Revolución #231, 1° de mayo de 2011


Primer aniversario del desastre del petróleo en el golfo de México:

UN DERRAME DE PETRÓLEO CAPITALISTA, Y EL SISTEMA SIGUE DÁNDOLE

El 20 de abril de 2010 se reventó la plataforma de excavación de petróleo Deepwater Horizon de British Petroleum (BP) en el golfo de México, y el 22 de abril, se hundió. El accidente dejó once trabajadores muertos y con el paso del tiempo dejó un chorrazo de más de 200 millones de galones de petróleo y 225 mil toneladas de metano en el agua. A este brebaje venenoso, agregaron casi dos millones de galones de dispersantes químicos tóxicos a fin de desintegrar el petróleo e impedir que se viera desde la superficie. Al salir el chorrazo de petróleo durante tres meses, desde el primer día BP y el gobierno les restaban importancia, mentían y suprimían las investigaciones científicas del ritmo del chorro y los demás aspectos del desastre.

El ecosistema del Golfo ya estaba muy dañado y frágil debido a muchos años de abusos de antes del derrame: muchos derrames menores, una gigantesca zona muerta estacional o anoxia, muchos canales abiertos en el delta del río Misisipí para facilitar las excavaciones y el transporte del petróleo, etc. Ahora, un año después del reventón, los biólogos todavía están empezando a comprender el impacto total de los desastres en el Golfo. Muchos científicos señalan que después del enorme derrame del buque tanque petrolero Exxon Valdez en Alaska en 1989, la población de arenque se colapsó tres años después, después de que al comienzo parecía que los peces habían sobrevivido el desastre. En el desastre del golfo de México, el reventón del Deepwater Horizon ocurrió cuando muchas especies de vida marina estaban desovando. El oceanógrafo Edward Chesney del Consorcio Marino de la Universidad de Luisiana le dijo a la revista Scientific American (20 de abril de 2011): “Sin duda perdimos a muchos de esos peces y huevos larvales, pues éstos no pueden moverse y son muy vulnerables a la toxicidad del petróleo”. Las toxinas provenientes del petróleo pueden subir por la cadena alimenticia; los científicos han hallado evidencia de petróleo en plancton, los pequeños seres vivos que están en la base de la red alimenticia. Es posible que se hayan perdido generaciones enteras de seres vivos marinos jóvenes, y eso podría tener un impacto sobre partes más altas de la cadena alimenticia, porque las especies que se alimentan de las especies perdidas también resultan afectadas.

Además, hay muchos impactos sobre la salud humana. Eran tóxicos los cinco millones de barriles de petróleo que salieron a chorrazos al golfo de México, y el uso de dispersantes químicos en la superficie del agua y en las aguas profundas del mar amplificó esa toxicidad. El artículo del Scientific American señala: “El petróleo en sí contiene una diversidad de los llamados hidrocarburos aromáticos policíclicos (PAH) que se sabe causan cáncer: benceno, tolueno, etc. Durante el derrame, las pruebas de la NOAA [Administración Nacional Oceánica y Atmosférica] encontraron más de 800 compuestos relacionados con el petróleo en el agua”.

El impacto del chorrazo de petróleo devastó las comunidades de personas que dependían de las aguas de la costa del Golfo para su sustento proveniente de la pesca y otras formas. Los científicos, activistas y personas de las comunidades afectadas han hecho esfuerzos determinados de poner al descubierto las causas y combatir las muchas dimensiones de los daños inmediatos y largoplacistas del desastre del petróleo. Pero hace meses poderosas voces del sistema actuaron para suprimir todo eso y declarar el “fin” del derrame y sus efectos. Pronunciaron que estaba bien comer mariscos provenientes del Golfo, que la gente volviera a las playas y a nadar en el agua, aunque las mareas aún traían glóbulos de petróleo y en algunos puntos el lecho del mar se había convertido en una zona muerta. (Ver en línea en revcom.us un informe de la página “Defender la ciencia” acerca de los recientes hallazgos de los científicos: “Gruesa capa de petróleo del derrame de BP depositada sobre el lecho del golfo de México: El gobierno procura evadir y pasar por alto cruciales hallazgos científicos, vuelve a impulsar perforaciones en aguas profundas ahí”).

Una aguda expresión de la batalla en torno al impacto del desastre es la contienda sobre los estimados de la cifra de animales muertos debido al derrame. En un estudio publicado a mediados de abril, el Centro de Biodiversidad Biológica dice que las cifras del gobierno sobre las muertes de animales subestiman drásticamente la verdadera magnitud. Usando multiplicadores científicos, el Centro estima que cinco veces más tortugas marinas, diez veces más aves y pájaros y 200 veces más animales marinos resultaron lesionados o muertos que en los estimados oficiales. El Centro sostiene que la verdadera cifra de seres vivos marinos muertos debido al derrame es de “más de 82 mil pájaros y aves, unos seis mil tortugas marinas, casi 26 mil mamíferos marinos, incluidos los delfines, y que una cantidad desconocida pero sin duda pasmosa de peces y invertebrados tal vez hayan resultado perjudicados por el derrame y sus secuelas”.

