La Masacre de la Plaza Nisour por Blackwater, un vistazo al asesinato en masa por Estados Unidos en Irak

Larry Everest | 21 de abril de 2015 | Periódico Revolución | revcom.us

 

El 13 de abril, cuatro asesinos por contrato de Blackwater recibieron condenas largas de prisión por la masacre de 17 civiles sin armas en 2007 en la Plaza Nisour de Bagdad durante el punto más alto de la guerra en Irak. (Los mercenarios solamente fueron acusados de 14 de los 17 asesinos.) Tras años de investigaciones y audiencias, por fin se les declaró culpable a fines del año pasado. Uno fue condenado a cadena perpetua por asesinato en primer grado, y tres otros a 30 años de prisión cada uno por homicidio voluntario.

U.S. soldiers in Fallujah, 2004.
La Masacre de la Plaza Nisour fue solamente una de las numerosas matanzas, actos de destrucción y tortura atroces cometidos por Estados Unidos y sus aliados en Irak. Durante la invasión de Irak en 2003, Estados Unidos roció fósforo blanco sobre la ciudad de Faluya. Un soldado que combatió en Faluya describió los resultados: “El fósforo quema el cuerpo, derritiendo la carne hasta el hueso. Vi los cuerpos quemados de mujeres y niños”. En foto arriba: soldados yanquis en Faluya, 2004. Foto: AP

Esta masacre no provocada —con las mentiras propagadas a fin de darle carpetazo y los muchos años de demora para dar a las víctimas iraquíes un poquito de justicia— no representa un incidente insólito que “manchó”, como lo calificó el New York Times, el esfuerzo de guerra yanqui. Al contrario, plasma, y da un vistazo a lo que Estados Unidos trajo —y sigue trayendo– a Irak, y lo que el imperialismo trae al mundo entero.

El 16 de septiembre, 2007, Plaza Nisour, Bagdad, Irak. Hacía cuatro años Estados Unidos había invadido y ocupado Irak, en una guerra basada en la mentira deliberada de que el régimen de Saddam Hussein tuviera vínculos con Al Qaeda y poseyera armas de destrucción masiva. Ya para 2007, una resistencia armada a la ocupación estadounidense y al nuevo régimen reaccionario se propagaba, basada principalmente en la población sunita, ahora desposeída. A esas alturas, más o menos la mitad de las 300.000 personas utilizadas por los imperialistas estadounidenses para ocupar Irak y suprimir al pueblo iraquí eran contratistas militares particulares. Blackwater era un de esas compañías, fundada y controlada por un fascista cristiano, Erik Prince.

Ese día una pandilla de agentes de Blackwater había recibido una orden de responder a un incidente en el otro lado de la ciudad. Manejaron como locos, pero se toparon con la intersección concurrida de la Plaza Nisour. Según explica el periodista Jeremy Scahill, autor de Blackwater: The Rise of the World’s Most Powerful Mercenary Army,  (Blackwater: El Auge del Ejército Mercenario más Poderoso del Mundo), de ahí ocurrió lo siguiente:

Lo que a menudo pasa en Irak es que los contratistas mercenarios comienzan a lanzar botellas de agua congeladas contra los coches, tratando de obligarlos a apartarse de la calle, y luego, eventualmente, empiezan a disparar contra vehículos. Estos tipos básicamente trataron de tomarse esta rotonda, la gente de Blackwater, de modo que pudieran acelerar y continuar hasta su destino. Un pequeño coche blanco con un joven estudiante de medicina iraquí y su madre no se detuvo con la suficiente rapidez para el gusto del convoy de Blackwater, y decidieron intensificar el nivel de violencia, y asesinaron a esas personas. Y digo "asesinar" porque dispararon a estas personas hasta matarlas, y luego hicieron volar por los aires su coche. En ese momento se inició este tiroteo masivo que se prolongó— que se mantuvo durante varios minutos. Y cuando terminó, había 17 iraquíes muertos, incluyendo un niño de nueve años llamado Ali Kinani, de cuya historia hemos hablado en programas anteriores, y otros 20 resultaron heridos en el ataque. Ese hecho llegó a ser conocido como el "Domingo Sangriento" de Bagdad. (¡Democracy Now!, 23 de octubre, 2014)

