El juicio de Zimmerman:

Las mentiras, las calumnias… y el linchamiento a sangre fría de Trayvon Martin

Actualizado 12 de julio de 2013 | Periódico Revolución | revcom.us

 

Nota de la redacción: Este artículo fue posteado el 8 de julio de 2013 en inglés y ofrece un contexto y análisis del juicio de George Zimmerman. Vea las últimas noticias del caso en revcom.us, especialmente "Zimmerman sale en libertad: ¿Cuánto tiempo este sistema seguirá saliendo impune con el asesinato?", de Carl Dix.

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Los ojos de una nación están clavados en el juicio del asesino de Trayvon Martin y en muchos sentidos, el mundo entero está mirando. Trayvon Martin era un adolescente negro el que un justiciero vigilante mató a balazos poco después de las 7 horas de la noche el 26 de febrero de 2012. Trayvon caminaba hacia la casa de su padre con una lata de té helado y unas golosinas.

Trayvon Martin

Trayvon Martin

George Zimmerman no sabía nada de Trayvon Martin, nunca había escuchado nada de él. Pero consideraba que lo conocía. Ya bastaba con que Zimmerman viera un joven negro vestido de una sudadera con capucha que caminaba a su casa con unas golosinas para "saber" que Trayvon Martin era un "sospechoso". "Sabía" que Trayvon Martin era un "maldito maleante". "Sabía" que Trayvon eran un "maldito güevón" quien "siempre se sale con la suya".

Por eso, Zimmerman se bajó de su vehículo, acechó a Trayvon Martin y con su arma corta de 9 mm, le pegó un disparo por la sudadera de Trayvon Martin derecho a su corazón. Lo mató casi instantáneamente con una bala expansiva.

Zimmerman jamás demostró ningún remordimiento por haber matado a Trayvon Martin. Ni cuando jaló el gatillo. Ni cuando le dijo a la policía repetidamente —sin ningún fundamento— que Trayvon era "el sospechoso". Ni cuando le preguntaron directamente si hubiera hecho algo diferente si pudiera, en una entrevista televisada que se tocó en la corte. En esa entrevista televisada, Zimmerman afirmó —obscenamente— que fue la "voluntad de Dios" que él matara a Trayvon Martin.

Cronología de un asesinato

De las 6:54 pm a las 7:12 pm el 26 de febrero de 2012, Trayvon Martin hablaba por teléfono con Rachel Jeantel, una amiga en Miami, mientras iba caminando a la casa de su padre en Sanford, Florida, donde estaba quedándose por un rato. Trayvon llevaba unas golosinas y un té helado. La llamada se desconectó después de 18 minutos, y cada uno trataba de llamar de nuevo.

A las 7:09:34 pm, George Zimmerman llamó a la policía de Sanford y les dijo que vio a alguien que actuaba de manera "muy sospechosa" — ese alguien era Trayvon Martin, que había llegado al vecindario donde vivía su padre. Después de hablar por dos minutos y medio, Zimmerman le dijo a la despachadora policial que ese alguien estaba "corriendo". La despachadora le preguntó a Zimmerman si estaba siguiéndole a esa persona y Zimmerman contestó que sí. La despachadora le dijo: "No es necesario que haga eso, no queremos que haga eso", y agregó que la policía ya estaba en camino. Zimmerman respondió: "está bien", pero continuaba siguiendo a Trayvon. Le dijo a la despachadora que la persona que vio era un "maldito maleante" y "malditos güevones esos, siempre se salen con la suya".

De las 7:12 a las 7:13, Rachel Jeantel y Trayvon lograron restablecer la conexión telefónica. En su testimonio ante el tribunal, Rachel dijo que durante esta llamada Trayvon le dijo que un extraño le estaba siguiendo y que Trayvon lo llamó un "blancucho espantoso". Dijo que Trayvon le dijo que estaba yendo a casa y nunca dijo que iba a enfrentar al hombre que le seguía.