El gobierno aprueba reanudar las excavaciones en aguas profundas del mar

El desastre del petróleo en el Golfo en 2010 fue el mayor derrame de petróleo en mar abierto en la historia de Estados Unidos y uno de los mayores jamás vistos sobre el planeta. El desastre ha tenido efectos devastadores para la gente y el medio ambiente del Golfo, y todavía no conocemos su impacto total. Por lo tanto, ¿esto ha obligado al gobierno, las corporaciones petroleras y el sistema en su conjunto a suspender la clase de perforaciones y excavaciones que condujeron el reventón de BP? No. Todo lo contrario. Comisiones de alto nivel han redactado informes, Obama ha prometido que la situación cambiara y la burocracia gubernamental ha hecho unas reorganizaciones menores en la manera de otorgar los permisos de excavar en aguas profundas. Pero en realidad, es verdaderamente escandaloso qué tan pocos cambios concretos han hecho en la manera en que aprueban y llevan a cabo la clase de excavación que condujo al desastre del Golfo y la clase de medidas de seguridad que existen en caso de accidentes.

Obama ya ha levantando la suspensión temporal de las excavaciones en aguas profundas del mar, la cual se puso en marcha en medio del derrame. Ya están otorgando permisos. El primer permiso después de levantar la suspensión fue para Noble Energy Inc. para labores en un pozo en aguas profundas cerca de la costa de Luisiana. BP no es el operador, pero tiene un interés de 46% en el pozo. Además, BP y otras empresas están negociando con el Departamento del Interior para volver a hacer excavaciones en aguas profundas.

Mega-desastres, emergencia global y capitalismo

El último año ha presenciado dos “mega-desastres” ambientales: el derrame del petróleo en el Golfo de México y el desastre de los reactores nucleares de Fukushima en el Japón. Aparte de estos sucesos catastróficos, sigue en marcha una emergencia ambiental mundial, con la creciente destrucción de los ecosistemas por todo el mundo y el cambio climático global. Según la Organización Mundial de la Salud, el calentamiento global ya mata 150 mil personas al año debido a peores sequías, tormentas, anegaciones, olas de calor y enfermedades con parásitos. De 2000 a 2008, las emisiones de los gases del efecto invernadero (como el bióxido de carbono y el metano que causan el calentamiento global) aumentaron en un 29% y ha estado aumentando su tasa de acumulación. Los gobiernos del mundo se han mostrado completamente incapaces de responder a esta emergencia, ni con medidas mínimas.

No se trata simplemente de desarrollar nuevas tecnologías para lidiar con los problemas ambientales. Ya existen muchas nuevas tecnologías de esta clase y existe muchísimos conocimientos acumulados de parte de los científicos y otras personas sobre la manera de solucionar muchos problemas ambientales actuales. No se trata simplemente de cambiar políticas malas. La raíz del problema es mucho más profunda: está en la propia naturaleza del sistema capitalista.

Bajo este sistema, los capitalistas o los bloques de capital tienen como propiedad privada los medios de producción: la maquinaria, las tierras, la tecnología y demás. A veces estos capitalistas cooperan entre sí pero de fondo se enfrentan unos a otros como competidores que tienen una compulsión de aumentar sus ganancias. Cuando BP se metió en líos en el Golfo, según el New York Times (8 de junio de 2010) a las corporaciones petroleras rivales “se les hacía agua la boca” en anticipación de la oportunidad de tragarse a BP. En lo fundamental, no se debe a que estas corporaciones son avaras y despiadadas, aunque lo son, sino que según las “reglas” del sistema, los capitalistas están impelidos a sacar provecho de cualquier ventaja y socavar a sus competidores; si no, éstos podrían socavarlos y hacerlos quebrar.

Esta dinámica subyacente básica es lo que impulsa las acciones de los capitalistas individuales. Por eso, el capitalismo, como sistema, no puede lidiar con el medio ambiente de una manera racional y sustentable, aun cuando un capitalista individual o un grupo de capitalistas de hecho quisieran hacerlo. Al centro del capitalismo es la realidad de que las ganancias determinan y motivan toda la producción. Como señala Raymond Lotta: “Para el capital, la naturaleza es algo que se podrá tomar y saquear o un regalo que se da por hecho, que se explota y se vierte en la producción de mercancías basada en las ganancias”. Los capitalistas no solamente no están dispuestos sino que en lo fundamental no son capaces de lidiar con los efectos de su propia producción, tal como la contaminación. No pueden hacer planes para las futuras generaciones. (Ver una discusión más a fondo en el artículo “Por qué el capitalismo no puede solucionar la emergencia ambiental”, que es parte del número especial de Revolución #199 sobre la emergencia ambiental, en línea en revcom.us/medio_ambiente).

Lo que todo esto presenta es la necesidad de tener soluciones muy radicales. Lo que se necesita con urgencia es arrancar de raíz y revolucionar las bases de la manera en que la sociedad está organizada y la manera en que se realiza la producción a nivel mundial. Nada menos siquiera empezará a lidiar con lo que estamos presenciando. Este futuro es posible. La Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte (Proyecto de texto), del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos, expone un marco para un socialismo emancipador y efervescente que estableciera la protección del medio ambiente como una parte crucial de los cimientos de la sociedad. Instamos a todos a chequear esta Constitución en revcom.us/constitucionsocialista.

Todos aquellos que quieran parar en serio la catástrofe ambiental tienen que reconocer profundamente la realidad del actual mundo pesadillesco y trabajar para gestar esta sociedad radicalmente nueva.

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