La super-tormenta Sandy y el cambio climático

Orpheus Reed | 1 de noviembre de 2012 | Periódico Revolución | revcom.us

 

El huracán Sandy fue una tormenta sumamente destructiva y masiva. Fotos tomadas por satélites en el espacio mostraron que la tormenta se extendió desde la costa atlántica hasta los Grandes Lagos. Los vientos de fuerza tropical se propagaron por 1500 kilómetros, más del doble que los del huracán Katrina, aunque la velocidad sostenida de los vientos fue 48 kilómetros por hora menos que la de Katrina. Según Mark Fischetti de Scientific American en línea, Sandy fue “el huracán más grande que nunca en las regiones central y noreste de la costa atlántica de EE.UU.” Sandy fue asimismo el segundo huracán más poderoso al norte de Cabo Hatteras, Carolina del Norte desde los principios de la historia escrita. Su enormidad y fuerza ocasionaron inundaciones masivas debido a la lluvia y las marejadas que tal vez fueran las más destructivas en la costa este desde hace siglos.

Sandy — otro “toque de atención”

Sandy llegó en un momento cuando el clima de la tierra está experimentando grandes cambios. Uno de los cambios más dramáticos es el aumento de los eventos climáticos extremos, incluyendo más —y más destructivas— tormentas como Sandy. Están tomando lugar más de esos eventos extremos debido al calentamiento de la tierra que está transformado el clima de la tierra. Por varios años, los científicos han predicho que el cambio climático ocasionará más tormentas extremas y destructivas, inundaciones, olas de calor, sequía, etc. Y hay cada vez más evidencia científica que demuestra que el planeta ya está experimentando más eventos climáticos extremos. (Ver "El cambio climático: La ola de calor, tiempo extremo y futuras tormentas, Revolución #282, 7 de octubre de 2012.)

Durante el huracán, el ambientalista y autor Bill McKibben hizo un llamamiento para “reflexionar sobre lo que significa el hecho de que en el año de más calor en la historia de Estados Unidos, cuando hemos visto el mes, julio, más cálido de cualquier otro mes en la historia de Estados Unidos, en un año en que vimos, en esencia, el hielo del mar de verano en el Ártico se desvanece ante nuestros ojos, lo que significa que ahora vemos tormentas de esta magnitud sin precedentes. Si alguna vez hubiera un toque de queda, aquí está”. (Democracy Now!, 9 de octubre de 2012)

Pero en lugar de hacer sonar la alarma, sectores poderosos de la clase dominante y gran parte de los medios de comunicación se han callado en general sobre el cambio climático, o hasta lo han negado.

Lo que se exige es estudiar de manera profunda la dinámica de esta super-tormenta, difundir la ciencia del cambio climático, y movilizar a la gente para confrontar y, si sea posible, dar marcha atrás a los cambios ambientales que están destruyendo el planeta y perjudicando la vida.

Varios científicos, ambientalistas y escritores de ciencia han escrito cosas buenas y valiosas que hicieron sonar la alarma y analizaron las causas del huracán Sandy (ver las fuentes abajo). Pero en los medios de comunicación establecidos la única discusión del cambio climático se ha restringido a cómo Estados Unidos debería lidiar con la inevitable subida de los océanos y un futuro más destructivo por medio de construir compuertas contra inundaciones u otros aparatos para proteger mejor Nueva York.

Eso sí es una cuestión, pero existe una realidad y problema internacional mucho más grande. Las transformaciones enormes de los futuros cambios climáticos, las extinciones de especies y ecosistemas enteros, la acidificación de los océanos, y las posibilidades de que el mundo natural se deshaga. La subida de los mares ya está sucediendo y se empeorará mucho, y las tormentas más destructivas y poderosas ya están sucediendo y se empeorarán mucho, impactando profundamente a cientos de millones de personas por todo el planeta. Es posible que desaparezcan en el proceso naciones isleñas enteras y potencialmente países enteros como Bangladesh. Decenas de millones de personas en todo el planeta viven en la costa en elevaciones iguales o más bajas que la de la ciudad de Nueva York. Y muchas de esas decenas de millones de personas viven en países pobres oprimidos por el imperialismo. Nadie construirá compuertas contra inundaciones para ellas.