Poco después de las 7:13, Zimmerman le dijo a la despachadora que no sabía dónde estaba Trayvon; a las 7:13:41, la llamada se terminó. Zimmerman se bajó de su vehículo en persecución del "sospechoso", a pesar de las instrucciones de no hacerlo. Llevaba un arma corta de 9 mm que estaba cargada. Zimmerman le dio información intencionalmente confusa a la despachadora. Afirmó después que no sabía en cuál calle estaba, a pesar de que solo hay tres calles en esa comunidad cerrada para la cual él era capitán de un comité de vigilancia comunitario. Afirmó también que no pudo hallar ningún número de la calle, aunque estaba a solo unos metros de un edificio que tenía el número iluminado con una luz. Finalmente, pidió que la policía simplemente lo llamara cuando llegaran.

De las 7:16 a las 7:17, Trayvon le dijo a Rachel Jeantel que [Zimmerman] todavía le estaba siguiendo. Dijo eso en su testimonio y agregó: "Me dijo que el hombre seguía mirándolo. Seguía quejándose que el tipo lo estaba mirando". Rachel dijo que recomendó que Trayvon corriera. Trayvon replicó que estaba caminando rápidamente. Rachel dijo que lo último que escuchó fue Trayvon que decía: "quítese de mí, quítese de mí". La conexión se interrumpió. Rachel Jeantel, como dijo en el tribunal, fue la última persona que hablaba con Trayvon Martin mientras estaba con vida.

A las 7:16:11, una mujer del fraccionamiento hizo la primera llamada al 911, para reportar que escuchaba una pelea. En la grabación se oye una voz que pide ayuda a gritos.

A las 7:16:55 se oye un disparo, en la grabación de la llamada al 911.

A las 7:17:40, el primer agente del Departamento de Policía de Sanford llegó al lugar de los hechos. Trayvon Martin yacía boca abajo en el suelo, muriéndose desangrado de un disparo de George Zimmerman que le despedazó el corazón.

Pronto llegaron otros policías. Le hicieron una prueba de drogas al cadáver de Trayvon Martin; a Zimmerman nunca le hicieron tal prueba. La policía se llevó a Zimmerman a la delegación, donde Doris Singleton le hizo un interrogatorio, pero sin grabar sus declaraciones en vídeo. Zimmerman se refería a Trayvon Martin, un joven de 17 años de edad que traía golosinas y un té helado y no tenía ningún arma, como el "sospechoso" en su primera declaración a la policía. No le cuestionaron sobre ese punto. ¿Por qué Zimmerman pensaba que Trayvon era una "sospechoso"? No se había denunciado ningún delito; de hecho ningún delito se había cometido. Así que ¿de qué delito era presuntamente el "sospechoso"? Zimmerman también le dijo a otro agente de policía que le interrogó, que la voz en la llamada al 911 "ni siquiera suena a mí", aunque afirmó que pedía ayuda a gritos.

Aproximadamente cinco horas después de matar de un balazo a Trayvon Martin, la policía de Sanford dejó ir a George Zimmerman sin formular ningún cargo en su contra. La mañana siguiente, se notificó a Tracy Martin, el padre de Trayvon, de que su hijo fue asesinado la noche anterior.

Esos son los hechos que constan oficialmente, hechos documentados en los diarios y grabaciones telefónicos, corroborados por el testimonio de testigos importantes, en particular Rachel Jeantel. George Zimmerman vio a Trayvon Martin, tomó su arma, se bajó del carro en busca del "maldito maleante" a quien no reconocía. Luego encontró a Trayvon y lo mató de un balazo.

Durante toda esa trayectoria, Zimmerman se ha portado como si lo apoyara todo un sistema — y con razón. A los Trayvon Martin de Estados Unidos (y del mundo) los ha etiquetado de sospechosos un sistema en el cual no tienen ningún futuro. Al retratarlos constantemente de matones en la televisión y en el cine, al institucionalizar su criminalización por medio del "parar y registrar", al canalizarlos desde la escuela a la encarcelación en masa, este sistema no le ofrece ningún futuro a esta generación.

¡Pero Trayvon Martin era un ser humano! Tenía el derecho a vivir, a anticipar un futuro al igual que tienen ese derecho millones de personas como él. Así que lo que está en juego en este juicio es netamente decisivo para la clase de mundo que nos toque.

Zimmerman se desenmascara solo

Durante la presentación del caso de la fiscalía, se ha revelado vez tras vez cómo Zimmerman asesinó a Trayvon a sangre fría. Presentaron evidencia de que Zimmerman se bajó del carro, siguió a Trayvon cuando el despachador de la línea no emergencia le dijo que no lo hiciera, mintió al despachador para cubrirse el rastro cuando persiguió a Trayvon y le dio un balazo en el corazón a quemarropa.

