Revolución #204, 20 de junio de 2010


Del Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar

Estados Unidos, Israel y la bomba, motivo de preocuparse

31 de mayo de 2010. Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar. La masacre israelí de los partidarios de Palestina que llevaban ayuda humanitaria a la Gaza es solamente una pequeña muestra de los crímenes que los sionistas están dispuestos a cometer. Israel tiene a la espera cosas mucho peores, suficientes para alarmar incluso al más serio, tales como armas nucleares y una probada actitud temeraria acerca del peligro que encarnan. Para colmo, otros sucesos recientes han puesto de relieve el compromiso estadounidense de mantener armas nucleares en manos israelíes y el apoyo continuo del gobierno de Barack Obama a las amenazas atómicas israelíes contra Irán.

Es posible que dos sucesos políticos que se presentan como un distanciamiento de la amenaza de guerra nuclear indiquen precisamente lo contrario. Uno es que Obama estrenó la política estadounidense respecto al uso de armas nucleares que se describe en un nuevo documento llamado Revisión de la Postura Nuclear. Otro es el acuerdo suscrito por los 189 países miembros del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares para celebrar una conferencia en 2010 para tratar el cambio del Medio Oriente a una zona libre de armas nucleares.

Dicha “Revisión” lanzada el 6 de abril da escalofríos. Alguna gente esperaba que Obama fuera el primer presidente en declarar una política de “no usar armas nucleares primero”, que Estados Unidos nunca las usara a menos que fuera atacado con ellas. El documento dice claramente lo opuesto: Estados Unidos “en este momento no está preparado a adoptar una política universal de que prevenir un ataque nuclear sea el propósito exclusivo de las armas nucleares”. Al contrario, dice: “Estados Unidos no usará ni amenazará con usar armas nucleares contra estados sin armas nucleares que son partes del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares y que cumple con sus obligaciones de no proliferar armas nucleares”.

¿Quién determinará si un país de este tratado “esté cumpliendo” o no? No será, como los ingenuos pudieran esperar, la Agencia Internacional de Energía Atómica, el organismo de la ONU a cargo de hacer respectar este tratado, ni el Consejo de Seguridad de la ONU, aunque estos organismos no han estado inmunes a las presiones estadounidenses. Al no mencionarlos, dicen los expertos, el documento da a entender que el gobierno estadounidense se reserva ese derecho para sí mismo. Aunque decidiera que un país estuviera “cumpliendo” respecto a las armas nucleares, no obstante podría lanzar un ataque nuclear ofensivo si “fuera necesario debido a la evolución y desarrollo de la amenaza de armas biológicas” o ante cualquier otra cosa que considerara de un potencial “devastador”.

Es cierto que parece que el gobierno de Obama haya abandonado el plan bushiano de desarrollar nuevas armas atómicas tácticas (como los “rompe-búnkeres” nucleares). Cabe analizar la alegación de que Estados Unidos y Rusia estén dispuestos a disminuir con el paso de tiempo y de manera dramática sus enormes arsenales nucleares apuntados uno al otro, aunque los acuerdos suscritos hasta ahora no llaman la atención. Pero en lo inmediato, el efecto práctico de esta revisión de la política es el de recordarle a la República Islámica de Irán que, al igual que bajo el presidente George W. Bush, en el caso de Obama “todas las opciones están en consideración”, incluso un ataque nuclear ofensivo de parte de Estados Unidos.

El propósito general del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares (TNP) es el de proteger el monopolio de armas nucleares de Estados Unidos, Rusia, Inglaterra, Francia y China. Se supone que el tratado sea un “canje”, en que otros países acepten no adquirir armas nucleares a cambio de que las cinco potencias nucleares acepten un cronograma legalmente vinculante para destruir las suyas. Pero eso no ha ocurrido y en el mundo de hoy el desarme nuclear no está en consideración, por mucho que los pueblos del mundo así lo deseen. India y Pakistán tienen armas nucleares, pero Estados Unidos no se quejó de su negativa de firmar el TNP. Corea del Norte estuvo suscrito al tratado pero la dejó, y por eso este país constituye un potencial blanco de un ataque ofensivo según la doctrina de Obama. Irán es el único país que figura en la segunda, nueva categoría que el gobierno estadounidense ha creado: un miembro del TNP que no “está cumpliendo”.

La ironía es que de estos países, Irán es el que no tiene armas nucleares. Bien podría ser cierto que la República Islámica de Irán quiera desarrollarlas, lo que cambiaría el balance de poder en el Medio Oriente, en que el gendarme estadounidense, Israel, que se niega a suscribirse el TNP, tiene al menos unos cientos de ojivas nucleares a fin de cerciorarse de que su gran hermano estadounidense lleve la batuta en la región. El mensaje táctico pero requete-recontra claro de la revisión de la política de Obama es que Estados Unidos usaría lo que tenga a fin de conseguir lo que quiera en las regiones del mundo donde su dominación está en litigio.

