Revolución #234, 29 de mayo de 2011


La Nakba, la limpieza étnica de Palestina,  y la naturaleza y rol actual de Israel

El 15 de mayo se conmemora el aniversario de la Nakba, la limpieza étnica de Palestina que se llevó a cabo por medio de masacres y terror sionistas. Este año la Nakba se destacó por una serie de protestas sin precedentes de miles de palestinos y otros en las cuatro fronteras de Israel. El ejército israelí mató al menos una docena de estos valientes manifestantes no armados.

En Estados Unidos, casi nadie ha escuchado jamás sobre la Nakba. Para diciembre de 1947, en lo que es ahora Israel los colonos sionistas empezaron las expulsiones en masa de los palestinos. Esta ola de terror (Nakba significa “catástrofe” en árabe) continuó hasta los primeros meses de 1949. Durante la Nakba casi un millón de palestinos fueron brutalmente expulsados de sus tierras, aldeas y casas, huyendo solamente con las pertenencias que podían cargar. Muchos fueron violados, torturados y masacrados (ver La limpieza étnica de Palestina de Ilan Pappé). Cientos de aldeas fueron destruidas y se les puso nombres hebreos. El estado de Israel fue construido sobre la sangre y los cadáveres de esas masacres.

La Nakba no es historia “antigua” ni inclusive “historia moderna”. Esta enmarca la vida diaria de todos los palestinos, hoy. El aluvión de actividad entre Israel y EE.UU. es la última saga la que se ha llamado un “proceso de paz”. Pero ese “proceso de paz” y su retórica de “la solución de dos estados” y “concesiones de parte de ambas partes” encubre y  en esencia pone al revés las cuestiones básicas de justicia e injusticia, lo correcto y lo erróneo. Sus suposiciones subyacentes son la legitimidad de un estado sionista y la remoción permanente del pueblo palestino de su país. Esto se basa sobre la suposición de que el estado de Israel en esencia es uno de “los buenos” en el mundo, al menos para todos salvo los palestinos. Eso no es cierto en absoluto.

Israel ha sido una catástrofe para el pueblo palestino. Los palestinos han sufrido una guerra asesina total en su contra en la que cientos de aldeas palestinas han sido arrasadas y se han perpetrado masacres de la población civil. Se han tenido que exiliar de su patria y han estado sometidos a esfuerzos de borrar su existencia nacional como pueblo y su cultura. Por generaciones han estado cercados y confinados a campos de refugiados bajo la ocupación militar en los pocos territorios que han podido conservar. Enfrentan constante humillación, agresión diaria y el asesinato, la salvaje represión política y la tortura y periódicos ataques militares sanguinarios.

Israel ha sido una catástrofe para los pueblos del mundo. Investigue “la relación especial” de Israel con el apartheid de Sudáfrica cuando ese régimen abiertamente racista fue aislado y denunciado. Mire el rol de Israel en “la guerra sucia” de terror desatada por la junta militar fascista (y virulentamente anti-semita) de Argentina contra los radicales y disidentes de 1976-1983. O el rol de Israel al respaldar al Sha de Irán. O investigue lo que pasó en Guatemala, de 1978-1984 cuando el carnicero fundamentalista cristiano Ríos Montt asesinó al menos 180.000 campesinos mayas. Los aldeanos fueron decapitados, violados sistemáticamente, mujeres embarazadas fueron masacradas y los niños mayas fueron vendidos o entregados como esclavos a los funcionarios del régimen fascista de Guatemala. En 1982, cuando las denuncias de estas masacres salieron a la luz, el New York Times reportó que “el secretario de Estado de EE.UU., Alexander M. Haig, Jr., indujo a Israel a hacer más en Guatemala”. Israel jugó un papel central y esencial en la masacre épica, suministrando transporte a aldeas remotas, aviones de guerra, entrenamiento militar, “asesores” y 10.000 Uzis. En 1982, bajo la dirección del ejército de EE.UU. los comandantes israelíes inventaron y ayudaron a implementar una política de tierra quemada (quemar todo, matar todo) en la sierra de Guatemala.

De 1981 al 2004, EE.UU. envió $1.8 mil millones al año de ayuda militar a Israel; desde 2004 esa cifra ha sido aumentada a 2.4 mil millones. Una parte del trato es que EE.UU. utilice a menudo el ejército israelí y su inteligencia como un sustituto a fin de distanciarse de algunos de sus propios crímenes más odiados y bárbaros en todo el mundo.

Israel ha sido una catástrofe para el pueblo judío. El Holocausto fue uno de los grandes crímenes de la historia moderna. “Nunca jamás” debería significar “nunca jamás se permitirá que continúen los crímenes contra la humanidad y que la gente pueda declararse ignorante o impotente por no haber hecho nada para impedir esos crímenes”. Al contrario, el sionismo y el estado de Israel expresan y son vehículos para adoctrinar y reclutar a los judíos en el punto de vista de “nunca jamás se permitirá joder a mi pueblo y se justifica cualquier cosa que se haga para impedir eso”. Existe un mundo de diferencia moral entre esos dos puntos de vista.

EE.UU. y Israel: valores compartidos, intereses en común. Siempre que usted escucha a los representantes de la clase dominante de EE.UU. hablar sobre Israel, siempre les escuchará invocar la “relación especial” y los “valores compartidos” entre Estados Unidos y Israel. Uno de los “valores compartidos” que no mencionan es que ambos países se formaron sobre la base de la limpieza étnica y en el caso de EE.UU., el genocidio de los pueblos indígenas. La constante subyugación de los pueblos oprimidos sigue siendo la base de ambas sociedades. Hoy, la esencia de los “valores compartidos” y los “intereses en común” de Israel y EE.UU. es mantener la dominación del imperialismo estadounidense sobre un mundo de maquiladoras, desastre ambiental, pobreza, prostitución, tortura, genocidio y guerras injustas.

Los intereses de la abrumadora mayoría de las personas del mundo, de todas las nacionalidades y religiones, no están con los del sistema imperialista, con EE.UU. a la cabeza y de Israel como un agente armado clave. Es posible servir a intereses de la abrumadora mayoría y en últimas de toda la humanidad solamente mediante el derrocamiento de ese sistema.

Ver las fuentes y documentación en revcom.us/israel-es y/o investigue por su cuenta estas afirmaciones.

 

Después del Holocausto, lo peor que le ha pasado al pueblo judío es el estado de Israel.

Bob Avakian, Lo BAsico 5:12

 

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