Así era el estado de ánimo de Zimmerman. Vio a un joven negro y "sabía" que no andaba en nada bueno. Lo acechó con malicia y le dio un balazo directo al corazón a sabiendas que eso lo matara y después hizo una narrativa como un aspirante a policía orgulloso de haber matado a un "perpetrador". En su declaración a la policía se refiere repetidamente a Trayvon como el "sospechoso" aunque en realidad ¡fue Zimmerman el que estaba bajo custodia por matar a Trayvon! También los policías que le "entrevistaron" a Zimmerman tenían la misma mentalidad por lo que nunca lo cuestionaron al respecto.

Sale algo de la verdad en el tribunal

La fiscalía terminó su caso el viernes 5 de julio. No puede obligar a George Zimmerman a dar testimonio en su propia contra (es un derecho básico de todo acusado) pero los fiscales presentaron las llamadas telefónicas de Zimmerman a un operador de una línea que no era de emergencia. Presentaron también la entrevista de Zimmerman que le hizo Sean Hannity de Fox News. Se presentó testimonio sobre las declaraciones que le hizo Zimmerman a la policía y también lo dio un amigo cercano de Zimmerman que escribió un libro que justifica el asesinato de Trayvon Martin. Mediante ese material así como otras declaraciones que Zimmerman hizo que salieron en la prensa, se reveló que sus versiones de lo que ocurrió esa noche se contradicen entre sí y están repletas de mentiras. (Vea "Las mentiras de Zimmerman: Una breve resumen").

Los fiscales también llamaron comparecer a varios testigos, siendo la más notable Rachel Jeantel, que estaba hablando por teléfono con Trayvon Martin durante mucho del tiempo cuando Zimmerman lo acechaba y lo perseguía. Testificó que Trayvon tenía miedo al acechador y trató de escaparse de él (Vea "Cronología de un asesinato").

Rachel Jeantel testificó en la corte que durante esa llamada, Trayvon le dijo que lo estaba acechando un hombre desconocido — un "blancucho espantoso", así lo describió Trayvon, dijo ella. Le dijo a la corte que Trayvon le dijo que iba a casa y nunca dijo que iba a confrontar al hombre que lo perseguía.

Zimmerman se había bajado de su vehículo para seguir a Trayvon, a pesar de las instrucciones del despachador de la línea de no emergencia. Estaba armado con un revólver de 9 mm. Aunque la comunidad en la cual ocurrió el incidente está pequeña y Zimmerman la conocía bien, dijo que desconocía la calle en la que estaba y le dijo a la policía que le llamaran cuando llegaran para cazar a Trayvon.

Durante ese tiempo, Rachel testificó que aconsejó a Trayvon que corriera. Contestó que estaba caminando rápidamente. Rachel dijo que lo último que escuchó que Trayvon dijera era: "quítese de mí, quítese de mí". Luego se cortó la conexión. Rachel Jeantel, tal como lo contó ante la corte, era la última persona que habló con Trayvon Martin.

Sólo minutos después de que Zimmerman emprendiera la caza de Trayvon Martin, se oyó un balazo en una llamada a la línea 911. Cuando llegó la policía al lugar, Trayvon Martin yacía boca abajo en el suelo y desangraba del balazo único que le destruyó el corazón. Al cadáver de Trayvon Martin le hicieron análisis de drogas pero a Zimmerman, jamás. La policía de Sanford puso a Zimmerman en custodia policial; cinco horas después de que él asesinara a Trayvon Martin, lo dejaron ir sin cargo ninguno. Al día siguiente le notificaron a Tracy Martin, el padre de Trayvon, que su hijo fue muerto la noche anterior.

Esos son datos establecidos por el registro público, documentados en registros y grabaciones telefónicos y corroborados por el testimonio de testigos clave, en particular Rachel Jeantel. George Zimmerman vio a Trayvon Martin, se armó con su revólver, se bajó del carro en busca del "maldito maleante" que no reconocía. Entonces encontró a Trayvon y le dio un balazo que lo mató.

