Revolución #204, 20 de junio de 2010


Comienza el juicio por homicidio para el asesino de Oscar Grant
Hora de luchar contra el sistema, y transformar al pueblo, para la revolución

El 1º de enero del 2009, una pandilla de policías del transporte rápido del Área de la Bahía de San Francisco (BART por sus siglas en inglés) detuvo y brutalizó a Oscar Grant y sus amigos, arrojándolos al suelo, gritándoles, agitando pistolas de descarga eléctrica en sus rostros y golpeándolos — en frente de un tren cargado de pasajeros que regresaban de las celebraciones de Año Nuevo. Una media docena de pasajeros sacaron sus cámaras y comenzaron a filmar la escalada de la violencia policial. De pronto, mientras que los pasajeros gritaban en señal de protesta, los policías empujaban a Oscar Grant hacia el suelo, con los brazos en la espalda. Uno de los policías, Johannes Mehserle, sacó su pistola y disparó a Oscar en la espalda. Oscar estaba desarmado, había estado cumpliendo las órdenes de la policía y estaba boca abajo en el suelo cuando fue baleado. Todo el horrible asalto había terminado en minutos: el tren arrancó mientras Oscar yacía sangrando y muriendo en la plataforma.

Mehserle fue a juicio por homicidio esta semana en Los Ángeles. Aunque por lo menos 100 personas pierden la vida a manos de la policía cada año en el estado de California1, ésta es, según la investigación de la base de datos de los periodistas del San Francisco Chronicle y del propio abogado de Mehserle, la primera vez en California que un policía será juzgado por un homicidio mientras se cumplía servicio. ¿Qué fue diferente esta vez? La razón principal por la que hay un juicio tiene que ver con lo que la gente hizo en respuesta a este crimen: la forma en que actuó, se pronunció, se levantó y se resistió a cada paso del camino.

Videos del asesinato salieron en los noticieros televisivos y YouTube. La indignación fue creciendo y al final de una semana irrumpió en las calles de Oakland, pero el policía ni siquiera fue detenido. Más protestas siguieron. Los revolucionarios estaban en medio de la resistencia, denunciando al sistema penal, levantando la consigna “todo el maldito sistema es culpable”.

Desde entonces, el sistema ha contraatacado. En primer lugar Mehserle pidió y obtuvo un cambio de sede del juicio de Oakland a Los Ángeles. El juez que concedió el cambio de tribunal ha citado como una de las razones que Grant “ha sido personificado, humanizado y puesto bajo una luz favorable desde su muerte”. Como dijimos en ese momento: “Haga una pausa y piénselo. En esta época de los supuestos ‘derechos de las víctimas’, de rutina las víctimas de al menos ciertos tipos de crímenes son ‘personificadas, humanizadas y puestas bajo una luz favorable’. Pero en este caso se ha invocado otro conjunto de reglas para que, extrañamente, se invoque el hecho de que la víctima de un crimen horrible ha sido reconocida como ser humano como explicación de por qué el hombre que lo mató no puede ser juzgado imparcialmente en el condado donde el crimen tuvo lugar”.

Los fiscales no recuerdan como llevar un proceso

Dos de los policías de BART, Marysol Domenici y Anthony Pirone, quienes iniciaron la brutalidad esa noche y después defendieron sus acciones en los tribunales, han sido despedidos por BART por su papel en el incidente que provocó la muerte de Oscar. Pero la fiscalía no está llamando comparecer a Domenici, quien testificó en la audiencia preliminar que, tras oír el disparo y darse cuenta que uno de los jóvenes había sido baleado, lo primero que se le vino a la mente fue: “Ah, Jesucristo, Jesucristo, si lo tengo que hacer, yo voy a tener que matar a alguien”. Una parte importante de la causa judicial se basa en lo que estaba en la mente de los policías que participaron en este asesinato, es decir, si tenían la “intención” de utilizar la fuerza letal o no. Por ello, el hecho de que la fiscalía no haya llamado como testigo a Domenici es a la vez indignante y típico de cómo los fiscales actúan cuando están en la posición poco usual de procesar a un policía asesino.

Otro policía, Tony Pirone, que maltrató a Oscar y sus amigos antes de los disparos, ha sido citado por ambas partes. Pirone, de quien se puede escuchar en los videos pronunciando la palabra “N” contra Oscar, estaba de pie junto a Mehserle, sujetando a Oscar boca abajo, cuando el tiro fatal fue disparado. (Al cierre de esta edición, el juez ha accedido a ver una moción para excluir estas declaraciones racistas bajo el motivo de que serán perjudiciales para Mehserle porque tal vez él no las había oído.)

El sistema hace lo que pueda para ayudar a que la defensa muestre la “otra cara” sobre el incidente. El juez del caso dictaminó que un “experto de vídeo” de la defensa puede dar testimonio acerca de lo que él piensa que los videos muestran que los demás no pueden ver. El juez ha prohibido el uso de camisetas o botones políticos en la sala de audiencias. El juez dictaminó que la defensa pueda examinar los antecedentes de Oscar Grant acerca de su resistencia a la autoridad, a pesar de que este tipo de registro (que uno sólo puede imaginar lo que podría haber sucedido en los hechos) no es una justificación legal para matar a alguien, y para colmo, quizá la policía no tuvo conocimiento de esto el 1º de enero. Los videos muestran que Oscar no se resistió a la detención antes de ser baleado. Mientras tanto, el juez ha dictaminado que la fiscalía no puede discutir los antecedentes de Mehserle por brutalidad policial, a pesar de que la cuestión de si Mehserle tenía un historial de abuso sí es muy pertinente para el caso. En un palabra, el tribunal está dando luz verde a deshumanizar a Oscar Grant, la víctima, y a exonerar a Mehserle, el asesino.

Todo lo que ha sucedido hasta la fecha demuestra que la justicia no será concedida mediante el funcionamiento del sistema y pone de relieve la necesidad de intensificar la resistencia fuera de la sala. Es fundamental llevar a cabo protesta y resistencia para impedir que el sistema se salga con la suya con estos crímenes y pulverice a la gente. Una protesta importante ha sido convocada para el lunes 14 de junio a partir de las 7 de la mañana en el Juzgado Penal de Los Ángeles, 210 West Temple Street, entre Broadway y Spring. Esta batalla se encuentra en un punto de viraje, es urgente que muchos más den un paso adelante en la batalla en este momento.

1. De acuerdo con estadísticas del Departamento de Justicia. [regresa]

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