Del Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar:

¡Las mujeres se enfrentan al patriarcado anticuado: El capitalismo-imperialismo y el fundamentalismo religioso!

8 de marzo de 2014 | Periódico Revolución | revcom.us

 

 


3 de marzo de 2014. Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar. A continuación un comunicado emitido el 19 de febrero por la Organización de Mujeres 8 de Marzo (Irán-Afganistán) (zan_dem_iran@hotmail.com).

Al aproximarse el 8 de marzo, el Día Internacional de la Mujer, continuaremos nuestra lucha por alcanzar el sueño de la emancipación. Estamos presenciando la lucha de nuestras hermanas para unirse con las innumerables manos de las mujeres oprimidas de todo el mundo con el fin de romper las milenarias cadenas de la opresión que nos atan.

Las mujeres hacen dos tercios del trabajo en el mundo, pero sólo obtienen el 10 por ciento de los ingresos y poseen menos del 1 por ciento de la riqueza. El setenta por ciento de los pobres del mundo son mujeres. Somos los principales productores del mundo y llevamos la respectiva carga sobre nuestros hombros, pero ¿cuál es nuestro destino?

Nuestro destino es cada vez mayor violencia estatal organizada, junto con la violencia doméstica y social que un tercio de las mujeres del mundo experimentan a diario. Crecen constantemente las violaciones, los asesinatos, los crímenes de honor, la prostitución, la degradación, las injurias y amenazas y el uso sin precedentes de los cuerpos de las mujeres como mercancías. La "belleza" de la mujer se presenta como nuestro único capital, y la maternidad como la única fuente de nuestra identidad, con la lucha sobre si nuestros cuerpos se controlarán mediante prendas que los cubren o serán subastados por el estado, la religión, la tradición y la cultura, por la demandas del mercado y hasta por las tendencias personales de los hombres, al igual que la lucha por el derecho a controlar o terminar nuestros propios embarazos. Este es el contexto en el que nuestros cuerpos se han convertido en mercancías y se les fijan un precio día tras día.

Nuestros cuerpos son mercancías que se comercializan en masa por medio de una industria de la pornografía que da capacitación en cómo utilizarlos. Se utilizan en la trata de personas y tienen un precio en los mercados del sexo cuando se comercialicen por dinero. En los contratos de matrimonio, las consideraciones financieras se aceptan como algo completamente legítimo y se refuerzan por la ley y la opinión pública. En última instancia esta mercancía a veces se apropia de forma gratuita, mediante la violación de las mujeres en forma individual o por las pandillas.

Como parte de la forma básica en que funciona este sistema patriarcal, las potencias imperialistas se enfrentan entre sí por el reparto del mundo y en el nombre de la "libertad" y la "democracia", hacen guerras para invadir al tercer mundo, y otra vez, las mujeres son las primeras víctimas.

Aunque las mujeres son la fuerza de trabajo más obediente, más rentable y más barata para hacer girar las ruedas del capital, nos tachan de "amas de casa" y ocultan nuestra superexplotación. Justifican nuestros bajos salarios y nos roban de toda posibilidad de organizarnos. En el tercer mundo nos obligan a salir de nuestras pequeñas parcelas de tierra en nuestros pueblos y a que millones de nosotras se trasladen a las ciudades miseria, en la forma de una fuerza de trabajo "no oficial" en los trabajos forzados en la industria de servicios, a la vez que cuidamos a nuestros hijos abandonados por la sociedad y por las autoridades.

Y cuando nos unamos en lucha por cambiar el orden existente, de nuevo nos toca el peso los regímenes islámicos atrasados, de nuevo como las primeras víctimas.

Por desgracia, la repetición de nuestra experiencia como mujeres en Irán ha demostrado claramente que la base ideológica, la concepción del mundo y un rasgo específico de un régimen islámico es la posición inferior de la mujer, nuestra esclavización y la privación de nuestros derechos. Así los fundamentalistas religiosos, con sus socios internacionales, han cosechado el fruto de la justa lucha del pueblo. Hace treinta y cinco años, cuando este régimen atrasado y anti-mujer se hizo pasar por un posible reemplazo para el Sha cuando el pueblo de Irán se sublevó en lucha revolucionaria, los fundamentalistas religiosos se pusieron a legitimar su gobierno e integrar a Irán en el sistema capitalista mundial. La islamización del sistema patriarcal era su más importante contribución a ese proceso. Mediante la utilización de toda la fuerza del poder estatal, forjaron las relaciones opresivas que encadenaban a las mujeres sobre nuevas bases de la ley sharia. No se trataba del renacimiento de alguna cultura "eterna" de la "mujer musulmana", más bien la cultura y las relaciones del patriarcado islámico recibían todo el aval de la represión estatal. Por lo tanto, la República Islámica de Irán codificó la subyugación de la mujer en la ley y para hacer cumplir esas leyes, estableció un sistema de tribunales y fuerzas represivas.

La existencia de estas fuerzas está directamente relacionada con los reveses sufridos por la revolución en el mundo de hoy. No es ninguna coincidencia que uno tras otro régimen islámico se está estableciendo por medio de las invasiones imperialistas de Irak y Afganistán o en las escuelas de las luchas de los pueblos del Medio Oriente y el norte de África. Y al centro de estas transformaciones, las mujeres son la primera fuerza social en la mira para su control y opresión. En Afganistán e Irak la legalización de la ley sharia contra las mujeres; en Libia la legalización de la poligamia; en Egipto el aumento sin precedentes de la mutilación genital femenina; en Siria el reestablecimiento de los castigos a las mujeres por medio de la lapidación; y el creciente uso del hiyab (la prenda que cubre la cabeza), sea de manera forzada o arbitraria, todo lo que sin duda constituye una expresión concentrada de la ley sharia.