Mentiras, confusión y tergiversaciones por parte de la defensa

A cualquier testigo que obstaculizara o desafiara de modo importante la fábula de que Trayvon era un matón que atacó a Zimmerman y de que Zimmerman era el vigilante que protegía el vecindario, lo acosaron con odio y burla en la sala y ataques bajos en los medios sociales.

Especialmente se lo hicieron a Rachel Jeantel, una amiga de Trayvon desde la primaria, que estaba hablando con él por teléfono cuando Zimmerman empezó a acecharlo. El testimonio de Rachel Jeantel es de los más sustanciales del caso, y es una de los testigos más creíbles. La hora y la duración de sus llamadas con Trayvon mientras él caminaba hacia la casa de su papá son bien documentadas y se cuadran mejor con todas las evidencias disponibles. Y esos datos son los que "se pierden" o "se olvidan" en mucho del comentario de la prensa sobre Rachel, el cual se enfoca, al contrario, en su apariencia, su conducta y su actitud.

Los abogados de Zimmerman trataron a Rachel Jeantel y su testimonio con un desprecio abierto. Debido a que Rachel se había abrumado por la conmoción y la angustia tras la muerte de Trayvon, los abogados defensores dijeron que ella había cambiado de historia, que no era consecuente. De hecho, como sabe toda persona que haya escuchado su testimonio, no ha titubeado para nada en los elementos clave de lo que Trayvon le dijo cuando hablaban por teléfono y lo acechaba un hombre desconocido — un "blancucho espantoso", como se lo describió Trayvon.

Rachel Jeantel aguantó horas tras horas de acosamiento e insultos, seguidas de ataques en los medios sociales. Uno de los aspectos "virales" de la embestida en los medios sociales comenzó cuando las hijas adultas de Don West, uno de los abogados de Zimmerman, pusieron una foto en Instagram de sí mismas y su padre que comían nieve de vainilla y se pavoneaban de que eran sus "conos-de-celebración-de-que-le-ganamos-a-la-estupidez".

¿Qué clase de sistema judicial —qué tipo de sistema social— humilla tan feo a una joven que se ofrece para testificar de la verdad que sabe sobre el asesinato de su amigo? Como Revolución escribió la semana pasada, es el sistema que "ha entrenado para actuar y reaccionar a estos bravucones, para que vomiten su veneno de ignorancia, muy confiados de sí mismos por sentir que tienen el poder de su lado".

Los abogados de la defensa también atacaron al doctor Shiping Bao, un médico forense. El Dr. Bao le practicó la autopsia a Trayvon y testificó que éste recibió un balazo de cerca desde un revólver de 9 mm cargado de balas expansivas. La bala le despedazó el pericardio y el ventrículo de izquierda del corazón. Murió, con dolor, muy probablemente dentro de tres minutos pero seguramente entre un minuto y diez minutos después. Era incapaz de hacer o decir nada tras recibir el balazo. El testimonio de Dr. Bao desmintió la declaración de Zimmerman a la policía de que Trayvon habló después de ser baleado y de que Zimmerman tuvo que bajar y sujetar las manos a Trayvon después de haberlo baleado.

Un elemento crítico de la defensa de Zimmerman es que éste actuaba en "defensa propia" cuando Trayvon supuestamente lo asaltó. Lo refutó efectivamente el testimonio de la Doctora Valerie Rao, una médica forense que revisó vídeo y fotos de las heridas de Zimmerman y testificó que las supuestas "heridas" "eran insignificantes" y solamente requerían el tratamiento de un curita.

Sybrina Fulton and Tracy Martin, Trayvon Martin's parents

Sybrina Fulton y Tracy Martin, madre y padre de Trayvon Martin. Sybrina Fulton rindió testimonio con valor y dignidad ante la corte. Foto: AP

Uno de los actos más feos y despreciables de la defensa era el intento de intimidar a Sybrina Fulton, la madre de Trayvon, de parte del abogado de Zimmerman, Mark O'Mara. Sybrina Fulton testificó que la voz que escuchó que gritaba en la grabación de una llamada del 911 era la de "mi hijo, Trayvon Benjamin Martin". Durante las repreguntas, O'Mara acosó a Sybrina para que dijera que otras personas le habían dicho que ella iba a escuchar gritos de los momentos en que murió su hijo, así que su testimonio se basó en un "recuerdo potencial" y por ende estaba desacreditado. También tuvo el descaro de preguntarle a Sybrina si ella esperaba que Trayvon "no hubiera hecho algo que le llevara a la muerte" — tratando de hacerla decir algo que le desacreditara a su hijo asesinado o implicara que "él solo lo provocó".

