Trascripción de importante discurso del PCR:
Dónde nos encontramos en la revolución

24 de agosto de 2014 | Periódico Revolución | revcom.us

 

A continuación presentamos la trascripción revisada de este importante discurso del Partido Comunista Revolucionario, pronunciado en varias ciudades de Estados Unidos en mayo de 2014.

 

Hoy hablaré de nuestra estrategia concreta para hacer una revolución a la brevedad que sea posible, y dónde nos encontramos en la implementación de esta estrategia. Como una manera de empezar y para explicar el enfoque de este tema y lo que no es el enfoque de este tema, y cualquier otra cuestión de importancia, quiero hablar acerca de una discusión que tuve hace poco. Yo daba vueltas y vueltas con esta persona sobre el tema en cuestión, sobre lo que era cierto o no, y luego, a manera de concluir el argumento, ella dijo: “Bueno, todo el mundo sólo se cuenta a sí mismo una historia que le da sentido a su mundo y le permite pasar a otro día”. Yo le respondí, no, eso es precisamente el problema — porque hay historias de toda clase que dan la impresión de encajar con la forma en que ves o quieres ver el mundo y que luego te permiten seguir adelante, pero que no son ciertas. Es decir, que dichas historias NO corresponden a la realidad concreta y su curso esencial de desarrollo. Y lo que necesitamos es la verdad.

Esta situación se ve por todos lados. Por ejemplo, la religión: las personas dirán que sí, existe un sufrimiento innecesario, pero “todo eso es parte del plan de Dios”. Y al presionarles para que aporten pruebas, algunas personas dirán, bueno, no puedo probarlo, pero para sus adentros, dirán, yo lo sé Y ADEMÁS yo necesito creerlo para poder aguantar otro día.

O la gente habla de “narrativas” — que es sólo una palabra elegante para las historias. Esto se puede ver en gran escala en algo como Israel, y su despojo, dominación y progresiva asfixia brutalmente violenta del pueblo palestino. ¿Cómo se trata este tema en los medios de comunicación? Cuando no sean puras y simples mentiras y tergiversaciones a favor de los israelíes, algunos dicen: “Bueno, está la narrativa israelí contra la narrativa palestina”, como si sólo se tratara de que cada lado contara una historia distinta y nadie puede distinguir cuál es cierta. Un lado dice que los sionistas fueron a Palestina, se apoderaron de las tierras y eliminaron o subyugaron al pueblo autóctono mediante engaños o a menudo masacres — de hecho, más de 30 masacres en la guerra de 1948 para desterrar a los palestinos y establecer el estado de Israel. El otro lado dice que “ésta era una tierra sin pueblo para un pueblo sin tierra”, como se dice en la película ganadora del Oscar Éxodo. SOLAMENTE una de esas “narrativas” corresponde a lo que es verdad — a la realidad objetiva concreta y a las características esenciales de esa realidad. Nosotros sabemos cuál es, y por eso los partidarios de Israel ponen el grito en el cielo cuando alguien los compara con la Sudáfrica durante el apartheid.

Pero en el mundo actual, en lugar de la verdad frente a la mentira, todo se reduce a “narrativas en competencia”. O cuando exista una verdad, se dice que es verdad porque es “lo que sirve para mí” — y NO porque es posible verificarla mediante el estudio y la comprobación de la realidad objetiva.

Estoy empezando con este tema porque penetra tan totalmente a la cultura en este momento y sirve de una barrera concreta a que la gente actúe... algo que trataré en adelante... y además porque el movimiento revolucionario, el movimiento comunista tiene una historia de caer en este modo de pensar también. Ha resultado dificilísimo, como mínimo, hacer una revolución y luego eliminar toda explotación y opresión. Y ante ese problema, ha habido tendencias a caer en ese modo de pensar de narrativas o hasta caer en una especie de enfoque religioso — de decirnos a nosotros mismos que tal cambio es inevitable... de idealizar o romantizar a los oprimidos... de centrarse casi exclusivamente en los hechos “favorables” o en la experiencia positiva y no fijarse mucho en las dificultades, los contratiempos y los errores... o a caer en un modo de esperar que una fuerza casi sobrenatural intervenga y elimine los muy concretos obstáculos a todo esto que nosotros, colectivamente como un movimiento, hemos aprendido en estos últimos 150 años.

Voy a hablar en adelante sobre Bob Avakian, el presidente de nuestro partido, y sus contribuciones fundamentales al comunismo — la nueva síntesis del comunismo que él ha desarrollado. Pero en la propia base de todas las contribuciones de BA es un enfoque más científico de buscar la verdad — de estudiar al mundo material, incluyendo el propio mundo material de la sociedad humana, utilizando el método científico. Yo sólo voy a referirme a eso hoy, pero se ha posteado un nuevo discurso muy bueno de BA en nuestra página web de BA que trata este tema, y que los presentes deberían escuchar: “La base material y el método para hacer una revolución” (en inglés); próximamente saldrá la traducción al español.

Bien, ¿qué quiero decir con el método científico? En la serie televisiva muy buena Cosmos, Neil deGrasse Tyson habla de esto en el tercer episodio. Primero, habla de la capacidad del ser humano de reconocer patrones. Eso es la base de la ciencia — las personas confrontan al mundo material, determinan los patrones o posibles patrones en su experiencia, desarrollan ideas para explicar esos patrones y ponen a prueba sus ideas para ver si corresponden a la realidad... de ahí, resumen si su idea es cierta o a qué grado es cierta, y a su vez eso les permite detectar aún más patrones, y desarrollar explicaciones más profundas y acertadas. Es necesario no simplemente conformarse con los fenómenos superficiales — es necesario adentrarse más profundamente.

Además, Tyson también habla del “reconocimiento de falsos patrones” — por ejemplo, los primeros pueblos afirmaban que los cometas eran una expresión de la ira de los dioses. Por lo tanto, en esto es necesario aplicar mucha rigurosidad y una orientación muy contundente. No sólo es necesario ver los patrones, es necesario ir a la esencia, o al corazón, de estos patrones. ¿Qué es lo que motiva este patrón que estoy detectando? ¿Por qué ocurre? ¿Qué es lo que la causa? ¿Qué pasa cuando yo trato de afectarlo? Y ¿qué puedo aprender de eso?

Por eso, cuando hablamos de una estrategia para hacer una revolución hoy, tendremos que preguntarnos a nosotros mismos: ¿es cierta? Lo que significa: ¿esta estrategia corresponde a la realidad concreta que enfrentamos? ¿Ubica y hace frente a las posibilidades materiales concretas del cambio que existen dentro de esa realidad? Si emprendiéramos esta estrategia, ¿habría una oportunidad concreta de ganar?

Bien, nuestro partido tiene una estrategia, y se expone de manera muy sucinta y entendible en nuestra declaración sobre la estrategia, “Sobre la estrategia para la revolución”, reimpresa en Lo BAsico, un libro de discursos y citas de Bob Avakian. Esta declaración sobre la estrategia comienza por reconocer la realidad sin tapujos: “Muchas personas insisten: ‘Nunca podría haber una revolución en este país: el orden establecido es tan poderoso, la gente está hecha un desastre y está tan atrapada en tragarse las cosas como son, las fuerzas revolucionarias son tan pequeñas’”.

Las personas que dicen eso señalan cosas reales; pero sacan la conclusión equivocada. Este es el reconocimiento de falsos patrones. Mi discurso explicará por qué, al tomar plenamente en cuenta —y entender correctamente— la realidad reflejada en esas objeciones, la revolución SÍ es posible en concreto. Y lo haremos sobre la base de reconocer plena y profundamente la realidad y buscar la verdad.

* * * * *

Examinemos esta primera objeción: que el orden establecido es demasiado poderoso. Muchas personas ven la enorme riqueza que estos explotadores le han exprimido a la gente en todo el mundo y la inmensa fuerza de los organismos de la violencia y la represión que han forjado sobre esa base y concluyen muy rápidamente que no hay manera de que sea posible derrotarlos.

Pero las personas aún ven la necesidad del cambio, por lo que buscan algo menos que la revolución. Por ejemplo, en una persona como Chris Hedges, el periodista, quien ve con mucha claridad la capacidad de violencia de este sistema —él se inició como corresponsal de guerra— y sale con ideas acerca de una “revolución no violenta”. Cuando las cosas van bien, él se deja llevar con esta idea. Durante el movimiento Ocupar, dijo que dicho movimiento era “tan grande que no pudiera fracasar”.

Bueno, ¿qué le pasó a Ocupar? Hoy los medios de comunicación actúan como si Ocupar simplemente “se viniera abajo”. De hecho, la policía destrozó a Ocupar de manera masiva, sistemática y muy violenta. Según la alcaldesa de Oakland, se coordinó la represión policial violenta y masiva mediante una conferencia telefónica nacional de los alcaldes de varias ciudades — casi puros demócratas. Retomaré en adelante por qué los demócratas se sintieron obligados a destrozar a Ocupar pero que hoy se sienten obligados a dejar que Cliven Bundy, el ranchero racista ese de Nevada, tuviera la libertad de amenazar a los agentes federales con armas de fuego y por qué la clase dominante en su conjunto lo convirtió en una celebridad y le dio una plataforma para sus desvaríos racistas de odio.

Pero por ahora, lo importante es que Ocupar, así como cientos de otros ejemplos, muestran que incluso en el caso de un desafío relativamente leve —y para repetir, el gran “delito” de Ocupar era ocupar pacíficamente unos espacios públicos al tiempo que señalaba las enormes disparidades en la riqueza de Estados Unidos— la respuesta es la fuerza. Después de que los gobernantes se han quedado sin argumentos, siempre salen con su argumento de pesos pesados: No hay razón como la del bastón. “Nuestra ‘narrativa’ tiene un ejército, y la suya no”. Yo podría hablar a partir de ahora hasta el otro año con ejemplos parecidos, y no obstante no podría ver el fin — este es un patrón muy básico de la vida social desde que hace miles de años la humanidad se dividió en clases — entre explotadores y explotados, opresores y oprimidos. Cuando las clases que se benefician de un orden social empiezan a considerar que las personas sobre las que gobiernan amenacen a su posición o hasta la cuestionen en serio, movilizan al ejército y la policía para contener o destrozar la amenaza o, en el caso de una amenaza internacional, van a la guerra.

Y este gobierno no cede ante nadie en su disposición de desplegar esa fuerza. Hoy algunos integrantes de la clase dominante están en una campaña seria de “rehabilitar el legado” de Lyndon Johnson, que fue presidente de Estados Unidos en los años 1960. Hasta le han montado una obra de teatro en Broadway, con la estrella de Breaking Bad, para hacer que sintiéramos empatía y “apreciáramos” a ese sujeto... a ese criminal que presidió cosas tan viles y monstruosas que no caben en la imaginación. No quieren hablar del papel de Johnson en el asesinato de 3.000.000 —¡tres millones!— de vietnamitas, mediante el lanzamiento de una guerra no provocada con el fin de destrozar a una revolución que no representaba ninguna amenaza directa a Estados Unidos, pero que quizá sirviera de “ejemplo negativo”, según ellos, para otros oprimidos. Y emprendieron esa guerra con una política — y aquí cito el título de un excelente libro de Nick Turse, que descubrió los archivos secretos del Pentágono que detallan la monstruosidad de unos crímenes de guerra que rivalizan a los nazis — una política de “matar todo lo que se mueva”. Es decir, una política de masacre tras masacre, sea desde el aire o en tierra, una política de una sociedad muy enferma.

Con razón se maldice a Hitler por asesinar a seis millones de judíos — bueno, ¿y qué de los tres millones de vietnamitas y otros millones de indochinos en Camboya y Laos cuyo asesinato Johnson puso en marcha, o que al menos impulsó? ¿Y qué del medio millón a un millón de asesinatos en Indonesia orquestados y fraguados por la CIA en 1965, a órdenes de Johnson? Se podría pasar revista de manera similar a casi todos los presidentes. Y ningún presidente nunca ha denunciado ni nunca denunciaría a ninguno de sus antecesores por cualquiera de estos crímenes de lesa humanidad. De hecho, todos los ex presidentes con vida, junto con Obama, hace poco honraron a Johnson en una ceremonia en su biblioteca y nadie murmuró ni una palabra acerca de las atrocidades que a sabiendas Johnson presidió y, además, acerca de las que mintió a fin de emprenderlas y luego justificarlas.

Por lo tanto, estos son verdaderos monstruos con colmillos reales, y utilizarán esos colmillos a la menor provocación y a veces sin ninguna provocación. No se hará ningún cambio fundamental sin lidiar con eso. Citemos Lo BAsico:

La revolución no es una especie de cambio de estilo, o un cambio de actitud, ni es meramente un cambio de ciertas relaciones en una sociedad que sigue igual en lo fundamental. La revolución significa nada menos que derrotar y desmantelar el estado opresor existente, el que le sirve al sistema capitalista imperialista —y en particular los organismos de represión y violencia organizada, incluyendo las fuerzas armadas, la policía, las cortes, las prisiones, las burocracias y el poder administrativo— y el reemplazo de dichos organismos reaccionarios, esas concentraciones de coacción y violencia reaccionaria, por organismos revolucionarios de poder político y otras instituciones y estructuras de gobierno revolucionarias cuya base se ha forjado por medio del proceso de construir el movimiento para la revolución y luego la toma del poder, cuando las condiciones para eso hayan surgido.... (Lo BAsico 3:3)

Por eso, hay que enfrentarse a eso: “derrotar y desmantelar el estado opresor existente, el que le sirve al sistema capitalista imperialista —y en particular los organismos de represión y violencia organizada”. BA ha señalado que eso puede dar la sensación de que estuviéramos encerrados en un enorme patio penitenciario rodeado por un enorme muro de acero más alto que nuestro campo visual y que parece increíblemente grueso. Nosotros mismos somos lo único que tenemos en contra de esta situación, además de que —¿y qué más?— tenemos el método científico. Pero eso es mucho. Este método científico es como tener un microscopio y un equipo de radiografía. Podemos usar ese microscopio y equipo de radiografía y así podemos empezar a ver y rastrear las grietas dentro de ese muro... podemos ver las debilidades estructurales dentro de ese muro que han hecho que el acero se oxidara, aquí y allá... podemos ver dónde están las vigas y las juntas que no se montaron tan bien y podrían ceder bajo la tensión... podemos ver que el tiempo afectará al muro de diferentes maneras y lo irá desgastando.

En términos claros, podemos investigar y estudiar la realidad y buscar los patrones y las dinámicas subyacentes y las fuerzas impulsoras. Hagamos algunas preguntas acerca de los patrones y veamos lo que podemos aprender al respecto. ¿Alguna vez haya derrotado una fuerza que comienza con fuerzas pequeñas, sin experiencia y con armas ligeras, a una fuerza que comienza con experiencia, tamaño y armas pesadas? Resulta que eso sí ha ocurrido. ¿Alguna vez haya sido tal fuerza el equivalente a la que nosotros enfrentamos, cuando se desarrollen las cosas así? Resulta que eso sí ha ocurrido. ¿Qué pasó? Resulta que si bien, efectivamente, ha habido muchas más victorias de parte de las fuerzas más poderosas contra las fuerzas más pequeñas con armas ligeras —¡vaya sorpresa!— también ha habido algunos empates y al menos una gran derrota — esa misma guerra de Vietnam que ya mencioné.

Veamos un minuto lo que pasó en Vietnam. Los vietnamitas no sólo derrotaron al final a Estados Unidos sino que hacia el fin de la guerra, después de repetidas derrotas en batalla y el crecimiento de un movimiento decidido y muy desafiante contra la guerra en Estados Unidos, cundía un cierto desgaste del propio ejército estadounidense. Los soldados expresaban disentimiento y hasta resistían de formas diversas y a veces muy frontales. El que el gobierno de Estados Unidos tuviera la capacidad de movilizar de manera confiable a ese ejército comenzó a incidir y figurar en sus cálculos acerca de su manera y posibilidades de llevar a cabo esa guerra.

He aquí otra lección muy importante acerca de esa guerra y otras cosas que ocurrían en Estados Unidos en ese momento. Las más de las veces, a la gente no le gusta la forma en que el estado aprieta las clavijas de su represión, pero no cuestiona el derecho del estado a hacer eso. Las más de las veces, la gente tiende a concederle al estado un monopolio sobre el uso legítimo de la violencia. Se oye todo el tiempo: “No estoy en contra de todos los policías, solamente contra los malos”, sin ver que “los malos” y “los buenos” trabajan en conjunto para jugar un papel general de mantener a la gente acorralada.