Detrás de la reunión del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares (TNP)

Hay que entender la reunión de los firmantes del TNP en Nueva York que concluyó el 28 de mayo de la misma manera que la Revisión de la Postura Nuclear: un ajuste de política del gobierno estadounidense que no necesariamente es lo que da a entender. Estos países se reúnen cada cinco años. En 1995, cuando Bill Clinton era presidente estadounidense, la reunión se empató cuando los países encabezados por Egipto no lograron que se aprobara su esperanza infundada de que se prohibieran las armas nucleares por todo el Medio Oriente. La reunión de 2005, bajo Bush, también acabó sin resultados. Esta vez se suscribió un acuerdo por consenso, que quiere decir que Estados Unidos no lo vetó (ni lo hizo Irán, que a diferencia de Estados Unidos, siempre ha apoyado en público esa meta). Pero existen bases para creer que el propósito estadounidense fuera el de darles una “pantalla” política a los regímenes árabes dependientes de Estados Unidos (Egipto, históricamente el mayor receptor de la ayuda estadounidense, después de Israel, es el ejemplo por excelencia) a fin de poder seguir tratando de esquivar el odio de sus respectivas poblaciones contra Israel y facilitar las maniobras estadounidenses contra Irán.

Por algún tiempo, los comentaristas pro-Obama han estado diciendo que le cuesta trabajo a Estados Unidos movilizar un frente unido contra un país que posiblemente aspire a tener armas nucleares a la vez que le da luz verde a un Israel nuclear. La invitación a la reunión de 2012 tiene una apariencia “balanceada”, como dice el presidente del TNP, que representa Las Filipinas, un estado clientelar de Estados Unidos. Incluso menciona a Israel como país que tiene armas nucleares, lo que Estados Unidos nunca ha permitido antes en ningún documento internacional. Pero, sobre esta invitación a la reunión Obama dijo: “Nos oponemos firmemente a los esfuerzos de señalar en particular a Israel y nos opondremos a las acciones que pongan en peligro la seguridad nacional de Israel”. Al comentar el acuerdo que ayudó a negociar, el general James Jones, el asesor de Seguridad Nacional de Obama, dijo que el desmantelamiento de las armas de destrucción masiva de Irán (nótese: ni habla exclusivamente de armas nucleares) es un “precursor” de siquiera hablar de una reunión para tratar el desarme nuclear regional. A propósito, se supone que Estados Unidos encabece su organización, según la invitación, que también dice que solamente se puede celebrar la reunión si asisten todos los países de la región. El gobierno israelí ya ha anunciado que no va a asistir. Como dijo el New York Times (haciendo eco a palabras similares de la BBC): “Incluso convocar a tal conferencia, mucho menos lograr algunas de sus metas, sigue siendo una posibilidad remota” (New York Times, 28 de mayo de 2010; BBC, 29 de mayo de 2010).

Las armas nucleares israelíes y el aval nuclear estadounidense a Israel no son asuntos abstractos en un lejano horizonte. Según el Sunday Times de Inglaterra (30 de mayo de 2010), Tel Aviv ha lanzado un submarino armado con proyectiles cruceros nucleares cerca de la costa iraní y ha asignado dos más. (Los submarinos son un regalo de Alemania. Así funciona el imperialismo, por si creyeras que los países capitalistas monopólicos pudieran cambiar de naturaleza: Alemania está pagando una indemnización por el genocidio que cometió contra los judíos al facilitar el potencial de otro holocausto). Aunque el Sunday Times no señaló claramente la fuente de esta noticia, se dice que estos tres submarinos han estado en el Golfo Pérsico antes, al igual que los buques de guerra estadounidenses. Bueno, Israel ha tomado la decisión de tener apostado de manera permanente cuando menos uno de estos submarinos cerca de la costa de Irán. “El propósito del despliegue es refrenar, recabar inteligencia y, potencialmente, poner agentes de la Mossad”, dijo el cotidiano, basado en lo que dice era una entrevista al comandante de la flotilla. De ser cierto el informe, aparte de ser alarmante la información, también lo es el hecho de que las fuerzas militares israelíes hayan decidido filtrarla como una provocación deliberada.

Mordechai Vanunu -- De nuevo encarcelado por Israel

Es probable que no fuera coincidencia que mientras la conferencia del TNP tenía lugar, las autoridades israelíes condenaron a Mordechai Vanunu a tres meses en la prisión. Vanunu es el científico israelí que en 1986 le dio a Inglaterra fotos y documentos que demostraban que Israel había estado fabricando uranio para armas nucleares durante muchas décadas. El programa nuclear de Israel nunca fue un secreto para los gobiernos de las grandes potencias — ocho presidentes estadounidenses de Nixon a Obama sabían y ayudaron a Israel en mantenerlo como un secreto oficial para que pudieran continuar la farsa de la No Proliferación. Pero fue muy difícil probarlo con documentos que soportarían el examen de expertos.

