Revolución #255, 8 de enero de 2012
¿Debe sentirse triste una mujer que se hace un aborto?
¡Ni en sueños, carajo!
No hay absolutamente nada malo, trágico, desafortunado ni triste en la decisión de una mujer de hacerse un aborto. Nada.
¿Por qué?
Porque obligarla a tener un hijo contra su voluntad equivale a la esclavización. Punto.
¿Otras razones?
Porque un feto NO es un bebé. El feto tiene el potencial de convertirse en bebé, pero hasta que nazca no tiene una existencia independiente ni en el sentido social ni en lo biológico. Es una parte del cuerpo de la mujer y está subordinado a ese cuerpo. Cualquier intervención, por parte del estado, la religión o la familia, que la obliga o incluso la presiona a subordinar su vida, sus sueños y su salud a la incubación del feto contra su voluntad, es completamente injusta e ilegítima. Es inmoral y esclavizante.
¿Y la responsabilidad de la mujer? Si ella no quiso tener un hijo, ¿no debiera haberlo pensado antes de “abrirse de piernas”?
Este argumento falla en al menos cuatro niveles. Primero, el argumento supone que es malo que una mujer tenga relaciones sexuales y que hay que castigarla por eso (mientras una norma completamente distinta se aplica a los hombres). Segundo, ese enfoque trata a los niños —a los cuales hay que desearlos y cuidarlos bien— como si fueran simplemente un castigo a la mujer. Tercero, hace caso omiso del hecho de que hacerse un aborto, cuando ella no está ni dispuesta ni ansiosa por tener un hijo, es asumir la responsabilidad de su embarazo. Por último, pasa por alto el hecho de que los fascistas cristianos que criminalizan el aborto son los mismos responsables de negarles a cada vez más mujeres el acceso al control de la natalidad y la educación sobre el sexo (lo que dificulta enormemente que ellas se protejan contra el embarazo cuando tienen relaciones sexuales en primer lugar).
¿Pero si una mujer es violada? ¿O si tenía grandes deseos de tener un hijo, pero algo está mal con el feto o el embarazo hace peligrar su propia vida? ¿No es triste el aborto en esos casos?
Repito: ¡Ni en sueños, carajo!
Si una mujer queda embarazada tras ser violada, el vil crimen es la violación; el aborto que le quita la obligación de dar luz al hijo del violador es una cosa positiva y liberadora.
Si una mujer tiene grandes deseos de tener un hijo, pero algo sale mal con el embarazo, la tragedia son los problemas médicos; el aborto que elimina esos peligros es positivo y liberador.
La mujer es un ser humano, no es una incubadora. Una mujer que no puede tomar la decisión ella misma acerca de tener un hijo, y cuándo, no tiene más libertad que un esclavo. Un aborto no es algo por el cual hay que disculparse; es algo que celebrar y defender. Una de cada tres mujeres se hará un aborto durante su vida; no está mal hacérselo. Es hora de declarar con fuerza y audacia:
¡¡¡Aborto a solicitud y sin disculpas!!!
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