Revolución #241, 31 de julio de 2011
Correspondencia de un lector:
Reflexiones sobre el juicio de Casey Anthony
Si usted vive en Estados Unidos, ha soportado un aluvión de cobertura mediática del juicio, de la absolución (de los cargos principales) y —al escribir esto— la puesta en libertad de Casey Anthony. Ella es la mujer de 22 años de Florida, acusada de matar su hija Caylee.
Pero no se trata sólo de "la televisión tabloide" que se desboca con el sensacionalismo — ¡por malísimo que sería eso! Algo más grande y peor estaba ocurriendo en este caso y, para ser sincero, parece que logró engañar a la gran mayoría de la gente. Por eso escribo esta carta — porque a mí me es importante ver cómo este caso y toda la vil cobertura mediática encajan en los ataques contra la liberación de la mujer, los derechos reproductivos, el pensamiento crítico y la represión cada vez más intensa de la gente y de nuestros derechos legales.
Déjeme decir para empezar que no sé cómo murió Caylee Anthony y tampoco lo sabían la fiscalía, la policía y el ejército de personalidades dementes de la televisión como Nancy Grace1, las que siguen pidiendo a gritos la sangre de Casey Anthony. Pero yo sí sé que el jurado pronunció el veredicto correcto: que la fiscalía no había probado su caso "más allá de toda duda razonable"2.
El New York Times, en un artículo del 5 de julio, "Casey Anthony Not Guilty of Slaying of Daughter” (Casey Anthony: No culpable de matar a su hija), resumió los problemas con los argumentos de la fiscalía:
"No existía ninguna evidencia directa que conectaba la Sra. Anthony con la muerte de su hija. La evidencia forense tenía pocos fundamentos y ningún testigo jamás la conectó con la muerte de Caylee. Los investigadores no encontraron ningún rastro de ADN de la Sra. Anthony ni pistas irrefutables de cloroformo o de la descomposición en la cajuela del auto de la Sra. Anthony, donde según los fiscales ella ocultó el cuerpo de Caylee antes de que se deshiciera del mismo. La fiscalía también resultó frustrada por el hecho de que nadie sabe exactamente cuándo ni cómo murió Caylee...".
Otro punto llamativo es que a pesar de todos los recursos de los cuales dispone el Estado, la fiscalía no podía presentar ninguna evidencia de que Casey no fuera una madre cariñosa durante la vida de Caylee: ningún informe de que ella parecía distante o resentida, ni hablar de gritarle, pegarle o abusar de ella.
No se trata de "tecnicismos" insignificantes; son gigantescas lagunas en el caso. En una palabra, no existía evidencia convincente de que alguien hubiera matado a Caylee Anthony, ni hablar de que Casey lo hiciera, ni menos con premeditación. Hasta Marcia Clarke (la fiscal del caso contra O.J. Simpson3), quien se opuso fuertemente al veredicto, reconoció las debilidades del caso del fiscal y que todos los participantes llevaron a cabo limpiamente el proceso.
No obstante, cuando el jurado, que escuchaba los argumentos por seis semanas, pronunció su veredicto de “no culpable”, ¿cómo estuvo la reacción? Un chorro de indignación, enojo y en sentido literal gente que pedía la sangre no sólo de Casey sino de los jurados, de parte de Nancy Grace y sus amigos, todo lo cual se propagó febrilmente por el Internet.
Julie Chen, presentadora de un programa de entrevistas, se rompió a llorar cuando se anunció el veredicto; Nancy Grace, al parecer con la cabeza a punto de reventarse, declaró: "En alguna parte en la sociedad, el diablo está bailando esta noche". Marcia Clarke dijo que este veredicto fue aún más escandaloso que la absolución de O.J. Simpson. Por el Internet y Twitter, salieron comentarios como: "Deberían permitir el apedreamiento para este caso en particular" y "Ojalá que ella muera en el infierno".
El día que se dictó la sentencia, un manifestante llevó un letrero que decía: "Jurados 1-12: Culpables de homicidio", y uno de los jurados ya está escondido por temor a ataques; la familia de Anthony ha recibido amenazas de muerte; y montaron planes de seguridad especiales cuando Casey salió del cárcel. En la televisión, salieron personalidades para regodearse declarando que no hay ningún lugar en Estados Unidos en que Casey podría vivir con seguridad y paz y que efectivamente su vida "se ha terminado".
