Del Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar

Tugce Albayrak — Un acto heroico e inspirador

29 de diciembre de 2014 | Periódico Revolución | revcom.us

 

15 de diciembre de 2014. Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar. En el baño de un restaurante McDonald’s en Offenbach, Alemania, la noche del 15 de noviembre, dos muchachas adolescentes gritaban pidiendo ayuda. Tugce Albayrak, una estudiante alemana de origen turco de 22 años, escuchó sus gritos y corrió sola a ayudarlas. Encontró a varios hombres acosando a las dos adolescentes y los atajó.

Más tarde cuando Tugce se iba de McDonald’s, uno de los hombres se vengó de ella en el parqueadero. La golpeó en la cabeza con un bate de béisbol u otro objeto pesado. Ella cayó al piso inconsciente. Un hombre joven que está bajo arresto admitió en un principio haberla golpeado en la cabeza pero ahora se rehúsa a decir más.

La historia del acto heroico de Tugce, cubierta en los medios internacionales y en muchos blogs, conmovió los corazones de cientos de miles de personas por todo el mundo. Con ira y lágrimas, gente de todas las condiciones y edades de ciudades de toda Alemania salió a raudales a las manifestaciones en homenaje a Tugce. Se realizaron vigilias con velas en el hospital donde permaneció en coma por dos semanas antes de que los médicos anunciaran su muerte cerebral. El 28 de noviembre, en su cumpleaños número 23, sus padres decidieron desconectarla de las maquinas que la mantenían con vida.

Demonstrators in Berlin hold photos of Tugce Albayrak, November 30, 2014

Manifestantes cargan imágenes de Tuğçe Albayrak, Berlín, 30 de noviembre de 2014. Foto: AP

En un intento de pulir su imagen, McDonald’s sacó una propaganda en turco y alemán de una página completa en Bild, uno de los periódicos de más venta en Alemania: “Lloramos la pérdida de una mujer extraordinaria que demostró su valentía y perdió su vida… En este momento, nuestros sentimientos están con la familia de Tugce Albayrak, les deseamos fortaleza en este momento tan difícil”. Cínicamente, McDonald’s agregó que condena todo tipo de violencia, “especialmente dentro o cerca de nuestros restaurantes”.

Ante la marejada de gente por todo el país, el presidente de Alemania, Joachim Gauck, se vio obligado a hacerle una declaración pública a la familia de Tugce. “El país entero llora con ustedes. Cuando otros miraron hacia otro lado, Tugce demostró una valentía ejemplar”.

La hipocresía en esta declaración es impresionante. La opresión de gente de origen no alemán y que vive en Alemania tiene una larga historia con raíces en el imperialismo alemán y las relaciones estructurales que incorpora. Los “trabajadores migrantes” de Turquía, que desempeñaron un formidable papel en la prosperidad alemana tras la II Guerra Mundial, nunca han sido bienvenidos en la cerrada sociedad que es Alemania.

La estructura de las opresivas relaciones sociales en la sociedad alemana es no sólo antiinmigrante sino anti-mujer. La opinión pública tradicional desprecia a las madres trabajadoras como “madres cuervo”, como desamadas “malas madres”, que deberían estar en la casa cuidando a los hijos en vez de empujarlos de su nido. Las guarderías, jardines infantiles y escuelas primarias frecuentemente están organizados para que los horarios sean inflexibles, dificultándoles a las mujeres trabajar tiempo completo. Junto a este aspecto de relaciones patriarcales, Alemania alberga los burdeles más grandes de Europa. De hecho, han calificado al país como un burdel gigante donde cada día más de un millón de hombres pagan por sexo. Por eso las mujeres que salen en la noche sin compañía de un hombre son consideradas presa legítima que los hombres pueden cazar. Puede que el joven que asesinó a Tugce por defender su “derecho” masculino no haya nacido en Alemania, pero aprendió muy bien las lecciones de la sociedad.

Tugce Albayrak rompió de muchas maneras algunas de esas restricciones sociales. Aspiraba a ser maestra de secundaria, era una excelente estudiante con toda una vida por delante. Cuando rescató a las dos adolescentes, todo eso se esfumó porque ella se negó a hacerse de la vista gorda.

Ahora casi de 200.000 personas han firmado una petición en internet para que el gobierno alemán le haga homenaje a su valentía otorgándole la Orden Nacional del Mérito. ¿Qué hay en esta situación que ha tocado tan profundamente a la gente?

Según muchas normas de “buenos alemanes”, Tugce no era una de ellos, y aun así defendió a unas de los “suyos”. Ella rompió los embrutecedores marcos sociales sobre cómo supuestamente la gente debe pensar y actuar: “preocúpate por lo tuyo”, “mantén la cabeza gacha” y “busca ser el número uno”. Ella se atrevió a enfrentar el privilegio masculino que la sociedad les dice a los hombres es su derecho básico.

El que tanta gente se haya conmovido por Tugce muestra que la cultura opresiva, sofocante y de miras estrechas que no solo caracteriza a la sociedad alemana sino a los países de Occidente en general no es inherente a la naturaleza humana. Surge de un sistema y contribuye a perpetuar un sistema en el que la gente ha sido obligada a vivir. El hecho de que tanta gente se inspirara por un acto que permite ver una forma diferente de pensar y de ser muestra lo que se puede desencadenar si el pueblo viera la posibilidad real de salirse de los marcos de las viejas costumbres para ayudar a materializar un mundo basado en el respeto mutuo libre de todas las relaciones de dominación y explotación.

La heroica acción de Tugce fue inspiradora y avanzada, un manifiesto de no acomodarse al mundo como es hoy.

 

El Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar es un servicio de Un Mundo Que Ganar, una publicación política y teórica inspirada por la formación del Movimiento Revolucionario Internacionalista, el centro embrionario de los partidos y organizaciones marxista-leninista-maoístas.

 

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