Durante años, Blackwater insistía que sus fuerzas simplemente se defendían de disparos contra ellos —una descarada mentira— y la administración de Bush se oponía a acusarlos. Estando en Irak, tantos las fuerzas armadas estadounidenses como los contratistas particulares eran inmunes a toda acusación de parte de las autoridades iraquíes. (Los procedimientos actuales están en las cortes estadounidenses, no las iraquíes.)

Estos contratistas no estaban “locos” o “fuera de control”; son una parte clave de la estrategia bélica estadounidenses — en Irak, en Afganistán, en el mundo entero. Según el Christian Science Monitor, “Ya para 2008, el Departamento de Defensa de Estados Unidos contrataba a 155,826 contratistas particulares en Irak — y 152.275 tropas. Ese grade de privatización no tiene precedentes en la guerra moderna”. (19 de marzo, 2013)

En la actualidad, a la vez que Estados Unidos tiene 9.800 tropas en Afganistán — tiene 40.000 contratistas particulares.

Además, las fuerzas armadas regulares de Estados Unidos eran iguales de capaces de cometer masacres atroces como los contratistas, como señaló con amargura un ex contratista, señalando la matanza en 2005 de 24 civiles iraquíes sin armas en Haditha, en una “masacre vengativa” por parte de infantes de marina estadounidense. Después de que su Humvee fuera atacado por un aparato explosivo improvisado, “el pelotón inmediatamente mató a cinco personas en la calle. De ahí fueron casa por casa y mataron a 19 civiles más, de edades que iban de 3 años a 76 años. Muchos recibieron múltiples balas desde cerca, algunos aún vestidos de pijama. Uno estaba en una silla de ruedas”. Al final un infante de marino recibió un “jalón de orejas” y el Pentágono echó la culpa a “un enemigo sin escrúpulos” por una operación que salió mal. (“Reining in Soldiers of Fortune” (Refrenando a los mercenarios), New York Times, 17 de abril, 2015)

Sin embargo, estos ejemplos son solamente la punta del iceberg de las matanzas, el desplazamiento, la destrucción y la tortura generalizados. Un nuevo estudio hecho por el afiliado alemán de la organización ganadora del premio Nobel Asociación Internacional de Médicos para la Prevención de la Guerra Nuclear encuentra que un millón de iraquíes murieron como resultado de la invasión estadounidense y sus secuelas — 5 por ciento de toda la población de Irak. (El estudio encontró que 200.000 fueron muertos en Afganistán y 80.000 en Paquistán, para un total de 1,3 millones muertos por la “guerra contra el terror” estadounidense. Vea “Doctors group releases startling analysis of the death and destruction inflicted upon Iraq, Pakistan and Afghanistan from the ‘War on Terror’ in Body Count” (Organización de doctores publica análisis asombroso sobre la muerte y destrucción causadas en Irak, Paquistán y Afganistán por la ‘guerra contra el terror’ en conteo de bajas), en inglés , 19 de marzo, 2015.)

La sentencia a los asesinos de Blackwater no significa que los imperialistas estadounidenses hayan pasado página y repudiado la violencia en masa. Lo que sí implica es los gobernantes estadounidenses se ven ante intensificadas necesidades en Irak — especialmente la de meter tropas y contratistas mercenarios en Irak de nuevo. (Prince echó la culpa al “movimiento de placas tectónicas políticas” por el juicio a sus agentes en el caso de la masacre Nisour y por el colapso de Blackwater.) “Hubo falta de confianza entre el pueblo iraquí y la administración estadounidense,” dijo un vocero del vicepresidente de Irak al New York Times. “Creo que este veredicto ayudará a restaurar la confianza” (14 de abril, 2015). En otras palabras, para allanar el terreno para cometer más atrocidades patrocinadas por Estados Unidos en Irak.

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