Vanunu, un hombre religioso, fue a la prensa porque quería la paz en la región. Israel lo drogó, lo secuestró y lo regresó a escondidas a Israel para un juicio secreto. Lo encarcelaron 18 años, 11 de ellos en aislamiento para que no pudiera hablar a nadie más. Desde que lo soltaron, lo han arrestado repetidas veces por sus contactos con extranjeros — esta vez una de ellos, según él, es su novia noruega. "Qué vergüenza, Israel, por meterme en prisión después de 24 años de decir la verdad. Qué vergüenza que los medios del mundo no protegieran la libertad de expresión", dijo antes de que lo sentenciaran (Associated Press, 24 de mayo de 2010).

Sobra decir que Estados Unidos (e Inglaterra, etc.) nunca han objetado esta atroz injusticia. La verdad que puso al desnudo, después de todo, es una amenaza a la estrategia y los intereses norteamericanos en el Medio Oriente.

La sociedad nuclear de Israel y del apartheid de Sudáfrica

La vendetta de Israel contra Vanunu tenía el objetivo de impedir esta clase de denuncia que precisamente apareció de nuevo en ese mismo momento sensible, por la mala suerte de Israel. El académico y director de la revista Foreign Affairs Sasha Polakov-Suransky divulgó documentos que describen un acuerdo militar secreto de 1975 entre Israel y la Sudáfrica del apartheid, como cartas privadas, una copia de un acuerdo firmado y el acta de una reunión entre los ministros de Defensa de los dos países, Shimon Peres y P.W. Botha. Israel ofreció vender misiles nucleares a Sudáfrica. De las conversaciones no hay duda que los gobiernos del sionismo y del apartheid consideraron que la alianza entre los dos países en 1973 fue ideológica así como militar, en una cruzada para proteger "la justicia" para "los blancos" contra la demanda de "una persona, un voto", la cual ambos gobiernos consideraban una posibilidad tan inaceptable de modo que estuvieran dispuestos a usar armas nucleares contra los vecinos países africanos si tuvieran que defender el sistema de apartheid. Aunque el trato fracasó, Sudáfrica continuó desarrollando sus propias armas nucleares, probablemente con la ayuda de Israel. En 1979, los satélites de vigilancia detectaron una explosión nuclear en el Océano Índico, proveniente de un ensayo de una bomba nuclear israelí, quizás realizada con Sudáfrica (The Nation, 14 de mayo de 2010 y Guardian, 24 de mayo de 2010. Los memos y otros documentos están en el sitio web del Guardian y el libro The Unspoken Alliance: Israel's Secret Relationship with Apartheid South Africa).

EE.UU. nunca hizo ninguna protesta acerca de todo esto, ni en el pasado ni ahora. ¿Por qué? ¿Qué trata de proteger el gobierno de Obama? Con el tiempo, EE.UU. aceptó que desmantelar el apartheid en Sudáfrica fue la mejor opción para beneficiar los intereses norteamericanos en esa región, pero no aceptará que se desmantele al apartheid israelí contra los palestinos porque el estado sionista tiene valor estratégico fundamental en la situación actual en la región y en el mundo. Puede que la alianza militar israelí-sudafricana, como las revelaciones de Vanunu, ahora no tengan nada de nuevo, pero todavía le importa mucho a EE.UU. que Israel sea protegido contra la verdad.

Aunque Washington crea que tiene que fingir estar a favor de un Medio Oriente sin armas nucleares para presionar a Irán, no existe ninguna posibilidad que van a quitarle las armas nucleares a Israel por la sencilla razón de que éstas son efectiva, si no literalmente, armas cruciales de la política exterior de EE.UU. en una región que está cada vez más explosiva y aun impredecible, en gran parte debido a las acciones de EE.UU. e Israel mismos.

Estos acontecimientos, desde la historia de las armas nucleares israelíes hasta su despliegue cerca de Irán, con el aval militar y político estadounidense y al servicio de los intereses del imperialismo estadounidense, son similares, aunque a escala diferente, al asesinato deliberadamente provocador de los miembros de la "Flotilla de la Libertad", una demostración no solo de las armas israelíes sino de la falta de disciplina moral y la indiferencia cínica hacia la opinión de la humanidad con que Israel usa esas armas. Demuestran una propensión de seguir adelante "a toda máquina" ante la dificultad — en otras palabras, a subir la apuesta e intensificar las cosas.

El Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar es un servicio de Un Mundo Que Ganar (aworldtowin.org), una revista política y teórica inspirada por la formación del Movimiento Revolucionario Internacionalista, el centro embrionario de los partidos y organizaciones marxista-leninista-maoístas del mundo.

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