Entrevista con Sunsara Taylor

"El derecho al aborto pende de un hilo"

7 de abril de 2014 | Periódico Revolución | revcom.us

 

En preparación para las Acciones de Emergencia del 11 y 12 de abril, Revolución tuvo la oportunidad de entrevistar a Sunsara Taylor sobre los ataques contra el derecho al aborto y la necesidad de luchar para transformar la situación. A continuación ofrecemos un pasaje de esa entrevista.

 

Revolución: Sunsara, ¿nos describes en breve la situación actual acerca del derecho al aborto y los ataques contra ese derecho?

Sunsara Taylor: Ahorita en este país, no es ninguna exageración decir que el derecho al aborto pende de un hilo. En muchas zonas un acceso sano o asequible al aborto está fuera del alcance de las mujeres, o simplemente no tiene ningún acceso. El ímpetu y la trayectoria de las restricciones, del estigma, de las leyes que se han aprobado, están haciendo que se intensifiquen el cierre de clínicas y del acceso, y el terror contra los proveedores del aborto. Concretamente en este momento se está determinando el futuro del acceso de todas las mujeres al aborto, concretamente está en juego. En los últimos 3 años se han aprobado 203 restricciones al aborto, y es tan grande ese número que creo que la gente al oírlo como que queda insensible. Pues casi cada semana se oye de una nueva restricción. Imagínatelo — 203 leyes se han aprobado, las presentaron en las legislaturas estatales, votaron y las dieron el peso oficial de la ley. Esto ha causado el cierre de docenas de clínicas en Arizona, en Texas, en Alabama, en Ohio, en Michigan, en Virginia, y en verdad, por todo el país. Y lo que eso significa es que la mujer no puede… se da cuenta de que está embarazada… es joven, o de cualquier edad… se da cuenta de que está embarazada, si no quiere tener un niño confronta una situación, muy, pero muy difícil. Muchas de estas mujeres no tienen recursos para viajar.

Si uno vive en la región del Rio Grande de Texas donde cerraron todas las últimas clínicas del aborto, es una región muy, muy pobre. Casi medio millón de personas viven en las colonias, juntitas a la frontera. Son lugares sin agua potable, sin luz — estas personas no tienen con qué viajar cientos de millas a la clínica del aborto más cercana. Además, muchas son indocumentadas y no pueden viajar aunque tuvieran el dinero porque hay retenes. Así que estamos en una situación en que una mujer en ese lugar se da cuenta de que está embarazada… muchas de esas mujeres ya están arriesgándose la vida tratando de provocarse el aborto. Hemos oído historias de mujeres que piden al novio que las golpee, que ingieren drogas sin saber cómo podría afectar a su cuerpo o su salud. Hemos visto historias de mujeres que usan objetos puntiagudos pretendiendo auto inducir un aborto. Esto ocurría aun cuando las clínicas existían, por los niveles de pobreza y estigma. Pero ahora ni siquiera existen. Francamente, eso es el futuro para mujeres por todo el país si no se le oponga una resistencia grande y generalizada que lo combata de muchas diferentes formas y le ponga alto a este ataque y lo invierta. Por eso, creo que sería muy, muy difícil exagerar el nivel de la emergencia en este momento.

Revolución: Lo que estás describiendo también es un estado de terror que se está imponiendo sobre la mujer. No sé si quisieras hablar algo más sobre eso — cuando las personas tienen que hacerse todas esas cosas para no ser madre en contra de su voluntad.

