Dentro de la sequía en California

Tomando el último bocado en Mendota, California

12 de agosto de 2015 | Periódico Revolución | revcom.us

 

California padece el cuarto año de la sequía más severa de su historia registrada. Este año la sequía se ha intensificado aún más, y ahora la gran mayoría del estado está en “sequía extrema”. Este año la acumulación de nieve en las montañas de la Sierra Nevada, de la que depende para el agua una gran parte del estado a finales de la primavera y durante el verano, es sólo el 6 por ciento de lo normal. Una lucha compleja sobre la asignación de la reserva de agua sumamente reducida se ha centrado en la enorme agroindustria capitalista en la vasta Valle Central de California. La agricultura utiliza el 80% del agua en el estado.

Un pequeño equipo de reporteros y fotógrafos pasó un día alrededor de Mendota, California para investigar los efectos de la sequía e informar sobre ello a revcom.us. Mendota es uno de los lugares más afectados por la sequía. Es un pueblo pequeño, en gran parte latino, de alrededor de 11.000 personas en el Valle Central cerca de la ciudad de Fresno. Como resultado de nuestra corta visita tenemos una comprensión más rica y profunda de qué tan demente y horroroso es el desarrollo capitalista, cómo arrasa la tierra y explota con saña al pueblo, y llegamos a un sentido más agudo de por qué necesitamos una revolución, ahora.

Mendota, California
Mendota, California

¿Y qué de la gente que vive en Mendota? ¿Cómo les ha afectado la sequía, cómo les ha impactado la vida?

De la misma manera que la sequía ha intensificado la manera descabellada con que este sistema usa el agua, lo cual ya era la rutina en Mendota, también ha intensificado la explotación y opresión de la gente de Mendota.

La población es 90% latina y podría ser más por las muchas personas que no tienen papeles. Nos informaron que la mayoría de los que trabajan en el campo son de México, El Salvador y Honduras. Son personas impulsadas por la búsqueda de una mejor vida, por el hambre, y el funcionamiento del sistema imperialista mundial y muy especialmente Estados Unidos que ha dominado y saqueado a México y Centroamérica, que no han podido vivir en sus propios países y a veces han emprendido peligrosas travesías de desesperación siempre dolorosas a Estados Unidos para trabajar como esclavos modernos. Por ejemplo, el trabajador de Honduras que nos contó que emprendió el viaje porque la vida es muy difícil y por la violencia que peligra la vida y la hace muy precaria. Llegó a Estados Unidos por tren (en el famoso La Bestia, con la gente encima que cruza México, siempre bajo las amenazas de la policía, de que le roben o violen en el trayecto). El viaje desde Honduras hasta Monterey, México duró 15 días. Desde allí pasaron 7 días más para cruzar a Estados Unidos.

Hablamos con gente sin papeles ni derechos, trabajando por el mínimo o alrededor, bajo el ardiente sol para ganar lo que apenas les permite sobrevivir y mandar algo a los parientes en sus países nativos. Piénsenlo, encima del trabajo pesado y los salarios tan bajos, los persiguen las autoridades de inmigración, y tipos como Donald Trump los denigran y les llaman “parásitos”, “criminales”, “narcos”, “violadores”. Mientras que con Obama han visto las mayores deportaciones en la historia, y la detención de hombres, mujeres y niños en horripilantes condiciones. Y la sequía ha empeorado toda esta situación.

Una de las cosas que ha agravado las dificultades es que ahora, en muchos casos, ya no es posible trabajar más tiempo para ganarse la vida a duras penas para uno mismo y sus familias. Un supervisor nos contó lo que ha observado:

“Antes trabajaban en el maíz, luego en el melón y cuando eso terminaba cosechaban el brócoli hasta enero. Si antes de la sequía trabajaban 10 o hasta 11 meses ahora tal vez trabajen cuatro”.

Una señora que tiene una hija que trabaja en la cosecha de la cebolla nos contó, entre sollozos, lo que pasó en su familia:

Número especial sobre la crisis ambiental

El enfoque de este número especial de Revolución reside en la emergencia ambiental que enfrenta a toda la humanidad y los ecosistemas de la tierra. En este número demostramos:

  • las dimensiones de la emergencia
  • las fuentes de sus causas en el sistema capitalista y la imposibilidad de que ese sistema encuentre una solución a la crisis.
  • Una salida y un camino hacia adelante para la humanidad: una sociedad revolucionaria en donde de veras podríamos vivir como los que cuidan la naturaleza en vez de los que la saquean.

