“¿Pero cómo sabemos quién está diciendo la verdad sobre el comunismo?”

25 de noviembre de 2013 | Periódico Revolución | revcom.us

 

Al leer esta entrevista [se refiere a la entrevista a Raymond Lotta en el número especial], es posible que algunas personas se digan: "Está bien, Raymond Lotta dice que estas sociedades socialistas eran increíblemente liberadoras y que ocurrieron todas estas cosas asombrosas. Pero mi maestro… mi libro de texto… aquel artículo de una revista que leí… mi amigo cuya familia es de Rusia… todo lo que yo he aprendido o he oído hablar de esas sociedades… dicen que eran pesadillas. ¿Cómo sabemos quién está diciendo la verdad? ¿Por qué yo debería creer a Raymond Lotta?

Número especial de Revolución:

No sabes lo que crees que "sabes" sobre…
La revolución comunista y el VERDADERO camino a la emancipación:
Su historia y nuestro futuro

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Para responder, de entrada es necesario señalar dos puntos cortos:

Primero, no se trata de lo que diga Raymond Lotta versus lo que diga el maestro, el libro de texto, el amigo o la revista. No existen dos, o tres o cuatro “versiones” de la realidad en contienda entre sí; existe una sola realidad. En otras palabras: algo es cierto o no lo es. Algo corresponde a la realidad, o no lo hace. Algo ocurrió, o no ocurrió.

Segundo, he aquí la manera en que usted definitivamente no decidirá lo que es cierto: escuchando lo que la mayoría de la gente piensa. ¡Muy seguido lo que mucha gente piensa está equivocado! Por ejemplo: en diferentes épocas de la historia del mundo, la mayoría de la gente creía que la Tierra era plana… que el sol giraba alrededor de la Tierra… y que la esclavitud era algo completamente natural y admisible… y hoy la mayoría de la gente todavía piensa que un dios creó a los seres humanos y toda la vida sobre la Tierra. ¡Un cero por cuatro!

Pero esto conduce a la pregunta: ¿Cómo determinamos concretamente lo que es cierto en concreto y quién está diciendo en concreto la verdad sobre el comunismo?

He aquí la repuesta corta a esta pregunta: Sea científico. Examine la evidencia y examine los métodos y los criterios que se están aplicando.

Más específicamente: examine la evidencia que se presenta y los criterios y los métodos que se aplican en esta entrevista a Raymond Lotta para sostener que la previa experiencia de la revolución comunista era principalmente emancipadora… y comparar y contrastar eso con la evidencia (o la falta de la misma) que están presentando aquellos que dicen que el comunismo fue una pesadilla y con los criterios y métodos que aplican.

Esta es una pregunta básica que usted debería hacerse una y otra vez mientras lee la entrevista y debería compararla con todo lo que ha oído y todo lo que le han dicho y todo lo que encontrará acerca del comunismo: ¿Quién está procediendo de manera científica, y quién no?

Ahora bien, ¿qué quiere decir ser científico o proceder de manera científica? ¿Y por qué eso tiene importancia? Aplicar la ciencia quiere decir partir de la realidad y volver a la misma de manera constante. Quiere decir hacer eso, a diferencia de partir de la opinión común, de lo que uno quiere que sea cierto o de lo que uno subjetivamente “se siente” o de los prejuicios e ideas preconcebidas sobre lo que es cierto.

Cómo ha dicho Bob Avakian:

No envolvamos la ciencia en el misterio. La ciencia significa que uno sondea e investiga la realidad, haciendo experimentos, acumulando datos y todo eso, y luego, procediendo desde esa realidad y aplicando los métodos y la lógica del pensamiento racional, uno lucha para identificar los patrones en los datos, etcétera, que ya ha recabado acerca de la realidad. Si uno lo enfoca correctamente, se esfuerza para llegar a una síntesis acertada de la realidad la cual ha investigado. De ahí mide sus conclusiones ante la realidad objetiva para determinar si coinciden con ella, si lo que resumen y predicen sobre la realidad se confirma en la realidad. De ese modo se han dado los grandes saltos en la ciencia — trátese de la esfera de la biología, como el entendimiento de la evolución, o de los orígenes del universo (o el universo conocido) como la teoría del big bang, o de lo que sea. Eso es el proceso que se lleva a cabo, y lo que se pregunta es: ¿es científico? Es decir, ¿en lo esencial y en lo principal, corresponde a la realidad?

