Revolución #217, 21 de noviembre de 2010


Del Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar

Cólera en Haití:
un resultado previsible de un sistema criminal

Los siguientes pasajes son del artículo del Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar sobre la actual epidemia de cólera que azota a Haití. El cólera es una infección bacterial aguda del intestino que provoca una intensa diarrea y vómitos. Sin tratamiento, puede matar en cosa de horas. Con asistencia médica expedita, es posible curar a la mayoría de las personas simplemente con agua con un poco de sal y azúcar. En la mayoría de los casos, el cólera se esparce por medio de aguas contaminadas con excrementos humanos y es posible prevenir fácilmente las epidemias con acceso a agua limpia y sistemas de sanidad. Un análisis profundo de la manera en que Haití llegó a ser tan pobre y cómo el imperialismo estadounidense lo distorsionó totalmente se halla en Revolución en línea en revcom.us: “La verdad en medio de los escombros en Haití: Estados Unidos es el problema, y no la solución”, de Li Onesto, que salió poco después del terremoto de enero de 2010 en Haití (#191, 7 de febrero de 2010).

8 de noviembre de 2010. Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar. A diferencia del terremoto que sacudió a Haití el pasado enero, el brote de cólera era previsible y prevenible. El peligro es aún más grande por el terremoto, pero la enfermedad pudo haber sacudido aun sin esa destrucción. Las personas han sabido por muchos años que eso era posible a menos que se hubieran tomado serias medidas sanitarias.

Ya muchas miles de personas se han enfermado con diarrea aguda y más de 540 han muerto. Hasta ahora la mayoría de los casos confirmados han ocurrido en el bajo río Artibonite, en la región del Altiplano Central al norte de la capital. Se cree que el río se infectó recientemente con la bacteria que causa esa enfermedad.

Justo después de que la epidemia de cólera apareciera, el huracán Tomás hizo desbordar el Artibonite. Las inundaciones han aislado aún más a algunas personas de la ayuda médica, forzado a otras a huir y podría esparcir la contaminación. Existe el temor que la enfermedad podría alcanzar la capital sobrepoblada. Los casos que se sospechan han aparecido en Cité Soleil, una amplia zona de barrios marginales que se extienden en dirección del Valle del Artibonite.

Nadie sabe qué tan rápido se esparcirá esta enfermedad. Aun si los esfuerzos para contenerla tengan éxito, es muy probable que se convierta en otra aflicción para el pueblo haitiano durante mucho tiempo.

Muy frecuentemente el cólera se esparce por medio de agua contaminada por excrementos humanos. Existe una cruel ironía en el hecho de beber agua infectada puede causar que las personas mueran de deshidratación, sus cuerpos se vacían de agua por la diarrea tan intensa que puede matarlas en pocas horas. La clave para prevenirla o contenerla es beber agua limpia. Es así de simple. Por carecer de ésta es por lo que la gente está muriendo, en un mundo de riquezas y avances tecnológicos y científicos sin precedentes.

La región del Artibonite no padeció mucha destrucción por el terremoto, aunque la situación se ha hecho mucho más difícil por la llegada de personas desamparadas forzadas a retornar de la capital. Los peligros creados por la dependencia de las personas en el agua del río son conocidos desde hace mucho tiempo. Este hermoso río es central para las vidas de las personas. Las personas que viven a la orilla de éste, se bañan ahí, se lavan las ropas y a sí mismas en éste y beben agua de éste. No pueden costear el combustible para hervir el agua antes de que la beban. No importa qué tan cuidadosos sean en cuanto a la sanidad y la limpieza, todo lo que hacen en la vida diaria con la única agua abundante a la mano puede matarlos y esparcir la enfermedad.

La mayoría de las personas infectadas por la enfermedad no se enferman, aunque pueden esparcirla de todas maneras. La desnutrición puede hacerlas más vulnerables. El tratamiento debería ser simple: el agua con un poco de sal y azúcar mantendría a la mayoría de las personas con vida sin hospitalización y sueros intravenosos pueden ayudar a que casi todos los demás sobrevivan. En algunos casos los antibióticos son necesarios para salvar a las personas y pueden ayudar a prevenir a que se esparza la infección.

El cólera apareció primero en el siglo 19 y se ha esparcido antes seis veces alrededor del globo...

Las epidemias de cólera son a menudo asociadas no sólo con la pobreza, sino con los cambios en cómo la gente vive debido a un desastre natural, el desplazamiento de la población, la urbanización veloz no planificada y especialmente la clase de desintegración social a gran escala que hace imposible para las comunidades mantener sus condiciones sanitarias…

Una razón de que las víctimas de cólera en Haití necesitan tratamiento hospitalario es por la cantidad de agua pura que tienen que beber para evitar morir de deshidratación, una cantidad de cerca de 20 litros al día que no se encuentra en ninguna otra parte. ¿Y en qué se supone que la gente deba bañarse para prevenir esparcir y coger la enfermedad? ¿Qué baños pueden usar? Pueden y deben tomar precauciones pero en general no hay mucho que puedan hacer en este contexto. La crisis de la salud refleja una crisis social.

Algunas de las razones de por qué el agua pura no existe en Haití fueron documentadas por varios grupos con sede en Estados Unidos y en Haití, incluyendo Socios en Salud, una organización que ha estado trabajando por décadas en Haití. Publicaron un informe titulado “Woch nan Soley: La negación del derecho al agua en Haití” dos años antes del brote de cólera.