Lea en línea....

“Ya se acabó el trabajo. Solo queda una semana. Después no hay más trabajo. Mi hija siempre trabajaba todo el año pero ya no. No sabemos qué vamos hacer. Ya no. El tomatillo también ya está terminando.

“Hemos vivido aquí 7 años”.

Periódico Revolución: “¿Qué dice la gente que hará?”

“No saben. Algunos reciben ayuda de personas que vienen de Fresno a repartir comida. ¿Pero las cuentas, la renta y demás? Vienen cada 15 días a repartir comida en el parque. Te dan arroz, frijoles, leche — nos dan todo eso. Pero es difícil. No sabemos qué hacer”.

Destruir las economías y la cohesión social de países enteros; impulsar a sus poblaciones a venir a trabajar a Estados Unidos como esclavos asalariados al borde de la existencia; perseguirles con la migra y envenenar el ambiente político y social con mentiras sobre ellos al mismo tiempo que cosechan el 50% de las frutas, nueces, y vegetales de Estados Unidos, a través de un proceso que arruina la tierra. — ¿A quién se le hubiera ocurrido un sistema así? ¿Qué lógica más demente se hubiera imaginado un mundo tan tergiversado? Solo una — la lógica del capitalismo, cuyo fundamento es la búsqueda mundial por las ganancias para los capitalistas en competencia con otros. Esa misma lógica rebaja los salarios de los trabajadores del campo hasta el límite, los desplaza del trabajo si la producción cambia de vegetales a nueces de árbol, los deja sin nada cuando el capital se traslada a un condado vecino o a un país vecino, o al otro lado del mundo. Esta es la base social sobre la cual la sequía azota a la población.

Y las víctimas, los que han recibido sacudones de la vida, no son solo los trabajadores del campo. Hablamos con un jardinero que manejaba su propio negocio familiar por 35 años en Mendota.

“Para un pequeño negocio como el mío, la situación es que están racionando el agua. Están multando por rociar agua, si el regadero está abierto y el agua fluye al alcantarillado. Los céspedes se están secando. El otro día me tocaba cortar seis céspedes y en cuatro de ellos me dijeron que no, que espere una semana más. Otros me dijeron que ya tenían su propio cortacésped, ¿me entienden? A mí me ha afectado de una manera muy mala. Tengo 35 años en el negocio y ya debería de tener algo ahorrado. Este año ha sido difícil. Tengo 35 años en Mendota y jamás he visto las cosas así. La única razón que tienen algo que cosechar es por el agua de los pozos. No viene de las montañas u otra parte. Un año más y la única opción que me quede será el dinero de mi jubilación. Voy a cumplir 62. Si no fuera por eso tendría que recurrir al welfare [la mezquina subvención gubernamental]”.

Continuó: “Nos estamos secando. La situación es mala. Con todos los que hablo, y todos me conocen, se ve que algo está pasando. Están estresados, bajo presión, en todas partes todo está lento, lo mecánico, todo. Se supone que deberíamos estar a todo dar, pero no”.

También nos dijo que el agua potable en Mendota, la que sale de pozos, no es consumible. Que se huelen los químicos y que tiene que comprar agua embotellada. Y que eso no es producto de la sequía, que ya tiene años.

Habló apasionado y con amargura de tanta riqueza que se ha sacado de Mendota y sus alrededores y de lo tan poco que ha ayudado a los lugareños. Él y algunos otros en el poblado están de la idea de que las cosas no pueden seguir así, y no solo en Mendota, aunque las lluvias empezaran en serio. La sequía ha sacado ciertas cosas a la superficie, y no solo agua que tiene 20.000 años sino también la ira por la larga y amarga historia de la cruda explotación y opresión.

Esa es la situación ante nosotros. Estados Unidos ronda el mundo y destruye las economías y la cohesión social de países enteros; atrae a su gente hasta aquí para trabajar de esclavos asalariados; destruye el mismo planeta, su aire, su agua y las formas extraordinarias de vida en el planeta; acosa a las personas que vienen para trabajar y sobrevivir, con la migra y las mentiras venenosas de que son parásitos aunque son ellas las que dan la comida. De ahí, cuando el mercado cambia de un producto agrícola a otro, cuando el capital abandona una esfera o país para invertir en otro donde puede exprimirle más a otro trabajador en otro lado — pues les vale cacahuate el de que uno quede sin ni una tortilla o que se le mueran de hambre los hijitos.

