Antecedentes históricos acerca de Irak: ¿Qué hay detrás de la cada vez más intensa guerra sectaria y la intervención de Estados Unidos? ¿Adónde podría llegar? ¿Dónde están nuestros intereses?

Larry Everest | 30 de junio de 2014 | Periódico Revolución | revcom.us

 

El colapso del 10 de junio de las fuerzas del gobierno iraquí en Mosul, la segunda ciudad más grande de Irak, y la caída de la ciudad ante los yihadistas islámicos reaccionarios del ISIL y otras fuerzas sunitas sorprendieron al gobierno iraquí, los gobernantes de Estados Unidos y otras potencias regionales y mundiales, sonando las alarmas en capitales alrededor del mundo.

Desde entonces, la situación ha evolucionado muy rápidamente. Los yihadistas y otras fuerzas sunitas han extendido rápidamente su control del norte y oeste de Irak, incluyendo la toma de control de la frontera de Irak con Siria y quizás Jordania, y aproximándose a 65 kilómetros de Bagdad. Hay informes de que el ISIL y los combatientes sunitas se hayan apoderado de la mayor refinería de petróleo de Irak. Hasta ahora, el gobierno iraquí, encabezado por Nuri al-Maliki, ha sido incapaz de montar una contraofensiva, y hay profundas fisuras entre los partidos gobernantes de Irak. El gobierno de Obama está trabajando furiosamente para elaborar una respuesta y evitar la caída de Bagdad, incluyendo el despliegue de fuerzas militares en la región. Irán está intensificando su presencia en Irak, y otros estados de la región, entre ellos Arabia Saudita, también están reaccionando para proteger sus propios intereses.

Es imposible predecir adónde vaya todo esto, pero podría convertirse en un importante punto de viraje — fracturando o rompiendo las fronteras nacionales y estructuras gobernantes que han existido desde hace casi 100 años desde la Primera Guerra Mundial. Estas estructuras y relaciones han sido componentes clave de 70 años de la dominación del Medio Oriente de parte de Estados Unidos, cuya dominación ha sido crucial para el funcionamiento y el poder del imperialismo de Estados Unidos en todo el mundo y en Estados Unidos

1. ¿Cómo llegamos hasta aquí? ¡No se trata esencialmente de Bush o la estupidez, sino las dinámicas y necesidades del imperialismo!

La gente necesita entender algunas verdades fundamentales sobre la actual crisis en Irak.

No es simplemente la "culpa" o "estupidez" de Bush, Cheney y los “neoconservadores”, como algunos sostienen. Si este fuera el caso, podría ser bastante fácil para que Estados Unidos se saque de la situación. Pero no lo es. Esta crisis tiene su origen en la dinámica del capitalismo-imperialismo, la historia de su dominación sobre el Medio Oriente y las acciones que los gobernantes de Estados Unidos se han visto obligados a tomar para mantener esa dominación.

El imperialismo ha colonizado, dominado, estrangulado, torcido y asfixiado al Medio Oriente durante más de 100 años. Después del fin de la Segunda Guerra Mundial en 1945, Estados Unidos se convirtió en el jefe supremo imperial dominante. Durante estas décadas, trabajó para básicamente imponer un estatus quo en la región: incorporando en general los pilares centrales del orden social tradicional —las relaciones feudales, tribales y patriarcales, y el papel destacado del islam y las instituciones clericales— en las formas en que dominó y explotó a la región. Esto significaba respaldar o instaurar a reyes, juntas militares y tiranos, y armar y entrenar a su policía secreta y torturadores. Se reprimió brutalmente a los nacionalistas, los revolucionarios y especialmente los comunistas. Israel ha funcionado como el sicario local de Estados Unidos, llevando a cabo la limpieza étnica a la población indígena palestina y librando la guerra a sus vecinos. Durante su imperio post-Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos ha merodeado por todo el mundo. Por ejemplo patrocinó a los escuadrones de la muerte que asesinaron a cientos de miles de personas en Centroamérica solamente durante la década de los 1980. Sin embargo, en los últimos 30 años, no hay ningún lugar donde se ha librado tantas guerras e intervenciones militares como el Medio Oriente. ¡Y tanto los demócratas como los republicanos las han apoyado todas!