Todo esto no se limita únicamente a las noticias en la televisión por cable y los tabloides. En su página de la redacción, el New York Times publicó una columna de opinión de Frank Bruni, "A Sordid Cast Around Casey Anthony” (Un sórdido elenco en torno a Casey Anthony), en que éste declara con aire de indiferencia que "lo más probable es que [Anthony] tenga la responsabilidad" de la muerte de su hija y de ahí centra su crítica en sus abogados por los atropellos como lanzar un gesto grosero con el dedo medio a un grupo de periodistas que los seguían después del juicio y el supuesto incumplimiento de parte de otro abogado de pagar la pensión alimenticia para sus hijos mientras estaba en la escuela de derecho. Al final de la columna, Bruni hace una crítica de paso a Nancy Grace.
En todo eso, cabe mencionar la defensa de "la creencia" en oposición a la ciencia y el pensamiento crítico. En un comentario revelador, Nancy Grace dijo: "En un tribunal de leyes, los criterios son diferentes. No estamos en un tribunal. No estamos protegidos contra la evidencia" (mi énfasis). Pero no indicó que la fiscalía ocultó ninguna evidencia al jurado.
El contenido ideológico de la representación de Casey Anthony de parte de los medios de comunicación y la fiscalía fue un vil esfuerzo de reafirmar y reforzar la idea patriarcal fundamental que define a la mujer como madre y esposa y no como ser humano independiente y multidimensional. Por ejemplo, piense en cómo Nancy Grace tildó a Casey Anthony como “Tot Mom” [madre de niñita] y esencialmente se negó a usar su verdadero nombre. No sólo fue una forma de burlarse de ella y deshumanizarla sino estaba diciendo específicamente que ser la madre de Caylee Anthony definía su existencia.
Para tener un sentido más amplio de lo que está en juego, considere el siguiente comentario sobre el caso de Casey Anthony de la página de web Wintery Night Blog (“How feminism led to increased child abuse and child neglect” [Cómo el feminismo ha resultado en un aumento en el abuso de menores y la negligencia para con los menores]):
“Lo más importante para muchas mujeres a las cuales el feminismo ha influenciado es que siempre sean felices. Creen que pueden extender su búsqueda egoísta de la felicidad a una relación duradera, que de alguna forma los hombres y los hijos celebrarán su egoísmo. Para algunas mujeres, si lo que piden los hijos y los hombres no les da felicidad, simplemente pueden hacerse un aborto y conseguir un divorcio por cualquier motivo. Lo que el aborto constituye en la práctica es la negativa de las mujeres a tener criterio de selección en cuanto a la pareja con la cual tendrá relaciones sexuales, seguido de una disposición a matar a fin de evitar la disminución de su propia felicidad por la responsabilidad de cuidar a bebés. Hoy, muchas mujeres defienden el aborto....
“Hoy, muchas mujeres no desean a hombres que les dicen lo que es correcto y lo que es cierto, especialmente acerca de la religión y la moralidad. Esos hombres son ‘demasiado estrictos’ y ‘demasiado exigentes’, le dicen a ella las obligaciones morales que la mujer tiene para con los esposos e hijos, y ella no quiere escucharlo ni tener nada que ver con ello”.
Piense en las muchas veces en los medios de comunicación y en la corte que se refirieron a Casey con desdén como "pachanguera". Piense en el hecho que la fiscalía concluyó sus argumentos presentando fotos de ella en un club nocturno después de que Caylee había muerto, y no ninguna evidencia de que Casey cometió el homicidio. El mensaje de la fiscalía, que la gran mayoría de los medios repitieron y reforzaron, fue que Casey mató a su hija para poder ir de fiesta, bailar y tener sexo. Se suponía que ese mensaje sustituiría a la evidencia concreta.
Y numerosos comentaristas han expresado indignación porque ella pareciera feliz después de ser absuelta de cargos con una posible condena de muerte, lo que implicó que la liberaron después de tres años de cárcel, que pasó principalmente en aislamiento.
La esencia de este caso nunca se trató de "Justicia para Caylee", aunque lo proclamaran sin cesar. Es verdad que el abuso de menores es una epidemia en Estados Unidos (la verdadera razón por eso tiene que ver con las relaciones de propiedad dominantes en que se considera y trata a la mujer como la propiedad del hombre y a los hijos como la propiedad de su padre y madre). En Florida, casi cuatro niños mueren de abuso cada semana, pero ahí y en otras partes el sistema no eroga casi ningún dinero a los programas sociales cuyo objeto es aliviar ese maltrato. En verdad, al sistema no le importan un comino el sufrimiento y la muerte de miles de niños. Pero esta muerte les ofreció una oportunidad para presentar una obra teatral sobre la moral, sobre mujeres malvadas/madres malas y para azuzar una histeria contra los fundamentos del debido proceso legal y la justicia y eso se compaginaba con el ambiente general que el sistema está fomentando ahora mismo. Por eso la muerte de Caylee engendró este espectáculo reaccionario que sigue teniendo repercusiones.
