La resistencia contra el oleoducto Keystone XL, y la lucha por la humanidad y el planeta

24 de febrero de 2013 | Periódico Revolución | revcom.us

 

De un lector:

Forward on Climate [Avance sobre el clima], descrita como la "mayor concentración sobre el cambio climático de la historia", tuvo lugar el 17 de febrero en Washington, D.C., con una participación de decenas de miles de personas, como activistas ambientalistas, científicos y otros. En torno a la consigna "Alto al KXL" (en referencia al oleoducto Keystone XL), Forward on Climate fue convocada por 350.org, Sierra Club y The Hip Hop Caucus y la refrendaron más de 100 organizaciones. Se programaron mítines de solidaridad por todo Estados Unidos.

Las arenas de alquitrán de Canadá, la segunda reserva de petróleo del mundo (después de Arabia Saudita), ya producen 155 mil barriles de petróleo al día. Estas arenas son pegajosos yacimientos de betún (petróleo sólido o semi-sólido) debajo de 400 mil km cuadrados de los bosques y humedales boreales de Canadá. La extracción del petróleo de las arenas de alquitrán produce tres veces más gases del efecto de invernadero (los que causan el calentamiento global) que la extracción del petróleo convencional.

Esta extracción requiere enormes lagunas de hasta 3.650 hectáreas cada una para almacenar los químicos tóxicos utilizados en el proceso. Pero las toxinas no permanecen ahí; se filtran de las lagunas hacia la cuenca de aguas y de ahí a los ríos y arroyos que han utilizado los pueblos originarios por siglos para alimentos y agua. Como resultado, el índice de cáncer de la población originaria es diez veces mayor que el resto de la población canadiense. Se ha documentado muy bien lo que le pasa a los pueblos originarios de Canadá, lo que constituye nada menos que el genocidio.

Son objeto de contaminación los humedales, o sea los puntos de tránsito de casi de la mitad de los pájaros migratorios de América del Norte. Están nivelando y destruyendo los bosques boreales, que atrapan dos veces más bióxido de carbono (un importante gas del efecto invernadero) por hectárea que las selvas tropicales.

El propósito de este oleoducto de 3.200 km de largo es de transportar el petróleo de las arenas de alquitrán de la provincia de Alberta a la costa del golfo de México en Estados Unidos para su refinación. El oleoducto recorrería los estados centrales de Estados Unidos y pondría en peligro las tierras agrícolas, mantos freáticos y ríos. El presidente y el Departamento del Estado de Estados Unidos tienen que otorgar las aprobaciones para este oleoducto porque cruza una frontera internacional.

Desde el comienzo, los pueblos originarios de Canadá han estado protestando contra la excavación de las arenas de alquitrán. Se sostuvo la primera gran protesta en Washington, D.C., en agosto de 2011. Hubo cientos de arrestos, y la justa demanda de parar este oleoducto se convirtió en un grito de batalla para el movimiento ambientalista.

Demonstrators march against Keystone

Unos manifestantes con una réplica de un oleoducto protestan contra el oleoducto Keystone XL fuera de la Casa Blanca, 6 de noviembre de 2011. Foto: AP

En diciembre de 2011, los republicanos exigieron que Obama tomara una decisión dentro de 60 días sobre este oleoducto. Obama rechazó temporalmente la autorización, diciendo que hacía falta tiempo para revisar los estudios ambientales. En febrero de 2012, TransCanada (la empresa impulsora del oleoducto Keystone XL) volvió a solicitar un permiso y exigió un permiso inmediato para empezar la construcción del trecho del oleoducto del golfo de México (la que no requería el mismo nivel de autorización del Departamento de Estado). En el verano de 2012, Obama anunció la aprobación del trecho sureño y fue a Oklahoma para la inauguración, diciendo que hacía del nuevo oleoducto "una prioridad" y prometiendo despejar los obstáculos burocráticos que retrasaban el oleoducto en su conjunto.