¿Por qué? Pues, esta región ha sido —¡y sigue siendo! — una encrucijada estratégica, militar y económico clave que conecta a Europa, Asia y África, y tiene unos 60 por ciento de las reservas de energía del mundo. (Si bien los cambios tecnológicos como la fracturación hidráulica están transformando el panorama energético mundial, el Medio Oriente sigue representando un tercio de la producción mundial de petróleo, más que cualquier otra región. www.eia.gov/todayinenergy/detail.cfm?id=11711).

La cuestión aquí no es simple o principalmente el consumo de petróleo de Estados Unidos Varios imperialistas han calificado el control de este grifo del petróleo mundial como "el mayor premio estratégico" en la historia porque ha sido esencial para el funcionamiento rentable del capital de Estados Unidos, para su dominio económico y militar en el mundo y para su apalancamiento sobre las otras potencias. Por lo tanto no iba a tolerar ninguna interrupción de este orden.

Pero para el comienzo del nuevo milenio, las tensiones y contradicciones estaban abriendo grietas en el edificio de control de Estados Unidos. La revolución iraní de 1979 llevaba fundamentalistas islámicos al poder. La guerra en Afganistán de 1979-1988, alimentada por el apoyo de Estados Unidos, Pakistán y Arabia Saudita para los combatientes islamistas anti-soviéticos, dio lugar a los yihadistas organizados hostiles tanto a la antigua Unión Soviética como al Occidente y sus clientes regionales.

El colapso de 1989-1991 de la Unión Soviética (en ese entonces una potencia imperialista1) fue un terremoto geopolítico que cambió todo el terreno global, signando el comienzo de lo que el Partido Comunista Revolucionario ha identificado como un "período de transición con potencial para grandes trastornos". El ataque despiadado contra Irak durante la guerra de Estados Unidos en 1991 y luego los 13 años de sanciones enviaron temblores en toda la región, sin embargo, no derrotaron al régimen de Husein. Esto y los crímenes de Israel contra los palestinos agitaron la ira y el descontento en toda la región. Mediante todo esto, el petróleo y el gas natural del Medio Oriente han creado riqueza enorme y obscena para el imperialismo y sus colaboradores locales, mientras que la mayoría de 300-400 millones de personas de la región quedaron empobrecidos y oprimidos. Al mismo tiempo, la globalización capitalista ha roto las formas tradicionales de la supervivencia y socialización, e impulsado a millones del campo hacia las enormes ciudades urbanas y barrios marginales.

Estos hechos se produjeron a raíz del derrocamiento del socialismo y la restauración del capitalismo en China tras la muerte de Mao en 1976. Esto tuvo profundas repercusiones ideológicas y políticas en todo el mundo, incluyendo la creación de un vacío de una verdadera oposición al imperialismo. Esto también fortaleció la corriente fundamentalista islámica, que para 2000 ya se estaba convirtiendo en un serio desafío a los intereses de Estados Unidos en el Medio Oriente y Asia central.

Así que a raíz de los atentados del 11 de septiembre de 2001, los imperialistas sintieron que era necesario reestructurar radicalmente la región. Como Bush más tarde resumió: "Los años de buscar la estabilidad a fin de de promover la paz nos habían dejado con ninguna de éstas". También sentían que tenían la libertad para promover sus grandes ambiciones, porque Estados Unidos fue entonces, sin duda, la potencia dominante en el mundo.