1. Nancy Grace es una ex procuradora del estado de Georgia, ahora un comentarista influyente en temas de derecho para HLN [antes CNN Headline News], que condujo a la red a emitir cobertura del juicio de Casey Anthony casi las 24 horas al día, que desde el principio trató a Casey como si fuera culpable y continúa haciéndolo después de su absolución. Esto no tiene nada de nuevo: toda la carrera de Grace en el sistema jurídico así como en la televisión se ha caracterizado de un vil y vengativo espíritu y una indiferencia total hacia la verdad, la ética y el establecido proceso legal. Grace dice que estudió en la escuela de derecho con el propósito de luchar por "los derechos de las víctimas" después del homicidio de su novio, pero incluso la han pillado distorsionando y exagerando los hechos y circunstancias de la muerte del novio para que encajen mejor en su cruzada contra lo que considera un impotente sistema jurídico que mima a los criminales. (Ver “Did Nancy Grace, TV Crimebuster, Muddy Her Myth?”, The New York Observer, 5 de marzo de 2006.)
Como procuradora, dos veces la Suprema Corte de Georgia le dio una reprimenda; en la segunda ocasión, al anular una condena por homicidio, la corte dictaminó que “la conducta de la abogada procuradora en este caso exhibió su indiferencia para con los preceptos del debido proceso legal y la justeza y no tiene excusa”. (Ver Carr. v Hall, 267 Georgia 701 [1997].) En otro caso, el tribunal de apelaciones que estudió uno de los casos de Grace dijo que “cuesta trabajo concluir que Grace no utilizara a sabiendas testimonio falso”. (Ver Stephens v Hall, 407 F.3d 1195, 1206 [XI Circuito, 2005].)
Como “periodista”, Grace le hizo una “entrevista” a Melinda Dickett, una mujer de 21 años de edad cuyo hijo estaba desaparecido. Grace le insistía tanto a la madre, golpeaba la mesa con el puño y exigía que la madre diera los detalles de su último día con su hijo; cuando la madre no lo hizo y que a cambio cayó en confusiones, Grace cambió a su “experto psicólogo” televisivo, quien declaró: “No tuvo una reacción típica para una madre que tiene un hijo desaparecido”. Al día siguiente, la madre se suicidó. Grace respondió diciendo que la madre seguro lo hizo debido a “sentimientos de culpabilidad”. El abuelo de la madre dijo: “Nancy Grace… simplemente iba aplastándola hasta el final”. La familia entabló una demanda; Grace aceptó un arreglo fuera de las cortes por 200 mil dólares. En otro caso de rapto, el de Elizabeth Smart, Grace salió en el programa de Larry King y declaró que un sospechoso, Richard Ricci, “era culpable” y también implicó a su novia. Ricci murió cuando estaba bajo la custodia de la policía; posteriormente, se descubrió que ni él ni su novia tenían conexión alguna con el caso. Grace, de nuevo, siguió impenitente, diciendo que Ricci era “un ex convicto conocido, una persona que cometió un delito grave y por ello despertó sospechas, así que “¿quién podría responsabilizar a alguien por haber dicho que él era el perpetrador?” [regresa]
2. Según Black's Law Dictionary, 5ª edición [nuestra traducción]:
"En un caso penal, el gobierno tiene el deber de corroborar todos los elementos del delito fuera de toda duda razonable. La duda razonable que justificará la absolución es una duda basada en la razón y derivada de evidencia o falta de evidencia, y es una duda que un hombre o mujer razonable puede abrigar, y no es duda descabellada, no es duda imaginada, y no es duda que un miembro de un jurado puede inventar para evitar la realización de una tarea o deber desagradable. La duda razonable es tal duda como la que impelería a un hombre razonable y prudente en los asuntos más graves e importantes de la vida a pausar y vacilar en cuanto a obrar sobre el asunto de que se acusa o que se afirma”. Esto se considera uno de los principios más fundamentales del sistema jurídico estadounidense. [regresa]
3. En 1994, acusaron a O.J. Simpson, un famoso ex atleta negro y personalidad mediática, del brutal homicidio su ex esposa, quien era blanca. Condujo la investigación policial un virulento racista que se guardaba un odio particular contra los hombres negros que salían con mujeres blancas y existían indicios claros y fuertes de que la policía alteró le evidencia. El proceso fue un enorme espectáculo, con un fuerte subtexto racista incorporado al proceso así como la cobertura mediática. El jurado declaró “no culpable” a Simpson, lo que desató una virulenta indignación principalmente por parte de gente blanca. [regresa]
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