—De LO QUE LA HUMANIDAD NECESITA: La revolución, y la nueva síntesis del comunismo, una entrevista a Bob Avakian, de A. Brooks

¿Y por qué tiene tanta importancia lo de ser científico? Porque es la única manera de llegar a conocer la realidad y de seguir conociendo más sobre la realidad. Retomando los ejemplos anteriores: ¿dónde nos encontraríamos si Copérnico y Galileo, o Darwin, o los abolicionistas que lucharon contra la esclavitud, hubieran procedido de la idea de “lo que todo el mundo sabe” o decidieron que no se podía distinguir lo que era cierto o lo que era correcto e incorrecto, que no existía ninguna realidad objetiva pero simplemente “versiones diferentes” de esa realidad o que la verdad dependía de la perspectiva individual de cada quien?

Ahora, para que quede claro, esto no quiere decir que si alguien está aplicando un método científico —y en particular el método comunista del materialismo dialéctico—, que eso quiere decir automáticamente que todo lo que ese alguien dice sobre el comunismo sea cierto, o que todo lo que dicen los anticomunistas no sea cierto. De hecho, al centro de la nueva síntesis del comunismo desarrollada por Bob Avakian está el análisis de que, si bien la perspectiva y metodología comunistas representan la manera más sistemática, integral y consecuente de llegar a conocer la verdad, eso no quiere decir que los comunistas tengan un monopolio sobre la verdad o que aquellos que no aplican esa perspectiva y metodología no tengan la capacidad de descubrir verdades importantes. Al contrario, en términos de todo lo que alguien diga, he aquí la prueba que hay que aplicar: ¿Esto corresponde, de hecho, a la realidad?

Pero también es cierto que en esta entrevista al igual que en literalmente todo lo que uno lee sobre cualquier tema, aquel que la lea no va a poder verificar independientemente cada afirmación o hecho citado. Y si uno simplemente se pone a investigar las cosas por su cuenta, sin tomar en cuenta los puntos anteriormente mencionados, seamos francos, se topará con muchas mentiras, necedades y basura sin fundamento acerca del comunismo y no sabrá cómo interpretar todo eso.

Así que, para repetir, mientras usted lee esta entrevista a Raymond Lotta y la compara con todo lo que le han dicho acerca del comunismo, considere lo siguiente: ¿Quién está procediendo de manera científica, y quién no?

Veamos un solo ejemplo

Comparemos y contrastemos la manera en que Raymond Lotta trata el Gran Salto Adelante en la China revolucionaria con lo que dice un artículo reciente del New York Times, el cual representa la versión anticomunista acostumbrada acerca de esta experiencia.

Si usted lee lo que dice Raymond Lotta acerca del Gran Salto Adelante en esta entrevista, notará que él aplica consecuentemente la metodología de proceder de la realidad, confrontar la realidad y explorar la realidad y la complejidad y la contradicción en esa realidad. Él comienza con el contexto en que se lanzó el Gran Salto Adelante: la situación en China y en el mundo en general. Trata los desafíos que Mao y la revolución china enfrentaban, los problemas y obstáculos que estaban tratando de resolver y superar. Analiza la pregunta básica de por qué Mao inició el Gran Salto Adelante y cuáles eran sus metas. Habla de los logros del Gran Salto Adelante. No rehuye pero más bien analiza y refuta directamente las acusaciones anticomunistas de que “Mao era responsable por la muerte de decenas de millones de personas” mediante el Gran Salto Adelante, demostrando de dónde vienen esas acusaciones y cifras y poniendo al descubierto la manera en que los anticomunistas inflan el número de muertos y consideran a los muertos que sí ocurrieron como personas “asesinadas por Mao”. En el caso de la enorme crisis alimenticia que azotó a China, Lotta no trata de encubrirla o rehuirla pero sí explica las múltiples causas concretas de esa crisis alimenticia, los errores cometidos por los dirigentes chinos y las maneras en que esos dirigentes aprendieron de esos errores y los corrigieron. He aquí el criterio básico que aplica Lotta para evaluar todo eso: ¿en qué medida los comunistas chinos procuraban avanzar —y en qué medida lograron— avanzar hacia la eliminación de toda explotación y opresión y los modos de pensar que acompañan todo eso?

Es muy aleccionador comparar y contrastar la forma en que Lotta trata el Gran Salto Adelante en esta entrevista con la manera en que lo hace el artículo del New York Times, "Milder Accounts of Hardships Under Mao Arise as His Birthday Nears" [Relatos más moderados de los tiempos duros bajo Mao salen al aproximarse su natalicio] (16 de octubre de 2013). A diferencia de la entrevista a Raymond Lotta, la cual analiza, explora y sintetiza de manera sistemática las lecciones de la realidad, el artículo del New York Times procede de lo que “todo el mundo sabe” y vuelve a lo mismo.