La construcción del trecho sureño del oleoducto ha topado con resistencia. Un dueño de tierras de Texas construyó una red de cabañas en los árboles y decenas de manifestantes se turnaron para vivir en éstas durante 80 días, lo que retrasó temporalmente el proyecto. Los manifestantes han interrumpido las reuniones de la petrolera y se han plantado en frente de las niveladoras.

Las ilusiones acerca de Obama, y la realidad

Las organizaciones ambientalistas creen que Obama esté a punto de tomar una decisión sobre el oleoducto Keystone XL y eligieron el 17 de febrero (el fin de semana del Día del Presidente) para movilizaciones en Washington, D.C. y para exigir que Obama rechace el permiso y responda a la crisis climática.

Mucha gente del movimiento ambientalista se sumó a los millones de personas que votaron con un entusiasmo sin precedentes por "la esperanza y el cambio" en 2008. Los ambientalistas que esperaban que se apoyara menos en los combustibles fósiles observaron consternadas mientras la administración de Obama saboteaba las cumbres sobre el cambio climático; por ejemplo, cuando Obama mismo fue a una cumbre de la ONU sobre el cambio climático en Copenhague en 2009 para amenazar a otros países para que se suscribieran un acuerdo inútil. Se desesperanzaban cuando Obama autorizó las excavaciones petroleras en mar abierto, lo que incluye abrir la costa del Ártico de Alaska a las petroleras depredadoras. Se sorprendieron cuando Obama autorizó el trecho sureño del oleoducto Keystone XL. Se molestaban cuando abrió millones de hectáreas de tierras públicas a la excavación del petróleo y gas. Esperaban con paciencia que Obama respondiera a la crisis del calentamiento global en los debates presidenciales de 2012 y se desanimaban cuando él, al contrario, se jactó de expandir la excavación de combustibles fósiles, diciendo que su administración había autorizado suficientes gasoductos para rodear el planeta. Pero a pesar de toda esa amarga experiencia, permanecen las peligrosas ilusiones acerca de Obama y del sistema que él representa.

En su discurso con motivo de la segunda toma de posesión en enero, Obama prometió poner el cambio climático en "el primer nivel" de las prioridades de su segundo mandato. De repente, el objetivo de la protesta contra este oleoducto cambió a una concentración para "ayudar al presidente a empezar su segundo mandato con una fuerte acción por el clima" (página web 350.org). ¿Cómo? Hizo una promesa en su discurso de toma de posesión, y ¿se supone que nosotros nos movilicemos para "ayudar" a este presidente que ha hecho tanto para desmovilizar políticamente a la población mientras que el sistema sigue inexorable con sus crímenes intolerables: no sólo en relación al medio ambiente, sino con la expansión de la guerra de aviones no tripulados, la continuación de la encarcelación en masa de los jóvenes negros y latinos, el número récord de deportaciones de inmigrantes, etc., etc.? ¿Se ha olvidado en tan poco tiempo la engañosa promesa de Obama en el discurso de su primera toma de posesión de que iba a cerrar la prisión Guantánamo dentro de 30 días? Cuando Obama promete que "crezca la economía", ¿no se debería preguntar cómo lo hará sin aumentar la producción de combustibles fósiles y sin agravar el peligroso cambio climático global?

Puede que operen distintos factores en la venidera decisión de Obama sobre el oleoducto Keystone XL; la evidencia principal es que su administración está por aprobarlo. Ya aprobó el trecho sureño, y ¿qué representa eso si no que se va a conectar al resto del oleoducto? ¿Por qué el nuevo secretario de Estado de Obama, John Kerry, quien previamente había cuestionado el Keystone XL, de repente se ha vuelto "evasivo"?

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Ante la emergencia ambiental global, es peligrosamente irreal creer que las cosas como carros eficientes en energía, fuentes de energía alterna y demás bajo el presente sistema conducirán a un cambio con sentido. Urgen las manifestaciones populares, desobediencia civil y otras expresiones de resistencia e indignación ante la amenaza del imparable cambio climático y es importante luchar por la demanda "Alto al KXL". Pero se necesita muchísimo más. Si la protesta de Forward on Climate en sí reforzara la confianza de decenas de miles de personas en Obama y en el sistema que él representa, eso sería muy malo, y no les imbuirá de una determinación de lucha por una verdadera solución.