Eso es lo que se entiende por “legitimidad”: el estado puede usar la violencia para reforzar el orden que está defendiendo. Bien, durante los años de Vietnam amplios sectores de la sociedad empezaron a dejar de creer en la legitimidad de la violencia dirigida por el estado, debido al creciente movimiento político que cuestionaba la justicia del orden que esa fuerza defendía, así como en ocasiones debido a los desafíos directos a ese monopolio de fuerza que se daba en la sociedad en ese entonces. El que las personas dejaran de creer en el gobierno sería un componente importante de cualquier situación revolucionaria — sería una importante “grieta en el muro”. Cuando la gente empiece a reconocer la ilegitimidad del uso de la fuerza por parte de la estructura de poder —y en consecuencia, cuando la gente empiece a reconocer la legitimidad de las fuerzas revolucionarias—, eso representará una dinámica esencial cuando la lucha sin cuartel por el poder efectivamente esté a la orden del día y a lo largo de esa lucha. Además, ésa es una grieta en el muro sobre la que nosotros tenemos que empezar a trabajar ahora, aun antes de que esa lucha total esté en marcha o a la orden del día en lo inmediato.

De nuevo se trata de una ciencia. No podemos experimentar directamente la experiencia histórica pero sí la podemos estudiar. Podemos estudiar las cosas positivas y negativas que ocurren en el mundo hoy. Podemos leer los escritos de los revolucionarios y podemos estudiar el trabajo de los autores del lado del enemigo que han examinado las potenciales deficiencias y que han señalado estas debilidades en esas estructuras de represión violenta, y podemos aprender de sus observaciones y recombinarlas. Además, tal como los demás científicos, tenemos que usar nuestra imaginación pero no dejarnos regir por ésta.

Bien, esas cuestiones son sólo el comienzo de determinar si es posible enfrentar y derrotar a esas fuerzas tan imponentes de la represión violenta en una revolución. La experiencia de otros países, si bien es muy importante, difiere en algunos muy importantes aspectos — por ejemplo, cuando los vietnamitas expulsaron al ejército estadounidense de Vietnam, NO tuvieron que derrotar completamente, hacer desintegrar y desmantelar a la fuerza represiva del viejo orden. Y es casi seguro que se tendría que hacer eso en una revolución en un país imperialista. Hay otros problemas y cuestiones propios de un país imperialista que es necesario tratar. ¿Cómo evitar que la base principal de esta revolución salga cercada en las ciudades y pulverizada? ¿Cómo ejercer la dirección de tal lucha en contra de la vigilancia y la represión de los de arriba? ¿Cómo, en tal situación, hacer frente a las fuerzas reaccionarias que estarían movilizando a la gente... y por lo mismo, cómo analizar la posibilidad de hacer que se desprendan algunas fuerzas a los de arriba, incluidas en sus fuerzas armadas, cuando esa lucha se ponga a la orden del día y se desarrolle? ¿Y cómo está relacionado el trabajo político e ideológico que se hace hoy cuando la lucha sin cuartel aún no esté a la orden del día y NO debería emprenderse, con el momento en que las cosas sí cambien?

Nuestro partido ha hecho eso: hemos analizado y explicado las contradicciones y cuestiones esenciales, hemos sentado las bases y el marco esencial de una estrategia que podría ganar en una situación distinta a la de hoy, una situación revolucionaria. Lo hemos hecho en obras tales como el artículo “Sobre la posibilidad de la revolución”, la película Habla BA: ¡REVOLUCIÓN — NADA MENOS! Bob Avakian en vivo (en inglés) y el discurso de BA Los pájaros no pueden dar a luz cocodrilos, pero la humanidad puede volar más allá del horizonte (Primera parte: Revolución y el estado. Segunda parte: Construyendo el movimiento para la revolución). Esas obras exponen, aplican y desarrollan algunos principios básicos de lo que los comunistas revolucionarios llaman la “guerra popular”.

Tomemos un momento para ver, ¿qué se entiende por una guerra popular? En China, Mao Tsetung desarrolló una “guerra popular” en el proceso de dirigir al partido para dirigir al pueblo durante 22 años de guerra hacia la toma del poder en 1949. Mao lideró al partido para tomar un grupo relativamente pequeño de personas y forjar un ejército de abajo hacia arriba. El propósito de ese ejército era el de servir a las masas para llegar al comunismo, derrotando al opresor y representando un mundo completamente diferente. Debido a que eso era su propósito y razón de ser —y NO el saqueo ni la defensa del saqueo—, ese ejército tenía y podía llevar a cabo una forma diferente de estrategia y tácticas. Lo que se convirtió en el Ejército Popular de Liberación podía contar con el apoyo de la gente para hacer una guerra que le permitiera ir desgastando y haciendo desintegrar gradualmente a un enemigo mucho más fuerte. Pudo privarle a ese enemigo de la clase de combate que el enemigo deseaba y de la posibilidad de aplicar su ventaja abrumadora de fuerza para pulverizar al Ejército Popular de Liberación. Los revolucionarios, al contrario, obligaban a los reaccionarios a combatir de acuerdo a los términos que más beneficiaran a la revolución. El Ejército Popular de Liberación practicaba entre sus soldados, y entre sus soldados y el pueblo, formas de relaciones distintas al caso del ejército reaccionario contra el que combatía — se puede leer en el Libro Rojo, las Citas de Mao, las reglas de disciplina y advertencias que elaboraron para garantizar y reforzar esas relaciones. Aparte de ser esencial para la meta de la lucha y la manera en que la emprendían, fortaleció la legitimidad de las fuerzas revolucionarias y socavaba las afirmaciones de legitimidad del régimen gobernante. Y con el tiempo, al usar la estrategia científica desarrollada por Mao, este ejército emprendió batallas y cobró fuerzas y jugó un papel importante en la derrota de los japoneses que invadieron en los años treinta y cuarenta, y luego derrotaron e hicieron desintegrar totalmente al ejército chino regular que contaban con armamento, asesoría y apoyo de Estados Unidos y finalmente, en el combate contra el ejército estadounidense hasta un empate en Corea, ni siquiera un año después de haber tomado el poder a nivel nacional en China.

Pero hoy sabemos que el momento actual no es lo mismo que esos años. Una buena parte de esa experiencia no se aplica y no se aplicaría hoy a un país como Estados Unidos. Pero hay principios que sí son de aplicación — por lo que personas como Petraeus, ese general criminal de guerra, estudia la obra de Mao y por lo que nosotros también deberíamos hacerlo. Además, las citadas obras SÍ tratan directamente lo que las fuerzas revolucionarias enfrentarían en un país como Estados Unidos y hay más ideas y “exploraciones” sobre diversos problemas “puntiagudos”. No trataré de hacer otros comentarios sobre los detalles de eso, pero SÍ pido que ustedes hagan más estudio de estas y otras obras y que forcejeen con este tema, de manera correcta, entre sí y que participen en el trabajo muy importante —déjenme recalcar, en la esfera de la teoría— para adentrarse más en este tema.

Lo importante, para repetir, es lo siguiente: a partir de abordar este tema concretamente, con un método y enfoque científico, lo cierto ES que ES posible derrotar a esta fuerza… en las condiciones, retomando esa cita, de “una profunda crisis en la sociedad y el surgimiento de un pueblo revolucionario de millones y millones de personas, que cuente con la dirección de una vanguardia comunista revolucionaria y esté consciente de la necesidad del cambio revolucionario y esté resuelto a luchar por el mismo”. Para nada hay garantías y claro que no se haría sin sacrificios — pero eso sería posible. Por lo tanto, eso es la primera parte de la respuesta a “dónde nos encontramos en la revolución”: hemos desarrollado este marco, el que es sumamente valioso y es un importante adelanto concreto.

Bien, aparte de nuestro microscopio y equipo de radiografía metafóricos o imaginarios —o sea, las imágenes con las que nos referimos al método científico— tenemos un telescopio. Aparte de ver adentro del muro, podemos ver por encima y más allá de ese muro. Volvamos a esa cita que acabo de citar y leamos la siguiente parte:

la toma del poder y el cambio radical en las instituciones dominantes de la sociedad, cuando las condiciones para eso hayan surgido, hacen que sea posible un cambio más radical en toda la sociedad — en la economía y en las relaciones económicas, en las relaciones sociales y en la política, la ideología y la cultura imperantes en la sociedad. El objetivo final de esta revolución es el comunismo, lo que significa y requiere la abolición de todas las relaciones de explotación y opresión y de todos los conflictos antagónicos destructivos entre los seres humanos, en todo el mundo. A la luz de este análisis, la toma del poder, en un país específico, es crucial y decisiva y abre paso a más cambios radicales y a fortalecer y a avanzar más la lucha revolucionaria a través del mundo; pero al mismo tiempo, por crucial y decisiva que sea eso, es solamente el primer paso —o el primer gran salto— en una lucha general que tiene que continuar hacia el objetivo final de esta revolución: un mundo comunista radicalmente nuevo.

¿Y qué implica para las masas que por fin caiga ese alto muro de hierro? Una amiga mía limpiaba el ático de sus padres y encontró una revista Life de 1950, el año justo después del triunfo de la revolución en China, que era un número especial sobre Asia. Esta revista era una revista ilustrada muy popular en los años cincuenta y sesenta. La revista publicó una imagen de los campesinos en la China recién liberada —los campesinos que antes de la llegada al poder de los comunistas habían estado bajo una férrea explotación, privados de tierras, bajo los grilletes del endeudamiento, quienes a menudo se morían en las periódicas hambrunas y en ocasiones tuvieron que vender a sus hijas a los terratenientes, todo ello avalado por las leyes de China y por el ejército— en la que muestra con muchísima desaprobación a los campesinos quemando las escrituras de las tierras de los terratenientes y los registros de sus deudas, en una jubilosa celebración.

La revista Life, de nuevo con muchísima desaprobación, publicó otra imagen, que muestra a algunos campesinos con armas de fuego en la mano y afirma que las milicias populares impiden que los terratenientes hagan algo al respecto. Y si uno sabe algo acerca de la vida de miseria que estos campesinos soportaban antes de la revolución, de las injusticias terribles que sufrían, dirá: “¡Adelante, Milicia Popular!” Debido a que también uno sabría que sin el poder armado que los respalda, estos campesinos hubieran permanecido desunidos. Los terratenientes hubieran traficado con los temores de los campesinos y los hubieran aprovechado, hubieran manipulado la mentalidad del servilismo y la sumisión inculcada por los miles de años de explotación, hubieran desplegado sus propios esbirros e incluso con todas las leyes en el mundo nada hubieran cambiado en concreto.

Pero las cosas SÍ cambiaron: se hizo añicos el dominio de los terratenientes sobre el campo y se repartieron las tierras; de ahí se formaron diferentes clases de cooperativas, las que paso a paso se iban colectivizando en mayor grado. Para mediados de los años 1960 por primera vez en la historia, China había resuelto en lo fundamental el problema de la alimentación — en lo fundamental había desarrollado la capacidad de satisfacer las necesidades alimentarias de la población entera y además, de tener reservas — y además por primera vez llevaron la alfabetización, la educación y la atención sanitaria al campo. Todo eso se realizó con una enorme lucha y también errores y sacrificios. Tuvieron que hacer frente a Estados Unidos y la Unión Soviética a la vez — pero lo lograron. Y todo eso no es ninguna “narrativa” de nadie — todo eso es la verdad, y tenemos los hechos para demostrarlo.

Todo eso me llevó a pensar de nuevo en la Reconstrucción en Estados Unidos hace 150 años, justo después del fin de la guerra de Secesión. Para obtener su libertad concreta en esos momentos, para garantizar los derechos más básicos, esos ex esclavos hubieran tenido que apoderarse de las tierras que su sangre había trabajado durante generaciones. Hubieran tenido que forjar organismos de poder armado para garantizar que se impidiera que los ex amos de las plantaciones “volvieran a dominar de nuevo”. Hubieran tenido que usar ese poder para así transformar la sociedad entera, empezando con el sistema educativo. Pero NO se hizo eso. Al contrario, el poder se quedó en manos del Ejército de la Unión del Norte, que era un instrumento de los capitalistas que lo controlaban... y cuando ya no les convenía a estos capitalistas que se capacitara a los ex esclavos para ejercer siquiera los derechos mínimos obtenidos a raíz de la guerra de Secesión, el Ejército de la Unión se retiró y dejó a esos ex esclavos a la merced del dogal del linchamiento y del Ku Klux Klan, y lo que se convirtió en generaciones de explotación brutal. Sin un ejército popular —un ejército completamente nuevo— como baluarte de un poder estatal completamente nuevo resuelto a apoyar a las masas en la eliminación de todos los vestigios de la esclavitud, no había ninguna posibilidad. Eso fue cierto en ese entonces y es cierto sobre todo para la sociedad socialista que tenemos que crear en estos tiempos.

Claro que el ejercicio de ese poder nuevo y su ejercicio de una manera correcta encierran un montón de cosas complicadas. La manera de hacer eso es una gran parte de la nueva síntesis del comunismo desarrollada por BA. Se puede encontrar esta pionera nueva síntesis, que retoma los logros y también reconoce y analiza científicamente las debilidades de las revoluciones anteriores, en muchas obras de BA y se concentra en la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte (Proyecto de texto), la que efectivamente trata la complejidad de todo eso, además de ser muy concreta y accesible.

Pero hay algunas cosas muy sencillas en que se puede comenzar a trabajar el día después de la toma del poder. En ese momento, se habría desmantelado y dispersado al antiguo ejército y policía. Ahora existirían nuevos organismos de poder —en términos de las nuevas estructuras políticas y las nuevas fuerzas armadas que esas estructuras organizarían— sobre la base de las fuerzas que se hubieran templado y probado en la lucha para derrotar a ese viejo orden. Recuerde que una de las formas esenciales en que siquiera se pudiera imaginar la posibilidad del triunfo de estas fuerzas revolucionarias es la manera en que combaten y se conducen — que encarnan los valores de la sociedad que están creando y NO los valores de la sociedad que están luchando para superar y trascender, y al hacerlo trazar un marcado contraste con el enemigo.

Por lo tanto, desde el primer día, a medida que estos nuevos organismos ejerzan su autoridad: ¡primero, la policía ya no mataría a balazos a los jóvenes negros y latinos en las calles! Están los padres en nuestro movimiento que han sufrido eso —conocemos a muchas personas que en ocasiones han llamado a la policía para pedir su ayuda con un miembro de la familia con una enfermedad mental o por un pleito en la familia que se sale de control, pero que la policía acude y asesina a un miembro de la familia — en un caso horrible asesinaron al esposo y al hijo de una mujer en el mismo momento. Bueno, no más de eso. No más muertes de desesperados inmigrantes hambrientos en el desierto, pues más de 6.000 inmigrantes se han muerto en los últimos 15 años debido a las crueles políticas del gobierno estadounidense y su Patrulla Fronteriza que aplica estas políticas con la violencia, al mando del “deportador en jefe” Obama — no más de eso; y no más saqueo y dominación de los países de origen de estos inmigrantes, cosa que hace que viajen a ese implacable desierto en primer lugar. No más jóvenes que se matan entre sí porque no saben a dónde canalizar su furia —ese problema se tendría que eliminar mediante la misma lucha revolucionaria total por el poder, la que en sí podría canalizar dicha furia— por el camino indicado, ¡hacia la emancipación consciente de toda la humanidad!

Desde el primer día: No más millones de personas sin hogar en las ciudades de Estado Unidos, que viven en los albergues en el mejor de los casos, en medio de rascacielos de lujo al lado de las personas a las que les urgen empleo y quienes, de tener las oportunidades, podrían construir viviendas. No más fanáticos homicidas acosadores a las mujeres las que quieren ejercer su derecho a decidir si tener hijos y cuándo. No más niños obligados a sobrevivir de Gatorade y emparedados de azúcar al fin del mes porque la sociedad más amplia elige no darles de comer cuando se agote el dinero de sus padres. ¡No más de eso! No más parálisis mientras el capitalismo obliga a nuestro planeta a marchar a paso de ganso a su fin — al contrario, tendríamos un poder estatal que inmediatamente pondría a los científicos capacitados a trabajar para resolver esos problemas y activaría la participación de las masas populares, para conocer y contribuir a resolver esos problemas, determinando cómo la humanidad podría forjar un futuro sustentable en medio de este desastre ambiental — y sin que la camisa de fuerza del capitalismo les impida explicar plenamente las dimensiones del problema. Sería posible hacer todo eso, y solamente se podría hacer, mediante la toma del poder y la creación de un poder NUEVO.

