Revolución #209, 15 de agosto de 2010
Lo que motiva el fallo del tribunal federal:
Continúa vil ataque contra inmigrantes
El 28 de julio, la jueza federal Susan Bolton ordenó judicialmente una "interdicción" de cuatro disposiciones importantes de una vil ley anti-inmigrante, la SB 1070, lo que impide temporalmente que el estado de Arizona las aplique. Las otras nueve disposiciones de la ley entraron en vigor el 29 de julio.
Después de anunciar el fallo de la jueza, la gobernadora Brewer dijo de inmediato que "yo no retrocederé" y que la interdicción de la corte era meramente "un tope en el camino". Ordenó que el estado entablara una apelación en la corte federal. Se espera que se celebre una audiencia en el otoño en la corte federal en San Francisco, y los abogados de ambas partes han dicho que esperan que el caso se vea en la Suprema Corte.
El fallo
El fallo federal suspende algunas de las disposiciones más infames de la SB 1070, como el requisito de que los policías le pregunten a cualquiera que paren, arresten o detengan, si tienen una "sospecha razonable" acerca de su condición migratoria. Otras disposiciones objeto de la interdicción incluyen aquellas que hacen que sea un delito estatal que los inmigrantes no soliciten "documentos de ciudadanía", "busquen o pidan trabajo", y permite que los policías hagan arrestos sin orden judicial si tienen "causa probable" de que se requiere que "se saque" a la persona de los Estados Unidos.
La jueza ratificó unas partes muy represivas de la SB 1070, que oficialmente se llama "Ley Apoye Nuestras Unidades del Orden Público y Vecindarios Seguros". Dejó entrar en vigor la que dicta que sea un acto criminal "albergar y transportar a inmigrantes ilegales". Por ejemplo, si una persona recogiera a un inmigrante que cruzaba el desierto y moría de sed y le diera transporte a fin de conseguir agua, esta disposición estipula que se levanten cargos en su contra. El fallo también defiende las disposiciones que permiten que los habitantes del estado demanden a cualquier funcionario, organismo o subdepartamento estatal por haber tomado medidas que restringen la aplicación de la ley migratoria federal a un nivel menor de lo que permita la ley federal. El objetivo de esta disposición, entre otras cosas, es impedir que las ciudades en el estado se declaren "ciudades de santuario". Algunas ciudades del estado, como Phoenix, Mesa, Chandler y Tucson, se consideran ciudades de santuario porque tienen leyes que limitan o prohíben la cooperación entre sus departamentos de policía y los funcionarios migratorios.
Además, entraron en vigor las disposiciones que prohíben que un individuo, que "incurre en un delito criminal", a sabiendas 1) transporte, traslade o intente transportar o trasladar a un extranjero en un medio de transporte en pos de continuar la presencia ilegal del extranjero en los Estados Unidos; 2) esconda, albergue o proteja o intente esconder, albergar o proteger a un extranjero en el estado; y 3) aliente o induzca a un extranjero a venir o a vivir en Arizona.
Al suspender algunas de las disposiciones más atroces, en particular las que en esencia convierte la policía estatal en agentes federal de la migra, la corte no argumentó que dichas disposiciones eran inhumanas. No falló que estas disposiciones constituyen un terror fascista de estado policial contra cualquiera que presuntamente tenga la apariencia de un inmigrante indocumentado. El fallo se basa en que las disposiciones objeto de la interdicción interfieren con el papel del gobierno federal, incluyendo la elaboración de la política exterior.
Mayor fuerza mortífera
Se han celebrado importantes protestas en Arizona y contra la SB 1070 alrededor de Estados Unidos y en México. Valerosos jóvenes y otras personas, principalmente chicanos y mexicanos, se tomaron las calles en las narices de falanges de policías. Algunos se encadenaron a edificios oficiales. Hubo decenas de arrestos. (Vea "Resistencia en Phoenix".)
Alrededor del país, artistas, atletas e incluso muchos gobiernos municipales alzaron la voz contra la ley y anunciaron boicots del estado. Para inicios de mayo, la Asociación de Hoteles y Alojamiento de Arizona anunció que organizaciones y personas opuestas a la ley habían cancelado 19 convenciones y numerosos conciertos.
La gobernadora Jan Brewer de Arizona canceló la Conferencia de Gobernadores Fronterizos, una reunión anual de los gobernadores de los estados mexicanos y estadounidenses de la zona fronteriza la cual se había programado para Phoenix, después de que los dirigentes de seis estados mexicanos dijeron que no iban a asistir a una reunión en Arizona.
No obstante, se han intensificado los ataques a los inmigrantes.