Un detalle en ese informe de repente ha suscitado la atención de la gente. En 1998, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) decidió prestarle 54 millones de dólares al gobierno haitiano para mejorar el sistema nacional de aguas. Proyectos específicos de modernización incluían la ciudad de San Marco y el vecino departamento de Artibonite donde hoy ocurrió el primer brote del presente. Después los Estados Unidos lograron que el BID bloqueara el préstamo como parte de un programa encubierto para desestabilizar el gobierno electo de Jean-Bertrand Aristide…

La carencia permanente de gasto público en agua desde entonces había deteriorado la situación donde compañías privadas suministran la única agua pura disponible y la mayoría de la gente no tiene como comprar suficiente agua no importa cuánto quieran a sus hijos. Aún antes del brote del cólera, otra clase de diarrea contagiosa e infecciones gastrointestinales, que son enfermedades altamente prevenibles que no necesitan existir en el mundo de hoy, se ha convertido en la causa principal de muerte de niños. Entre los países considerados por una encuesta mundial sobre la “pobreza de agua”, Haití estaba en el último renglón mucho antes del terremoto.

En otras palabras, durante los últimos 16 años que Haití ha sido ocupado por diversas combinaciones de tropas de la ONU y de Estados Unidos, y no sólo desde el terremoto, la vida de la mayoría de la gente se ha empeorado mucho más.

En marzo del 2010, la secretaria de Estado estadounidense Hillary Clinton prometió 1.15 mil millones de dólares para reconstruir la infraestructura del país. No se le ha entregado ni siquiera un solo centavo (Prensa Asociada, 4 de noviembre de 2010)…

La mayoría del dinero prometido por organizaciones internacionales y otros países nunca ha aparecido.

Se elaboraron muchos planes para construir viviendas, instalar energía solar y construir carreteras. Pero desde entonces ni siquiera han removido los escombros dejados por el terremoto. Los problemas de la propiedad de la tierra han contribuido a un impase en el que no se ha hecho nada para restaurar siquiera la infraestructura empobrecida que una vez existió.

Estados Unidos y otros han proporcionado asistencia humanitaria de emergencia. Eso y la caridad privada han pagado por los programas de emergencia médica, carpas, un poco de comida y una que otra cosa para prevenir que la gente muera a una escala tan grande como para provocar el descontento social violento (cuya prevención es por lo que las tropas de la ONU están aún allá) con posibles consecuencias globales. Pero esta situación no es sostenible. Desde el pasado enero trabajadores conscientes oenegeístas y otros han estado diciendo que sin un cambio fundamental de la situación, un mayor desastre era inevitable, incluso posiblemente el cólera.

Es particularmente condenatorio que la mayoría de los casos que sospechaban de cólera en la sobrepoblada capital hasta ahora no han aparecido entre los desamparados atrapados en los campamentos temporales sino en Cité Soleil, donde la gente está viviendo bajo las mismas condiciones de antes del terremoto….

La apertura de la economía haitiana al mercado mundial arruinó a los campesinos (y causó, entre otras cosas, una enorme migración a Puerto Príncipe y a otras ciudades y un enorme número de inmigrantes al extranjero cuyas remesas son la principal fuente de ingresos para sus familias en Haití). Pero el capital internacional no ha acudido para explotar al pueblo haitiano. De hecho, a pesar del baboseo en las publicaciones de empresas estadounidenses sobre un “Bangla Desh a la vuelta de la esquina”, no han prosperado los esfuerzos para fomentar el establecimiento de fábricas de sueldos de hambre para exportar productos. Una razón importante es la incapacidad de Estados Unidos de establecer un tipo de régimen políticamente estable que requieren las inversiones de capital extranjero. En gran parte, eso es un resultado tanto del hecho como de la forma de la dominación política de vieja data de Estados Unidos, incluyendo los sentimientos que ha creado entre la gente.

Haití está aprisionado en una situación criminalmente loca donde la gente se está muriendo de enfermedades que otros países erradicaron hace siglo y medio. Hay tanto trabajo que clama por hacerse por salvar a la gente, tantas zanjas por cavarse, tuberías que tenderse y casas, escuelas y hospitales que construirse, aun si los escombros fueran el único material de construcción y las manos y brazos la única maquinaria. Muchas personas claman por trabajar y una oportunidad para rescatarse a sí mismas y a su país. No obstante, no se hará nada sin que enriquezca a algún capitalista y especialmente al capital imperialista de Estados Unidos.

Para los imperialistas y sus secuaces haitianos, el pueblo de Haití es un gran problema. Pero en realidad, el pueblo es la única solución posible. Cuando la revolución libere al pueblo de Haití de la dominación política y militar imperialista y la tiranía del sistema de ganancias, cuando un régimen revolucionario pueda poner el bienestar del pueblo en primer lugar y capacitar cada vez más a las personas para que sean los amos conscientes de todas las esferas de la sociedad, los haitianos podrían liberarse rápidamente a sí mismos de los azotes como el cólera al dar sus primeros pasos hacia un mundo digno del potencial humano.

El Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar es un servicio de Un Mundo Que Ganar (aworldtowin.org), una revista política y teórica inspirada por la formación del Movimiento Revolucionario Internacionalista, el centro embrionario de los partidos y organizaciones marxista-leninista-maoístas del mundo.

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