Así que se puso en marcha una "guerra global contra el terror." Esta fue, en realidad, una guerra por un imperio mayor que tuvo como objetivo derrotar al fundamentalismo islámico anti-estadounidense, tumbar a los gobiernos que se interponían en el camino de Estados Unidos y transformar toda la región económica, política y socialmente. Ellos la llamaron "secar el pantano" — secando las raíces y fuentes de la creciente fuerza de la oposición islamista. Todo esto fue parte de una estrategia más amplia de impedir que las demás potencias cobraran fuerza para desafiar a Estados Unidos, a nivel mundial o regional, y de imponer la hegemonía estadounidense para las décadas venideras. En resumen, su objetivo era crear un imperio indiscutible e indisputable.

Esta "guerra contra el terror" comenzó en Afganistán en octubre de 2001, pero pasó rápidamente a Irak con la invasión de marzo de 2003. El régimen de Bush consideró que Irak era esencial para beneficiar todos sus objetivos. Imaginaron que pudieran transformarlo en un nuevo tipo de neo-colonia en la región más abierta al capital global, especialmente su sector petrolero, así como en un polo "democrático" y plataforma militar liderados por Estados Unidos. Un objetivo central: el debilitamiento, si no el derrocamiento de la República Islámica de Irán, que Estados Unidos consideraba una de las principales fuentes de la oposición islamista regional. Además, consideraban que la derrota del régimen baazista de Saddam Husein iba a asestar un golpe mortal al nacionalismo árabe y lo que quedaba de la influencia regional de Rusia.

Esta visión requería limpiar el terreno, por así decirlo, y esto es lo que el equipo de Bush hizo — hizo añicos y disolvió el ejército baazista, privatizó la economía y luego purgó el estado de todos los ex miembros del partido Baazista, que terminó por destripar una buena parte del estado iraquí y por impedir que muchos sunitas (que habían tenido un papel predominante en la sociedad del gobierno y sociedad de Irak desde la fundación del país por los británicos en 1921) tuvieran cualquier futuro significativo. Se consideró que eran necesarios y lógicos estos movimientos como parte de la estrategia más amplia que Estados Unidos estaba trabajando para lograr.

Casi todas de las grandes figuras de la clase dominante de Estados Unidos dieron su apoyo a los objetivos generales de la "guerra contra el terror", entre ellos ¡el Partido Demócrata (y sí, Hillary Clinton y John Kerry)! Es por eso que no las debemos llamar "guerras por el petróleo" o "la guerra de Bush" — deberíamos llamarlas guerras imperialistas, porque eso es lo que son.

Pero las cosas no salieron según lo planeado. Los planificadores estadounidenses imaginaron que pudieran aerotransportar a una pandilla de títeres exiliados a Bagdad y que éstos, junto con los líderes compradores kurdos (que había tenido el control del noreste de Irak desde el final de la Guerra del Golfo Pérsico 1991), formaran el núcleo de una nueva "democracia" dominada por Estados Unidos. Pero estos exiliados tenían poco apoyo popular y ninguna organización local, y Estados Unidos se dio cuenta rápidamente que no podía cohesionar un gobierno nacional. Mientras tanto estaba surgiendo una resistencia islamista baazista y sunita armada. Por eso, Estados Unidos se vio obligado a recurrir a una serie de diferentes, y a menudo contendientes, partidos religiosos chiítas, en su mayoría con una vinculación de larga trayectoria a Irán, junto con los líderes kurdos y algunos sunitas para formar un gobierno2. El resultado fue la sustitución del estado neocolonial esencialmente laico y nacionalista con un estado islámico subordinado al imperialismo y construido sobre líneas sectarias y dominado por los chiítas religiosos.

A Estados Unidos le costó mucho más trabajo llevar a cabo sus grandes planes debido al hecho de que estaba realizando la transformación "por lo barato" con relativamente pocas tropas. ¿Por qué? En parte debido a que su estrategia era la de pasar al siguiente objetivo, y no dejarse caer en un enredo.