Sunsara Taylor: Sabes, recientemente hablé con Marge Piercy, una gran novelista y poeta, y ella comunicó, en un mensaje en video, el cual transmitiremos en los próximos días de acción por el derecho al aborto, sobre cómo era vivir y crecer como mujer joven antes de Roe v. Wade. Y ella contó de que, cuando tenía 18 años y se embarazó y no tenía acceso a un aborto sano, se indujo el aborto y por poco se murió desangrada. Me contó de su mejor amiga que falleció a los 24 años de un aborto ilegal. Y dijo —era muy, muy espeluznante, y muy concreto— que aquellos tiempos eran un infierno para la mujer. Era una época en la que enamorarse podría resultar en su muerte. Sabes, vemos en otras partes del mundo, y en este país la gente a veces ven a un país como Afganistán donde si una muchacha se enamora de alguien de una tribu prohibida y no lo aprueban sus padres, la detienen y si no es virgen la matan a piedrazos. Todo eso que ocurre, los crímenes de honor — y uno piensa, “Qué horror, esas jóvenes, ni siquiera les permiten… aparte de toda la esclavización y el velo y la encarcelación de la mujer, todas las diferentes formas de violencia, ni siquiera les permiten algo tan inocente y bello como lo es el enamorarse”. Sin embargo no es diferente, lo que está pasando aquí mismo con muchachas en esas zonas rurales, y también en las zonas marginadas urbanas. Hemos oído estas historias en Detroit.

Creo que las personas deben imaginarse que les tocara esa situación. Otra cosa que Marge Piercy describió es que dijo, sabes, —y creo que ella tenía razón— dijo que los ataques contra el aborto y contra los derechos reproductivos y las fuerzas que los impulsan concretamente pretenden regresar la mujer a la esclavitud. Y creo que las personas tienen que captar que cuando la mujer no tiene la capacidad de decidir por sí misma si tener o no a un hijo ni cuándo, cuando no tiene la capacidad de hacer esa decisión libremente, pues concretamente son… se le pone candado a su vida, la esposan de por vida. La idea de que al embarazarse — se le podría acabar la vida — o porque pierde la vida tratando de provocarse un aborto o porque literalmente la obligan a tener a un hijo que no deseaba, que no puede cuidar, o simplemente porque tenía otros planes para su vida. La idea de que la vida de la mujer y su contribución a la sociedad, su preferencia personal sobre lo que haga con la vida, no importen porque lo único que importe es que ella sea una recipiente para la maternidad. Eso es el futuro que nos están encajando. Y creo que eso es el terror que tú estás describiendo, del que tú estás preguntando. Creo que es muy concreto, la idea de que cada mes, cada mes, si le atrase tantito la regla uno ve la vida desfilar ante los ojos. Esta situación les toca a demasiadas mujeres ya y es una situación de la que muchas mujeres ya grandes se acuerdan y de la que, yo creo, muchas jóvenes no tienen ni idea. Eso tiene que cambiar. Porque eso es el futuro que nos toca si no se da una lucha muy, muy fuerte para invertirlo ahorita mismo.

Revolución: Así que, ¿qué es el estatus de esta lucha? ¿Puedes decirnos más al respecto?

Sunsara Taylor: Creo que la mayoría de las personas en este país, entre ellas millones y millones de personas que en realidad no quieren ver que regresen a la mujer al aborto clandestino o que la obliguen a tener hijos contra su voluntad — creo que la mayoría de personas son profundamente ignorantes sobre lo extrema que es la situación. Creo que la mayoría de personas no lo saben. Y debido a eso, la mayoría de personas no están actuando de una manera proporcional a la situación. Una clínica en Montana fue destruido el 3 de marzo — forzaron la entrada y la destruyeron de arriba abajo, cada pieza de equipo médico, cada pieza de plomería, cuadros en las paredes, fotos de la familia de la dueña de la clínica, expedientes de las pacientes — destruyeron toditito y la clínica quedó cerrada indefinidamente. Susan Cahill, que manejaba la clínica — le han lanzado bombas incendiarias, aprobaron una ley que le prohíbe proveer el aborto, han puesto su vida en peligro, y le habían cerrado su clínica anterior comprándola — acababa de abrir una nueva y ahora se la destruyeron. Es igual al bombardeo de a una iglesia, una iglesia de la comunidad negra en la época del movimiento por los derechos civiles o incluso más recientemente. Es un acto de odio y terror contra… como lo dijo acertadamente la dueña de la clínica, Susan Cahill, fue un ataque contra ella, pero fue un ataque contra toda mujer. Es tan importante que se conozca, y se ha creado un ambiente, francamente se le ha dado luz verde por el hecho de que los medios de comunicación no lo publican, los políticos no lo denuncian, y otras fuerzas no han movilizado protestas de masas en contra ni apoyo popular. Eso le da luz verde a este tipo de terror y un ambiente en que matan a los proveedores y les cierran los negocios, en que las vidas y los sueños de las mujeres quedan apagados por falta de acceso al aborto. Por eso yo simplemente quería mencionar eso en cuanto a la situación ante nosotros.