Todo esto representa las verdaderas guerras sanguinarias de estas dos fuerzas anticuadas, el capitalismo-imperialismo y el fundamentalismo religioso, cuyo fin es el de subyugar, oprimir y controlar a las mujeres. Estas dos fuerzas son igual de opresivas y actúan como hermanos en la conservación de sus intereses comunes, a la vez que establecen regímenes militarizados contra las mujeres mediante el odio y la violencia extrema.

Nosotras las mujeres estamos al centro de esta guerra, la que de nuevo repite la amarga historia de violaciones bajo el pretexto de la preservación y defensa de la virginidad. Una vez más, se pelan los colmillos y las garras del patriarcado con el fin de controlar y subastar los cuerpos de las mujeres. Una vez más vemos la tragedia de las masas de mujeres que toman parte con valentía en el proceso del cambio social, pero las que terminan por estar obligadas a asumir una posición inferior de nuevo, sin ningún cambio. Una vez más obligan a las mujeres a elegir entre el "mal menor" de quién las va a violar.

Esta es la denominada opción democrática que le corresponde a la mujer: ¿usted prefiere cubrirse de un velo y permanecer sin tocar y contar con el "apoyo" de la ley sharia y con una violación sharia por sus amos varones, o prefiere que se exhiba en los escaparates de las tiendas vestida de la última moda de los diseñadores y adulada mientras que se calcule su precio y sea objeto del abuso y el manoseo? ¡¿Prefiere que se le coloque al lado de los violadores en la plaza Tahrir o bajo las botas de los ejércitos dependientes del Occidente que dicen que le apoyan?! ¡¿Prefiere ser una esposa obediente y “genuina” madre en su propio país que solita, lleva la pesada carga de años de criar a los hijos sin la presencia de un padre, o que se le exhiba en los escaparates comerciales de Europa o los burdeles privados (llamados harenes) en los países del Golfo?! ¿Prefiere tomar parte en el proceso de explotación de otras personas y la opresión de otras mujeres en beneficio de sus propios intereses y progreso personal y contar con la protección de las leyes del sistema patriarcal capitalista mundial, o prefiere trabajar y ser objeto de la explotación en una pequeña o gran fábrica o granja, o prefiere seguir siendo una "ama de casa" y esperar que algún dios la proteja mediante su representante masculino a fin de en obtener y luego salvaguardar sus privilegios en el "otro mundo"? ¿Quieres participar en el programa de crecimiento de la población de la República Islámica de Irán sobre la base de su ley sharia y por lo tanto parir más jihadíes, o prefiere convertirse en mera incubadora por las iglesias y los fundamentalistas cristianos?

Todas estas opciones se encuentran en la interminable rueda de elecciones entre estos dos polos que son anticuados y podridos. Estas dos fuerzas no le ofrecen ningún futuro a la humanidad. De hecho, el peligro del colapso que enfrenta a ambas, las orilla no sólo a pelearse entre sí sino también a apoyarse mutuamente y ocultar sus contradicciones cuando se enfrentan a las masas que protestan.

La dinámica de esta rueda anticuada que se mueve hacia atrás implica que la lucha contra una de estas fuerzas anticuadas, en la ausencia de una posición clara en contra de la otra, invariablemente termina por hacer que las personas vayan al otro campo. Por lo tanto, el apoyo a uno de estos dos polos, aunque la intención es la de luchar y debilitar al otro, en la práctica, de hecho, fortalece al otro polo. Todo aquel que sea víctima del orden existente, todo aquel que lo odie y quiera luchar para cambiarlo, en última instancia, no tiene más remedio que tomar una posición clara en su contra y luchar contra estos dos polos. Las mujeres están al centro de esta situación contradictoria y de la lucha contra estos dos polos. Para estos dos polos reaccionarios, las mujeres son un ejército de mano de obra, los soldados rasos del sistema, en una mercancía valiosa, cuyo papel es indispensable para el funcionamiento de este sistema de explotación y opresión. Por otro lado, debido a su posición estratégica, si las mujeres entran en la arena de la lucha con el objetivo de emancipar a sí mismas y a toda la humanidad, serán capaces de destruir todas las barreras patriarcales podridas, las que se enfrentan al colapso histórico, y de construir un nuevo mundo.

Debido a todo esto, nosotras las mujeres, por medio de la lucha revolucionaria internacionalista en contra de estas dos fuerzas anti-mujer anticuadas, podrán lograr quitarle las manos empapadas de sangre, masculinas y "santas" a la vida de millones de mujeres que son objeto del aplastamiento violento e inmisericorde sin precedentes en el hogar, las fábricas, el campo, la calle y los burdeles. Las mujeres pueden trazar el camino a su emancipación y alcanzar una sociedad sin explotación y opresión únicamente por medio de una lucha de este calibre.

Sin la lucha y el derrocamiento de estas dos fuerzas anticuadas, no existe ninguna otra perspectiva clara para la emancipación de las mujeres y de hecho de toda la humanidad, la cual es imposible sin la plena participación de las mujeres.

 

El Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar es un servicio de Un Mundo Que Ganar, una publicación política y teórica inspirada por la formación del Movimiento Revolucionario Internacionalista, el centro embrionario de los partidos y organizaciones marxista-leninista-maoístas.

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