Pero empantanados estaban, por una resistencia armada anti-estadounidense que incluyó a sunitas tribales, nacionalistas y yihadistas así como algunas milicias chiítas. Para 2006 este conflicto ya se había desarrollado en una despiadada guerra civil sectaria con el gobierno iraquí respaldado por Estados Unidos, la utilización de escuadrones de la muerte y cámaras de tortura y la “limpieza” sectaria de muchos barrios sunitas de Bagdad. Después de alcanzar un punto álgido en 2008, los combates entre las fuerzas gubernamentales iraquíes y los yihadistas sunitas y otras fuerzas sunitas en el noroeste de Irak se ha intensificado considerablemente desde 2013.

Estos sucesos sacudieron a la región. Fortalecieron al régimen chiíta opresivo en Irán y amenazaron con socavar a las tiranías sunitas pro-estadounidenses como Arabia Saudita. Este cambio en la correlación de fuerzas ha provocado una batalla regional —a veces abierta, oculta a menudo— entre los sauditas y otros estados del Golfo que respaldan a las fuerzas sunitas, y que Irán apoya a las fuerzas chiítas.

En medio de todo esto, otros acontecimientos en la región incrementaban el sufrimiento de las masas y sacudían las estructuras gobernantes. La sequía creada por el calentamiento global ha golpeado la agricultura de la región. Las crisis mundiales de alimentos y de finanzas de 2008-2009 golpearon duro. Este fue el terreno del cual la "Primavera Árabe" brotó, lo que aumentó la fragilidad del orden regional, la que Estados Unidos luego exacerbó, primero con la promesa de "democracia" y luego con su apoyo a los golpes de estado y el derrocamiento de los islamistas elegidos, por ejemplo, en Egipto.

Siria se ha convertido en un punto focal y en un punto nodal de estas contradicciones y un factor importante en la crisis de Irak hoy. En marzo de 2011, a raíz de los levantamientos en Túnez y Egipto, decenas de miles de sirios se levantaron contra el régimen opresivo de Assad, el que respondió con brutalidad. Desde entonces, la batalla en Siria se ha degenerado en una guerra civil pesadillesca dominada por los reaccionarios de ambos bandos: Assad, respaldado por Irán y Rusia por un lado, y por otro las fuerzas anti-Assad, dominadas por los yihadistas sunitas reaccionarios así como las fuerzas respaldadas por Estados Unidos, Arabia Saudita y otras potencias. El sufrimiento del pueblo sirio ha sido inimaginable, con unos 160.000 muertos y al menos 2.5 millones de personas se han visto forzados a huir de sus hogares. Este es un gran crimen del imperialismo de Estados Unidos, el que ha avivado la carnicería así como, en visto de todo lo anterior, ha exacerbado al reaccionario yihadismo islámico, dándole grandes oportunidades en las que organizarse, crecer y templarse en combate.

Toda esta historia —desde 1945 hasta el día de hoy— muestra que los intereses del imperialismo —lo que los gobernantes llaman los "intereses estadounidenses"— NO están en conformidad con los intereses de la humanidad, incluyendo a aquellos que por casualidad viven dentro de las fronteras de Estados Unidos. Las acciones de los gobernantes han dado lugar a un terrible sufrimiento y opresión de millones de personas, década tras década. Sus intereses están en contra de los de las personas en el Medio Oriente, en Estados Unidos y en todo el mundo. ¿Por qué se debería creer que algo bueno pueda resultar de una mayor intervención y dominación estadounidense?

La estructura de poder entiende que “nunca pueden dejar que se vea en aprietos", en otras palabras, nunca pueden revelar sus temores y vulnerabilidades a los que oprimen y gobiernan. Sin embargo, los acontecimientos que se desarrollan ante nuestros ojos muestran que el sistema del imperialismo está lleno de contradicciones y sus gobernantes no son omniscientes3 y no son todopoderosos. Su "guerra contra el terror" ha fracasado en sus objetivos; aunque fue diseñado para fortalecer el imperialismo estadounidense, y al contrario ha creado nuevos problemas y dificultades, no sólo en Medio Oriente sino a nivel mundial también.

