La Corte Suprema hace recordar la década de 1950, permite a las empresas negar la cobertura anticonceptiva

Sunsara Taylor | 3 de julio de 2014 | Periódico Revolución | revcom.us

 

El lunes 30 de junio, la Corte Suprema le concedió a las corporaciones con fines de lucro el derecho de negar la cobertura anticonceptiva a las mujeres, y abrió la puerta a la imposición más dramática y de mayor alcance de la intolerancia religiosa en nombre de “la libertad religiosa”.

A partir de hoy se les puede negar a las mujeres de todo el país la capacidad de prevenir de manera segura y asequible los embarazos no deseados debido a las creencias religiosas oscurantistas de sus patrones. Esto hará que el control de la natalidad sea demasiado caro para una enorme cantidad de mujeres en un momento en que el acceso al aborto está sometido a restricciones ominosas sin precedente. Esto llega solamente unos días después de que la Corte Suprema anuló una ley de “zona de protección” en Massachusetts que había impedido a fanáticos antiaborto a acercarse a las mujeres dentro de una zona de once metros de la entrada a una clínica de aborto. Aprobaron esa ley en el contexto del acoso odioso y cruel que han sufrido las mujeres y el personal al entrar en las clínicas de aborto, y con el fin de aumentar la seguridad física de los proveedores de aborto en la estela inmediata del asesinato de dos mujeres que trabajaban en las clínicas de aborto en Massachusetts en 1994.

En conjunto, estos fallos de la Corte Suprema aceleran dramáticamente la trayectoria violenta en este país que está azotando a las mujeres, regresándolas a la década de 1950, cuando el control de la natalidad no estaba disponible para la mayoría de las mujeres, cuando el aborto era ilegal, y cuando la maternidad obligatoria les truncaba la vida a millones y millones de mujeres.

Una de las dimensiones más horrendas e ilegítimas del fallo del lunes es que se basaba en la sustitución del dogma religioso por la ciencia. El demandante, Hobby Lobby, es una cadena de tiendas propiedad de fascistas cristianos que han puesto anuncios de página completa en periódicos locales promoviendo las fiestas cristianas (en oposición al supuesto asalto secular contra la religión) y que tienen previsto abrir un Museo de la Biblia cerca del National Mall (Paseo Nacional) en Washington, DC en 2017. Hobby Lobby argumentó que los DIU (dispositivos intrauterinos) y la píldora del día después son formas de aborto, por lo que incluir la cobertura de ellos en los planes de seguro que ofrecen a sus empleados viola sus creencias religiosas.

La realidad es que el aborto debería en realidad ser cubierto por todas las pólizas de seguro de salud, ya que es absolutamente necesario que las mujeres sean capaces de decidir por sí mismas si y cuándo tener hijos. Con esta decisión la Corte Suprema abrió la puerta aún más ampliamente para imponer el dogma religioso sobre las personas y la sociedad, incluso en oposición a la evidencia y la ciencia.

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Además, como aun señaló la opinión disidente en el caso, se puede utilizar esta decisión como un precedente para imponer el dogma religioso aún más ampliamente sobre la gente por todo el país en nombre de la “libertad religiosa”. Como comentó la jueza opositora Ginsberg, la lógica de esta decisión “se extiende a las empresas de cualquier tamaño, públicas o privadas”, y las empresas ahora podrían oponerse a “la cobertura de salud de las vacunas, o el pago del salario mínimo, o la igualdad de remuneración por el mismo trabajo de la mujer.” Ginsberg señaló que en fecha tan reciente como 1966, el dueño de Piggie Market Enterprises apeló a la corte para defender su “derecho” a negarse a servir a los negros basándose en sus creencias religiosas opuestas a la integración racial, y que tan recientemente como en 1985 una cadena de gimnasios de fines de lucro recurrió a los tribunales para defender su “derecho” a negarse a contratar a una “persona que vive con una persona del sexo opuesto sin estar casadas”, “una mujer joven y soltera que trabaja sin el consentimiento de su padre, o una mujer casada trabajando sin el consentimiento del marido”, así como cualquier persona “antagónica a la Biblia”, incluyendo “los fornicarios y los homosexuales.” Si bien estos dos casos se les negó en su momento, la lógica del fallo del lunes abre la puerta a este tipo de argumentos para ser tomados en cuenta, y hasta sostenidos, en el futuro.

¿Qué nos dice de un país cuando su más alto tribunal da crédito y el respaldo del estado a este tipo de fanatismo religioso horrible y la negación de la ciencia? ¿Qué nos dice de la manera en que este país ve a la mitad de la humanidad, el hecho de que uno de los derechos más básicos y fundamentales de la mujer —el derecho de decidir por sí misma cuándo y si tener hijos— está siendo arrebatado mediante el acoso callejero, las leyes de estado tras estado, y los fallos de la Corte Suprema?

El hecho de que en 2014 la Corte Suprema está tomando parte agresivamente en el asalto sistemático para regresar por la fuerza a la mujer a los horrores de la década de 1950 y la esclavitud de la maternidad obligatoria demuestra una vez más la ilegitimidad completa del sistema de capitalismo-imperialismo que nos gobierna. Demuestra la necesidad fundamental y urgente para que la gente se dé a la tarea de preparar el terreno, preparar al pueblo y preparar a la vanguardia — prepararse para el momento en que sea posible liderar a millones de personas para acometer la revolución, a toda máquina, con una posibilidad concreta de ganar. Y revela la urgente necesidad de que millones y millones de personas en este país se despierten y se enfrenten a la grave realidad de que —en este momento de asalto sin precedentes contra el derecho básico de la mujer al aborto e incluso al control de la natalidad— no habrá ninguna protección de los tribunales. En cambio, debemos liberarnos de las ilusiones y oponer una resistencia política masiva y generalizada y luchar para defender los derechos de la mujer al control de la natalidad y al aborto como parte de la lucha por la plena liberación de la mujer.

 

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