Revolución #229, 10 de abril de 2011
Exculpan a asesino policial de Manuel Jamínez Xum
27 de marzo de 2011. Seis meses después de que centenares de personas se lanzaron a las calles de Westlake/Pico-Unión por tres días en protesta por el frío asesinato de Manuel Jamínez Xum a manos del Departamento de Policía de Los Ángeles (DPLA), los instrumentos de la dictadura burguesa cerraron filas y dieron su respuesta. El 15 de marzo, la Comisión de policía anunció su conclusión de que ese asesinato encaja "dentro de la política" del DPLA. Casi al mismo tiempo, la fiscalía del condado de Los Ángeles dijo que la balacera era "lícita" y que no formularía cargo alguno contra el policía asesino, Frank Hernández. Estos dos anuncios se coreografiaron para seguir una rueda de prensa matutina de "líderes comunitarios" guatemaltecos, quienes exhortaron a la gente a ser pacífica tras el anuncio de la decisión, y para preceder una fuerte presencia policial en la zona, que incluía a agentes montados a caballo, una comisaría Rampart fortificada, policías en los techos y patrulleros para monitorear a las personas que se juntarían en protesta esa noche.
Manuel Jaminez era un inmigrante guatemalteco de 37 años de edad que había venido a Estados Unidos en busca de una vida mejor para su familia, y que terminó por ser usado, quebrantado y al fin asesinado por el funcionamiento de este sistema. Había estado aquí unos siete años, trabajando como jornalero. El día en que lo mataron, estaba ebrio y alterado. Según el informe de la Comisión de policía, muchos testigos dijeron que Manuel tenía un cuchillo y estaba amenazando a los peatones. Eso les preocupó y dio miedo a algunas personas, y estas pidieron que la policía se acercara. La policía se acercó con las armas desenfundadas. Y en menos de un minuto, le habían pegado dos balas en la cabeza a Manuel. El policía que lo baleó, ahora totalmente exculpado por las burocracias y los tribunales, tiene fama en el barrio de ser un perro brutal y mentiroso. Después de asesinar a Manuel, la policía dejó su cuerpo tendido en la acera por cuatro horas en el corazón de este vecindario centroamericano altamente poblado, al igual que el KKK en un tiempo dejaba colgados del dogal a los cuerpos de los negros como advertencia y amenaza a toda persona negra.
De acuerdo al informe de la Comisión de policía del propio DPLA, varias personas en la calle que habían visto a Manuel con el cuchillo antes de que llegara la policía, trataron de hablarle y tranquilizarlo, y por un rato lograron calmarlo. ¿Por qué es que una persona, estando ahí por casualidad, pudo ver resolver esa situación sin violencia, pero la policía, cuyo papel es supuestamente "servir y proteger", no pudo hallar ninguna solución que no fuera una ejecución inmediata?
Como decíamos en un previo artículo, de la misma manera que no se consideraría legítimo que los bomberos dejaran morir a las personas por miedo de entrar en un edificio en llamas y querer salvarse el pellejo, igualmente los policías que supuestamente son los protectores del pueblo no tienen ninguna legitimidad si no están dispuestos a arriesgar su propia seguridad en vez de quitarle la vida a una persona en menos de un minuto. ¿Y qué revela eso sobre la sociedad y el sistema en su conjunto cuando el jefe de policías, la Comisión "civil" de policía, la fiscalía del condado y el alcalde municipal en su totalidad pueden mirar ese tipo de asesinato y decidir que encaja "dentro de la política", que es "lícito" e incluso que los policías asesinos son "héroes"?
Este sistema no les ofrece ningún futuro a millones de personas como Manuel Jamínez. El mensaje comunicado es: este sistema te agotará, te tirará por los suelos, te degradará y te rebajará, y te matará sin la menor vacilación... y ni pienses en cuestionarlo ni desafiarlo. El levantamiento de Westlake en septiembre de 2010 envió otro mensaje y ofreció una visión de que algo más es posible. Nos toca a los que somos parte del naciente movimiento para la revolución conectar la ira y el deseo de millones de personas de ser libres de este horror diario con la dirección que tenemos para hacer la revolución que necesitamos.
Desde 2007, de acuerdo al periódico Los Angeles Times, las agencias del orden del condado de Los Ángeles han asesinado a 159 personas. Asesinaron a 11 personas en solo las primeras nueve semanas de 2011. El día antes de los anuncios que justificaron el asesinato de Manuel Jamínez, el jefe de policías de Long Beach sostuvo una rueda de prensa para justificar el asesinato en diciembre de Douglas Zerby, 35, a manos de policías de Long Beach, quienes lo rodearon en la oscuridad sin anunciar su presencia y abrieron fuego, pegándole 12 balas. Zerby, un hombre blanco, estaba ebrio, sentado fuera de la casa de un amigo en el barrio adinerado de Belmont Shore, jugando con la boca de una manguera de riego que tenía en la mano. Nunca supo que la policía estaba ahí. Hace menos de dos semanas, el jefe de policías de Los Ángeles justificó otra balacera del año pasado, el asesinato de Steven Washington, un hombre negro de 27 años que padecía autismo, que estaba caminando por la calle cuando los agentes que iban cerca en un patrullero escucharon un ruido y respondieron disparándole y matándolo. Ese asesinato fue tan flagrante que en este caso la Comisión de policía se vio obligada a discrepar con el jefe de policías, cosa que ha hecho en muy raras ocasiones; sin embargo, no se le han formulado cargos penales al policía. |
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