Ahora, habiendo hablado de lo que REPRESENTA la toma del poder y para qué sirve, tenemos que hablar un poco sobre lo que la toma del poder NO representa. Sobre esta cuestión, hay mucha confusión. La toma del poder NO es un golpe de estado militar fraguado por un sector del ejército que profesa simpatías por el pueblo ni es la elección de un populista que cuenta con el apoyo de un sector importante del ejército y de las masas oprimidas. Eso se ha probado en varias ocasiones, recientemente en Venezuela, donde Hugo Chávez intentó primero subió al poder mediante un golpe de estado y luego llegó al poder mediante las elecciones, con el respaldo de un sector del ejército. En la mayoría de los casos, los dirigentes de estos golpes de estado militares o hasta de los movimientos populares representan los esfuerzos de los nacionalistas burgueses frustrados en los países oprimidos. Cuando me refiero a un “nacionalista burgués”, no es un insulto, utilizó un término científico. Se refiere en este caso a los representantes de una clase de personas de los países oprimidos que aspira a desempeñar el papel de la burguesía o de la clase dominante capitalista, o en cierta medida lo hace, pero se frustra debido a la dominación de la economía y vida política del país por el imperialismo. Sueñan con la autonomía para distanciarse de los grandes imperialistas y a veces entran en conflicto, incluso conflicto violento, con los imperialistas. Es posible establecer cierta unidad con estas fuerzas, pero si se les deja arreglárselas por sus propios recursos y si llevan el liderazgo, no pueden forjar un camino aparte del orden mundial imperialista y con el tiempo buscan alguna especie de acomodación con ese orden, aunque gocen de “mejores términos y condiciones” que lo que había antes. Para ello, en ocasiones movilizarán a un sector de las masas en torno a un programa de reformas y lo llamarán el socialismo. El propio ejército en esos países, aun cuando esas fuerzas lleven la batuta, sigue siendo un instrumento moldeado por la estructura neocolonial al servicio de fines neocoloniales.

Parte del problema es que el socialismo no es un fin en sí. El socialismo NO constituye solamente unas pocas reformas y la distribución más equitativa de la riqueza. El socialismo es un estado de transición, cuyo propósito es el de dirigir a las masas para arrancar de raíz concretamente toda la explotación, todas las instituciones sociales opresivas que surgen de ésta y todas las ideas atrasadas que ese sistema engendra y refuerza. Es una transición al comunismo, en el que la humanidad haya superado todas las divisiones antagónicas y ya ni siquiera necesite un poder estatal. Estos nacionalistas no tienen por objetivo la liberación del mundo entero, pero solamente la consecución de mejores términos y condiciones para su parte del mundo — y la experiencia demuestra que si de eso se trata, ni siquiera se romperán las cadenas del imperialismo. Hugo Chávez instituyó reformas y repartió concesiones materiales a los pobres y hasta dejó que la gente estableciera “instituciones alternativas”, pero en realidad él no movilizó la actividad consciente de las masas para poner a la economía sobre nuevas bases, no revolucionó las instituciones de la sociedad ni tampoco desencadenó a las masas para desafiar las ideas atrasadas y la ignorancia dominantes en la sociedad y las que las encadenaban — de hecho, en muchos casos reforzó esas ideas atrasadas y se cebó de éstas, por ejemplo, mediante la promoción de la religión.

Algo más que NO representa “la toma del poder” es que de alguna manera se construyan comunidades alternativas dentro de este sistema putrefacto las que se convertirán en las incubadoras de nuevas relaciones sociales y nuevas relaciones económicas, incluidas las relaciones con el medio ambiente, y que poco a poco obtendrán el poder. En primer lugar, todavía estarías atrapado en el funcionamiento general del imperialismo en el mundo, serías parte de eso, y estarías en un país en el que en el mejor de los casos pudieras disfrutar algunos despojos de la economía imperialista. Es posible que pienses que estás logrando una salida, pero mientras tanto el molinillo de carne sigue operando sin tregua. Ellos pueden dejar que hagas eso y que incluso te den ánimos, si deciden que les conviene. Y en el momento en que deciden que no, pueden llamar a la policía.

Del mismo modo, no se puede hacer esto mediante la elección de una mayoría por el socialismo y la ratificación de una enmienda constitucional para socializar la propiedad privada, que al menos solía ser una fantasía promovida por el Partido Comunista de Estados Unidos revisionista —o sea, ese partido NO revolucionario y CONTRA-revolucionario. En primer lugar, en un país como Estados Unidos las reglas que se establecen y el propio proceso de hacer las cosas mediante las elecciones —en las que las personas actúan como individuos atomizados, pasivos— garantizan que nunca tengas una mayoría. Pero si de alguna manera lo lograras, el ejército volvería a destruirte — por ejemplo, tal como se hizo en Indonesia en 1965 y en Chile en 1973, bajo la guía de la CIA.

¿Por qué? Debido a que los ejércitos no caen del cielo, tal como ilustra el ejemplo anterior de China. Los crean personas que en última instancia representan a una clase u otra para reforzar los intereses de esa clase. Como tales, son concentraciones de las relaciones sociales y los valores de la clase que su creación sirve. ¿POR QUÉ es que el ejército estadounidense, en sólo una de sus múltiples pútridas relaciones sociales y prácticas, tienen una incidencia tan alta de violaciones de personas no combatientes, pero incluso de sus propias sus filas, hasta el extremo que los soldados femeninos no salen a ir al baño por la noche por temor a un asalto? Porque ese ejército refleja las relaciones sociales y la moralidad del perro-come-perro y del yo primero de la sociedad que lo engendró y a la cual este ejército defiende y, en particular, la misoginia —el desprecio y odio a las mujeres— que constituye una parte tan grande de su “aglutinante social”.

Por otro lado, ¿por qué el Ejército Popular de China pudo instituir unas relaciones y valores completamente diferentes? Para repetir, porque se creó ese ejército sobre la base de las relaciones sociales propias de una clase diferente, la clase que no tiene nada que perder salvo sus cadenas pero que sólo puede poner fin a su propia explotación mediante la eliminación de TODA la explotación y opresión.

Por ello, no existe un camino fácil ni atajo al poder — al menos no un poder que representaría concretamente el proceso de ponerse a eliminar toda la explotación y opresión, y todas las relaciones potencialmente antagónicas entre las personas. Y al pensar en esto, se ve directamente el sacrificio que esto conllevaría. Aquellos que defienden a este orden descargarán una enorme destrucción sobre aquellos que quieren un poder nuevo. Esta cuestión no es algo insignificante.

Pero piense en lo que enfrentamos en este momento: piense en los millones de personas que el orden actual ha encauzado hacia las infernales jaulas carcelarias de Estados Unidos desde los años 1970 y las formas en que ha denigrado a generación tras generación de esos jóvenes, y los ha puesto en una posición en la que no tienen ningún futuro real y ninguna esperanza real, de modo que estos jóvenes se desquiten el uno al otro y terminen en una muerte temprana o en las tumbas en vida para las que Estados Unidos es el líder mundial sin par... piense en los inmigrantes, orillados a acudir a Estados Unidos por unas condiciones tan pésimas que arriesgan la vida en el desierto sólo para encontrar trabajo, y cientos sufren una terrible muerte cada año y millones más viven en las sombras... piense en el hecho de que una de cada cinco mujeres será violada en las universidades en Estados Unidos al año y de la cultura dominante, pervertida y pornificada que exacerba aún más esta situación y satura y denigra a todos, y las formas en que a grandes zonas de Estados Unidos se les está despojando del derecho al aborto y sí el control de la natalidad... piense en el hecho de que millones y millones de niños se mueren sin necesidad al año en todo el mundo debido a enfermedades prevenibles o el hambre, piense en la vida de la dura explotación y desesperación que sufren los que sobreviven, y piense en las guerras fomentadas por estas grandes potencias para apuntalar todo eso, ya sea directamente o por sustitutos o mediante asesinatos a control remoto por aviones no tripulados... piense en que tan sólo en los últimos 20 años, seis millones de personas se han muerto en el Congo, en la continuación del matadero en Irak y Siria, y así sucesivamente... y piense en el medio ambiente, en el que el capitalismo tiene de rehén al futuro de la humanidad. Carajo, piense en una cultura en la que tantas personas tienen que adormecerse nada más para poder soportar la vida. Esas son las opciones concretas ante la humanidad. Nuestra orientación tiene que ser lo siguiente: todo lo que estos monstruos hacen en contra del pueblo, toda la destrucción que causan en su defensa del capitalismo, tiene que convertirse en una razón más para acelerar el final de su sistema y todo su estilo de vida... y el camino de la muerte. Y hoy tenemos que comenzar a entrenar a la gente en esa manera de ver las cosas.

Por último, déjeme decir lo siguiente sobre este punto general, para que no haya ningún malentendido sincero y no hay intentos insinceros de distorsionar lo que digo. Cualquier intento de “iniciar algo” en este momento... de intentar hacer una revolución, cuando no estén dadas las condiciones que he descrito... perdería y sería muy perjudicial. Primero, destruiría las esperanzas de los millones de personas que hoy ni siquiera se atreven a tener esperanzas. Y dos, provocaría una enorme represión. Por eso, al explicar esto a la gente, es necesario explicar exactamente lo que queremos decir... y exactamente lo que NO queremos decir. No se trata de dar aires de grandeza o “de vender engaños amedrentadores”... esto va muy en serio, en que la vida y los sueños y el futuro de miles de millones de personas están en juego. Esto no quiere decir que las personas oprimidas no tengan el derecho de defenderse contra la injusticia; cualquiera que cree en la justicia debe apoyar ese derecho. Pero sí significa que cualquier intento de jugárselo el todo por el todo en estos momentos sería muy equivocado.

Así que ahora nos toca un segundo problema, pues no es posible hacer esto simplemente con unas cuantas personas. Es necesario que millones de personas tomen partido con la revolución, listas y dispuestas para jugárselo el todo por el todo para tener una oportunidad de ganar. Sería necesario que se diera una crisis entre los gobernantes mismos que se extendiera hacia el gobierno, en la que todo lo que hicieran para salir de su crisis lisa y llanamente empeorara la situación. Sería necesario que se diera una situación en que los defensores de reformas se paralizaran por la indecisión y las personas dejaran de confiar en éstos. Además, sería necesario que existiera una fuerza de vanguardia que estuviera lo suficientemente templado, con suficiente conocimiento, buena organización y raíces suficientemente profundas, como para dirigirlo todo hacia una revolución. Y no tenemos nada de eso hoy día.

Pero, de hecho, estamos trabajando hacia tal situación en la que EXISTA una profunda crisis y en la que millones de personas SÍ estén dispuestas a poner las cosas en juego, pero que cuenten con la orientación y la organización y suficiente conciencia para poder ganar. Y eso es lo que yo quiero comentar ahora. ¿Cómo podemos posicionarnos para que la gente pueda tener una oportunidad concreta de enfrentar y derrotar a las fuerzas de la represión violenta?

* * * * *

Hace unas semanas oí conferenciar a un ex Pantera Negra, Jamal Joseph, en Libros Revolución de Nueva York. Habló de aquellos tiempos con los Panteras, y de que la gente en ese entonces tenía otras ideas. Además, mencionó que no se ha cumplido ni una de las demandas del programa de 10 puntos del Partido Pantera Negra —que básicamente exigían vivienda digna; educación; un fin a la violencia policial, al racismo en las cortes y al robo a la comunidad por los capitalistas, etcétera— aunque hayan transcurrido décadas. Después me acerqué a uno en el público que resultó ser un joven cineasta. Me dijo: “¿No es aún peor hoy, en ciertos sentidos? Pero en realidad la gente no hace mucho. Y en vez de oponer resistencia al sistema, ¿por qué muchas personas se hacen daño y degradan unas a otras y a sí mismas, o simplemente ‘tratan de sobrevivir’?” Este cineasta había hecho una película que trataba algunas maneras en las que los oprimidos se desquitan su coraje unos contra otros, y tiene ganas de hacer una sobre los años sesenta — claramente era algo que le angustia. Y no solamente a él.

Bueno, hagamos frente a esta cuestión plena y científicamente, y contestémosla. Primero, ¿qué motiva la manera de pensar de las personas?

Carlos Marx, el fundador del comunismo científico junto con Federico Engels, señaló que las ideas dominantes de cualquier época son las de la clase dominante. Considere lo siguiente: las escuelas en que estudiamos nos enseñan a competir unos contra otros por las calificaciones, en vez de cooperar para el conocimiento. Los programas populares de televisión como Sobreviviente nos enseñan lo mismo: tu equipo contra el otro, y además, en tu equipo, cada uno busca ventaja y le clava al compañero un puñal por la espalda. ¿Y los noticieros? Dan Rather, el ex presentador del noticiero para la CBS, dijo una vez que si él no acatara la doctrina oficial respecto temas importantes, su probable destino sería comparable a los informantes en Sudáfrica a los cuales les colgaban una llanta en llamas alrededor del cuello. Efectivamente, utilizó esa metáfora.

Pero, si bien es ciertamente una gran pregunta la de por qué hoy la gente está pensando de formas tan aisladas, fragmentadas e individualistas, es igual de grande e importante otra pregunta: ¿cómo es que la gente llegó a tener un ánimo tan revolucionario al final de los sesenta, en primer lugar? Quizás si investigáramos cómo se cambió de un ánimo a otro, podríamos conocer con mayor precisión el ánimo hoy y qué se podría hacer — qué se necesita hacer — para cambiarlo.

Retomemos la metáfora, o comparación, del muro. Sí, se diseñó la estructura para inculcar ciertas ideas y reforzarlas. Sin embargo, contiene puntos débiles, puntos donde otras ideas surgen y contienden.

No podemos darnos el lujo de perder el punto de Marx. Pero también es necesario entender que también existen otras clases y grupos sociales y las personas salen a formular y representar las ideas que representan a esas clases y luchan por esas ideas. Veamos al mismo Marx: no era de origen proletario, pero fue fuertemente influenciado por las luchas tempranas del proletariado y como resultado, junto con el curso más amplio de sus estudios, llegó a desarrollar el primer gran conjunto de ideas que representaban los intereses, punto de vista y papel histórico de esa clase.

Por eso, éste es un tema controvertido. El modo de pensar de millones de personas se moldea principalmente por medio de las instituciones de la sociedad, pero en ocasiones estas otras ideas pueden cobrar gran influencia — especialmente cuando se den trastornos y dislocaciones, por la razón que sea, y las cosas no parecen tan sólidas y permanentes, o las respuestas de siempre ya no funcionan. Por eso, la gente tiene que ver las cosas de modo diferente, y por ello muy a menudo cambia su modo de pensar.

Consideremos de nuevo a los años sesenta. A un nivel, uno tendría que regresar hasta la Primera Guerra Mundial, hace cien años, para captar bien la mayor parte de los factores que llevaron a los enormes trastornos en esa década, tanto las acciones como los modos de pensar. Por una parte, se dieron enormes cambios en las estructuras sociales y económicas que afectaron profundamente la manera en que la gente veía y experimentaba el mundo. Veamos un momento la experiencia de los afroamericanos, que tenían un papel social tan central en ese momento, hubo diferencias concretas entre el período cuando vivían principalmente en las zonas rurales del Sur como aparceros, y los años cuarenta y cincuenta, cuando empezaban a reubicarse principalmente en las ciudades y trabajaban por un salario.

Durante esos años, empezando con la Primera Guerra Mundial, Estados Unidos cambió, por medio de dos guerras mundiales, de una potencia cualquiera, a ser el mero capo de los imperialistas. Al mismo tiempo, surgía una marea revolucionaria en otras regiones del mundo — en gran parte a partir de la dislocación generalizada y los cambios generados por la Segunda Guerra Mundial en los años cuarenta. Anteriormente, hablamos de China. Los movimientos inspirados por ese ejemplo y que le sacaron lecciones a ese ejemplo se prendían por todo el mundo en los años cincuenta y sesenta, y frecuentemente entraron en conflicto directo con el mismo Estados Unidos, que ahora —siendo ahora el mero capo— tenía la obligación de imponer el orden mundial imperialista.

En el mismo Estados Unidos, habían calificado a los años cincuenta de la época de la “Generación Silenciosa” — la década conformista. Pero incluso en esa situación, los negros empezaron a exigir sus derechos civiles básicos y no dejaban que se les detuvieran, especialmente en el Sur al principio pero en cada vez más regiones, en respuesta a los nuevos horizontes por migrar a las ciudades y en parte, envalentonados e inspirados por los levantamientos por todo el mundo. En esos tiempos, la legitimidad —ahí está otra vez esa palabra— la legitimidad de Estados Unidos se basaba en su imagen como la “gran democracia” que había ganado la guerra. Pero en Estados Unidos, linchaban a los negros, los asesinaban por inscribirse para votar, los golpeaban por entrar en una escuela o sentarse en el autobús — aquí mismo en la supuesta mayor democracia en el mundo.