A pesar de eso, Sybrina Fulton testificó con valor y dignidad, y cualquier persona a la que no le faltara un corazón sentía el dolor de su pérdida.

Si Zimmerman no tuviera "malas intenciones", nadie nunca lo tuviera

Las mentiras de Zimmerman: Un breve resumen

Es un hecho indiscutido que la noche del 26 de febrero de 2012, George Zimmerman le puso un arma al pecho de Trayvon Martin y le pegó una bala ahuecada en el corazón que lo mató casi al instante. Trayvon Martin iba caminando a casa con un té helado y una cajita de golosinas. George Zimmerman se bajó de su carro, le siguió a Trayvon y lo asesinó.

Desde el momento en que Trayvon murió hasta la fecha, George Zimmerman no ha mostrado ningún sentimiento que siquiera aproximara la pena o el remordimiento genuino por haberlo asesinado. Pero Zimmerman, al igual que quienes lo rodean, han soltado una mentira tras otra para justificar el asesinato de Trayvon Martin.

George Zimmerman les contó su historia a dos investigadores policiales, a su vecino y al presentador del noticiero Fox News Sean Hannity. Cada versión ofrecida por Zimmerman se demostró ser una mentira, y las versiones se contradicen en grado significativo.

La versión de Zimmerman, tal como la contó a los investigadores policiales, en una entrevista de Hannity y a un amigo suyo (que es policía también), es un invento lleno de mentiras justificantes y contradictorias. Son mentiras usadas para justificar el asesinato. La historia que cuenta Zimmerman es, de hecho, imposible. A continuación, damos unos ejemplos más importantes.

• La mentira: Zimmerman le dijo a su amigo Mark Osterman, que era policía por más de 20 años, que peleaba desesperadamente con Trayvon el que trataba de arrebatarle el arma. Zimmerman nunca le mencionó eso a la policía. Pero Osterman escribió en un libro, aceptado como evidencia por el tribunal, que Zimmerman dijo: "de alguna manera rompí su agarre del arma, donde lo había asido entre la mira posterior y el martillo. Le quité el arma, se lo levanté al pecho del tipo y apreté el gatillo".

• La verdad: Las pruebas de ADN descartaron cualquier posibilidad concreta de que Trayvon hubiera tocado jamás el arma de Zimmerman. El único ADN descubierto en la cacha era de George Zimmerman. Ningún ADN era de Trayvon. Zimmerman también afirmó que Trayvon trató de agarrar la funda del arma. Anthony Gorgone, un analista de ADN del Departamento de Organismos del Orden Público de Florida, dio testimonio como perito de que "también la funda de Zimmerman dio pruebas positivas solo para el ADN de Zimmerman".

• La mentira: Zimmerman afirmó que Trayvon "le rompió" la cabeza, "la aventó" y "le pegó con fuerza" contra la acera de concreto. Uno de los abogados de Zimmerman aseveró que la acera era el "arma mortal" que usó Trayvon. Se han pasado repetidas veces por televisión fotos de las presuntas heridas que Zimmerman sufrió.

• La verdad: Es imposible que Trayvon hubiera golpeado repetidamente la cabeza de Zimmerman contra la acera. Como la Dra. Valerie Rao, una médica forense de Florida, dijo en su testimonio, las heridas de Zimmerman eran "insignificantes" y "tan menores" que solo era necesario ponerles una curita ordinaria.

• La mentira: Zimmerman les dijo a los investigadores policiales que Trayvon daba vueltas a su carro, mirándolo, mientras Zimmerman estaba hablando por teléfono con la despachadora policial.

• La verdad: Tal acción obviamente hubiera sido un factor muy importante que Zimmerman, si en realidad se preocupaba por su seguridad, hubiera mencionado a la despachadora de 911 mientras le hablaba por teléfono. Sin embargo, de alguna manera Zimmerman nunca mencionó ese detalle crucial a la despachadora mientras hablaban.

• La mentira: Zimmerman afirma que Trayvon estaba sentado a horcajadas sobre su pecho, golpeándolo, pegándole la cabeza contra la acera, apretándole la nariz para que no pudiera respirar, mientras trataba de alcanzar el arma de Zimmerman.