El enfoque del artículo se establece en la primera oración, que se lee: “La hambruna que azotó a China de 1958 a 1962 se considera en amplios círculos como la más mortal en toda la historia escrita con un saldo de 20 a 30 millones de muertes o más y constituye una de las calamidades que más define el dominio de Mao Zedong”. Ahí mismo se ve una combinación de por lo menos tres métodos anticomunistas típicos en una sola oración. 1) Señalar una cantidad enorme de muertes sin dar ninguna evidencia concreta, la que el artículo del New York Times nunca ofrece en el artículo. 2) Echarles la culpa por las muertes a los dirigentes comunistas — de nuevo, sin ninguna evidencia. 3) Utilizar frases como “se considera en amplios círculos” a fin de dar la impresión de que “todo el mundo sabe” que los dos puntos anteriores son ciertos, lo que por lo tanto libra al articulista de la responsabilidad de ofrecer algo de evidencia.

De ahí, el New York Times, además de presentar tergiversaciones sarcásticas, perversas y burdas acerca de lo que el Gran Salto Adelante pretendía lograr y los motivos de su lanzamiento —lea la manera en que Raymond Lotta explica esto en la entrevista y compárela con la descripción del New York Times— el método básico que aplica el New York Times es el de apoyarse una y otra vez en la muletilla de lo que “todo el mundo sabe”, y no ofrecer ninguna evidencia o análisis basado en la realidad para sustentar sus afirmaciones. Por ejemplo, el artículo se refiere a un matemático, Sun Jingxian, quien, según el artículo, dice que “la mayoría de las aparentes muertes eran un espejismo de estadísticas caóticas: unas personas que se habían mudado de su aldea y que se suponía que murieron porque no se inscribieron en la nueva residencia”. ¡Pero el artículo ni siquiera intenta demostrar por qué lo que dice Sun es impreciso! De modo parecido, el New York Times se refiere a un libro de Yang Songlin, identificado por el cotidiano como un “ex funcionario”, quien sostiene que el número de muertes en el Gran Salto Adelante se ha exagerado severamente y que las muertes que efectivamente ocurrieron se debieron principalmente al “mal tiempo, y no a las malas políticas”. Pero para repetir, el New York Times ni siquiera intenta demostrar por qué lo que dice Yang no es cierto.

No estamos haciendo comentarios en un sentido u otro acerca de Sun Jingxian y Yang Songlin ni de sus afirmaciones o métodos específicos. Más bien, estamos señalando la metodología del New York Times, la de proceder de “lo que todo el mundo sabe” y de ahí medir lo demás en ese marco, y no investigar y analizar la realidad y utilizar eso como pauta para medir lo que es cierto.

El artículo del New York Times expresa un método, y un mensaje, claros: En el caso de las cosas negativas acerca del comunismo, si alguien lo dijo, pues, ha de ser cierto. Y si nadie lo dijo, pues dígalo ahora. Y si se puede afirmar que mucha gente lo dice — ¡pues, mejor aún!

Los artículos como éste, el que, para repetir, es uno de muchos ejemplos que se podría ofrecer, enseñan a la gente para que crean que Mao pasó el tiempo pensando: “Pues, ¿cómo puedo implementar una política que hará que el mayor número de personas se mueran de hambre?” Debido a esas calumnias y métodos anticomunistas, algo que nunca se sabría es que existían la inanición en masa y las desigualdades masivas en China antes de la revolución china; que Mao lanzó el Gran Salto Adelante con el fin de superar esta inanición y desigualdades masivas, transformar radicalmente las relaciones sociales y económicas y desarrollar la economía china de una forma que disminuyera, y no aumentara, la brecha entre las ciudades y el campo; que a 20 años del triunfo de la revolución china, todas las personas en China efectivamente tenían lo suficiente de comer; y que las muertes que se dieron en China durante el Gran Salto Adelante las causó principalmente una hambruna masiva que azotó a China como resultado de inundaciones y sequías que afectaban a más de la mitad de las tierras de cultivo, de dificultades causadas por el retiro de China de la asistencia soviética y de errores cometidos por la dirección china en ese contexto — ¡y NO como resultado de algún malévolo y descabellado complot de Mao para matar de hambre a la gente!

Para repetir, compare todo esto —y los muchos otros ejemplos de métodos y versiones anticomunistas con los que desafortunadamente usted se topará— con la evidencia que presenta Raymond Lotta y los métodos y los criterios que aplica en esta parte de la entrevista y, de hecho, en toda la entrevista.

 

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