“Era palpable la energía del odio en ese lugar...”

Susan Cahill alza la voz tras la destrucción de su clínica familiar en Montana, la cual proveía servicios del aborto

31 de marzo de 2014 | Periódico Revolución | revcom.us

 

La entrevista de Revolución: Una sección especial para que nuestros lectores se familiaricen con las opiniones de importantes figuras del arte, el teatro, la música y la literatura, la ciencia, el deporte y la política. Los entrevistados expresan sus propias opiniones, naturalmente, y no son responsables de las ideas que aparecen en otras partes de este periódico.

 

El 3 de marzo, All Families Healthcare, una clínica proveedora de abortos en el estado de Montana, sufrió un acto de vandalismo tan severo que la dueña se vio obligada a cerrarla por un tiempo indefinido. El telón de fondo para eso es la escalada más implacable de aprobar restricciones al aborto y de cierre de clínicas desde que el fallo Roe v. Wade de la Suprema Corte despenalizó el aborto hace 41 años. Por todo Estados Unidos, el derecho y la posibilidad de tener acceso al aborto penden de un hilo. Sunsara Taylor, una reportera del periódico Revolución (revcom.us) y la iniciadora de Fin a la pornografía y el patriarcado: La esclavización y la denigración de la mujer (StopPatriarchy.org), habló con Susan Cahill, la dueña de la clínica de la familia y una profesional de atención médica certificada en prácticas avanzadas que practicaba el aborto y ofrecía otros servicios ahí.

En esta primera parte de la entrevista, publicada en este número de Revolución, Susan Cahill nos da un panorama más amplio de lo que implica asumir la responsabilidad de proveer el aborto a las mujeres, tanto las amenazas y violencia, los ataques jurídicos y la satanización, como el agradecimiento y el apoyo; deja ver la profundidad de su propio compromiso con las mujeres y qué implicaciones tendría el no tener acceso al aborto; y explora y comparte sus ideas acerca de cómo hemos terminado en una situación en que están quitando ese derecho y algunos elementos que en su opinión son necesarios para voltear la tortilla. Dentro de poco se publicará la entrevista íntegra en revcom.us.

Sunsara Taylor: Primero, quiero agradecerle por concederme un tiempo para hacer esta entrevista. Cuando me enteré de los daños hechos a su clínica me dio una gran rabia. Para mí y para muchas personas eso nos ultrajó, pero en realidad una gran cantidad de personas no tiene ninguna idea de lo que pasó. Incluso para los enterados, el titular dice que su clínica fue “vandalizada”, lo que puede hacer que uno piense que se trataba de una diablura de adolescentes. Así que me gustaría que usted empezara describiendo simplemente lo que pasó.

Susan Cahill: Sí, y de hecho voy a retrotraerme un poco. All Families Healthcare es mi negocio; lo puse hace seis años y medio en un local diferente y estuve muy feliz ahí. Pero yo alquilaba el lugar y [hace poco] el dueño durante ese tiempo me dijo que estaba teniendo problemas económicos y que iba a vender el lugar. Me preguntó si yo quería comprar el edificio, pero era un poco vieja la casa, lo que era fabulosa por su atmósfera acogedora, pero yo en realidad no quería meterme en un proyecto tan enorme como eso en este momento de mi vida, porque el edificio requería de muchas reparaciones, así que le dije que no. Fíjese, es posible que yo me jubile en un par de años. Bueno, debido a todo eso y debido al precio que él pedía, yo no pensaba que la vendería tan rápidamente, pero sí la vendió. Y cuando la vendió, le dije a mi secretaria/recepcionista: “Te apuesto cualquier cosa que una persona antiabortista compró el edificio”. Así que le pedí al dueño [nuevo] si pudiera quedarme ahí y él dijo que no, que iba a usar el edificio y yo tendría que irme.

La clínica médica All Families Healthcare Clinic, después de ser saqueada gravemente el 3 de marzo. Foto cortesía de Steve Martinez

Así que tuve que volver la mirada hacia adentro y decidir si iba a buscar otro lugar o no, pues no me es fácil encontrar un lugar que alquilar, porque practico el aborto. Pero lo hice. Salí en temperaturas de 15 grados F. bajo cero (-26°C), con la enorme ayuda de unas amistades muy queridas que cambiaron mi consultorio a este nuevo lugar.