2. No pueden salir... y no tienen buenas opciones.

El objetivo de Obama ha sido el de mantener la dominación general de Estados Unidos en las regiones de Medio Oriente y Asia central, y a la vez sacar a Estados Unidos de las guerras directas sobre el terreno ahí. Uno elemento: la lucha contra el "terrorismo" por medio de ataques de aviones no tripulados y operaciones de las fuerzas especiales, así como la utilización de mercenarios y aliados reaccionarios locales. En algunos casos, esto ha implicado instigar y manipular la violencia sectaria, a la vez que ésta puede salirse de su control. El equipo de Obama —y hay fuertes divisiones en la clase dominante de Estados Unidos sobre la estrategia mundial— se ha visto obligado a tomar estas medidas por los tremendos costos y fallas profundas de las guerras terrestres de Estados Unidos en Irak y Afganistán, así como su necesidad de centrarse en contrarrestar los crecientes desafíos de Rusia y China —irrumpiendo agudamente en Ucrania y el Mar del Sur de China, respectivamente— así como de otras potencias. Por ello, el objetivo declarado por Obama de un "giro hacia Asia".

Sin embargo, a la luz de la amenaza para el estado iraquí, los gobernantes de Estados Unidos sienten que no tienen otra opción, dada la amenaza planteada por el ISIL al orden regional, salvo enviar asesores, buques de guerra y agentes de inteligencia para evitar que el reaccionario régimen de Maliki se colapse, a la vez que están maniobrando para forjar un gobierno más a su gusto y para evitar que aumente la influencia iraní. Pero esta opción también está llena de peligros e incertidumbres. Por ejemplo, quizá el ejército iraquí sea tan podrido que no se pueda apuntalarlo con éxito. Otro posible problema: al parecer el gobierno de Maliki está contando con la movilización de la población chiíta para una guerra santa contra los sunitas, lo que podría convertirse en un baño de sangre horrible respaldado por Estados Unidos, avivando aún más el yihadismo sunita y sacudiendo a los estados sunitas. Otro elemento es Irán. Si bien ha sido un enorme problema para Estados Unidos y su aliado clave, Israel, parece que Estados Unidos está explorando, al menos, una alianza táctica con Irán a fin de rescatar al estado de Irak, lo que también podría terminar por fortalecer a Irán a largo plazo4.

Los gobernantes estadounidenses sienten que es necesario mantener su control sobre la región, incluyendo para contender con las otras potencias a nivel mundial. Sin embargo, su enfoque en la región también ha creado oportunidades para estos rivales. Y ahora, es posible que Estados Unidos se deje enredar más directamente de nuevo en el caldero del Medio Oriente — aunque el mismo Obama entiende qué tan peligroso eso podría ser.

La meta de Estados Unidos en todo esto es la de proteger a las fuerzas gobernantes opresivas de la región y su subordinación al imperialismo. En otras palabras, cualquier rumbo que escoge Estados Unidos, sus acciones sólo traerán más horrores para el pueblo.

3. Estos sucesos tienen el potencial de convertirse en grandes crisis, obligando a los imperialistas a actuar en formas que son muy riesgosas para su poderío y legitimidad.

El editorial de Revolución "Verano 2014: Haciendo avances... Hacia la revolución" señala:

Al cierre de esta edición, se están operando cambios dramáticos — y existe el potencial de cambios mucho mayores. El nexo de Irak, Siria e Irán está en una profunda crisis... Ucrania... Egipto... ¿quién puede decir lo que ocurra? Ahora mismo, es necesario que los revolucionarios estén preparando a la gente para distinguir los intereses del pueblo del mundo a aquellos de los imperialistas.

La crisis en Irak es un ejemplo y ha hecho que salieran algunas verdades concretas de la boca de los gobernantes.