Mientras tanto, los movimientos de liberación en el mundo afectaban a Estados Unidos y tenían repercusiones ahí — especialmente sobre los afroamericanos. Robert Williams, un ex combatiente negro de la guerra de Corea, organizó a otros ex combatientes negros en su pueblo en Carolina del Norte para defenderse con rifles contra el Ku Klux Klan, al cual sacaron huyendo cuando trató de quemar una cruz en la comunidad negra. Como resultado, Williams fue corrido de Estados Unidos y se exilió primero en Cuba y después en China. Los dirigentes importantes como Malcolm X, Stokely Carmichael y más adelante el Partido Pantera Negra se inspiraron muy directamente por esas luchas internacionales y ese auge de lucha popular, incluyendo muy específicamente China, y se identificaron con ello. Malcolm X retaba al público muy tajantemente con la contradicción — ustedes se sienten muy valientes cuando se trata de viajar ocho mil kilómetros para matar a un vietnamita por el Tío Sam, pero ¿dónde está su valentía cuando niñitas negras fueron asesinadas en Birmingham y no se hizo nada al respecto? Otra vez, la legitimidad de su monopolio de la fuerza… el derecho a gobernar… la autoridad moral — todo eso estaba en tela de juicio.

Al mismo tiempo, respondiendo en parte a los cambios en su papel social y en parte a las mencionadas corrientes políticas e ideológicas, el movimiento de liberación femenina surgió para desafiar y confrontar lo que durante miles de años, la sociedad había considerado como la “naturaleza humana”. Y al mismo tiempo, se dio una desafección y revuelta generalizada sin precedentes contra una guerra genocida de imperio librada por Estados Unidos en Indochina — entre los jóvenes de la “patria”. La desafección y la revuelta se extendieron, como dije anteriormente, hasta las fuerzas armadas.

En ese período, todo estaba en tela de juicio —de ser joven en ese tiempo, uno no confiaba para nada en los de arriba— de hecho, como se decía en ese entonces, ¡no había que confiar en nadie que tuviera más que 30 años de edad! — y uno se comprometía a que de una manera u otra, iba a ser parte de forjar algo nuevo y liberador. No sabíamos exactamente qué, y no sabíamos exactamente cómo, pero nosotros —cientos de miles y a veces millones de personas— estábamos decididos a crear un mundo nuevo y deshacernos de este mundo tan evidentemente injusto, genocida y sofocante y estábamos dispuestos a arriesgar muchísimo para hacer que eso ocurriera.

Se dio una situación en 1968 en la que, primero con la gran ofensiva militar por parte de los vietnamitas y luego, con el asesinato de Martin Luther King, concretamente surgió una crisis de legitimidad. El pueblo negro se levantó en más de 125 ciudades. Jamal Joseph dijo la otra noche —y he oído a muchas pero muchas personas decir cosas parecidas— que cuando asesinaron a King, aunque Jamal tenía solamente 15 años, fue a inscribirse en el Partido Pantera Negra, porque quería hacer la cosa más radical que había y estaba dispuesto a todo. Los jóvenes empezaron a rebelarse en las universidades. Se denunció rotundamente al presidente estadounidense Johnson, por criminal de guerra, y éste se vio obligado a retirar su candidatura a la reelección. Durante todo un período, la revolución y el pueblo tenían la iniciativa — es decir, los que decíamos que este sistema era injusto, inmoral e ilegítimo determinábamos las condiciones en la sociedad y desafiábamos y cambiábamos el modo de pensar de grandes grupos de personas.

En ese contexto general, la idea de la revolución —de la revolución comunista— también empezaba a influenciar a las personas. El lavado de cerebro anticomunista de los años cincuenta empezó a producir el resultado contrario — la clase dominante estadounidense había perdido tanta credibilidad, que era de esperar que la gente se interesara en todo lo que las autoridades difamara. Los grupos de concientización en el movimiento de la mujer se inspiraron por formas semejantes de China durante la guerra revolucionaria. El Partido Pantera Negra difundía y usaba el Libro Rojo, las Citas de Mao Tsetung, como luego también lo hicieron la Unión Revolucionaria, predecesor de nuestro partido, y otros grupos de jóvenes, y el Libro Rojo se convirtió en todo un fenómeno social popular. El etos maoísta de “Servir al pueblo” llegó a ser un lema del movimiento.

Y no se trataba de solamente unas cuantas personas. Era un fenómeno muy amplio. Hace poco leía un artículo de 1971 escrito por el jefe del American Friends Service Committee — un pacifista cuáquero que había trabajado en China antes de la revolución durante los años cuarenta y luego en 1971 visitó la misma zona. Habla de los cambios asombrosos en el bienestar material, en la salud, vigor y confianza de los niñitos, en el desarrollo de las ciudades y del campo en términos de capacidad productiva, educación, servicios de salud y especialmente en el etos social de servir al pueblo y la creatividad de las masas. Sí, él también tenía críticas. Pero concluye: “El visitante a China hoy día no tendría que estar de acuerdo ni aprobar la ideología y retórica china para sentir el reto moral radical que China pone ante nuestro propio país”. Nótese bien: el reto moral radical.

Así que, las personas que habían pensado de una forma en los años cincuenta ahora pensaban de forma diferente. ¿Por qué? Porque se veían impelidos a confrontar la realidad, debido a las sacudidas radicales al sistema — la guerra; los cambios radicales en el modo de vivir de los afroamericanos; las maneras en que las mujeres dejaban al hogar y entraban a la fuerza de trabajo; las acciones de la gente en respuesta a esas sacudidas; y las ideas que se promovían para explicar todo eso y para señalar el camino adelante.

Pero de ahí, ¿qué pasó? El enemigo se adaptó, se reagrupó y contraatacó al movimiento de los sesenta. Reprimió con una enorme represión —directa y descaradamente asesinó a líderes importantes y valerosos como Fred Hampton y George Jackson y fomentó otros asesinatos por medio de sus informantes y agentes dentro de los grupos— al mismo tiempo que inundó a los ghettos de heroína y otras drogas adictivas desmoralizadoras.

Asimismo, los de arriba concedieron ciertas cosas. Se retiraron de Vietnam para no perder aún más. Ofrecieron ciertas oportunidades a un sector de negros para establecer una capa social amortiguadora, si bien dichas oportunidades eran muy precarias y disputadas, y ahora las están arrebatando de nuevo. Promovieron el trabajo dentro del sistema para reformarlo. Y empezaron a forjar un movimiento fascista reaccionario, basado en los valores arraigados del racismo, chovinismo estadounidense ignorante y las creencias reaccionarias adoctrinadas en los hombres según las que merezcan dominar a las mujeres.

Ahora, para que quede claro, no se trata de que los movimientos estén condenados a fracasar cuando les caiga la represión, algo que es inevitable. Al contrario, si pueden aguantar la represión y movilizar al pueblo a volver con aún más fuerza, es posible tomar de nuevo la iniciativa. De hecho eso es lo que pasó en China, tras la destrucción del 90% de las fuerzas revolucionarias a mediados de los años treinta y Mao se vio obligado a hacer una “gran marcha” al noreste de China, para combatir desde una posición más ventajosa; y eso será un patrón en cualquier revolución — de aprender cómo volver con aún más fuerza contra la represión y la contrarrevolución. De hecho, muchos individuos de nuestro partido se dedicaron la vida a la revolución como respuesta a los ataques al Partido Pantera Negra. Pero hace falta una línea muy fuerte —es decir un fuerte enfoque científico y un fuerte entendimiento de la teoría— y hace falta una organización sólida para hacer eso. En ese caso, las herramientas teóricas que teníamos, hablando en términos generales del movimiento revolucionario en su conjunto, no eran suficientes para hacer frente a los retos y nuestras organizaciones no contaban con estructuras muy buenas. Ahora, que quede claro: algunas personas no abandonaron la revolución y se pusieron a forjar esas herramientas y esa organización — en eso inciden BA y nuestro partido; pero ante los reveses y la desorientación, la mayoría de las personas no pudieron mantener el compromiso y sus ideas subyacentes.

Todo eso se interactuaba recíprocamente con los cambios grandes en el mundo en su conjunto. Al igual que en los años sesenta, la marcha de los acontecimientos en el mundo determinaba el contexto, condicionaba profundamente e influenciaban la lucha en Estados Unidos… después de los años sesenta y a principios de los setenta también moldeaba la situación. Las luchas de liberación de Vietnam, otras partes de Asia, África y América Latinas se toparon con limitaciones y, en muchos casos, la derrota. De mayor importancia, la revolución china dio marcha tras — después de la muerte de Mao Tsetung en 1976, los contrarrevolucionarios consumaron un golpe de estado; es decir, utilizaron al ejército para arrestar a los revolucionarios aliados con Mao y consolidaron al grupo que con el tiempo restaurara el capitalismo en China, aunque guardaron el nombre de comunismo y ciertos adornos superficiales de la revolución.

Esta derrota en China tuvo y sigue teniendo un efecto devastador. Hoy casi nos hemos acostumbrado a las interminables ráfagas anticomunistas de verdades a medias, distorsiones, burdos inventos y simples diatribas vertidos después de la muerte de Mao y la contrarrevolución. Se nos olvida que una vez, millones de personas conocían la verdad.

La contrarrevolución de 1976, y las calumnias contra la revolución desde ese entonces, han reducido muchísimo las aspiraciones de la gente sobre lo que es posible. En los países imperialistas, la clase dominante ha promovido un sentimiento —una creencia— de que no hay ninguna alternativa concreta a lo que existe ahora. Los gobernantes pusieron al presidente Reagan, y todo eso del empresarialismo, la “derecha” cristiana —más bien, los fascistas cristianos— y demás. En los países oprimidos en particular, aunque no solamente ahí, el fundamentalismo religioso de un tipo u otro llenó el vacío y creció como un cáncer, con la promesa de una salida, aunque dicha “salida” es falsa y cargada de ignorancia, opresión y asesinato. En el caso de otras personas, cundieron una parálisis, y para ser franco, una insensibilidad y egoísmo.

Así que, la forma de pensar de la gente cambió radicalmente en los años sesenta… y de ahí, sí, se afirmó de nuevo que en última instancia las ideas dominantes de la época SÍ son las ideas de la clase dominante. Fíjese que las personas con ideas revolucionarias pueden cambiar mucho el pensar popular sin hacer una revolución; eso representa la gran lección de los años sesenta y setenta. Eso puede ser una fuente de esperanza, para también de falsas ilusiones — la idea de que la situación no va a volver atrás. Pero con el tiempo, ejerce un efecto el hecho de que la gente sigue viviendo bajo el capitalismo, sometida a enormes presiones de diverso tipo para que se conforme, y si NO se hace una revolución, pues su manera de pensar empieza a volver atrás… a veces de forma muy marcada.

Al mismo tiempo, se han dado cambios importantes desde ese período en el modo de vida de la gente en el mundo y en Estados Unidos, que también afectan el pensar de la gente. En muchas partes del mundo la vida tradicional en las zonas rurales se ha transformado radicalmente, obligando a cientos de millones de personas a emigrar a las ciudades, y muchos se han ido a los países imperialistas, en una búsqueda desesperada de empleo. Las mujeres han salido cada vez más de la casa para entrar en la fuerza de trabajo. Sin embargo, debido a que todo eso ha ocurrido sin una revolución y sin una lucha para transformar el pensar de la gente en una dirección emancipadora, irónicamente a esta situación la ha acompañado un movimiento muy radicalmente reaccionario y vengativo de parte de los hombres — en formas diversas del fanatismo fundamentalista religioso a epidemias de violaciones, campañas de penalizar el aborto y el control de natalidad en Estados Unidos y la pornificación de la cultura en su conjunto.

También, es de tremenda importancia en este período lo que Michelle Alexander ha documentado y analizado como el surgimiento de una nueva forma del Jim Crow, o la supremacía blanca, contra los afroamericanos y latinos. Hablo de la criminalización en masa y encarcelación en masa de los jóvenes minoritarios, con la cuadruplicación de la población penitenciaria en Estados Unidos desde 1970, de la cual casi la mitad son negros y muchos son latinos. Para tener una idea del respectivo alcance, el Buró de Estadísticas de Justicia calcula que un niño negro nacido en 2001 tiene una probabilidad de 32.2 por ciento de ir a la prisión. ¡Imagínese eso! ¡Una probabilidad de uno en tres de terminar tras rejas! ¡Uno de cada tres hombres o jóvenes marcados por la vida en cadenas, y todo afroamericano vive bajo la sombra de esa realidad! ¡¿ESO es el cacareado Estados Unidos post racial?! ¿¡ESO es su “realizar las promesas de los años sesenta”, eso es su “unión más perfecta”, eso es su “prueba de la grandeza de nuestra democracia”?!? Eso es un horror para las víctimas, es una vergüenza para los que no le oponen resistencia y es un PELIGRO. Enseña mucho sobre la legitimidad —o con mayor precisión, la ilegitimidad— de cualquier orden social que no le ofrece mejor futuro que la prisión a una tercera parte de cualquier nacionalidad.

Pero la situación es peor. El documental La casa donde vivo analiza que los genocidios típicamente progresan en etapas — la satanización, la contención, la exterminación. Reto a que se me diga por qué no nos encontramos en la segunda etapa de ese proceso — y por qué no nos urge actuar para ponerle fin y al mismo tiempo plantear con urgencia la cuestión de qué TIPO de sistema ofrece ESO como su respuesta al “sueño diferido” [se refiere el poema de Langston Hughes, A Dream Deferred].

Este nuevo Jim Crow se desató en respuesta a dos cosas: primero, para hacer frente a los cambios económicos que estaban ocurriendo en ese tiempo y que el capitalismo estadounidense ya no tenía una manera rentable de explotar a los millones de jóvenes negros, y con mayor frecuencia, los jóvenes latinos; y segundo, una medida preventiva, una estrategia de “la contrainsurgencia antes del surgimiento de una insurgencia”: una forma de desmoralizar a las masas y ponerlas bajo el control del sistema de justicia penal con el fin de impedir cualquier estallido de rebelión que fuera similar o de mayor magnitud al de los años 1960. Como parte de eso, por décadas han inundado las comunidades de los oprimidos con drogas: primero con la heroína y luego la cocaína “piedra”. A propósito, eso no tiene nada de nuevo para estos monstruos. Los británicos lo hicieron en China con el opio y hasta fueron a la guerra cuando China intentó prohibir el opio. Estados Unidos lo hizo con los amerindios, llegando con aguardiente —y, sí, la Biblia— como refuerzos para el fusil. Para colmo, aunque siempre han surgido espontáneamente pandillas entre los jóvenes desposeídos de las ciudades, las pandillas cobraron mayor peso después de la derrota del movimiento revolucionario de los años 1960 y en cierto grado el sistema las promovía como una alternativa, al mismo tiempo que se ponía a controlarlas en diversos sentidos — tal como muestra el documental Los bastardos del partido.

Por lo tanto, todo eso —junto con otras transformaciones en otras esferas— ha obrado para refrenar a las personas e impedir que siquiera contemplen la idea de la posibilidad de desafiar concretamente a estos monstruos, y hasta para obligar a la gente a abandonar en gran parte toda lucha colectiva. En realidad no es ningún misterio por qué “la gente está hecha un desastre y está tan atrapada en tragarse las cosas como son” — en pocas palabras, el lado equivocado salió victorioso, por lo menos temporalmente, de la primera etapa de la revolución comunista y del desafío particular planteado por el levantamiento revolucionario mundial de los años 1960 y comienzos de los 1970. Los de arriba aprovecharon esa derrota y su poder para joder a la gente y atraparla en sus engaños.

Así que ese es otro aspecto de la respuesta a “dónde nos encontramos en la revolución”: que no, la gente no tiene un ánimo combativo por lo general en estos momentos, aunque sí podemos ver algunos atisbos de cambio, pero conocemos por qué es así y cómo cambia.

Recuerden que ya mencioné lo que se necesitará concretamente para emprender una lucha total por el poder. Esto incluye a una profunda crisis en la sociedad y gobierno, y un pueblo revolucionario que cuente con millones de personas, junto con una vanguardia capaz de dirigir a esas personas a la victoria. Esos factores, sin embargo, no son tres cosas separadas — están entrelazados, y es necesario entenderlos de esa manera.

¿De dónde surgiría una crisis? Regresemos a ese muro alto, y recordemos que tiene grietas — grietas ocultas por las cuales todo el muro podría venirse a pedazos. Ahora retomemos a la declaración sobre la estrategia de nuestro partido:

La posibilidad de una crisis revolucionaria se encuentra en la propia naturaleza de este sistema capitalista — con las repetidas convulsiones económicas, el desempleo y la pobreza, las profundas desigualdades, la discriminación y la degradación, la brutalidad, la tortura y las guerras, la destrucción sin sentido. Todo esto causa gran sufrimiento. A veces conduce a la crisis en uno u otro nivel — sacudidas y fallas repentinas en el “funcionamiento normal” de la sociedad, que estimulan a muchas personas a cuestionar y resistir lo que suelen aceptar. Nadie puede decir de antemano exactamente qué va a pasar en estas situaciones — qué tan profunda la crisis pueda llegar a ser, de qué maneras y en qué medida podría plantear desafíos para el sistema en su conjunto y en qué medida y de qué maneras podría suscitar el descontento y la rebelión entre las personas que en tiempos normales se dejan llevar por lo que hace este sistema o se sienten incapaces de ponerse de pie en su contra. No obstante, he aquí dos puntos muy importantes:

1) Estas “sacudidas” en el “funcionamiento normal” de las cosas, aun cuando no se desarrollen completamente hacia una crisis fundamental para el sistema en su conjunto, sí crean situaciones en las que muchas más personas están buscando respuestas y se encuentran receptivas a considerar un cambio radical. Es necesario llevar a cabo el trabajo sistemático de construir el movimiento para la revolución en todo momento, pero en estas situaciones de rupturas profundas con la “rutina normal” hay una mayor posibilidad y un mayor potencial para lograr avances. Es necesario reconocer eso en toda su extensión y partir de ello en la mayor medida posible, de modo que mediante estas situaciones, se den saltos en la construcción del movimiento y la acumulación de las fuerzas organizadas para la revolución, creándose así una base más sólida desde la cual trabajar para seguir avanzando.

