Revolución #210, 29 de agosto de 2010


Policía se desboca y mata en Harlem, NY

En la madrugada del domingo 8 de agosto, Harlem, Ciudad de Nueva York. La gente había estado en un asado y escuchaba música en una fiesta en la calle en Harlem todo el sábado hasta muy noche. Una escena típica neoyorquina en un bonito día de verano.

Todo cambió cuando la policía cayó sobre el festival.

Había brotado una riña entre dos hombres, Luis Soto, de 22 y Ángel Álvarez, de 23. En respuesta, oficiales de la policía de Nueva York desataron caos y muerte bajo una ráfaga de balas. Al menos 46 disparos resonaron en las calles de este barrio. Mientras la policía lanzó una cortina de fuego, el caos estalló en las calles. Las 500 personas en la fiesta corrieron a guarecerse. Un hombre que vive por el rumbo describió la escena: “Las personas corrían por todas partes, tropezando unas con otras y poniendo niños a salvo”.

Cuando acabó la balacera, Luis Soto había muerto, por una bala de la policía. Ángel Álvarez sobrevivió los por lo menos 20 tiros que la policía le pegó. Otros disparos hirieron a tres personas de la comunidad. Una persona dijo: “Mientras cruzaba la calle, oí unos disparos, como pum, pum, pum”. Desde la cama del hospital, agregó: “Luego, vi a un detective de civil que gritaba: ‘Arriba las manos, arriba las manos’. Yo nada más le decía que yo ya estaba lesionado a bala”.

La policía se portaba como salvajes, disparando a lo loco, sin ningún respeto por la vida humana, e incluso dos de sus propios oficiales resultaron lesionados por balas policiales.

Los detalles de lo que provocó la situación no están claros. La policía y las autoridades ofrecieron versiones distintas. Al parecer, los informes de los medios establecidos dan a entender que el fiscal afirma que Soto traía arma, Álvarez se la arrebató y la accionó durante una riña. Un reporte de la cbsnews.com contradice esa historia diciendo que “los testigos afirman que los policías eran los únicos en accionar armas esa madrugada y que Soto estaba esposado y sin arma cuando fue muerto”.

Independientemente de lo ocurrido, siguieron a este ataque atroz una desinformación y encubrimiento al por mayor. Al día siguiente, el lunes 9 de agosto, el New York Times informó: “Los oficiales de la policía dijeron que el uso de la fuerza por los agentes parecía justificado”. Las autoridades y los medios satanizaron a las víctimas del salvaje ataque policial: repetidas veces dijeron que tanto Soto como Álvarez tenían antecedentes penales como si de alguna manera eso justificara que en el acto la policía declarara y aplicara una pena de muerte. El New York Times citó a un fiscal asistente que describió a Álvarez como un hombre con una “historia de ira hacia la policía”. Como si “ira hacia la policía” fuera algo irracional o un crimen o una justificación para pegarle 20 tiros.

Al parecer en este momento, de los siguientes hechos no queda ninguna duda en todos los reportes publicados sobre el incidente:

* * * * *

Hay muchas maneras de distender y lidiar con una riña. Pero escuchen lo que un testigo de este incidente en Harlem le dijo al New York Times: “Nunca jamás se oyó la frase ‘No se muevan’”. Agregó: “Nunca jamás se oyó la palabra ‘Alto’. Nunca jamás se oyó ‘Departamento de Policía de Nueva York’”. Al contrario, los policías simplemente empezaron a disparar. En una entrevista después del incidente, un vecino dijo respecto a la policía: “Las personas tienen la impresión que a ellos no les preocupan para nada la vida”.

Si este sistema no puede lidiar con una situación de esta clase de manera distinta a lo que pasó en Harlem, pues este sistema tiene que quitarse del camino. El poder estatal revolucionario podría manejar una situación de esta clase de muchas maneras diferentes y con un resultado muy diferente y mejor. En una nueva sociedad socialista, si tuviéramos que lidiar con una situación así, más valdría que muriera uno de los policías del pueblo que desbocarse y empezar a tirotear a lo loco contra una fiesta de personas en la calle. Eso es lo que se supone que un policía haga si de veras está sirviendo al pueblo. Un policía del pueblo sale y pone la vida en peligro en lugar de matar a alguien y tirotear a una multitud de 500 personas.

La policía dice que está ahí para “servir y proteger”. Tonterías. Sirve y protege la brutal realidad de este sistema capitalista. Si los policías del sistema de veras estuvieran para servir y proteger al pueblo, habrían hallado cualquier manera para lidiar con esta situación salvo lo que hicieron. Podrían haber encontrado y habría encontrado una solución que fuera mucho mejor. Pero en esta sociedad, los policías no actúan y no actuarán de esa manera, pues su misión es imponer todas las viles relaciones de opresión y explotación en esta sociedad, incluida la subyugación de los negros, latinos y otros oprimidos.

Una nueva sociedad socialista manejaría un incidente parecido a lo ocurrido en Harlem valorando la vida de las masas populares, y no esta sociedad y sistema capitalista, en que un papel importante de la policía es aterrorizar a las masas, sobre todo los jóvenes negros y latinos, incluso balear y matar casi al azar. Todo eso se debe a que cuanto más arbitrario el terror, más ampliamente propaga un mensaje y mantiene a la gente bajo la bota del sistema.

Éste es un sistema que es totalmente incapaz de gobernar la sociedad. Aunque el constante terror, brutalidad y asesinatos de la policía en los barrios pobres de las ciudades de Estados Unidos fuera lo único malo con este sistema, lo que no es el caso, eso sería suficiente razón para tener una revolución para forjar un tipo completamente diferente de poder estatal.

De: La revolución que necesitamos… La dirección que tenemos

Un mensaje, y un llamamiento, del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos:

Este es un sistema de capitalismo-imperialismo... un sistema en que el imperialismo estadounidense es la superpotencia más opresora y más monstruosa... un sistema impulsado por un implacable afán de ganancias que trae horror tras horror, una pesadilla al parecer sin fin, para la abrumadora mayoría de la humanidad: pobreza y miseria... tortura y violación... la dominación y degradación generalizadas de las mujeres en todas partes... las guerras, invasiones y ocupaciones... asesinatos y masacres... aviones, proyectiles, tanques y soldados de Estados Unidos, que bombardean a pueblos en tierras lejanas mientras que éstos duermen en su hogar o realizan sus actividades cotidianas, hacen pedazos a sus hijos pequeños, siegan la vida de hombres y mujeres en la flor de la vida, o en la vejez, tumban a patadas las puertas de sus hogares y se los llevan a rastras durante la noche... a la vez que en los propios Estados Unidos la policía hostiga, brutaliza y mata a jóvenes en las calles de las zonas urbanas —vez tras vez— y luego vomitan sus desquiciantes insultos, insistiendo en que eso es “justificado” como para decir que estos jóvenes no son seres humanos, que no tienen derecho a la vida y que no merecen ni respeto ni futuro.

Envíenos sus comentarios.

Si le gusta este artículo, suscríbase, done y contribuya regularmente al periódico Revolución.

Basics
Revolución: por qué es necesaria, por qué es posible, qué es
From Ike to Mao and Beyond