Revolución #247, 9 de octubre de 2011
El llamado a que la ONU reconozca un estado palestino…
…Y las exigencias de un imperio asediado
El 23 de septiembre, el presidente Mahmoud Abbas de la Autoridad Palestina (AP) dio un discurso largamente esperado en que pidió la admisión a la ONU de un estado palestino... compuesto de pequeñas parcelas de Palestina, cercenadas y dominadas militarmente por Israel. Aunque tal resolución no conduce a poner fin a la opresión del pueblo palestino, el presidente Barack Obama de Estados Unidos, dirigiéndose a la ONU dos días antes del discurso de Abbas, declaró que la resolución no llegaría a ser realidad. El discurso de Abbas fue seguido por una perorata beligerante del primer ministro israelí Benjamín Netanyahu, quien rechazó la ONU como un “teatro de lo absurdo” por sus resoluciones (aguadas e impotentes) de condena a la continua limpieza étnica que Israel lleva a cabo con el fin de remover al pueblo palestino de su tierra natal.
Como escribimos la semana pasada: “La resolución de la ONU presenta cuestiones cruciales acerca de la naturaleza y el papel del estado de Israel, las causas fundamentales que motivan la opresión del pueblo palestino y lo que se necesitará para obtener justicia y liberación para un pueblo que ha sufrido generaciones de subyugación y ocupación brutal” (“La votación en la ONU.… la ocupación de Palestina... y la lucha por la liberación”, Revolución #246, 25 de septiembre de 2011).
Obama y Estados Unidos: Entre la espada y la pared…
Obama habló ante la ONU en el contexto de una región convulsionada, donde la dominación por la única superpotencia mundial confronta desafíos de todo un abanico de rivales, fuerzas sociales anticuadas del fundamentalismo islámico en la región y también la lucha de las masas que demandan libertad… Y donde en dicha región el apoyo estadounidense para Israel se considera amplia (y correctamente) como una vergüenza y un ultraje.
Queriendo posicionarse a Estados Unidos como paladín de la democracia en la región, Obama intentó presentar su país como un agente imparcial entre Israel y los palestinos. Dijo: “Estados Unidos ha invertido tanto tiempo y tantos esfuerzos en la construcción de un estado palestino y en negociaciones que puedan alcanzarlo precisamente porque creemos tan firmemente en las aspiraciones del pueblo palestino”.
Un artículo reciente de The New York Times sacó a la luz la naturaleza de esa “inversión”. Describe una reunión, organizada por el gobierno de Obama, de congresistas republicanos con Netanyahu, cuyo objetivo era convencerlos a seguir financiando a la Autoridad Palestina. Dice: “Uno de los miembros del Congreso que asistió la reunión con el Sr. Netanyahu… dijo que se le explicó bien a la delegación que los fondos se usarían para entrenar a policías palestinos que trabajan de cerca con el gobierno israelí”. (The New York Times, 21 de septiembre de 2011)
No importa la mísera ayuda que Estados Unidos incluye para servicios sociales o para el funcionamiento del gobierno palestino, esos “policías palestinos que trabajan de cerca con el gobierno israelí” son la esencia del “esfuerzo [estadounidense] para la construcción de un estado palestino” que sirva como agente del orden para Israel (y más allá de eso, en el fondo, para Estados Unidos).
El padrino y su esbirro
Inmediatamente después de explicar la “inversión” estadounidense en alguna versión de un estado palestino, Obama cambió de tono, adoptando la actitud amenazante que utiliza para sermonear a sus rivales o a los oprimidos: “Pero que esto se entienda también: el compromiso de Estados Unidos con la seguridad de Israel es inquebrantable. Nuestra amistad con Israel es profunda y perdurable. Así que creemos que cualquier paz duradera tiene que reconocer los problemas muy reales de seguridad que Israel enfrenta cada día”.
La naturaleza de esa relación “profunda y perdurable” es que desde su fundación, literalmente sobre los huesos y las casas del pueblo palestino, Israel ha servido de un esbirro rabioso que defiende los intereses estadounidenses por todo el mundo. Cuando había que apuntalar al régimen de apartheid en Sudáfrica, ahí estaba Israel. Un dictador genocida y fascista cristiano en Guatemala: Israel le suministró las armas, el adiestramiento y el transporte. La Operación Cacería Verde, una guerra de terror contra pueblos indígenas y contra la guerrilla maoísta en la India… Estados Unidos pidió que Israel le diera apoyo y adiestramiento.
Obama agregó: “Seamos honestos: Israel se encuentra rodeado por vecinos que le han librado guerras en repetidas ocasiones”.
Primero, hay que decir que todas esas guerras fueron provocadas, cuando no iniciadas, por Israel y el saldo de muertes y de destrucción ha sido muy desigual. Además de eso, tachados de la narrativa profundamente distorsionada de Obama son los hechos fundamentales de que Israel se fundó sobre la limpieza étnica y el mantenimiento de un estado de terror constante en toda la región.
Por último, Obama sacó a jugar lo que se supone que sea la baza moral para defender a Israel y todos sus crímenes: “El pueblo judío lleva la carga de siglos de exilio y persecución, y memorias frescas de la matanza de seis millones de personas simplemente por quiénes eran. Esos son hechos. No se puede negarlos”.
Pero ¿quiénes fueron responsables por los pogromos, las orgías de violencia contra los judíos en Europa? Las viejas clases reaccionarias de Europa. ¿Quién llevó a cabo el Holocausto contra los judíos de Europa? Fue desatado y llevado a cabo por la clase dominante imperialista alemana. Además, las clases dominantes de los “Aliados” eran por regla general cómplices de eso, pues no aceptaron a los refugiados judíos que llegaron a sus tierras huyendo de Hitler (los desviaron a Palestina) y rehusaron atacar militarmente los trenes que iban a los campos de exterminio.
La verdadera lección del Holocausto es que pretextar la ignorancia o la impotencia no es justificación para quedarse de brazos cruzados ante los crímenes de lesa humanidad. Ahora esa lección se aplica a los crímenes de Israel contra los palestinos.
Oponiéndose a los ataques estadounidenses/israelíes… Forjando otro camino
En medio de los levantamientos que han recorrido el Norte de África y el Medio Oriente, han surgido elementos inspiradores en que personas de Egipto, Líbano, Siria y otros países marchan a las fronteras con Israel y hasta las cruzan (mientras Israel responde con una violencia unilateral, matando a muchos manifestantes). Esos sucesos, y el surgimiento en todo el mundo de una creciente lucha en oposición a los crímenes de Israel contra los palestinos, son un atisbo del potencial que existe para que la gente del mundo abandone y llegue a ver más allá del paradigma mortal que posiciona el callejón sin salida del jihad fundamentalista islámico, y las fuerzas sociales anticuadas asociadas con él, como la principal fuerza opuesta a Estados Unidos y a Israel. Los levantamientos en la región pueden ser un entorno en que se plantea y se conozca ampliamente una alternativa auténticamente revolucionaria al actual orden mundial, lo que incluye conocer la verdadera naturaleza y el verdadero papel de Israel.
Al desatarse el debate y la lucha en torno a la petición de que la ONU reconozca un estado palestino, sigue siendo crucial sacar a la luz la verdad sobre el papel y la naturaleza de Israel, su ilegitimidad fundamental, para que sea parte del revuelo de controversia. También urge oponerse políticamente a cualquier medida de Estados Unidos, Israel o sus lacayos regionales para reprimir y atacar al pueblo palestino.
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