2) En determinadas situaciones, los sucesos importantes o los grandes cambios pueden darse en la sociedad y en el mundo y pueden combinarse de modo que se sacuda el sistema hasta sus cimientos... se abran y amplíen profundas grietas en las estructuras y las instituciones de poder... queden al descubierto más nítidamente las descarnadas relaciones de opresión... se profundicen los conflictos en el orden establecido y no sea posible resolverlos fácilmente, y se vuelva mucho más difícil que ellos mantengan la situación intacta bajo su control y mantengan sometida a la gente. En ese tipo de situación, para un gran número de personas, se podría poner en tela de juicio seria y directamente la “legitimidad” del sistema actual y el derecho y la capacidad del orden imperante de continuar gobernando, y millones de personas tendrían sed de un cambio radical que solamente una revolución pueda plasmar.

Veamos un ejemplo: el huracán Katrina, que azotó a Nueva Orleáns en 2005, inundando la ciudad y matando a más de mil personas. Fue una situación en la que las masas populares, en su mayoría pobres y negras, estaban atrapadas en una Nueva Orleáns devastada por el desastre. El gobierno aisló a esas masas sin absolutamente ninguna ayuda y simultáneamente desató la represión en su contra por tratar de sobrevivir, represión que incluyó matar a balazos a unas personas que iban por un puente para salir de la ciudad. Al mismo tiempo, las masas populares desmintieron poderosamente las calumnias en su contra, inclusive en los primeros días del huracán. En el importante documental Trouble the Water con escenas filmadas durante el huracán por las mismas masas, dos hombres jóvenes arriesgan la vida para rescatar a muchas personas atrapadas en la crecida. Y lo que me impactó mucho fue que estos dos jóvenes fueron antes rivales en el comercio de las drogas —cuyo ingenio, iniciativa y osadía bajo este sistema no podían encontrar ninguna otra salida, y quienes probablemente se hubieran matado el uno al otro en sus circunstancias cotidianas “normales”. Pero en una crisis, se posibilita un potencial totalmente distinto.

Lenin, quien lideró a la revolución monumental y pionera en Rusia, dijera que la verdadera prueba de la seriedad de un partido NO es el que nunca cometa errores; todos los partidos y todas las personas cometen errores. La verdadera prueba es si reconoce sus errores y la manera en que lo hace, y les extrae lecciones. Bien, en Hacer la revolución y emancipar a la humanidad, BA habla muy francamente de las deficiencias de nuestro partido en los tiempos del huracán Katrina, cuando muy a menudo nos rendíamos ante las dificultades reales y no DIRIGÍAMOS para abrir paso, y él nos pidió que sacáramos plenamente las lecciones, “para hacerlo mejor en el futuro, especialmente en las muchas ocasiones en las que importantes sucesos estallarán de repente, muchas veces al parecer ‘de la nada’”.

Bueno, ¿qué se debió haber hecho? ¿Qué se pudo haber hecho? Esos dos jóvenes no eran ejemplos aislados — había muchas otras personas que actuaron heroicamente, y más personas que lo hubieran hecho si hubieran tenido la oportunidad y la respectiva dirección. Con la orientación correcta, es posible movilizar a quienesquiera que se pueda para ir allá y encontrar las maneras de entrar en esa ciudad —de lograr cruzar los cordones de la Guardia Nacional— para unirse a las personas y darles dirección, orientarlas y organizarlas para ponerse de pie contra los poderes represivos y hacerles frente, para defenderse a sí mismos de modo concreto contra los asesinos que intentaban atraparlos en la ciudad y al hacerlo, tomar partido con ellos, a fin de abrir paso, y al mismo tiempo que exponer el verdadero problema y la verdadera solución. Tales acciones hubieran hablado más fuerte que muchas palabras — o, mejor dicho, esas acciones hubieran magnificado y expresado las palabras muy importantes que revelan la ilegitimidad del uso de violencia de este sistema contra el pueblo, y la legitimidad de la defensa justa del pueblo contra esa violencia injusta. De esa manera, durante los tiempos álgidos cuando se capte la atención de todos, cuando “muchas más personas están buscando respuestas y se encuentran receptivas a considerar un cambio radical”, la gente necesita de las soluciones en los hechos y las palabras, y la transformación de las ideas y el modo de pensar de millones de personas en el proceso.

Darle dirección a eso —pasar al frente y propagar la revolución— lleva riesgos, sacrificios y pérdidas. Pero eso es una parte necesaria del proceso, una parte absolutamente necesaria de “abrir grietas en el muro”, a lo largo del proceso — y eso es lo que nosotros HAREMOS.

Inclusive ahora se puede ver, usando nuestro telescopio y microscopio, otras potenciales grietas en ese muro. Veamos otro ejemplo muy aleccionador: el cierre del gobierno de octubre de 2013. Este realzó otro suceso desde los años sesenta, especialmente durante los últimos treinta años y pico — el surgimiento de una escisión fuerte en el seno de los gobernantes de Estados Unidos. BA lo ha descrito como una pirámide — en cuya cima están dos lados que corresponden aproximadamente a los demócratas y a los republicanos. Los republicanos han estado guardando y cultivando un agresivo movimiento fascista mientras que los demócratas han estado conciliándose con eso y dándole legitimidad — dicen, “tenderle la mano al otro lado”. Mientras tanto, estos demócratas han estado refrenando a las personas las que quieren confiar en los mismos para dirección — las personas más o menos progresistas. Ahora bien, los conflictos entre estos dos campos en la cima no se tratan simplemente de “la política” —en concreto, reflejan divisiones muy profundas— no sobre si Estados Unidos debería dominar al mundo o si se debería conservar este sistema, pero CÓMO hacerlo. Y estas divisiones están muy agudas en materia de qué debería ser “el aglutinante” ideológico y político que mantenga la cohesión de la sociedad — o, volviendo a nuestro concepto de la legitimidad, ¿en cuáles principios e ideales es que el gobierno debería basar su declaración de un monopolio de la fuerza y violencia legítima? Esto tuvo una expresión muy aguda en octubre de 2013 con el cierre del gobierno, en que estas contradicciones repercutieron por el planeta y casi provocaron una crisis económica global de proporciones extremas.

En términos de una amplia gama de temas — los derechos de los inmigrantes; el papel y posición de los negros en la sociedad; los derechos y posición de la mujer; la ciencia contra la interpretación textual de la biblia; y sí, los derechos de las personas del mismo género — estos fanáticos religiosos NO se han resignado en absoluto a aceptar el matrimonio entre las personas del mismo género y yo creo que nosotros vamos a ver una reacción explosiva, y hemos de prepararnos para contrarrestarla — estos reaccionarios de ese lado de la pirámide están furibundos, y los republicanos los están atizando y dándoles legitimidad. Los republicanos tratan a aquellos en su base de la misma forma en que tratan a unos perros dóberman que gruñen y se tensan contra la correa, y de vez en cuando les arrojan un trozo de carne sin cocer aunque en ciertos sentidos no les ejercen un control total, a la vez que los demócratas envían a su base a una escuela de obediencia.

Esto explica por qué estos fascistas cristianos “pro vida” pueden asesinar a los médicos que practican abortos, como al doctor George Tiller en Kansas hace unos años, y los republicanos se hacen de la vista gorda… ¡mientras los supuestos demócratas “pro derecho a decidir” ni siquiera mandan a un solo representante al funeral! Por eso ni le tocan al vil racista ese, Cliven Bundy, cuando él moviliza a unos justicieros armados para enfrentarse a los agentes de la Oficina de Administración de Tierras, pero luego le dan una plataforma para vomitar sus desvaríos racistas y seguir pronunciándolos durante días no sólo en el canal Fox, lo que es muy malo, sino también en la CNN. ¡La gente esa —como Bundy y el otro fascista ese de la serie de televisión Dinastía de Patos— habla de regresar a la esclavitud! Y se están armando y preparándose para una guerra civil, en ocasiones de manera muy abierta, y con mayor frecuencia, por ejemplo, en torno a los asesinatos de Trayvon Martin y Jordan Davis, “toman las cosas en manos propias”. Así que es muy posible que se desarrolle en esta sociedad una situación en la que el gobierno no defienda a las personas contra alguna forma de ataque concentrado por parte de estas personas —tal como hoy al no acusar y procesar debidamente a estos racistas que sí asesinaron a Trayvon y Jordan—, y las masas populares que están bajo ataque recurren a aquellos que “están dispuestos y decididos a dirigirlos… y a hacer algo de a de veras”. O algo similar podría suceder acerca del derecho al aborto, o los derechos de las personas del mismo género — podría ocurrir un levantamiento en México que repercuta en Estados Unidos — o un “punto álgido” que ni podemos prever ahora mismo.

Aparte de mostrar el peligro que nos enfrenta, esto muestra que este conflicto podría salirse del control de los de arriba — aquellos que nos gobiernan NO son todopoderosos, no son los “Illuminati” ni otra conjura secreta mítica y supuestamente todopoderosa, y su sistema sí tiene PROFUNDAS grietas que podrían convertirse en cuarteaduras o aberturas muy anchas. Todo eso concierne a la legitimidad y quién la tiene — pues la cuestión de la legitimidad está relacionada no sólo con lo que inculcan en las personas para hacer que éstas sigan la corriente sino también los principios y reglas básicos que se supone que la propia clase dominante acate para zanjar sus divergencias. Cuando esos principios y reglas dejen de funcionar, tal como empezaron a hacer en octubre de 2013, por lo tanto el supersticioso respeto de la gente también puede empezar a esfumarse. La última vez que eso pasó en Estados Unidos a una escala comparable a lo que vemos ahora fue el período inmediatamente antes de la guerra de Secesión. Pues, ¡considérelo!

No podemos predecir qué combinación de cosas —cuáles sacudidas de grietas— podría prender tal crisis. Podemos ver unos potenciales contornos y podemos estudiar y hacer preparativos. Pero nadie puede decir exactamente cuándo esta grieta podría surgir y de dónde. En Hacer la revolución y emancipar a la humanidad, BA señala que cuando tales crisis se desarrollen, se vuelven sumamente tormentosas, con una gran variedad de fuerzas que actúan e influencian las condiciones — no sólo los distintos sectores de los imperialistas y de nosotros, sino muchas otras tendencias políticas que entran en la refriega. Y BA indica que “nadie puede decir con exactitud” lo que las fuerzas revolucionarias activas tal vez puedan lograr en ese caldo tormentoso — que no se puede pronosticar eso simplemente al ver la fuerza relativa de las diversas fuerzas al comienzo, sino que es necesario entrar en acción para cambiar la situación y aprender más sobre la marcha.

Así que esos son algunos puntos de lo que tratamos en esa declaración acerca de las sacudidas y una parte del telón de fondo — algunas grietas en ese muro, inclusive acerca de su legitimidad. Y lo que nosotros SÍ hacemos frente a estas grietas, puede transformar el primer tipo de sacudida en una situación tal en la que, para retomar la declaración de estrategia, “para un gran número de personas, se podría poner en tela de juicio seria y directamente la ‘legitimidad’ del sistema actual y el derecho y la capacidad del orden imperante de continuar gobernando, y millones de personas tendrían sed de un cambio radical que solamente una revolución pueda plasmar”.

Pero —PERO— no podemos esperar cruzados de brazos a que eso ocurra. ¡Tenemos que estar trabajando ahora mismo! De nuevo, de la declaración sobre la estrategia:

…nunca madurará en serio la posibilidad de la revolución a menos que aquellos que reconocen la necesidad de la revolución estén preparando el terreno político e ideológico para esto, incluso ahora: trabajando para influir en el modo de pensar de la gente en una dirección revolucionaria, organizando a la gente en la lucha contra este sistema y ganando a un número creciente de la gente para participar activamente en la construcción del movimiento para la revolución. De eso se trata nuestro Partido, y eso es lo que queremos decir cuando decimos que estamos “acelerando mientras aguardamos” los cambios que hagan posible la revolución. Ésta es la clave para abrir paso en esta situación en la que todavía no existen las necesarias condiciones y fuerzas para hacer la revolución, pero nunca se darán esas condiciones ni surgirán esas fuerzas simplemente aguardando su surgimiento.

¿Así que cómo hacemos esto? Nuestra consigna capta una gran parte de cómo hacerlo: Luchar contra el poder, y transformar al pueblo, para la revolución. De nuevo, de la declaración sobre la estrategia:

Luchar contra el poder, y transformar al pueblo, para la revolución es una parte clave de nuestro enfoque estratégico, que proporciona una forma para que el partido pueda unirse con la gente y proporcione el liderazgo para que la gente se cambie a sí misma a medida que participa en la lucha para cambiar el mundo... para levantar la cabeza y ampliar su visión, a reconocer qué clase de mundo es posible, cuáles son sus verdaderos intereses y quiénes son sus verdaderos amigos y sus verdaderos enemigos, a medida que se levanta en contra de este sistema... para asumir un punto de vista revolucionario y los valores y la moral revolucionarios mientras se unen con otros para resistir a los crímenes de este sistema y construir y acumular la base para la lucha revolucionaria final y sin cuartel para deshacerse de este sistema y hacer nacer una forma completamente nueva de organizar la sociedad, una forma totalmente nueva de ser... para ser los emancipadores de la humanidad.

Eso no quiere decir “primero luchamos contra el poder, y luego añadimos los otros ingredientes”. Todas estas cosas tienen que trabajar recíprocamente… desde el mero comienzo. Las personas sí tienen que ponerse de pie — pero en muchos casos no pueden ponerse de pie sin que llevemos lucha sobre sus ideas y formas de pensar en el curso de ponerles retos a ponerse de pie… en otras palabras, transformar al pueblo. Si las personas creen que odian lo que los de arriba les han hecho, pero al mismo tiempo odian las cosas monstruosas y degradantes que ellas mismas han hecho Y ADEMÁS piensan que para sus adentros, así es su propio carácter básico y no es posible cambiarlo… pues, tenemos que luchar con ellas. Es importante no rendirles pleitesía y decirles que no hay problema con eso… al contrario, tenemos que luchar con ellas para que rompan con todo eso Y ADEMÁS para que vean el contexto más amplio en que esto ocurre y quiénes tienen la culpa en última instancia. Las personas se echan la culpa a sí mismas por tomar “malas decisiones”, pero ¿quiénes determinaron que ÉSAS iban a ser las decisiones?

Pero si solamente tratamos de transformar el modo de pensar de las personas, una a una, pues olvídelo… nunca llegaremos a una revolución ni transformaremos el pensar de mucha gente. Ponerse de pie y luchar contra las formas de opresión de este sistema… forcejear sobre la fuente de los problemas y las soluciones sobre la marcha… y empezar a conocer que hay una manera totalmente diferente según la que podríamos vivir y que existe la posibilidad concreta de realizar eso mediante la revolución… todo eso es un conjunto de cosas que operan recíprocamente.

Es interesante ver en nuestro sitio web revcom.us la entrevista al estudiante de la Universidad de Rutgers que participó en la lucha victoriosa para impedir que la criminal de guerra Condoleezza Rice diera el discurso en la ceremonia de graduación ahí. Unos profesores habían tomado una posición en contra y convencieron a unos estudiantes para que participaran. Pero el discurso de Rice todavía estaba programado, y la mayoría de la gente no le hacía caso. Pero, unos estudiantes —un grupito relativo— llevaron a cabo la acción desafiante —y, sí, arriesgada y claramente “fuera de los cauces apropiados”— de un plantón, y como resultado polarizaron a la universidad y prendieron el debate, y de repente las personas estaban aprendiendo, al mismo tiempo que los que lo hacían estaban experimentando cambios también; y cuánto más las personas entraran en debates sobre esto, más se mejoró la polarización, y a fin de cuentas ganaron la concesión que buscaban. Es necesario difundir cosas así, y necesitamos ser parte del proceso y aprender del mismo y apoyarlo y a la vez introducir nuestro análisis del problema y la solución, y hacerlo parte de forjar un nuevo día en estas universidades, junto con las acciones de los estudiantes negros en muchos lugares acerca de Trayvon Martin y la acción afirmativa, las acciones de los estudiantes sobre el medio ambiente y Palestina y las acciones de los estudiantes de la Universidad Brown quienes impidieron el discurso del jefe de policía de Nueva York, Ray Kelly. Si no queremos simplemente lamentar la falta de ánimo de los jóvenes pero sí cambiar la situación, los estudiantes tienen que ser una gran parte de eso, y nosotros tenemos que trabajar para hacer que eso ocurra.