¿Cómo se va a lidiar con todo eso? Lo que se necesita es nada menos que una reducción dramática, rápida y enorme del uso de los combustibles fósiles, el uso generalizado de la energía renovable y sostenible, y de ahí conservar la naturaleza y permitir que la tierra se sane durante muchos siglos. Pero para hacer eso, necesitamos una revolución y un sistema completamente nuevo.

La dinámica de Sandy

Dada esa realidad y lo que está en juego, es importante analizar la relación entre esta tormenta y el cambio climático para que podamos tratar todo esto con otros.

El calentamiento global causado por las actividades humanas no es la fuente de los huracanes. Los huracanes son generados naturalmente por un conjunto de factores (los que están fuera del alcance de este artículo), y en la historia el poder y la envergadura de ellos han variado mucho.

De hecho no es raro que huracanes ocurren en octubre o que viajan por la costa atlántica. Lo raro es que Sandy se volvió tan enorme y poderoso, convergiéndose con una gran tormenta más fría jalada del norte por un descenso en el corriente en chorro, creando una super-tormenta híbrida. Muchos huracanes que viajan por la costa viran al este hacia el Atlántico. Pero un sistema de altas presiones “bloqueó” Sandy, empujándolo hacia la costa. Es posible que esta presión y el patrón atmosférico, los que jalan el corriente en chorro al sur, estén relacionados con el cambio climático, aunque eso no es claro todavía. Algunos científicos argumentan que esta clase de oscilación en el corriente en chorro ocurre debido al derretimiento del hielo del mar en el Ártico en el verano y la presencia de más océano abierto, lo que causa cambios atmosféricos que afectan el corriente en chorro. Hay un debate sobre esto entre los científicos y ahora no es una cuestión decidida.

Lo que sí es claro, no obstante, es que las aguas cálidas de los océanos alimentan y proveen energía a los huracanes. Este año, las temperaturas de las aguas del noreste del Atlántico han estado 3 grados C. más altas que lo normal. En septiembre, la temperatura del océano cerca de la costa casi batió el récord. Sandy sacó energía de esas aguas del Atlántico con temperaturas más altas que lo normal, y también de la energía que resultó de esa masa de aire templado sobre el océano encontrando el aire más frío del norte.

Aunque parece que el Atlántico más cálido actual es una mezcla de la variación natural y el calentamiento del planeta, es claro que existe un componente de cambio climático en esto que alimentó lo que hizo este huracán tan fuerte y grande. Cuando la atmósfera se calienta se ocasiona más humedad, y eso también desempeña un papel en alimentar tormentas más destructivas. Los climatólogos dicen que los océanos más cálidos y la atmósfera más húmeda no van a aumentar el número de huracanes, sino que tenderá a aumentar su poder, envergadura y destructividad.

El climatólogo Kevin Trenberth del Centro Nacional de Investigación Atmosférica de EE.UU. lo expresó de esta manera: “El cambio climático está cambiando el tiempo. Los últimos años han sido marcados por el tiempo inusitadamente extremo y severo, característico del cambio climático. Los océanos están más cálidos y la atmósfera encima de los océanos está más cálida y húmeda. Este nuevo normal cambia el ambiente para todas las tormentas y las hace más intensas y con más precipitación”.

El otro factor de cambio climático aquí es el hecho de que los mares ya han subido debido al calentamiento global. Las marejadas de todas las tormentas se vuelven peores debido al subido de los mares y esto incluye la marejada sumamente destructiva de Sandy ante la costa de Nueva Jersey y Nueva York. Este subido del mar se empeorará mucho si las cosas continúan como son.

Según lo que ya sabemos, Sandy es otro ejemplo de las tormentas más destructivas que el cambio climático está generando — una mezcla de fenómenos naturales y el calentamiento global que es causado por el calentamiento global. Es un augurio del futuro. Y efectivamente esto debería hacernos reflexionar, y actuar.

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