El propósito general declarado de la SB 1070 era el de expulsar a los inmigrantes del estado de Arizona, o sea las personas que durante años habían hecho los trabajos de menor paga y más rompe-lomos en este estado en rápido crecimiento. Como dice la Sección I de la ley: "La SB 1070 tiene por intención lograr la disminución por medio de hacer respetar las medidas públicas de todos los organismos de los gobiernos estatal y municipales del estado de Arizona… y las disposiciones de esta ley tienen por intención servir para desalentar y disuadir la entrada y presencia ilegal de extranjeros y la actividad económica de las personas que están ilegalmente en los Estados Unidos".
Desde el 24 de abril, cuando la gobernadora de Arizona Jan Brewer firmó este proyecto de ley, hasta el reciente fallo federal, el ataque fascista del sistema a los inmigrantes ha venido cobrando fuerza mortífera. Se ratificaron nueve de las 13 disposiciones extremadamente represivas de la draconiana ley, lo que NO es para NADA bueno. La SB 1070 ya ha apretado las clavijas del terror que viven los migrantes en Arizona. Muchos han tenido que huir del estado. Para las personas que sigan ahí, las condiciones se parecen a aquellas que se describen en el Diario de Anne Frank, la joven judía que se escondió en un ático durante años a fin de evitar las redadas de los nazis en Holanda en la Segunda Guerra Mundial.
Y los términos del "debate" en torno a la inmigración se han pasado aún más hacia la derecha. El llamado senador moderado Lindsey Graham propone anular la XIV Enmienda de la Constitución federal que otorga ciudadanía a los ex esclavos y otras personas que nacen en este país. Barack Obama, el dizque defensor de los inmigrantes, tras un importante discurso sobre la inmigración, dijo que iba a enviar más soldados a la frontera, lo que seguro provocará que aún más personas mueran en el cruce. (Vea "Se necesita: Oposición de masas contra los ataques a los inmigrantes", Revolución #207, 18 de julio de 2010).
Estos sucesos requieren una evaluación seria y lúcida de la situación y una lucha aún más decidida. Además, es necesario reconocer y responder a lo que se requiere para cambiar de fondo esta situación general.
Divisiones, y unidad fundamental, en la clase dominante
El 6 de julio, el gobierno de Obama entabló una demanda que solicita una interdicción contra la SB 1070. En esencia, la demanda no objeta que la ley de Arizona practica el etiquetamiento de las personas por tener la tez morena, por hablar con acento o por el idioma que hablan, por la ropa que tienen puesta ni por cualquier otra razón que los agentes del orden afirman es "razonablemente sospechosa", sino porque la aplicación de la ley migratoria es del ámbito o responsabilidad federal, no estatal.
La demanda entablada por el Departamento de Justicia de Obama no trata el claro "etiquetamiento étnico" que es una parte integral de la SB 1070 sino, al contrario, trata exclusivamente la cuestión de quién es responsable, sea el gobierno federal, estatal o municipal, de reprimir y controlar a los inmigrantes.
Los argumentos en contienda ante la corte federal de parte los partidarios de la SB 1070 y del Departamento de Justicia de Obama revelan divisiones reales en la clase dominante. Pero éstas sí tratan cómo manejar lo que "ambas partes" consideran el "problema de la inmigración". Ambas partes en esta disputa está de acuerdo acerca de algunas cosas fundamentales y básicas.
La clase dominante estadounidense en conjunto considera a los aproximadamente once millones de inmigrantes indocumentados como una fuente muy explotable de mano de obra.
En 2009, el ex presidente del Banco de la Reserva Federal, Alan Greenspan, dijo ante el Senado federal: "La inmigración ilegal hace una contribución importante al crecimiento económico estadounidense proporcionando una fuerza de trabajo flexible" y representa "una válvula de seguridad" ante los altibajos de la demanda de trabajadores. "Quedan pocas dudas de que la inmigración no autorizada, o sea, ilegal, ha hecho una importante contribución al crecimiento de nuestra economía", concluyó.
Además, están en juego importantes repercusiones internacionales; en particular, tiene muchísima importancia para el dominio internacional de la clase dominante estadounidense que se mantenga una apariencia de estabilidad en México. En 2009, las remesas que enviaron los mexicanos que viven en Estados Unidos a sus familias en México sumaron 21.5 miles de millones de dólares. Como señala la columna "Spotlight" de la revista Southwest Economy: "Los dineros del exterior son importantes para muchas familias en las regiones pobres de México, tales como el sur y el suroeste".