• La verdad: El periodista Charles Blow ha escrito que la manera en que Zimmerman describe la pelea es particularmente inverosímil, y dice: "...en parte por... la idea de que Martin, estando a horcajadas sobre Zimmerman, pudiera ver un arma que presuntamente estaba por la espalda de Zimmerman, y la idea de que Zimmerman sintiera que la mano de Martin movía por encima de su cuerpo y que Zimmerman le sujetara la mano [de Trayvon] por debajo de su brazo, para después alcanzar y arrebatarle el arma. Si la mano de Zimmerman se soltara lo suficiente para dicha maniobra, ¿no hubiera tenido las manos libres también para intentar hacer que Martin se levantara y retirara, o para obligar que Martin le soltara la cabeza y dejara de pegarle contra el concreto, o para devolverle un golpe (cosa que nunca alega que hizo durante todo el encuentro)? ¿Será que el entrenamiento que recibió Zimmerman en las artes marciales mixtas no le ofreciera ninguna opción defensiva? Hay algo aquí que huele a gato encerrado. Y, a propósito, ¿cómo era posible que Zimmerman extendiera la mano alrededor de la pierna de Martin, para recuperar el arma y apuntarlo tan fácilmente al pecho de Martin?"

• La mentira: Zimmerman afirmó que Trayvon "se saltó de atrás de unos arbustos" y lo golpeó, derribándolo al suelo.

• La verdad: No hay arbustos en el lugar donde Zimmerman dice que fue atacado. Eso es patentemente obvio en el vídeo de Zimmerman, en que simula cada paso de su versión del incidente para unos policías de Sanford.

La única coherencia en las diferentes mentiras contradictorias es que todas sirven para justificar el asesinato de Trayvon Martin como "defensa propia".

Zimmerman aspiraba a ser policía; tomó cursos universitarios que lo capacitarían para eso; intentó acompañar a la policía de Sanford en sus rondas. Zimmerman dijo, cuando Sean Hannity le entrevistó, que no supo nada de la tristemente célebre ley de Florida "defienda su posición" y pintó a sí mismo como ignorante de los fundamentos jurídicos por matar a una persona. Sin embargo, una y otra vez el testimonio y los registros escolares demuestran que Zimmerman era muy versado en la ley de "defensa propia" de Florida.

Un elemento de la acusación de homicidio en segundo grado es que la fiscalía tiene que establecer que Zimmerman actuaba con una "mentalidad depravada", con "malas intenciones". El abogado defensor O'Mara argumentó que no llevaron a Zimmerman a matar a balazos a Trayvon debido a "malas intenciones" ni una "mentalidad depravada" y por lo tanto se habría que retirar los cargos de homicidio en segundo grado mediante una absolución directa de parte del juez.

Pero, en efecto, el estado de ánimo lleno de odio de Zimmerman se revela en sus propias palabras y conducta. En ningún momento jamás exhibe ni expresa ningún remordimiento en absoluto por haber matado a un joven no armado de 17 años de edad. Para repetir, se trata de alguien quien le dijo a Sean Hannity en la televisión nacional que NO tiene remordimiento por el incidente y que matar a Trayvon era "parte del designio de Dios".

Zimmerman se bajó del carro, con el revólver desenfundado, acechó a Trayvon, le apuntó con el mismo y le disparó en el corazón con una bala expansiva. Si eso no fuera "malicia", ¿qué es? Si eso no demostrara "mala intención" y una "mentalidad depravada", ¿qué sí lo hace?

Zimmerman demostró que en efecto estaba lleno de malicia hacia Trayvon: creía que sabía que Trayvon era uno de esos "malditos maleantes". Además, cuando lo vio a Trayvon, dejó lo que hacía, se bajó del carro y acechó y mató a Trayvon Martin.

Ultraje doble

Desde el comienzo del juicio, el equipo de defensa de Zimmerman, junto con un sector de comentaristas, han hecho todo a su alcance pata tergiversar y mentir acerca de lo que pasó en realidad esa noche.

