De los estrenos

Área de la Bahía de San Francisco

31 de marzo de 2013 | Periódico Revolución | revcom.us

 

Un público emocionado se juntó en el Colegio Laney en Oakland el domingo 17 de marzo, para ver el estreno de Habla BA: ¡REVOLUCIÓN — NADA MENOS! (en inglés) Los que llegaban temprano recibieron la bienvenida por parte de representantes del Club Revolución-Área de la Bahía, y revisaron la mesa de Libros Revolución en el vestíbulo. Entonces, un contingente del Club Revolución-East Oakland, alzando una bandera, encabezó el público para entrar al cine y comenzar la función.

Más o menos 150 personas asistieron ese domingo. Era un grupo diverso de diferentes nacionalidades y edades, de todas partes de la Área de la Bahía. Para muchos, era la primera vez que habían asistido a semejante evento, y unos eran aprensivos sobre lo que iban a encontrar y oír. El hecho de ser nuevos tantos de los asistentes imbuyó a la función de un carácter fresco. Muchas, muchas de las personas en asistencia no eran conocidas para los organizadores de la función antes del mero día. Se habían dado cuenta del estreno en diferentes maneras — tarjetas de mano, valla publicitaria, anuncios publicitarios en la prensa, la radio, anuncios en el salón de clases y de amigos. Se representó algo nuevo — nuevo, importante y frágil.

Alumnos y profesores del City College de San Francisco, donde se está librando una batalla feroz para mantener abierto el colegio para los 90.000 estudiantes que dependen de él, estaban presentes, encabezados por el Club Revolución que se acaba de formar ahí. También estaban presentes alumnos de Laney College, Universidad de California-Berkeley, Berkeley City College, Cal State East Bay y otros colegios Peralta. Asistieron estudiantes de dos escuelas secundarias charter de San Francisco, así como de secundarias (high school) de Castlemont, Oakland, Oakland Escuela de Artes, Skyline y Berkeley. Los acompañaron profesores de por lo menos tres secundarias diferentes y otros jóvenes de esas zonas, quienes habían conocido a los revolucionarios durante varias salidas durante las últimas seis semanas. Algunos de esos estudiantes asistieron juntos como núcleos nacientes en sus escuelas, y otros asistieron como individuos.

Además de la importante presencia de la juventud, asistieron muchas personas de diferentes nacionalidades, edades y orígenes. Hombres y mujeres de East Oakland y San Francisco los que han estado con la revolución durante buen rato se aseguraron de representar sus comunidades y se pusieron de pie con orgullo cuando el Maestro de Ceremonias pidió a los miembros del Club Revolución que se identificaran. Activistas contra la guerra, maestros, enfermeros, abogados, desempleados y desamparados, inmigrantes de Latinoamérica, Irán y África, un amigo antiguo de BA que miró un anuncio del estreno y se aseguró de estar presente. Otros que conocían a BA desde los días del Partido Pantera Negra acudieron para escucharlo. Algunas personas habían oído a Carl Dix hablar del asesinato de Kimani Gray y el vínculo entre la resistencia contra los asesinatos policiales y la importancia de asistir a este estreno. Muchos habían recibido llamadas durante los últimos días antes del estreno, y nos dijeron que esas llamadas personales tuvieron un efecto decisivo en sus planes de asistir.

Durante la intermisión, que duró más de lo planeado por dificultades técnicas que había que resolver, las personas comieron, platicaron y compararon opiniones sobre el discurso. Se vendieron el DVD, camisetas del estreno y literatura en la mesa de Libros Revolución. Las personas revisaron sus paquetes para saber qué hay de planeado para la semana que venía y para llenar los cuestionarios sobre cómo les gustaría conectarse. Algunos con los que platicamos durante el descanso comentaron que no les parecía bien la crítica de BA a Obama. Otros tenían dudas sobre su crítica a la religión. La mayoría, aunque no todos, estaba de acuerdo que se necesita la revolución, y nada menos. Algunos dijeron que ahora podían captar cómo sería posible, incluso en un país como Estados Unidos.

Al final de la función, era bien noche (empezamos tarde para que los que venían de las comunidades tuvieran la oportunidad de presenciar el comienzo, y porque los problemas técnicos que tuvimos que resolver durante la intermisión resultaron en que ésta tardó más de lo planeado) pero muchos se quedaron a platicar, conseguir más DVD y enterarse de cómo participar. Muchos del Club Revolución-East Oakland se quedaron un rato para cenar, cotorrear, comparar notas en una reunión efervescente caracterizada por una auténtica camaradería y emoción sobre lo que habían escuchado ese día, los brotes de un movimiento para la revolución que se veían en los grupos de personas, jóvenes y grandes, de todas las nacionalidades, que se reunieron para ser parte de este entreno histórico. Se hicieron planes para juntarse el fin de semana para llevar el DVD a las comunidades y hablar más sobre lo que acaban de presenciar.

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