La clase dominante estadounidense en conjunto TAMBIÉN considera a los inmigrantes como una potencial fuerza política fuertemente opuesta al gobierno. Exige que se haga que los inmigrantes salgan "de las sombras", sean identificados y fuertemente controlados. El congresista "liberal" y supuesto paladín de los derechos de los inmigrantes, Luis Gutiérrez, le dijo a Anderson Cooper de la CNN: "Registrémoslos con el gobierno de modo que sepamos quiénes son los buenos y quiénes son los malos, y podremos conservar los buenos y deshacernos de los malos". Los demócratas esperan acorralar a "los buenos" (en las palabras de Gutiérrez) en los asfixiantes confines del sistema electoral bipartidista y eso hace que los demócratas adopten tácticas represivas y anti-inmigrante menos abiertas.
No obstante, incluso en el marco de estos puntos fundamentales de acuerdo en la clase dominante, existen desacuerdos muy intensos. Las fuerzas que defendieron la SB 1070 y la red fascista general de gente del Tea Party, los Minutemen y los neo-nazis, y sus avales en altos puestos oficiales, considera la situación como una manera de azuzar más y prender una base fascista unido en torno a este país como "un país del hombre blanco". Si bien unos cuantos republicanos aún esperan amarrar el voto de los latinos, el grueso del partido ha cambiado a este punto de vista.
Como señaló un reciente artículo de Revolución: "El meollo del programa de estos fascistas es restaurar o regresar a ese contrato social original, con la supremacía de los hombres y de los blancos, que relacionan con un tiempo cuando ‘le iba bien’ para Estados Unidos. De hecho, muchos hasta sueñan con la Confederación que sólo existía para defender la esclavitud. Según ellos, si se requiere un régimen fascista para lograrlo, que así sea" ("La ley anti-inmigrante de Arizona es inhumana e ilegítima: Alto a los ataques fascistas del sistema contra los inmigrantes", Revolución #208, 25 de julio de 2010).
El "cerebro" de este movimiento, o sea, los elementos políticos reaccionarios más sofisticados, casi a ciencia cierta quiere conservar de alguna forma al menos una parte de este sector muy explotable de los trabajadores. Pero estos sectores de la clase dominante han azuzado e instigado a un movimiento nativista y rabioso con una especie de vida propia. Han estado liberados de sus correas. No se puede predecir totalmente lo que eso traerá pero es muy alarmante y ominoso.
Obama, y las fuerzas en la clase dominante que representa, han tratado lo que llaman el "problema de la inmigración" con metas similares, pero métodos distintos. Y, sostienen, han tenido "resultados". Las "redadas silenciosas" de Obama contra los centros de trabajo han asumido al forma de cartas a las empresas que exigen despidos en masa, y no las redadas muy visibles contra los centros de trabajo típicos en los años de Bush, pero han causado que más personas pierdan el trabajo. En sus primeros años, el gobierno de Obama ha deportado a muchas más personas que durante cualquier año de la presidencia de Bush; o sea, 287.868 personas solamente en 2009.
El gobierno de Obama ha continuado e intensificado la asesina militarización militar en la frontera. En julio, la secretaria de Seguridad Nacional (y ex gobernadora de Arizona), Janet Napolitano, anunció que el gobierno estaba despachando "sistemas móviles de vigilancia, unidades con binóculos infrarrojos y camiones equipados con miras de detección, así como aeronaves utilitarios y de observación" a la zona de Tucson de la línea (Arizona Republic, 7 de agosto de 2010). Solamente en 2010 policías o agentes fronterizos estadounidenses han matado de plano a dos personas en la línea. Y un sinnúmero de personas han muerto en el cruce por las peligrosas montañas desérticas fronterizas de México y Arizona.
La importancia de mantener una política nacional unificada en torno a la inmigración fue un hilo que recorre una buena parte del fallo sobre la SB 1070. El fallo se inquieta de que "las prácticas policiales de interferencia podrían afectar las relaciones internacionales y generar deslealtad".
Importantes figuras que defienden o promueven la SB 1070 consideran que la interdicción federal es un guante que se les ha lanzado. En un e-mail a sus partidarios, el senador por el estado de Arizona, Russell Pearce, uno de los patrocinadores de la SB 1070, escribió: "La interdicción temporal de la jueza Bolton contra partes de la ley es un revés menor, pero Arizona luchará contra ello en los tribunales hasta que prevalezcamos… La SB 1070 es la ley del estado de Arizona… Por haber tomado partido con los violadores de la ley y por haber socavado la voluntad democrática del pueblo estadounidense, tengo la tentación de llamarles enemigos internos a Obama y sus peleles. En el mejor de los casos, él está más preocupado por lo que piensen los enemigos de Estados Unidos acerca de la SB 1070 que el pueblo estadounidense" (Border Issues: México, 3 de agosto de 2010, www.borderissues.us).