La consigna —Luchar contra el poder, y transformar al pueblo, PARA la revolución — capta el proceso entero. Ahora mismo, tenemos lo que llamamos un conjunto de trabajo revolucionario que tiene unos ejes de concentración fundamentales, al mismo tiempo que estamos atentos al desarrollo de otras cosas de formas inesperadas.

Trataré brevemente este tema ahora — pero quisiera remitir a los presentes al nuevo discurso de BA al respecto que hace poco se posteó en revcom.us en inglés — “El enfoque estratégico de revolución y su relación a las cuestiones básicas de epistemología y método” (próximamente en español en revcom.us).

Así que ¿cuáles son estos ejes de concentración?

Para empezar, nuestro partido se ha unido con otras personas para lanzar dos iniciativas de masas: la una en contra del nuevo Jim Crow de la encarcelación en masa, el terror policial y la criminalización de pueblos enteros; y la otra para detener la guerra contra la mujer, en pocas palabras — la campaña para poner fin a la pornografía y el patriarcado, la denigración y la esclavización de la mujer. Es necesario que estas dos iniciativas impacten concretamente el terreno político de modo muy poderoso. Cada una ha desarrollado planes muy ambiciosos, centrados en varios elementos, con formas muy concretas de participación ahora mismo. Si te interesa uno de estos temas, tienes una verdadera responsabilidad de hablar con las respectivas personas en este salón y conocer sus planes. Tienen formas grandes y pequeñas en que puedes participar o apoyar — una manera en que puedes ser parte de cambiar los términos acerca de la manera en que grandes sectores de la gente en Estados Unidos piensan sobre estas cuestiones, a la vez que aprendes más.

En torno a la encarcelación y criminalización en masa, se vislumbra un estado de ánimo diferente, más combativo. Se ha venido creciendo por un tiempo y nuestro partido, y otros, han sido parte de construirlo. Y ahora, de repente, los demócratas —después de al menos 25 años de superar a los republicanos en la encarcelación de las masas de jóvenes negros y latinos y de eliminar el derecho a las apelaciones, de superar a los republicanos en sus sermones a estos jóvenes sobre lo de que “no hagas excusas” y de promover la tristemente célebre expresión racista: “la mano dura con el delito”—, se están haciendo pasar por personas “muy preocupadas por la encarcelación en masa”. Te prometerán todo con el fin de apaciguar tus luchas y conducirte por un callejón sin salida. No dejes que te engañen; y no dejes que otros sean parte de engañarte. Esta es una coyuntura crítica.

Un botón de muestra de cómo NO entender lo que hacen estos gobernantes y los peligros concretos implicados: Angela Davis, quien hace poco salió en el programa de Amy Goodman sobre la encarcelación en masa. Dijo, en referencia al súbito “interés” de Obama en la encarcelación en masa:

Es una lástima que él haya esperado hasta ahora para pronunciarse, pero es bueno que se haya pronunciado…. Pienso que después de estas elecciones histórico-mundiales, fuimos a casa y decidimos que este hombre en Washington por sí solo iba a encargarse de las cosas para nosotros, y no reconocimos que en realidad era presidente de los Estados Unidos imperialistas y militaristas. Y pienso que pudiéramos haber tenido más victorias durante la era de la administración de Obama si nos hubiéramos movilizado, si le hubiéramos presionado constantemente y además si hubiéramos creado las posibilidades para que él adoptara posiciones más progresistas. (Democracy Now! 6 de marzo de 2014)

Esto es precisamente el modo de pensar que ha facilitado el camino al horror de los últimos 40 años. Se trata de un falso camino — es un camino peligroso, pero no necesariamente tiene esa apariencia. Así que desglosémoslo.

Primero, Obama está “pronunciándose” al respecto solamente porque con mayor frecuencia otros países están usando el ultraje de la encarcelación en masa para neutralizar las afirmaciones de Estados Unidos de que se es el gran paladín de los derechos humanos Y ADEMÁS porque crece la frustración del pueblo negro así como de muchas otras personas que habían cifrado sus esperanzas en Obama. Si él no “se pronunciara”, correría el riesgo de perder el control de “la base demócrata” — es decir, las masas oprimidas que los demócratas tiene la responsabilidad de engañar y controlar. Segundo, ¿de qué se trata este “pronunciamiento”? ¿Él está llamando a las personas a mover cielo y tierra para eliminar este ultraje o al menos a protestar? No. En su esencia este “pronunciamiento” ha tomado la forma, en su discurso del 27 de febrero en la Casa Blanca, de echarles la culpa a los negros por ser supuestos malos padres — y aquí digo que se requiere mucho descaro para encerrar por años y años a millones de hombres y miles de mujeres por cargos de posesión de drogas, a cientos de kilómetros de sus hijos empobrecidos, los que no tienen dinero para ir de visita ni hablar de llamarles… o poner a las mujeres negras pobres en situaciones en las que tienen que trabajar cuando no tienen dinero para una guardería infantil, gracias a Clinton quien puso fin a “la ayuda pública tal como la conocemos” y a menudo estas mujeres batallan contra el desahucio si es que no están sin techo a la vez… y luego les echa la culpa a éstas por ser supuestas malas madres. Por tanto, para nada es “bueno” que Obama “se esté pronunciando”.

Tercero, el principal “significado histórico mundial” de la elección de Obama fue la manera en que tantas personas progresistas conscientemente se engañaron a sí mismas y a otros acerca de una “narrativa que hace que se sienta bien” sobre lo que esas elecciones iban a significar y por qué los que seleccionan a los candidatos (y aquí no se refiere a ustedes y a mí) decidieron elegir a Obama — precisamente para servir como “mejor carta” con el fin de convencer de nuevo a los millones de personas que habían empezado a dejar de “creer en Estados Unidos” durante los años de Bush.

Y, a propósito, no es cierto que todos “desconocieron” que Obama era imperialista y militarista — por nuestra parte, lo reconocimos pero también insistimos en arruinar la fantasía de los demás —la “narrativa” de los demás— al no cejar en decir esa verdad “incómoda”. Si por fin va a admitir la verdad ahora, pues como mínimo que diga la verdad tal como es: que él es un criminal de guerra. Las palabras “imperialista” y “militarista” no son palabras de moda sin contenido cuyo propósito es demostrar que uno entiende; más bien contienen significados específicos — se refieren a alguien que es jefe de un sistema que se caracteriza por actividades de dominar la mayor parte del mundo que sea posible y de hacerlo por medio de la violencia militar o la amenaza de la misma. El imperialismo y el militarismo no son un conjunto de políticas o actitudes que se pueden encender o apagar o de alguna forma mitigar según quien esté al mando: describen a un SISTEMA. Si alguien es el jefe de ese sistema, pues eso implica que cada cálculo que él —o ella— hace se basa en la promoción de los intereses de ese sistema. Lo que Obama decide hacer o no hacer sobre la encarcelación en masa se basa en eso, por ejemplo, al tomar unas pocas medidas dilatorias o hasta simplemente decir algunas cosas, con el fin de impedir que las personas se levanten o, cuando sí comiencen a agitarse en concreto, con el fin de desviarlas hacia cauces que no perjudicaran al sistema y que, en los hechos, ni siquiera empezaran a afectar a la encarcelación en masa y por ello, terminaran por desalentar y desmovilizar a la gente. Nosotros no lo “olvidamos” ni tampoco lo olvidaron otras personas, y no “fuimos a casa” — nos unimos para LUCHAR contra estos ultrajes, con unos arrestos en torno al parar y registrar, apoyo para la heroica huelga de hambre de los presos en California y otras prisiones; trabajamos con las patrullas barriales del pueblo para detener el abuso ilegítimo e ilegal al amparo de la autoridad, y otras cosas.

Si termináramos por encauzar nuestra lucha a fin de “crear la posibilidad para que Obama haga algo mejor”, no haríamos nada mejor que unos becerros que balan para entrar en el corral de engorda porque ahí hay más comida, con la esperanza de que el ganadero no nos lleve al matadero. La Red Parar la Encarcelación en Masa ha convocado a un mes de resistencia en octubre — y durante los meses preparatorios, si bien esta lucha tiene muchas formas en que pueden participar muchísimas personas con muchos puntos de vista distintos, también tiene que romper las ataduras de la respetabilidad, encontrar los medios de sacar a las personas en Estados Unidos de su espacio de seguridad y comodidad y confrontarlas con la realidad de lo que están dejando ocurrir y poner en claro que hay gente con una creciente determinación de ¡ya NO aguantar esto! Y no se puede hacer eso en concreto al pensar acerca de “abrir espacios para Obama”. ¿Sabes qué? Él no quiere esos espacios. Además, él lo dirá, tal como llamó comparecer en la Casa Blanca esta primavera a los activistas de derechos del inmigrante y exigió que aflojaran sus protestas. Si uno entiende bien que Obama representa a un sistema — un sistema que dice que está en el camino de encarcelar a la tercera parte de los bebés varones negros que nacen en cualquier año dado… un sistema que en realidad NO tiene ningún derecho de gobernar ni ninguna legitimidad en absoluto por ese único hecho…… pues, que actúe según esa creencia y llévela a otros. Sea parte de debilitar ese muro, y no les siga a las personas que trabajan para parchar las grietas del muro y poner pintura sobre el óxido.

De la iniciativa contra la opresión de la mujer, se trata de un muy amplio movimiento con muchos elementos, como una lucha crucial para cambiar en concreto la situación en que la pornografía ha saturado fuertemente la cultura, con efectos devastadores y desmoralizantes. Pero quiero tratar brevemente la emergencia acerca del aborto. Ahora mismo el derecho al aborto no sólo pende de un hilo, pero en muchas partes de Estados Unidos de hecho no existe o va por el camino de desaparecer. Eso no es una narrativa, es simplemente la pura verdad. Sin embargo, aquellos que están dispuestos a emprender esta lucha se enfrentan a una increíble barrera de negativas. Escuché un debate entre Sunsara Taylor —quien ayuda a darle dirección a esta iniciativa— y la jefa nacional de la Organización Nacional de la Mujer (NOW). Y Sunsara hacía sonar la alarma y esta mujer de la NOW rondaba en la tierra de las fantasías, diciendo que “no hay motivo de preocupación, que los republicanos van a perder, que la Suprema Corte va a proteger este derecho, bla, bla bla”. Por favor, ¿no es posible que todos nos despertemos, carajo, y veamos lo que ha estado pasando? Los locos esos del entorno de los republicanos no estarán satisfechos hasta que hayan eliminado el derecho al aborto Y el control de la natalidad, en todos los estados que puedan. Si crees que la Suprema Corte —la que ha estado reinstaurando la doctrina de los derechos de los estados y despojándoles vilmente los derechos a los afroamericanos— protegerá a las mujeres, de veras te niegas a ver la realidad. Y si confías en los demócratas para protección —aunque éstos han rendido la autoridad moral completamente en relación a este tema y de hecho constantemente están transigiendo elementos básicos de este derecho— pues, por favor, de nuevo, dejes de contradecir la evidencia de los resultados de 40 años de esta clase de “defensa”.

Además, algunas personas dicen que no tomarán una posición porque el aborto es solamente “cosa de mujeres blancas”. ¿Cómo es que sea “cosa de mujeres blancas” cuando las actividades de eliminar este derecho se centran en Texas, en la frontera, en Misisipí, etc., donde viven muchas personas de color — ni hablar de las zonas rurales pobres que sí tienen una población mayoritariamente blanca? Sí, deberíamos tener plenos derechos reproductivos para TODAS las mujeres y sí, el movimiento tradicional de la mujer, junto con el Partido Demócrata, se equivocaron muy seriamente cuando permitieron que se adoptara la Enmienda Hyde, la que prohibió que el gobierno federal financiara abortos por medio de Medicaid y tuvo un impacto sumamente racista, sin que se armara un gran escándalo al respecto. Pero quedarse al margen ahora, mientras arde una batalla que es tan unilateral, exacerba el primer error y lo empeora. ¿Saben ustedes que ocho de cada diez mujeres y niñas que cruzan la frontera desde México en su desesperada búsqueda de empleo o simplemente para reunirse con su familia, son víctimas del abuso sexual durante la travesía? ¿Que las adolescentes que emprenden su viaje en Honduras tratan de encontrar píldoras anticonceptivas porque saben que pueden resultar embarazadas por una violación — y que muy a menudo no pueden conseguir esas píldoras y su única esperanza es una clínica cerca de Brownsville, Texas, la que ahora está clausurada? ¿Que las mujeres de diversas nacionalidades, no importan sus circunstancias, necesitan el derecho muy básico de decidir si tener un hijo y cuándo? Obligar a una mujer a tener un hijo constituye la esclavización para la mujer. ¿Por qué se debería considerar como legítimo a un sistema que está en el camino de adoptar una prohibición de ese derecho mediante una ley en la mayor parte de Estados Unidos? ¿Y cómo sería que alguien no participara en esta lucha bajo pretextos tan mezquinos y, francamente, reaccionarios?

En particular con relación a esta cuestión pero también en general, tenemos que llevar una aguda lucha sobre cómo las personas están viendo el mundo y, en particular, la política de identidad muy reaccionaria que está asfixiando a la juventud. Unos jóvenes van a la universidad listos para estudiar el mundo y cambiarlo, y luego un profesor “experimentado” o un estudiante mayor los acusa de “querer apropiarse de la lucha de otra persona” y en muchísimos casos, de ahí se ponen a la defensiva y al día siguiente terminan por mirar su propio ombligo. Así que digámoslo directamente a estos gastados y trillados promotores sabihondos de la política de identidad:

¿Quieres “ser dueño” de tu propia opresión, guardándola celosamente y criticando a aquellos que quizá de alguna manera “se adueñen de ella” mediante una lucha contra las escandalosas expresiones de esa opresión? ¿O quieres PONER FIN a toda la opresión?

¿Quieres crear “espacios seguros” para unas pocas personas en esta sociedad muy peligrosa? ¿O quieres luchar por cambiar una sociedad inhumana y al hacer eso, crear comunidades en las que vivimos las nuevas relaciones por las cuales estamos luchando?

He hecho estas críticas agudas porque hay mucho en juego acerca de cuál camino las personas tomen. Esta lucha no se trata de un “pleito”. Es una lucha sumamente seria hoy, y las luchas como ésta efectivamente serán de vida o muerte para millones de personas cuando surja una situación revolucionaria, cuando todo esté en juego e importará muchísimo el que las personas puedan distinguir entre la verdad, y el engaño y el engaño propio

También hay otras batallas que es necesario emprender y apoyar — acerca del medio ambiente o acerca la inmigración. Ahora mismo, haremos todo lo que podamos para apoyar a esas luchas y conectarnos con ellas por medio de nuestro sitio web revcom.us — a fin de mostrar su fuente común en este sistema y su solución común en la revolución. Pero la punta de lanza de todo esto, la que pone las demás batallas en un contexto y marco revolucionario, es la gran campaña multifacética de recaudar muchísimo dinero para BA en Todas Partes.

Ya comenté los golpes de la contrarrevolución en China en los años setenta, encima de los ataques de la clase dominante a los movimientos de los sesenta en Estados Unidos. Esos momentos eran como si estuvieras en un muelle de un río turbulento, preparando tu barco para cruzar al otro lado, consciente de gran violencia y rocas de los rápidos pero tenías ganas de cruzar — y de ahí un bombazo hace pedazos su barco en el puerto y como resultado te encuentras fuertemente desorientado sobre el porqué de lo sucedido y qué hacer. La mayoría de las personas descartaron la idea de alcanzar al otro lado. Pero una persona se puso al frente para defender las hazañas de la revolución y la necesidad de la revolución… y además se puso a ir más allá, a analizar críticamente toda la experiencia que comenzó con Marx y Engels, que pasó por la Comuna de París y luego la revolución soviética de Rusia y al final alcanzó su pináculo en China y la Revolución Cultural. Se puede encontrar la nueva síntesis del comunismo desarrollada por BA en muchísimas obras. La expone la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte (Proyecto de texto)… se encuentra en nuestra estrategia, tanto en la declaración sobre la estrategia como en el gran conjunto de trabajo científico que contribuyó a ésta… en las luchas sobre ideología que llevamos a nivel internacional para que las personas en otros países puedan hacer suyo este método, enfoque y marco básico, a fin de acelerar el desarrollo de la revolución mundial. La nueva síntesis desarrollada por BA retoma y desarrolla las grandes contribuciones fundamentales que hicieron los anteriores líderes comunistas a nuestro entendimiento, a la vez que en algunos sentidos importantes, hace una ruptura con dichas contribuciones y a la vez abre nuevos caminos. Como tal, constituye la esperanza sobre una base científica sólida y es necesario propagarla. Y ésa es la misión de la campaña BA en Todas Partes.

