogal

De un lector

Estudiantes de la Universidad de California-San Diego (UCSD) repetidamente han hecho manifestaciones desafiantes en contra de los crecientes incidentes racistas y sexistas en la universidad durante las últimas tres semanas. Fue una respuesta a la tentativa de la administración de la universidad y otras autoridades de enfriar la ira ardiente, tentativa que ha prendido más indignación y negativas a callarse.

Más de 300 estudiantes de diferentes nacionalidades ocuparon la oficina de Marye Anne Fox, la cancillera de la UCSD, el viernes 25 de febrero mientras coreaban “dolor real, cambio real” y algunos lloraban. Cientos más protestaron afuera y corearon “Te respaldamos” y otras expresiones de estar firmemente con los estudiantes negros. Y en solidaridad, más de 100 estudiantes marcharon y ocuparon la oficina de la Cancillera en la Universidad de California-Los Ángeles.

El último ultraje, cuando se encontró un dogal colgado en la biblioteca de la UCSD muy noche el viernes que tres estudiantes de la UCSD admiten haber colgado, provocó estas protestas.

Un estudiante de Afganistán les dijo a los manifestantes en el mitin en la escuela el viernes que él se había adaptado a experimentar mucho racismo por haber crecido en el sur de California pero que el dogal lo sacudió y que lo tomó “como un ataque contra todos nosotros”.

Dos días antes, algunas estudiantes negras organizaron una marcha durante un programa universitario organizado por los administradores de la UCSD para promover “el respeto mutuo”. Al decir que se necesita más que un programa corto de dos horas para resolver el racismo en la universidad, la mayoría de los 1200 estudiantes, empleados y profesores se unieron a la marcha y manifestación fuera del auditorio en vez de escuchar los llamados a la calma adentro.

El dogal fue el tercer vil incidente en la UCSD en dos semanas. El Día de los Presidentes (15 de febrero), varios estudiantes de las fraternidades reaccionarias de la UCSD sacaron una invitación para su supuesta fiesta al estilo de una “Barbacoa en Compton” para burlarse del Mes de la Historia Afroamericana [Compton es una ciudad proletaria angelina en California que tiene una gran población afroamericana]. Estos jóvenes reaccionarios representaron a hombres negros de una manera profundamente racista, instruyendo a “los varones” a asistir “vestidos suavemente de su camiseta blanca (el tamaño mínimo aceptable siendo XXXL), con algo de las marcas FUBU o Ecko… Cadenas, bermudas de mezclilla, gorras de diseño… Tatuajes, etc.”.

El odio de los estudiantes reaccionarios de las fraternidades hacia las mujeres negras fue vitriólico. “Para las hembras” piden “mamitas del ghetto… [quienes] suelen tener dientes de oro, provocan peleas y drama, se visten de ropa barata… tienen el cabello corto y crespo y a menudo traen trenzas baratas, por lo general a colores de mal gusto… hablan muy boconamente mientras giran la cabeza dando vueltas y agitan los dedos en las narices de los demás… tienen un vocabulario muy limitado y tratan de compensar eso inventando nuevas palabras… o simplemente dicen palabrotas todo el tiempo o sueltan otras groserías…”.

Unos días después de que se puso a la luz y se le opuso a esta fiesta estudiantil racista y sexista, los estudiantes reaccionarios de las fraternidades aparecieron en Koala, la estación televisiva de la UCSD, con arrogancia y les llamaron a los manifestantes “n*****s ingratos” [palabrota requete-racista]. También se encontró una pancarta con las palabras “Linchamiento en Compton” en el piso de la estación televisiva.

La Unión de Estudiantes Negros (UEN) lanzó un estado de emergencia y una lista de 32 demandas, entre ellas más inscripciones de estudiantes negros en la UCSD. Actualmente menos de 600 de los 30.000 estudiantes son negros. Muchos estudiantes negros expresaron temores por su seguridad mientras estaban en la universidad.

Aunque se están haciendo algunas concesiones a las demandas de la UEN, la cancillera Fox dejó en claro que la universidad “no puede evitar el tipo de sucesos deplorables que sucedieron y que pueden suceder otra vez...”.

Para parafrasear la pregunta mucho más grande que se plantea a los estudiantes y a otros que Bob Avakian plantea repetidamente en su charla filmada “Revolución”: ¿qué tipo de maldita sociedad es ésta, pues? ¿Qué tipo de pinche sistema es en que los estudiantes negros o mujeres logran entrar en la universidad contra toda probabilidad, luego tienen que soportar la humillación, degradación, desmoralización y temor por la propia vida mientras tratan de estudiar, pasar los exámenes y sacar un título? ¿Y luego qué les espera fuera de la torre de marfil del elitismo universitario? Sí, más de lo mismo, ¡en vez de BASTA YA!

Si este tipo de ataque fascista contra el pueblo afroamericano está tomando lugar en una universidad tan inmaculada y prestigiosa, en las narices del primer presidente negro en la historia de Estados Unidos y quizás como respuesta al mismo, ¿qué revela eso acerca de la causa fundamental del problema en la sociedad estadounidense? Animo a las y los lectores a estudiar dos obras de Bob Avakian, “La guerra civil que se perfila y la repolarización para la revolución en la época actual” y “Contradicciones todavía por resolver, fuerzas que impulsan la revolución”.

Unos distribuidores del periódico Revolución repartieron cientos de las tarjetas de mano que anuncian la charla filmada “Revolución” de Avakian a los estudiantes que protestaban en la UCSD. También repartieron el número #144 del periódico Revolución sobre “La opresión del pueblo negro, los crímenes de este sistema y la revolución que necesitamos”. Esperan volver a la universidad para promover los eventos del Día Internacional de la Mujer en Los Ángeles el 6 y 7 de marzo.

Un reportero del San Diego Union-Tribune observó que estos “incidentes han inspirado un nivel de emoción que evoca las protestas contra la guerra y por la libertad de expresión que sacudieron la universidad a fines de los años 60 e inicios de los 70”. Eso capta el significado potencial de la nueva brisa de protestas estudiantiles que sopla por la UCSD y otras universidades. Todos los que esperan un mundo mejor deben trabajar para impulsar estos embriones del cambio hacia un movimiento por la revolución en las universidades que podría arrancar de raíz las piedras angulares racistas y sexistas de la sociedad norteamericana además de todos los demás ultrajes repugnantes y brutales de este sistema capitalista imperialista.

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