El columnista del New York Times, David Brooks, le dijo a la PBS NewsHour (13 de junio) que la ofensiva liderada por el ISIL en Irak es:

[Un] problema gigantesco. La idea —de la que han hablado los expertos en el último par de años en particular— de que nada más se convierte en una gran guerra, que se borran las fronteras, que los divisiones entre las sunitas y las chiítas —la gente está viendo todo esto— las divisiones entre los sunitas y los chiítas trascienden las fronteras y se extienden por toda la región... Además existen las potencias regionales. Ahí está Turquía. Ahí están los sauditas, los iraníes. Todos están empezando a meterse. Y yo simplemente — lo que leo, lo que escucho de las personas que de verdad son expertos, se trata de la Primera Guerra Mundial. Concretamente, es una situación muy peligrosa, sumamente peligrosa.

Consideremos a Jordania, que tiene mucha importancia para la defensa y la estabilidad de Israel y Arabia Saudita. Jordania es una pequeña monarquía, relativamente débil, con una población mayoritariamente palestina que colinda con Siria, Irak, Israel y Arabia Saudita. Hoy está bajo enormes tensiones debido a la avalancha de refugiados, primero de Irak y ahora de Siria, así como la desaceleración económica mundial. Y está en la mira del ISIL y otros yihadistas que ahora, según se informa, controlan su frontera con Irak. Y luego está Arabia Saudita, lo que lleva mucho tiempo como primer productor de petróleo del mundo. Mientras que Arabia Saudita ha ayudado a las fuerzas jihadistas para impulsar sus propios intereses, estas fuerzas islamistas también se oponen con vehemencia a la "corrupta" monarquía saudita. La desestabilización de Jordania o Arabia Saudita enviaría ondas de choque a nivel mundial y podría suscitar respuestas militares masivas de Estados Unidos y/o de Israel, lo que lanzaría la región en el mayor caos.

4. Hay una forma de salir — ¡la revolución!

Todas estas contradicciones en el Medio Oriente están interactuando con otras contradicciones — a nivel mundial y en Estados Unidos

La situación es muy urgente — preñada de posibilidades y potenciales oportunidades de acelerar la llegada de la revolución, pero también grandes desafíos para los revolucionarios y graves peligros para el pueblo. Las cosas pueden ocurrir muy rápidamente. Por lo que es urgente, como señala Revolución, que "tenemos que estar atentos al mundo y listos para responder en un santiamén".

Revolución planteó en su editorial:

A preparar el terreno, a preparar al pueblo y a preparar a la vanguardia — a prepararse para el momento en que sea posible liderar a millones de personas para acometer la revolución, a toda máquina, con una posibilidad concreta de ganar.

 

1. A mediados de la década de 1950 en la Unión Soviética, el socialismo fue derrocado y reemplazado por una forma de capitalismo de estado, a pesar de que los gobernantes soviéticos continuaron operando bajo el estandarte del "comunismo". Vea No sabes lo que crees que “sabes”sobre… La revolución comunista y el VERDADERO camino a la emancipación: Su historia y nuestro futuro. [regresa]

2. Tanto los sunitas como los kurdos constituyen un 20 por ciento de la población de Irak, y los chiítas constituyen el 60 por ciento que queda. [regresa]

3. En su memorias Deber, el ex secretario de Defensa estadounidense, Robert Gates, escribe que Estados Unidos casi siempre comienza las guerras "con una profunda ignorancia sobre nuestros adversarios y sobre la situación en el terreno" y admite que Estados Unidos fue a Irak y Afganistán "sin idea de lo poco que sabíamos", pp. 589-590. [regresa]

4. Un análisis de las actuales negociaciones entre Irán y las principales potencias del mundo acerca de su programa nuclear y de la evolución de la estrategia de Estados Unidos hacia Irán en general rebasa el ámbito de este artículo. Sin embargo, a la luz de las necesidades extremas que enfrentan algunos sectores de la clase dominante de Estados Unidos, parece que están estudiando la posibilidad de un cambio importante de su orientación hacia Irán, lo que incluye el desarrollo de una nueva relación, hasta una alianza, con la República Islámica de Irán, a la vez que sirva a los intereses reaccionarios de ambos estados (lo que incluye el mantenimiento del orden regional dominado por Estados Unidos). Espero tratar este tema en futuros artículos. [regresa]

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