Sobre el golpe de estado en Egipto: Refuerza al imperialismo y no al pueblo

14 de julio de 2013 | Periódico Revolución | revcom.us

 

Se desarrolla rápidamente la marcha de los acontecimientos en Egipto. El 3 de julio, el ejército egipcio desbancó al presidente Mohamed Mursi en un golpe de estado, lo puso bajo arresto domiciliario, suspendió la constitución, instauró un gobierno "interino" y juró aplastar toda oposición. Desde ese entonces, la junta militar ha hecho detenciones de los dirigentes de las organizaciones de las cuales Mursi es parte, la reaccionaria Hermandad Musulmana y el Partido Libertad y Justicia, las cuales han denunciado el golpe de estado y organizado protestas en su contra.

He aquí tres puntos de orientación sobre la marcha de los acontecimientos:

1. El golpe de estado, asestado por un ejército forjado, adiestrado y financiado durante décadas por el gobierno estadounidense, es reaccionario y no augura nada bueno en absoluto para el pueblo. Entre 1979 y 2001, Estados Unidos le dio a Egipto 35 mil millones de dólares de ayuda militar, el segundo recipiente en el mundo después de Israel. Muchos altos oficiales militares egipcios recibieron educación en Estados Unidos. A cambio, el ejército egipcio era un protector esencial de los intereses estratégicos de Estados Unidos en la región: dándole a Estados Unidos acceso prioritario al canal de Suez y al espacio aéreo egipcio; respaldando los mortíferos agresiones de Israel contra los palestinos; sumándose a Estados Unidos en los ataques a Irán en 1991; y colaborando con la "guerra contra el terror" de Estados Unidos lo que incluye los interrogatorios y la tortura de los presos que recibe de Estados Unidos. En el momento del golpe de estado, Estados Unidos financiaba al ejército egipcio al ritmo de unos 1.6 mil millones de dólares al año.

El hecho de que al parecer, un sector de la población es objeto de una dirección errónea hacia el apoyo a este golpe de estado no explica nada acerca de su carácter específico. El propósito de este golpe de estado es amarrar más fuertemente a Egipto al horrendo sistema de capitalismo-imperialismo y, en particular, a la dominación más directa del bloque de dicho sistema encabezado por Estados Unidos. Son muy aleccionadores el hecho de que la mayoría de los gobiernos del bloque encabezado por Estados Unidos han rechazado llamar esta situación un "golpe de estado" y el hecho de que el lacayo estadounidense Mohamed El-Baradei ha hablado de pedir el apoyo de Estados Unidos. Para repetir, el hecho de que las masas populares han derramado sangre durante este golpe de estado y hasta en algunos casos en apoyo al golpe de estado no cambia la esencia del asunto, o sea, las fuerzas de clase y el programa político que promueven por medio del golpe de estado, y constituye una tragedia que de nuevo las masas son objeto de una dirección errónea y no es motivo de celebrar.

2. El gobierno de Mursi no era nada mejor. También procuraba "amarrar" e integrar a Egipto en una posición subordinada en el sistema imperialista mundial, según términos ligeramente distintos. Bob Avakian ha analizado así este fenómeno en el mundo de hoy:

Lo que vemos en contienda, con la jihad por un lado y McMundo/McCruzada por el otro, son sectores históricamente anticuados de la humanidad colonizada y oprimida contra sectores dominantes históricamente anticuados del sistema imperialista. Estos dos polos reaccionarios se oponen, pero al mismo tiempo se refuerzan mutuamente. Apoyar a uno u otro de esos polos anticuados, acabará fortaleciendo a los dos.

Esta es una formulación muy importante y crucial para entender muchas dinámicas que impulsan el mundo en este período, pero tenemos que tener en claro cuál de "los dos sectores históricamente anticuados" ha causado más daño y representa la mayor amenaza a la humanidad: los sectores dominantes históricamente anticuados del sistema imperialista, y en particular los imperialistas estadounidenses.

Lo BAsico 1:28

La marcha de los acontecimientos en Egipto reforzará tal dinámica reaccionaria.

3. Es posible otro camino: la revolución comunista, en la nueva concepción encarnada en la nueva síntesis de Bob Avakian. Se trata de un camino de romper con la dominación imperialista como parte de una revolución para conducir a planeta entero más allá de estos horrores. Pero aquellos que quieren ver ese camino tienen que luchar por el mismo y ahora mismo tienen que luchar por propagarlo en el mundo. En el mismo Egipto, la situación descrita al fin de la declaración de Bob Avakian sobre el levantamiento inicial contra el régimen de Mubarak todavía continúa:

Lo que ha ocurrido con frecuencia en la historia, tal como en el caso de Egipto (así como Túnez), es que la dominación del imperialismo y el dominio de los explotadores locales se ha expresado de forma concentrada en el régimen de un "hombre fuerte" y verdugo. Por ejemplo, eso se dio en Irán, con el dominio del Sha con sus cámaras de tortura, en las Filipinas con la tiranía de Marcos y en Indonesia con el largo reino monstruoso de Suharto — todos esos casos eran dictaduras brutales puestas en el poder y mantenidas en el poder por el imperialismo estadounidense durante largo tiempo. En Irán a fines de los años 70, en las Filipinas en los años 80 y en Indonesia más recientemente, los enormes levantamientos del pueblo obligaron a los imperialistas estadounidenses a echar a un lado a estos odiados tiranos y a permitir algunos cambios. Pero en todos estos casos, el resultado final no fue uno que resultara en una auténtica "libertad" para el pueblo — al contrario, el pueblo ha seguido sometido a una cruel opresión a manos de aquellos que reemplazaron a los viejos y odiados gobernantes, a la vez que esos países han permanecido en el marco general de la dominación y explotación imperialista global. Pero la experiencia histórica también ha demostrado que la continuación de una u otra forma de dominio opresor NO es el único desenlace posible.

En Rusia en febrero de 1917, el levantamiento del pueblo derrocó a otro déspota brutal, el Zar (monarca absoluto). En ese caso por igual, los imperialistas de Estados Unidos, Inglaterra y otros países, y los capitalistas rusos, trabajaron para continuar la opresión del pueblo con un cariz nuevo, haciendo uso de los mecanismos del "gobierno democrático" y elecciones que, si bien dejaron espacio para cierta participación más amplia de diferentes partidos, no obstante estaban controlados completamente por los explotadores del pueblo y aseguraban la continuación de su dominio, y la continuación del sufrimiento de las masas populares. Pero en este caso, se logró capacitar a las masas populares para que reconocieran estas maniobras y manipulaciones, llevaran a cabo su levantamiento revolucionario, en medio de muchas curvas, giros y vaivenes y, en octubre de 1917, barrieran y desmantelaran las instituciones y mecanismos de la dictadura burguesa y establecieran un nuevo sistema económico y político, el socialismo, el cual durante unas décadas seguía avanzando por el camino de abolir las relaciones de explotación y opresión, como parte de la lucha en todo el mundo hacia el objetivo final del comunismo. En los levantamientos en Rusia, había una diferencia crucial: existió un núcleo de dirección, una dirección comunista, que tenía una comprensión clara, con bases científicas, de la naturaleza no sólo de este o aquel déspota despiadado sino del sistema opresor entero — y de que fue necesario continuar la lucha revolucionaria para expulsar a cierto gobernante de su cargo, pero de remate para abolir ese sistema entero y reemplazarlo con uno que encarnaría de verdad y le daría vida a la libertad y los intereses más fundamentales del pueblo, al esforzarse para abolir toda opresión y explotación.

Aunque a la larga fue revocada la revolución en Rusia y se restauró el capitalismo en los años 50, y hoy Rusia ya no pretende ocultar el hecho de que es una potencia capitalista imperialista, las lecciones de la revolución rusa de 1917 encierran lecciones valiosas y de hecho decisivas para hoy. La lección más decisiva es la siguiente: cuando el pueblo en sus masas, de millones de personas, por fin rompa con las trabas que han estado impidiendo que se levante contra sus opresores y atormentadores, en ese momento el que su lucha y sacrificios heroicos lleven a un cambio fundamental serio o no, avance a la abolición de toda explotación y opresión o no, dependerá de si existe una dirección, una dirección comunista, o no, que tenga la necesaria comprensión y método científico y sobre esa base, pueda desarrollar el necesario enfoque estratégico y la influencia y lazos organizados entre un creciente número de personas, a fin de dirigir el levantamiento del pueblo en medio de todas las curvas, giros y vaivenes, hacia la meta de una transformación revolucionaria real de la sociedad, en concordancia con los intereses fundamentales del pueblo. Por tanto, a su vez, cuando el pueblo rompa en masa con "la normalidad" y las cadenas fuertemente forjadas de relaciones opresivas en que de costumbre está atrapado y que lo agobian tan fuertemente —cuando abra paso y se levante en sus millones—, ése es un momento crucial para que la organización comunista forje más sus lazos con esas masas, fortalezca sus filas y su capacidad de dirigir. O, en caso de que tal organización comunista todavía no exista, o que exista solamente de manera aislada y fragmentaria, ése es un momento crucial para que se forje y desarrolle una organización comunista, se asuma el desafío de estudiar y aplicar la teoría comunista, de manera viva, en medio de esta tumultuosa situación, y de esforzarse para desarrollar constantemente lazos con un creciente número de masas, influenciarlas y a la larga dirigirlas por el camino de la revolución que representa sus intereses fundamentales y más elevados, la revolución comunista.

Si bien BA escribió esta declaración en respuesta a lo que en realidad era un levantamiento principalmente positivo y progresista en 2011 y si bien el actual tumulto no tiene el mismo carácter básico, lo principal que señala, acerca de la necesidad de forjar una organización comunista en medio de lo que todavía es una situación tumultuosa, sigue siendo igual de cierto.

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