Así que esto es simplemente un ejemplo de cómo han mantenido ignorante a la gente respecto a la situación, qué tan extrema es la situación. La mayoría de la gente no tiene ninguna idea, y muchísimos de ellos — aunque no entienden qué tan extremo es esto, sí tienen un sentido… incluso entre aquellos que están muy pero muy alarmados, y creo que hay decenas de miles… en realidad creo que hay millones de personas muy alarmadas, aunque no tienen un sentido completo de qué tan extremos son los ataques. Creo que hay millones de personas profundamente alarmadas y afectadas y realmente preocupadas por esto. Entre ellas, hay mucha parálisis y mucho miedo y no tienen un sentido claro de cómo combatir esto. Eso es algo que nosotros en el movimiento para la revolución y las personas trabajando con nosotros en Fin al Patriarcado estamos luchando para proveer, un vehículo para que las personas actúen. Hemos tenido una situación en que la mayoría de la gente es ignorante, mientras aquellos que sí están conscientes y alarmados todavía están actuando, por lo general, en una manera que no va a detener la dirección de las cosas. Así que eso es algo que ha comenzado a cambiar en algunas formas iniciales. Tengo que decir que han pasado unos esfuerzos muy importantes — el verano pasado, Fin al Patriarcado llevó a cabo el Viaje por la Libertad del Derecho al Aborto. Cientos y cientos de personas por todo el país apoyaron esto, se unieron con esto, realizaron mítines, y confiaron en sí mismas… y el mensaje que hemos proyectado es que tenemos que confiar en nosotros mismos.

Si queremos detener esto, tenemos que realmente luchar en su contra. Tenemos que tomarnos las calles, decir la verdad, hablar del derecho al aborto, y decir la verdad sobre lo que está en juego, las vidas de las mujeres. Y tenemos que hacerlo, no porque estemos forjando planes basándonos en si esto ayudaría a que un proyecto de ley sea adoptado o que una restricción sea derrotada, sino porque estemos realmente esforzándonos para cambiar los términos en toda la sociedad y convocando a millones de personas para luchar. Porque existen fuerzas muy afianzadas en este país, determinadas para quitarnos este derecho, fuerzas muy afianzadas, y la dinámica del capitalismo en este país en este momento en realidad favorece esa trayectoria. Se va a exigir una gran lucha para que la gente cambie la dirección de esa trayectoria. Por eso fue muy importante que las personas participaran y apoyaran al Viaje por la Libertad del Derecho al Aborto del verano pasado. Y las personas han empezado en otras formas… más personas reconociendo la necesidad de contar sus experiencias con el aborto y desafiar el estigma que pesa sobre el aborto. Pero aún no existe el entendimiento suficiente de la necesidad, y no hay suficientes personas saliendo y actuando en resistencia pública masiva y realmente confiando en nosotros y convocando a miles y millones de otras personas… y concretamente saliendo a luchar. Y esto es otra cosa que no ha estado pasando: una lucha para cambiar las ideas de la gente sobre el aborto y cambiar su entendimiento de lo que se trata esta lucha. Porque la mayoría de la gente todavía piensa que esta lucha tiene que ver con los bebés. Todavía piensan que el aborto… en verdad piensan que es fácil tener acceso a un aborto, tal vez demasiado fácil, y que eso es malo. No tienen ninguna idea de este punto que señalé antes, el que cité a Marge Piercy: que en realidad esto tiene que ver con la esclavización de la mujer. Las personas no lo saben y tenemos que luchar para cambiar su entendimiento de eso.

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