Es requete-aleccionador el hecho de que una emergente estrella en el Partido Republicano pudiera llamarle a Obama un "enemigo interno". Tales prédicas son una parte de una estrategia general de deslegitimar a Obama y a los demócratas, de poner muy en duda su "derecho de gobernar", y este tipo de actividad refleja la agudeza de las contradicciones entre los gobernantes sobre la manera de gobernar y conlleva el riesgo para la clase dominante de que en cierto momento, se ponga en tela de juicio la legitimidad de la clase dominante en conjunto… mediante el mayor desenvolvimiento y desarrollo de la situación (en conexión con las otras cosas que se están dando en la sociedad) y el trabajo político de los revolucionarios.
Mientras tanto, el tristemente célebre y sádico Joe Arpaio, el alguacil del condado de Maricopa (Phoenix y los alrededores), dejó en claro que tiene la intención de continuar las redadas y rastrillajes en las comunidades inmigrantes a pesar de la interdicción, anunciando que "en realidad no va a cambiar mucho, salvo el hecho de que si nos encontramos con un extranjero ilegal que no tiene ningún cargo estatal en su contra, ahora podremos arrestarlo y llevarlo a la cárcel o entregarlo al ICE; así que esta ley es solamente un pequeño estorbo adicional, pero vamos a continuar haciendo nuestro trabajo" (entrevista del noticiero de la ABC, 28 de julio de 2010).
Lo que se vislumbra
El conflicto entre los diferentes agrupamientos en la clase dominante sobre las mejores formas de controlar, explotar y aterrorizar a los inmigrantes ¡no es la única lucha que está a la orden del día! Cabe decir que los comunistas revolucionaros, por nuestra cuenta, reconocemos en los inmigrantes una potencial base para la revolución. Muchos traen conocimientos de su vida sobre la manera en que el imperialismo ha saqueado y dominado sus países natales y lo odian. Muchos también traen la dura experiencia de la pulverizante explotación en los propios países imperialistas. La revolución aspira a desencadenar este potencial como parte de un movimiento para la revolución, no suprimirlo, como pasa en los brutales pogromos tales como aquellos de los republicanos o las redadas silenciosas y frontera militarizada de Obama y los demócratas. En oposición al franco fascismo tipo lobo de los republicanos y la represión zorruna de los demócratas, queremos movilizar a toda la gente en apoyo a los derechos básicos y fundamentales de los inmigrantes a vivir libres de la brutalidad, represión y discriminación. El movimiento para la revolución es un movimiento internacionalista, el que representa y vive el principio de la igualdad de todas las naciones y nacionalidades. Esta posición contrasta agudamente y se opone diametralmente a los republicanos así como los demócratas.
Por lo que respecta a la crisis en torno a Arizona, los términos de la situación tienen que cambiar. Tiene que salir en primer plano algo que representa de manera irredenta, los intereses de las masas. Hay que impulsar la presencia del movimiento para la revolución y en general tiene que haber mucho más resistencia, de parte de inmigrantes y no inmigrantes por igual. Esta resistencia tiene que abarcar toda una suerte de puntos de vista políticos y tiene que haber lucha en su interior sobre la verdadera fuente del problema y los verdaderos caminos a resolverlo. En esta conexión, miles de personas se han opuesto con valor a la satanización y terror infligido sobre los inmigrantes y la posición revolucionaria ha empezado a tener presencia. Pero urge mucho más.
Lo que está en juego es en qué clase de mundo queremos vivir y por la cual estamos dispuestos a luchar. ¿Será un mundo en que hay cacerías y persecuciones de personas, separadas de sus familias y seres queridos, correteadas de un lugar a otro, acorraladas y exhibidas de manera humillante en público, forzadas a atravesar abrasadores desiertos sin comida ni agua en una lucha desesperanzada por hallar un mísero trabajo? Los agudos conflictos entre diferentes grupos de opresores pueden contribuir a generar oportunidades poco comunes para la revolución. Pero los términos de la división en la clase dominante estadounidense no pueden determinar los límites de la manera de resolver esta cuestión.
Dondequiera que fueran los voluntarios del Verano de Libertad de Arizona llevaron mantas con la consigna "No tenemos un problema de inmigración sino un problema de capitalismo", y por doquier la consigan retó, sacudió, asombró o encabronó a la gente. El 27 de julio, la cosa pasó a otro nivel. Se puso una valla con dicha consigna con la dirección revolutiontalk.net en la autopista interestatal 17 en el centro de Phoenix. Llamó mucho la atención y suscitó mucha polémica. El portal del grupo de vigilantes fascistas, "Well Regulated Militias" (Milicias Bien Reguladas) puso la valla y su portal ahora se abre con el titular "No tenemos un problema de capitalismo sino un problema de socialismo". También atacó la valla el prominente locutor derechista radial Michael Broomhead. Por otra parte, salieron fotos de la valle en varios artículos de los medios en español, como La Prensa Hispana, el periódico en español de mayor circulación en Arizona, que la llamó un "anuncio espectacular". |
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