Sin hacer eso, como punta de lanza, en realidad el movimiento para la revolución no SERÁ para la revolución… degenerará hasta convertirse en nada más que otro mezquino intento de reformar a este sistema infernal. ¿Por qué? Porque existe una atracción casi gravitacional a “acomodarse”, a encajar lo que haces en los “cauces apropiados” —a “cobijarse bajo el ala de la burguesía” o de la clase dominante como se ha dicho— tal vez por ninguna otra razón salvo que uno simplemente no tiene ninguna guía para ir a ninguna parte salvo eso.

Tenemos que llevar esta campaña a todas partes — exponer claramente lo que representa BA y el mensaje general de la revolución y al mismo tiempo abrir la puerta para que otras personas, quienes tal vez no estén de acuerdo con elementos ni gran parte de esta campaña, pero de todos modos participen porque pueden ver como mínimo que es muy pero muy necesario que ESTA alternativa se circule en la sociedad y que ÉSTA sea un punto de referencia que se debate en la sociedad en general — un “reto moral radical”, por decirlo así. Y esta campaña TIENE que recaudar muchísimo dinero — mismo que puede poner concretamente las ideas y la dirección de BA ante millones de personas.

Ahora bien, ¡no se trata de que esta campaña NO vaya a suscitar polémica! No. Esta es una lucha de clases en la esfera ideológica. Se trata de forcejear con las personas sobre si se necesita una revolución o algo menos; y sobre qué clase de revolución se necesita. Esto desafiará o habrá de desafiar directamente las ideas de la gente sobre el problema y la solución. ¿Cómo que esto no podría suscitar polémica? Esto es algo controvertido —lo que es de esperarse— a algunas personas les va a encantar mucho, otras lo van a detestar y la mayoría de las personas van a estar de acuerdo con algunos aspectos y no con otros. Deberíamos recibir todo esto con gusto y deberíamos aprender de lo que ha que ser un proceso amplísimo progresivo.

Al reflexionar sobre esto, volví al episodio de Cosmos que mencioné al principio. Neil deGrasse Tyson habla de Edmund Halley, el científico que descubrió al cometa de Halley. En un momento Halley le pidió ayuda con un problema a un académico muy poco conocido, Isaac Newton; y cuando habló con Newton y vio el trabajo que éste hacía, Halley dijo: “Vaya, esto es algo diferente; esto está a otro nivel; y si yo no me dedico a la misión de ayudarle a hacer su trabajo y a darlo a conocer muy ampliamente en el mundo científico, la humanidad perderá algo sumamente importante y valioso”. Y Newton, por supuesto, en esencia fundó la física moderna. Aquellos que entienden lo que ha hecho BA deberían considerar que, como Halley, tienen la responsabilidad y la ALEGRÍA de difundir esto por todos lados.

Tengo entendido que algo que los comités BA en Todas Partes están tratando ahora es la promoción de la camiseta Revolución — Nada Menos y la recaudación de fondos con la perspectiva de que los jóvenes se pongan estas camisetas por todos lados. Esta es la camisa que tengo puesta en este momento — y es importante. Esta película deja que la gente conozca BA y hace que estos avances científicos sean muy accesibles. Junto con Lo BAsico, las personas pueden adentrarse en todo esto y de ahí adentrarse, con mayor profundidad, en el proceso de hacer una revolución.

Permítame hacer una sugerencia — y al hacerlo, ponerme una camiseta con la imagen de BA. Una camiseta a menudo vale mil palabras. Una persona que lleva puesta una camiseta de Cara Cortada dice, “Me han tratado como un animal y si alguien se mete conmigo, yo lo trataré como algo peor que un animal”. Las personas se ponen la camiseta del Che Guevara —el revolucionario latinoamericano barbudo con boina ejecutado por Estados Unidos en Bolivia— y es como si estuvieran diciendo que llevan en el corazón el sueño de la revolución, pero temen que en lo fundamental no sea posible triunfar en las revoluciones y que los revolucionarios vayan a convertirse en mártires. Una persona con la camiseta de Bob Marley puesta da la idea de que él o ella arde de furia por la opresión del pueblo africano y los descendientes de África en todo el mundo, pero la única salida que ve está relacionada con un mundo espiritual — un mundo que es, después de todo, imaginario. O los manifestantes contra el asesinato policial en Albuquerque que se ponen las máscaras o emblemas de Guy Fawkes dan la impresión de que se oponen a muchos ultrajes y quieren trastornar las cosas, y eso es bueno, pero no tienen ningún programa concreto para salir de esa locura.

Pues, yo quiero que, cuando caminemos por la calle con las camisetas de BA puestas, la gente sepa quién es ESTA persona: un líder revolucionario —no sólo una imagen— y que él representa lo de ganar en el sentido inmediato y completo de la palabra: ganar mediante la derrota de estos monstruos; y ganar sin convertirse en monstruos en el proceso de derrotarlos.

También he mencionado el encierro en las prisiones de generaciones enteras de personas; y la implacable ofensiva anticomunista. Pero hasta esta ofensiva anticomunista puede convertirse en cierto momento en su contrario, cuando se propague audazmente todo esto y con certeza les decimos a las personas que los de arriba les han mentido y les damos los argumentos respectivos. Además, la encarcelación de las personas por años ha obligado a algunas de éstas a convertirse en lectores no solamente para pasar el tiempo sino para descubrir POR QUÉ están en la cárcel — y al hacer eso, un gran sector de presos se ha conectado de manera profunda con BA y lo que él ha desarrollado.¿No es posible que estos presos, que se han “rehabilitado” concretamente mediante el estudio de BA, comiencen a jugar papel parecido a los presos de los años sesenta —como Malcolm X, Eldridge Cleaver y George Jackson— quienes salieron de las cárceles para despertar a una generación entera? Yo sé que la campaña BA en Todas Partes tiene planes para hacer esto, para hacer que opere esta conexión y para fortalecerla, y se puede leer de estos planes en revcom.us o hablar con gente hoy al respecto.

Todas estas iniciativas tienen que dar grandes saltos en estos próximos meses, lo que incluye a nuestro sitio web revcom.us. Éste es un gran sitio: ofrece una imagen del mundo y sirve de andamiaje del movimiento general de la revolución. Las personas de todo el mundo lo visitan, algo que tiene que multiplicarse muchas veces. A la vez, revcom.us tiene que desempeñar mucho más plenamente el papel del sitio web de un grupo dedicado a dirigir a las masas a tomar el poder lo más pronto que sea posible, mismo que hierve de vida y debate y en que las masas populares puedan ver lo mejor de sí mismas, escuchar sus preguntas y sentimientos y forcejear sobre cómo evaluar nuestra experiencia y seguir adelante. Este sitio tiene que postear análisis agudos de las más grandes cuestiones del día… tiene que bregar no sólo con lo que piensan las personas sino CÓMO piensan… y tiene que sacar de su espacio de seguridad y comodidad a todos los que lo visiten. Y al hacer eso, el sitio debería darle a la gente la más plena imagen que sea posible del mundo en el que vivimos, la manera en que cada fuerza social importante —inclusive nuestro movimiento— está trabajando para transformarlo y lo que tenemos que estar haciendo ahora.

Pero permítame plantear cuatro puntos muy amplios con relación a este conjunto de trabajo:

Primero, el todo es mayor que la suma de sus partes. Es decir, el efecto de la combinación del trabajo de todas estas iniciativas, de su retroalimentación recíproca y su sinergia recíproca, es mucho mayor que cualquier cosa específica considerada en sí o construida como “algo en sí y de por sí”. Que no creemos divisiones donde no las necesitamos. En noviembre de 2013 en el mismo fin de semana la corte rindió una decisión negativa muy importante sobre el parar y registrar en Nueva York y también hacían falta protestas a nivel nacional para defender a la única clínica de aborto en Jackson, Misisipí. Alguien de Harlem llegó con la idea de convocar a una acción de ambas cosas, bajo el lema de “No aceptaremos la esclavitud de ninguna forma” y asegurarse de que todos recibieran el periódico Revolución y materiales de BA en Todas Partes al mismo tiempo; y eso era formidable. Más en general, tenemos que sostener una visión y crear una situación en que todo el torbellino de cosas influya en la manera de pensar de la gente… en que la gente que participa en una batalla se encuentre con otras personas que estén en otra batalla, todo ello en una situación en que se debata la revolución con otras soluciones y tendencias… donde haya una efervescencia y energía dinámica… donde la gente de los barrios y ghettos se vaya a las universidades para conectarse con los estudiantes y viceversa.

Segundo, sigamos retomando lo que representa todo esto — preparando a las personas para tomar el poder. Hay formas en que hay que hacer cada una de estas cosas y todas estas cosas en su conjunto con al menos un ojo y medio puesto sobre el cambio cualitativo que estamos trabajando para acelerar — la situación revolucionaria. ¿Cómo estamos viendo todo? Permítame dar un ejemplo — si no se hubiera acumulado una base de simpatía política y de apoyo en los suburbios y las zonas rurales, pues sería muy fácil que el enemigo pulverizara a la revolución en los ghettos y barrios si se iniciara una revolución, incluso con millones de personas a su lado al inicio. Por eso, desde esa perspectiva, ¿qué tanta importancia tiene cuando sucede algo como El anaranjado es el nuevo negro, la serie de televisión que representa gráficamente a las presas como seres humanos, y no demonios subhumanos? ¿Es eso simplemente algo genial, qué bueno por nuestro lado, algo que podemos ver en la televisión — o es algo con una importancia estratégica potencial? ¿Y qué de las alianzas forjadas entre los negros, latinos y blancos enajenados en las huelgas de hambre en las prisiones, basadas en los principios? Cuando vemos las cosas por el prisma de “hacer caer ese muro”, cuando vemos las cosas desde la perspectiva de mañana, pues todo lo de hoy asume una importancia distinta.

O veamos lo que pasa cuando los jóvenes y otras personas de la comunidad tomen los silbatos y los hagan sonar cada vez que un policía salga a hacer que alguien se ponga contra la pared con las manos arriba, tal como ocurrió en algunas ciudades hace rato. Obviamente, ¡lo de hacer sonar los silbatos no tiene una relación directa o lineal con la toma del poder! Pero lo de hacer sonar silbatos contra la policía hoy desmitifica y deslegitimiza su monopolio del uso de la fuerza. Ensancha las “grietas en el muro”. ¿Importa para “mañana” el que hoy grandes sectores de la comunidad aprendan a trabajar en conjunto, a organizarse y a oponer resistencia de forma unida cuando salga la policía a amenazar a los padres de esos jóvenes quienes hacen suyos los silbatos? ¿Es posible que aquellos se fortalezcan unos “músculos” importantes que podrían entrar en juego de otro modo en una situación distinta, cuando esté en marcha la lucha total por el poder contra toda la fuerza de represión del enemigo?

En general, en todo lo que he comentado —es decir, BA en Todas Partes, la lucha contra la encarcelación en masa, la lucha contra la esclavización y la denigración de las mujeres—, es necesario que forjemos constantemente conexiones con el futuro: ir contra la legitimidad del sistema; desarrollar y organizar conexiones revolucionarias en todas partes; elevar la conciencia sobre las tácticas de doble faz que la clase dominante utiliza hoy y que lo hará a una escala mucho mayor cuando mucho más esté en juego. Todo eso está fuertemente relacionado con el potencial surgimiento de una situación en la que se podría tomar el poder; y de desarrollarse tal situación, si las masas contarán con dirección para aprehenderla.

Tercero, hace falta que las personas conozcan que existe un partido que lidera todo esto… que este partido es para la toma de poder y tiene un plan para hacerlo… que tiene un plan para lo que hacer CON ese poder… y que hay un lugar para la gente en relación a este partido. Es algo genial que este partido haya salido de ese periodo anterior, a pesar de todas las dificultades, decidido a dirigir. Así que, citemos de nuevo —¡sí! — la declaración sobre la estrategia:

Cuanto más el punto de vista y la estrategia revolucionarios de nuestro Partido se difundan y cobren influencia en toda la sociedad... cuanto más la gente llegue a entender y estar de acuerdo con lo que el Partido representa, y sobre esa base se una a sus filas... cuanto más el “alcance” del Partido se extienda a todos los rincones del país... cuanto mayor sea su fuerza organizativa y su capacidad de resistir y de dirigir a las personas hacia adelante en las narices de la represión del gobierno la cual procure aplastar la resistencia y matar la revolución, más se sentarán las bases para la revolución y más favorables serán las posibilidades de ganar.

Cuarto, es necesario que se haga este trabajo en todos los sectores de la sociedad, y que el movimiento construya su base más fuerte y despliegue sus mayores esfuerzos, retomando la declaración sobre la estrategia “[e]ntre los millones y millones de personas que viven las más duras formas de este infierno todos los días bajo este sistema” a la vez que movilice a “los muchos otros que tal vez no sientan a diario el filo más duro de la opresión de este sistema pero los que el funcionamiento de este sistema, las relaciones que éste promueve y refuerza entre las personas y la brutalidad que esto encarna, someten al envilecimiento y menosprecio y les provocan enajenación y a menudo indignación”.

También tenemos que formar comunidad y al hacerlo, representar una nueva moral — a fin de empezar a ser una fuerza atractiva que se basa ahora en vivir según los valores comunistas que queremos tener en el futuro y de acoger en un sentido amplio a otras personas quienes desde sus propios puntos de vista, se niegan a agacharse ante la locura, el culto al dinero, la misoginia y el racismo y los prejuicios y chovinismo anti gay, la falta general de respeto para la naturaleza, pero quienes al contrario quieren luchar por un mundo totalmente diferente y vivir en éste. Como parte de todo eso, urge que trabajemos con artistas y otras personas para crear una cultura de revuelta en contra una cultura que revuelve el estómago.

Por último, mientras hacemos todo eso, tenemos que estar conscientes y atentos a las crisis y sacudidas que ocurran por caminos en los que no estamos trabajando y a los que sólo podemos prestar una atención limitada, tales como cosas en el mundo cultural que de repente se conviertan en algo controvertido y acontecimientos internacionales importantes. Y por eso, si alguien piensa que Estados Unidos es el amo sin rival en el mundo o que la marcha de los acontecimientos no puede salirse de control, yo le pediría que observara a Ucrania —y en especial que viera nuestro sitio web revcom.us acerca de esto— y que se pusiera a considerar que la Primera Guerra Mundial, cuyo centenario observamos este año, se inició debido a los cálculos equivocados de las distintas potencias que estaban en una situación a punto de reventarse. Tenemos que estar muy atentos a los acontecimientos de este tipo y tenemos que estar listos a cambiar de enfoque en un instante. De ocurrir una guerra, tendríamos que tener la orientación de desenmascarar los verdaderos intereses imperialistas que subyacen a los argumentos que nos van a dar y los pretextos que ahora mismo están propagando y hacer todo que podamos para asegurar que algo comienza de una manera que pueda resultar de otra manera.

Y todo esto tiene un objetivo muy concreto, una perspectiva muy clara en comparación con la que podemos evaluarnos a nosotros mismos. Tenemos que preguntarnos a nosotros mismos: aparte de emprender luchas e influenciar la opinión pública en todo momento, por tan importante que sea hacer todo eso, ¿estamos acumulando fuerzas PARA la revolución en todo momento? No digo solamente conectarse con más personas pero más bien acumular… fuerzas… para la REVOLUCIÓN. Nuestro criterio tiene que ser lo que voy a citar de la declaración sobre la estrategia:

Todo eso [el citado trabajo revolucionario] puede capacitar al movimiento revolucionario, con el Partido al centro, para enfrentar y superar los obstáculos muy reales en el camino... para avanzar y crecer mediante el trabajo constante, y mediante una serie de saltos críticos en los tiempos de sacudidas y rupturas repentinas con la “rutina normal”... para preparar el terreno y acumular fuerzas para la revolución — y tener una oportunidad seria de ganar. De esta manera, es posible atraer y orientar, organizar y capacitar de una forma revolucionaria a miles de personas, a la vez que empezar a llegarles e influenciar a millones más, aun antes de que se dé una situación revolucionaria... y luego, cuando se dé una situación revolucionaria, esos miles pueden ser una columna vertebral y fuerza fundamental para ganar a millones de personas a la revolución y para organizarlas en la lucha para llevar a cabo la revolución hasta el final.

Por lo tanto, sobre todo, en todo lo que hacemos: ¿estamos activando la participación ahora de los miles de personas que podrían dirigir a los millones de personas en el momento cuando todo dependiera de eso?