Se manifiestan por todas partes las señales de la intensificación del cambio climático global: hay naciones enteras en el Pacífico bajo la amenaza del aumento del nivel del mar, la desertificación de África peligra la vida de millones de personas, más anegaciones devastadoras en Bangla Desh, huracanes más severos y otro tiempo más extremo. Mucha gente entiende que lo que se requiere es eliminar la dependencia de los combustibles fósiles y otros cambios importantes en toda la sociedad a nivel mundial. Existe una solución, pero no está en Obama ni en las varias ideas sobre la reforma del actual sistema en que tantísimas personas creen.

Tenemos que empezar por captar la verdadera fuente del problema. La realidad es que el sistema capitalista imperialista constituye la raíz de la emergencia ambiental ante la humanidad. Como el máximo representante político de la clase que domina este país, el mandato de Obama es de mantener y fortalecer la posición de Estados Unidos como la más poderosa potencia imperialista, lo que incluye su dominio militar preponderante, ante los desafíos de los otros imperialistas y varias fuerzas en el mundo. Eso exige el uso intensivo de combustibles fósiles, las formas más baratas de energía y la continuación de la violación y saqueo de los recursos del mundo, sin importar el costo para los ecosistemas del mundo. Ese imperativo es lo que rige bajo este sistema, el que Obama u otro esté en la Casa Blanca. Por eso, es una ilusión confiar en Obama o de alguna manera tratar de hacer que el capitalismo sea más "verde" a fin de revertir el calentamiento global, porque en esencia eso implica apoyarse en el sistema capitalista imperialista para hacer lo que es imposible que haga dicho sistema.

Pero SÍ existe una solución. La sociedad socialista, en el camino hacia un mundo comunista, puede actuar según los principios del desarrollo socialista sustentable que pueden empezar a lidiar en serio con la emergencia ambiental, desde una perspectiva internacionalista (vea "Algunos principios claves del desarrollo socialista sustentable" en revcom.us). Eso requerirá una revolución, una revolución comunista según la nueva concepción de Bob Avakian, para derrotar y desmantelar el actual sistema. Ahora mismo existe un movimiento para dicha revolución que se está construyendo, con la orientación de "luchar contra el poder, y transformar al pueblo, para la revolución". Es necesario que este movimiento para la revolución cobre mayor presencia como polo en la sociedad, incluido en la lucha ambientalista.

Piense en lo siguiente: si miles de personas discutieran y forcejearan sobre Lo BAsico 1:29, "Este sistema y aquellos que gobiernan no son capaces de llevar a cabo desarrollo económico que cumpla con las necesidades de la gente ahora, balanceado con las necesidades de generaciones futuras y de proteger el medio ambiente. No les importa nada de la exquisita diversidad en el medio ambiente y en la tierra, y los tesoros que tienen, a menos que puedan convertir esto en ganancias para sí mismos.... Ellos no son capaces de ser quienes cuidan este planeta", cómo eso cambiaría dramáticamente el terreno el 17 de febrero.

Si cientos de personas consiguieran el número especial de Revolución sobre el medio ambiente (revcom.us/medio_ambiente) y la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte (Proyecto de texto).

En la segunda parte de la entrevista a Bob Avakian por Michael Slate (revcom.us), BA habla del potencial de un creciente movimiento de individuos preocupados por el medio ambiente. Es posible concretar dicho potencial únicamente cuando los revolucionarios salgan con arrojo en la sociedad, lo que incluye en las acciones como el 17 de febrero, y presenten la verdadera solución a la crisis ambiental ante el pueblo y el planeta.

Box:

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EMERGENCIA!

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Se puede descargar en línea en
revcom.us/
medio_ambiente.

Adquiera la edición impresa en una librería local de Libros Revolución (vea p. 15) y al pedido de
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