No tiene que ser así

Pero lo que da aún más coraje es que no tiene que ser así. Un mundo completa y radicalmente diferente es posible. Un mundo en que se haya derrotado el sistema capitalista con su impulso anárquico alocado hacia el lucro explotando y devastando a la gente y a la misma Tierra, un mundo en que sus instituciones de represión y control hayan sido quebradas y desmanteladas por una revolución poderosa que inmediatamente se empeñe a construir un nuevo estado y un sistema nuevo y radicalmente diferente basado en la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte. Sobre esa base se puede engendrar un nuevo sistema económico basado en avanzar la revolución con fin de liberar el planeta entero, para satisfacer las necesidades sociales y superar todas las divisiones y relaciones opresivas; y que proteja, preserve y mejore el medio ambiente para la actual generación y las del futuro.

En dicha sociedad, aún se batallará para producir alimentos. Aún tendremos que lidiar con problemas como la sequía. Y probablemente tendremos que batallar en grande para superar la devastación catastrófica ecológica la que el capitalismo ha provocado, que entrañará la sequía, tormentas devastadoras, el auge marítimo, y muchos otros problemas. Pero, al contar con el poder estatal revolucionario y un movimiento revolucionario poderoso anclado entre las personas oprimidas sino que se extienden a través de toda la sociedad, pronto podremos generar una situación en que la tierra no sea propiedad de capitalistas grandes sino el estado revolucionario y pronto podremos aprender a producir alimentos de una manera capaz de alimentar a la población entera y pondremos fin de inmediato a las condiciones parecidas a la esclavitud en la agricultura. Podremos poner fin de inmediato a las desigualdades obscenas que dejan al borde de la inanición a las mismas personas que producen el alimento para todos. Pronto podremos rebasar la situación descabellada en que los propietarios de tierras producen por sus propias ganancias ante todo, en que robar el agua de las huertas vecinas es lo que se hace para sobrevivir. Podremos empezar de inmediato a PARAR los abusos incontables y la discriminación contra los migrantes en lugares como Mendota, la supresión de su idioma, su cultura, y sus derechos jurídicos y políticos. Podremos superar las divisiones milenarias que ponen a ciertas personas a trabajar con las manos y otras a pensar y decirles qué hacer. Podremos aprender del conocimiento y los métodos de científicos, activistas y los mismos trabajadores para organizar la agricultura de manera que deje la tierra en una condición mejorada, no en este mundo de pesadilla donde se hunde la superficie del mismo mundo.

Cuando lleguemos a ese mundo, lo que ha pasado a la Tierra, al agua y a la gente en Mendota (y en lugares como Mendota por todo el planeta) se reconocerá por lo que es — un gran crimen terrible. Quizás en esa sociedad futura se haga un museo en Mendota que exhiba la foto de la tierra que se hundió 9 metros porque se le sacaron las aguas subterráneas, y otras exhibiciones que plasmen la locura y el horror del capitalismo que se manifiestan tan agudamente en Mendota, y quizás las exhibiciones en ese museo demuestren el hecho de que todo eso no surge de un mal inherente a lo humano sino del sistema capitalista y las formas en que obligó a las personas a vivir y ser.

¡BASTA YA!

 

Se necesitan: Voluntarios para revcom.us y Revolución

Envíenos sus comentarios.

Si le gusta este artículo, suscríbase, done y contribuya regularmente al periódico Revolución.

REVOLUCIÓN Y RELIGIÓN: La lucha por la emancipación y el papel de la religión
Lo BAsico, de los discursos y escritos de Bob Avakian
CONSTITUCIÓN Para La Nueva República Socialista En América Del Norte (Proyecto De Texto)
Lo que la humanidad necesita: Revolución, y la nueva síntesis del comunismo Una entrevista a Bob Avakian
No sabes lo que crees que 'sabes' sobre… La revolución comunista y el VERDADERO camino a la emancipación: Su historia y nuestro futuro Una entrevista a Raymond Lotta.