Y después de gastar mucho dinero y mucho tiempo en arreglar el local, ponerle nueva pintura, armarios, muchas cosas... me cambié el fin de semana antes del 11 de febrero y empecé a ver a pacientes el 11 de febrero.

Hay mucho que hacer cuando uno traslada un consultorio médico. Mucho. Solo organizar todo y acordarse de dónde se pusieron las nuevas cosas después de seis años y medio de estar en otro lugar. Solo estábamos comenzando a sentir que estábamos instalados. Todo lucía muy bien. Salía el sol, ya no estaba a 26 grados bajo cero, y casi terminé de instalar el sistema de seguridad. Había cámaras, pero este nuevo sistema era inalámbrico, y la persona me dijo el lunes 3 de marzo: “Lo terminaré mañana”. Le dije: “Magnífico”, porque al día siguiente iban a comenzar los 40 Días en Pro de la Vida [40 días de protestas y oraciones enfrente de la entrada de las clínicas del aborto por todo el país] y yo quería que el sistema sea totalmente instalado antes de eso.

Bueno, eso es lo que pasó el lunes. Me acuerdo que de hecho caminé por todo el local después de que los demás habían salido y pensaba: “Hicimos un trabajo muy bueno con este nuevo lugar”. Yo estaba contentísima. La mañana siguiente, estuve alistándome para ir al trabajo y mi secretaria/recepcionista llegó primero, iba a entrar por la puerta de atrás, y vio que el vidrio estaba roto y obviamente alguien se había metido por la fuerza. Con inteligencia ella no entró. Caminó hasta el dueño de la propiedad, que es abogado, y le dijo: “Alguien se metió en nuestro local, hay que llamar a la policía”. Luego ella me llamó a mí y cuando llegué, la policía no nos dejó entrar. Estaba el FBI y de hecho, pues eso era martes, no podíamos ver los daños hasta el miércoles por la tarde.

Durante ese tiempo la policía estaba ahí durante todo el día y toda la noche también, y me dijo: “El local en realidad está muy destruido. Necesitamos que usted se prepare para eso”. Me preguntó si quería ver el vídeo de lo sucedido antes de entrar, pero todo me hizo tan ansiosa. Les dije: “No, solo quiero entrar”.

Entonces, para el miércoles por la tarde, me dejaron entrar finalmente tras hacer su investigación y... es muy difícil... de hecho... cada vez que pienso en eso me pongo a llorar porque en realidad, es simplemente muy difícil comprender la devastación que había ahí. Y todo eso no dejaba de pasar por mi mente, porque fíjese, solo fue hace tres semanas que todos mis amigos y colegas más queridos me ayudaron a crear ese espacio y ahora estaba completamente vandal... totalmente destruido.

Y era palpable la energía del odio en ese lugar, porque esa persona no solo se aseguró minuciosamente de destruir cada posible [cosa médica y estructural] que se pudiera imaginar, para colmo él rompió... Fíjese, tengo grabados y cuadros y artículos que representan cosas importantes para mí a lo largo de los años y que había colgado... Quedaron totalmente destruidos. Además de mis, pues fíjese, las fotos de mi familia... agujereó las caras... Todo.

También destruyó cada equipo médico de alguna manera u otra. Esa persona puso yodo y salpicó todo con eso... Sacó el extinguidor de incendios y roció todo con el polvo... Fíjese, todavía estamos lidiando con eso en este cuartito que tenemos ahora, donde estamos tratando de organizar los expedientes médicos, y cada vez que sacamos un expediente, pues emite [el] olor de nuevo... Duermo con ese olor en la nariz.

Así que fue una devastación total... Arrancó mis plantas de raíz y, además, bajó al sótano y destruyó totalmente la calefacción y las instalaciones de agua también. Así que no fue un mero acto de vandalismo y de ninguna manera se hizo [al azar]. Fue un ataque contra mí, de eso no hay ninguna duda en absoluto.

Continuará.

La entrevista completa está disponible en inglés aquí.

 

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