Los medios de comunicación y sociales empezaron a vilipendiar a Trayvon poco después de su asesinato. En ese momento, Sybrina Fulton, la madre de Trayvon, dijo: "Incluso con su muerte cuando Trayvon se ha ido y no nos va a volver, ellos siguen despreciando a mi hijo y eso es vergonzoso. Lo único que puedo comentar ahora es que ellos han matado a mi hijo y ahora trabajan para matar su reputación". El ambiente racista y odioso se ha intensificado y expandido durante el juicio.

He aquí dos hechos esenciales de la vida en los Estados Unidos de América de 2013: la policía e incluso los justicieros vigilantes racistas como George Zimmerman matan a los jóvenes como Trayvon Martin; y este sistema mete a la cárcel a decenas de miles de jóvenes como Trayvon Martin y no les ofrece ningún futuro.

Lo que distingue el asesinato de Trayvon Martin a aquellos de otros jóvenes negros y latinos es que, a pesar de que la policía trató el asesinato de Trayvon como una defensa propia legítima de parte de George Zimmerman, a pesar del hecho de que no presentaron de inmediato cargo alguno contra Zimmerman, a pesar de que los medios de comunicación de Florida trataron este caso como "simplemente otra muerte de un joven negro quien estaba donde no debió haber estado", la historia de un joven negro de 17 años de edad vestido de una sudadera con capucha quien fue muerto a balazos mientras caminaba a la casa de su padres con un refresco y unas golosinas se transformó en noticia a nivel nacional, y en un eje de indignación y protesta a nivel nacional.

Actuar a partir de nuestra furia; cambiar la dinámica

En 1955, unos hombres blancos lincharon a Emmett Till, un joven negro de 14 años de edad de Chicago mientras éste estaba de visita con unos familiares en Misisipí. Mutilaron su cuerpo horrorosamente, cargándolo de un ventilador de 35 kilos, y lo botaron en el río Tallahatchie. No hubo cargos contra los asesinos.

La madre de Emmett, Marie Till, insistió con valor que se exhibiera a su hijo en un ataúd abierto en el entierro, para que la gente pudiera ver lo que le había pasado. La generalizada indignación y furia que se extendió por Estados Unidos sobre este sanguinario asesinato se convirtió en una chispa que aglutinara a miles de personas en un creciente movimiento para poner fin a las injusticias perpetradas contra los negros.

El asesinato a sangre fría, el linchamiento de hoy día, de Trayvon Martin también suscitó una profunda y generalizada indignación en toda la sociedad estadounidense. Ahora nos encontramos en un crucial punto de viraje en la lucha por Justicia para Trayvon.

Tal como dice un reciente editorial de Revolución, ahora mismo "la situación en el mundo y en Estados Unidos está muy aguda. Existe el potencial de uno que otro tipo de rupturas 'de la rutina'". La encarcelación en masa de los negros y latinos, sobre todo los jóvenes; los incesantes asaltos contra la mujer y en particular contra el derecho al aborto; la continuación de las guerras y ocupaciones; y las nuevas denuncias del masivo espionaje oficial; y mucho más son parte de un "hervidero de contradicciones" que confrontan los gobernantes de este sistema capitalista imperialista.

Ese panorama general es el marco de la batalla por Justicia para Trayvon Martin, la que tiene el potencial de alterar dicho panorama, en el caso de que las personas ACTÚEN. Podría erigirse en un gran paso hacia el día cuando las personas como Trayvon Martin y su amiga Rachel Jeantel ya no reciban un tratamiento como parte de una "generación de sospechosos", como los jóvenes negros que esta sociedad condiciona y entrena para considerar como "malditos maleantes". O sea, como unas personas las que se permite acechar y matar a balazos y que la policía elimina como si fuera el pan de todos los días.

Esta batalla tiene dos bandos y el que exige Justicia para Trayvon tiene que cobrar muchas más fuerzas y poder. Se convocan a vigilias y mítines cuando se inicien las deliberaciones del jurado y se pronuncie el veredicto. La declaración "Nosotros decimos Basta Ya" puede tener un impacto importante.

Revolución dijo hace poco que la sociedad se está polarizando en torno al asesinato de Trayvon Martin y el juicio de George Zimmerman y hace falta que "esta creciente lucha se repolarice hacia una mayor y más profunda energía, claridad y dirección por la Justicia para Trayvon Martin… y para la revolución y la emancipación en general". Ya es más urgente que nunca actuar sobre tal base.

 

Harlem, 2 de julio de 2013.

 

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