* * * * *

Bueno… ¿dónde nos ENCONTRAMOS en la revolución? Ya hemos hablado del método científico que necesitamos para tratar la realidad y la manera en que BA lo ha desarrollado y aplicado. Hemos hablado de la existencia de un marco estratégico y las bases de una doctrina para enfrentar y derrotar a los poderes represivos violentos del estado, en un momento en que haya una crisis aguda y millones de personas se hayan convertido en un pueblo revolucionario. Hemos hablado de la estrategia de trabajar ahora mismo para sentar las bases para que esto suceda— para activar la participación de miles a fin de influenciar a millones de personas hoy en esa dirección, y de ahí dirigirlas cuando se opere un cambio radical en las condiciones — y nos hemos adentrado en algo de lo que tenemos que representar ahora mismo cuando nos vayamos de este salón, para trabajar en todo eso. Pero, ¿qué clase de movimiento, qué clase de organización se necesitan para hacer todo eso? ¿Y en esto dónde encajan USTEDES?

Empecemos con la invitación formulada por BA hace unos años:

Juntos, tomemos un viaje crucial — lleno de unidad y de animada lucha acerca de la fuente del problema y acerca de la solución. Siga sus propias convicciones —de que son intolerables los ultrajes que le conmueven— a su conclusión lógica y esté resuelto a no cejar hasta que sean eliminados dichos ultrajes. Además, si al hacer eso así como al conocer otros ultrajes, y las ideas acerca de la manera en que todo eso se articula y surge de una fuente común —y la manera en que se podría poner fin a todo eso y crear algo mucho mejor— si todo eso lleva en la dirección de ver no sólo la necesidad de una resistencia resuelta y osada sino también la necesidad de la revolución y en lo fundamental el comunismo, pues no le dé la espalda a todo eso debido a que eso le hace salir de su espacio de seguridad y comodidad, a que eso desafía lo que han sido sus sentidas creencias o debido a prejuicios y calumnias. Al contrario, busque activamente conocer más acerca de esta posible solución. De ahí, actúe en consecuencia.

Desmenucémosla un poco. “Juntos, tomemos un viaje crucial — lleno de unidad y de animada lucha acerca de la fuente del problema y acerca de la solución”. ¿No es esa la clase de movimiento que queremos — conscientes de que lo que estamos haciendo SÍ importa y sobre esa base apreciar la unidad y al mismo tiempo hablar de nuestras diferencias sobre una base de principios, para conocer la verdad? “Siga sus propias convicciones” — NO descarte sus convicciones, por estar del todo equivocadas, pero sí “siga sus propias convicciones” acerca de lo intolerables que son estos ultrajes “a su conclusión lógica y esté resuelto a no cejar hasta que sean eliminados dichos ultrajes” — no unos ultrajes atenuados pero sí la eliminación de esos ultrajes. Y si usted empieza a reconocer la necesidad de la revolución y el comunismo, “no le dé la espalda a todo eso debido a que eso le hace salir de su espacio de seguridad y comodidad” — “Al contrario, busque activamente conocer más acerca de esta posible solución. De ahí, actúe en consecuencia”.

Éste es el espíritu que ha de animar e irradiar desde nuestro movimiento. Tiene que haber formas para que todo aquel que quiera —todos los presentes hoy, y muchas personas más allá de aquí—le entren a esto, que sean parte de este tipo de proceso. Por ejemplo, en las iniciativas contra el nuevo Jim Crow y la denigración y la esclavización de la mujer, en que debería participar todo aquel que se oponga a esos ultrajes o al que sea posible convencer para que se oponga a esos ultrajes. En la campaña BA en Todas Partes en que, para repetir, debería participar todo aquel que quiera que BA y lo que él representa se difundan ampliamente en la sociedad como un punto de referencia o al que es posible convencer de eso. En las librerías Libros Revolución, en las que en todas las ciudades donde existan hacen falta voluntarios y una base concreta de contribuidores económicos y clientes que quieren que estas librerías sobrevivan y prosperen. En nuestra página web revcom.us, que necesita a reporteros, fotógrafos y videografos, genios de la red, traductores, correctores, recolectores de fondos y cualquiera que quiera aprender cómo hacer estas cosas. Y además, el acto muy, muy importante de donar fondos y, al hacerlo, contribuir con sus ideas, y las actividades de recaudar fondos a otras personas.

Hay una necesidad concreta de fortalecer el papel de los Clubes Revolución. Estos clubes pueden tener sus raíces en el barrio, a nivel de toda una ciudad o en una escuela, que atraen a diversas personas, especialmente los jóvenes, quienes quieren ver una revolución. Los clubes mismos necesitan resumir lo que han logrado y aprendido y cómo hacer grandes avances en el período inmediato. Pero he aquí algunas cosas para tomar en cuenta al hacer todo esto:

• Cómo estos clubes pueden tener más aceptación para todas las personas que en serio quieren poner fin a los días en que las personas no cuenten con la inspiración y la organización para hacerle frente a los de arriba; cómo pueden servir más como un lugar a donde uno va si quiere hacer algo que de veras se siente revolucionario, que se atreve a desafiar a estos monstruos y reunir a otros para que lo hagan; un lugar que atrae a aquellos que no pueden tolerar otro día de esta locura, los que no tienen la paciencia de soportar la opresión y el atraso de ningún tipo...

• Cómo los clubes pueden ser lugares donde la gente tiene todo tipo de oportunidades informales para hablar de las ideas que motivan las dos consignas principales en que se basan los clubes: es decir, que la humanidad necesita la revolución y el comunismo, y, específicamente, la nueva síntesis del comunismo; y luchar contra el poder, y transformar al pueblo, PARA la revolución. Las reuniones son buenas y pueden tener importancia, pero cómo los clubes generan mucho más colectividad y vida informal como la principal forma de discutir las cosas...

• De mayor importancia, ¿cómo es que el espíritu de lo que se comentó hoy imbuya mucho más a los clubes —de que nosotros representamos lo de la toma del poder— y la estrategia acompañante, para la lucha total por el poder y por lo tanto cómo encaja en eso lo que hacemos hoy?

Estos clubes tienen gran potencial y cada revolucionario tiene la responsabilidad de ayudarles a materializar ese potencial. Pero quiero terminar mencionando a este partido. Volvamos a las cuestiones planteadas al principio: que los gobernantes son demasiado fuertes... que la gente está hecha un desastre... y las fuerzas revolucionarias son muy débiles. Hemos hablado de dónde nos encontramos con las primeras dos cuestiones, y cómo las cosas pueden cambiar. Pero sin un partido —sin ESTE partido—, la gente no tiene ninguna oportunidad real.

Así que, de nuevo, veamos de frente la realidad. Este partido tiene una gran línea, y tiene a un gran líder en BA, y sus miembros tienen mucha dedicación. Es muy genial y muy valioso tener a este partido — es sumamente importante que los avances, las lecciones, de toda una etapa de revolución comunista, incluyendo las grandes luchas de la década de 1960 en el mundo, no sólo no se han perdido sino que se han desarrollado en la nueva síntesis del comunismo Y ADEMÁS que existe una organización decidida a aplicar esa nueva síntesis, esa línea a la realidad, a fin de llevarla a cabo y hacer una revolución.

Pero aparte de no estar ni de lejos un partido tan grande como tenemos que ser y podríamos ser en concreto, inclusive en las condiciones de hoy, nos enfrentamos a otros problemas. Durante la última década hemos estado pasando por una Revolución Cultural al interior de nuestro propio partido — una que va directamente contra la forma en que todas las tendencias que mencioné que surgieron después de la derrota de la década de 1960 y luego, de aún más importancia, después de la revocación del socialismo en China, habían estado afectando al mundo en su conjunto y también a nuestro partido —un partido que después de todo, no podía y no debe ser herméticamente separado del mundo— lo que ha hecho que algunas personas le dieran la espalda a la revolución, pensaran que no es posible y ni siquiera deseable. Esta Revolución Cultural, liderada por BA, ha sido abrumadoramente algo positivo y rejuvenecedor — en un sentido muy concreto, salvó a nuestro partido como un partido de la revolución — a la vez que continúa la lucha en nuevas formas. Pero también nos ha costado — algunos individuos lo han abandonado y algunos se han metido en el Internet y se han dedicado a una misión para justificar dicho abandono mediante ataques en nuestra contra —y en contra de BA en particular—, ataques en formas que sirven objetivamente al enemigo.

Al mismo tiempo, si bien tenemos a personas jóvenes a todos los niveles de nuestra dirección, una gran parte de nuestro núcleo dirigente son veteranos de la década de 1960 — y no nos estamos volviendo más jóvenes; la edad está cobrando un saldo.

Para decirlo sin rodeos —para decir las cosas muy directamente—, nos encontramos en una etapa en la que o vamos a reascender los picos de la revolución, vamos a emprender una trayectoria en la que esta línea y este partido vayan cobrando influencia en la sociedad y vayan cobrando fuerzas, a la vez que vaya luchando contra la represión, los ataques y las dificultades de diverso tipo... o vamos a salir con los huesos rotos y vamos a dejar de existir; y de ocurrir lo último, eso tendrá consecuencias negativas y dolorosas de inestimable valor para el mundo.

Y sin embargo, ¡hay un mundo por conquistar! Piense en Egipto, donde hace tres años aparentemente de la nada —pero NO de la nada—, millones de personas se levantaron contra el régimen gobernante. ¿Qué hubiera implicado eso si, por ejemplo, en 2006 o hasta en 2008 alguien en Egipto hubiera dado un discurso similar al que di hoy — un discurso que expusiera las posibles formas en que esa sociedad —que en ese momento, recuérdense, parecía MUY estable si solo se considerara la superficie— posiblemente pudiera venirse a pedazos, donde las fuentes de estabilidad de la noche a la mañana se convirtieran en fuentes de desafíos y cambios? Piense en los retos que se presentaban en 2011 y desde ese entonces para el pueblo de Egipto que durante décadas había anhelado un cambio real. Piense en qué tanto hubiera importado la presencia de una vanguardia como éste, con una base de apoyo y una orientación activa, una vanguardia que pudiera dar dirección en esa situación... piense en qué tanto hubiera importado eso.

No hubiera comenzado con una mayoría, ni siquiera cerca de eso; y sí, hubiera tenido que luchar contra diversas ilusiones acerca de “movimientos sin líderes” y “revoluciones en Facebook” y “el ejército y el pueblo son una mano”, y que hubiera tenido que ir directamente contra el fundamentalismo religioso violento y la misoginia violenta y todo eso. Como mínimo, hubiera implicado un camino muy difícil. Pero eso ha ocurrido en todas las revoluciones — ninguna revolución comunista auténtica nunca tuvo un camino fácil, las auténticas revoluciones comunistas van en contra de la tradición y en contra de los cauces espontáneos en los que el pensar y la actividad de la gente tienden a fluir; las revoluciones triunfan mediante la superación y transformación de esos obstáculos y no mediante retoques.

Pero ¿qué hubiera implicado el que algunas personas hubieran dicho, hace cinco, seis o hasta dos años antes de que la situación hiciera erupción, “hagamos esto — pongámonos a forjar la dirección que en realidad podría liderar a una revolución y utilicemos el tiempo que tenemos ahora para sentar las bases y acumular fuerzas PARA esa revolución”? Sin embargo, en parte debido a todo lo que he descrito, incluyendo la debilidad internacional del comunismo, nadie lo hizo, y ahora veamos el espectáculo de horrores que se produjo — que casi se ha empeorado porque las esperanzas de la gente, después de haber crecido, terminaron por desvanecerse. Eso es lo que ocurre —ya sea por la represión o por el caos— cuando NO haya una vanguardia que puede liderar a las personas a llevar las cosas hasta el final. No es una elección entre tener trastornos y no tener trastornos. No es una elección entre sufrir y no sufrir. Es una elección acerca de lo que podría resultar del trastorno y el sufrimiento.

Y no se trata de si los imperios caerán; todos los imperios en la historia han caído. Se trata de qué reemplaza a ese imperio. Si nada más se reemplaza por una nueva forma de opresión, levemente embellecida, con otros rostros… según lo dicho por BA, pues no nos interesa. Necesitamos que se difunda este método y este marco en todo el mundo, y en Estados Unidos tenemos que fortalecer al único instrumento que puede hacer eso — el Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos.

Por lo tanto, el partido es muy crucial — por eso hemos introducido en nuestra consigna “NOSOTROS estamos construyendo un movimiento para la revolución”, una frase que abarca al partido, de modo que ahora nuestra consigna es:

“Nosotros ESTAMOS construyendo un movimiento para la revolución y estamos construyendo el Partido como su núcleo dirigente”.

Esto es algo en lo que todos pueden pensar — si conociste a nuestro partido hoy por primera vez, que lo conozcas; si lo apoyas, profundices ese apoyo; si trabajas con él, que fortalezcamos ese vínculo; si ya eres un miembro, ponte a tomar mayor responsabilidad e iniciativa y a contribuir todo lo que puedas; y si te estás acercando a él, como en el caso de algunos de los presentes, pues forcejees activamente con lo de ingresar en él.

Algunas personas están haciendo esto hoy. Estas personas, a medida que comiencen a ingresar al partido y a contribuir a ese nivel al proceso de la revolución y a fortalecerlo, pueden desempeñar un papel que va más allá de unos pocos individuos. Son, en un sentido concreto, parte de  los nuevos iniciadores de una nueva etapa del comunismo, a escala internacional.

Ahora, tenemos que dejar muy en claro: que nadie deba ingresar a este partido de no estar convencido de los principios básicos del comunismo. Todos tienen dudas, y todos tienen que hacer rupturas en su modo de pensar para que estén en condiciones de considerar seriamente hacer el compromiso de por vida de ingresar a este partido. Yo lo sé porque lo hice. Además, lo que me condujo a cambiar mi pensar y a hacer esas rupturas era entender más a fondo, estar más convencido y tener un mayor sentido de urgencia de que nada menos que una revolución iba a ocuparse de lo que descubrí que es y era indignante acerca de la sociedad y que iba a ser necesario tener algún tipo de fuerza organizada.

Para aquellos que están bregando ahora con esta posibilidad, sabemos que ésta para nada es una decisión que se tome a la ligera. Pero dos cosas: una, que forcejees con estas cuestiones, no dejes que estas cuestiones nada más ronden por ahí; y dos, evites la perspectiva de “no cuenten conmigo” — que trates esta posibilidad desde la perspectiva de lo que la humanidad enfrenta en estos momentos, y lo que necesita en concreto, y luego a ver tu vida en ese contexto.

Dónde nos encontramos en la revolución es que EXISTE un partido que tiene la línea, la dirección y la determinación de derrotar concretamente a estos opresores... una estrategia que puede preparar mentes y organizar fuerzas PARA la revolución, para activar la participación de los miles hoy que encabezarían a los millones de personas de mañana... que estén dispuestas a asumir la responsabilidad de hacer lo que hay que hacer... pero en que hay una necesidad objetiva para que aquellos que quieran ver una nueva etapa de la revolución comunista den un paso adelante para asumir la mayor responsabilidad que puedan por este partido y para fortalecerlo.

Esto no es necesariamente una vida fácil —no recibirás mucha aceptación social o “aprobación”— existe la posibilidad constante de la represión y muchas veces la realidad de la misma, y eso sólo se intensificará... pero tampoco tienes que encogerte los hombros y alejarte de las duras verdades, y “decirte a ti mismo una historia que te permite aguantar el día”... no tienes que adormecerte a ti mismo hasta que toda tu pasión se haya ido... Pero, además, contarás con la alegría y el regocijo que acompañan los momentos en los que las masas populares EFECTIVAMENTE rompan las cadenas y la porquería de este sistema y muestren su potencial y en los momentos en que se hagan avances, avances concretos, hacia la solución de los problemas de la revolución, tanto en la teoría como en la práctica. Y contarás con la alegría general, tal como BA dijo en la Declaración del Año Nuevo, de “luchar por un mundo donde habrán desaparecido el sufrimiento y la locura que ahora expresan la vida cotidiana de las masas de la humanidad, y se abrirán dimensiones totalmente nuevas de la libertad y el potencial humano para las personas en todas partes, ya sin las divisiones entre rico y pobre, amo y esclavo, gobernante y gobernado. Ya no se pelearán y se matarán entre sí, pero sí trabajarán juntos por el bien común. Ya no destruirán la tierra, pero sí actuarán como los dignos guardianes de la misma. Eso es el comunismo, la meta de nuestra revolución, un futuro —para la juventud, para toda la humanidad— al cual en verdad vale la pena dedicar nuestra vida…. Ahí está el reto. Ahí está la dirección. Lo que hace falta... es usted”.

Se necesitan: Voluntarios para revcom.us y Revolución

Envíenos sus comentarios.

Si le gusta este artículo, suscríbase, done y contribuya regularmente al periódico Revolución.