¿Qué envenenó a la gente de Flint, Michigan?
¡Una cruel política consciente de un sistema GENOCIDA, capitalista y racista!

10 de febrero de 2016 | Periódico Revolución | revcom.us

 

Bueno, unos pocos meses después del cambio, ya habíamos observado erupciones en los brazos de mis hijos, sus espaldas, mi cara. Y eran raros, porque no se podía echarle ninguna loción ni crema sin que ardiera. Se sentían como quemaduras químicas, de plano. Y de vez en cuando, el agua se volvía azul o amarilla brillante, y no teníamos idea de por qué. Ellos nos decían que el agua era buena....

— Melissa Mays, residente de Flint, activista por la potabilidad del agua
(Democracy Now!, 17 de diciembre de 2015)

Si uno fuera a echar algo a una población para mantenerla abajo para una generación y las generaciones por venir, sería el plomo. Es una conocida neurotoxina potente. Hay un montón de pruebas de lo que le hace el plomo a un niño, y es una de las cosas más horribles que se puede hacer a una población. Baja el coeficiente intelectual, afecta el comportamiento, se ha relacionado con la criminalidad, tiene efectos multigeneracionales. No existe ningún nivel seguro de plomo en un niño.

— Dra. Hanna-Attisha,
pediatra de Flint que encabezó las pruebas de plomo en los niños de Flint.

Flint, Michigan
Protestan frente al ayuntamiento, 8 de enero de 2016. Foto: AP

Una amplia gama de personas se han pronunciado sobre el envenenamiento de la gente de Flint. He aquí unos ejemplos….

Un joven negro que pasó un tiempo en la prisión de Flint: ¿Cree usted que la gente en la prisión reciben el agua embotellada? Tiene que ponerse un traje naranja para comprenderlo de verdad. Te obligan a beber esa agua llena de plomo; estás expuesto a la pintura descascarada que contiene el plomo. Entras por algo como el fraude al por menor, a la espera de una audiencia, pasas un año allí, y sales completamente cambiado. Tus cerebros no funcionan, pierdes el cabello, erupciones en la piel. Y al salir, tus hijos que antes eran buenos chicos ahora son insolentes y enojados. (Entrevistado por Revolución)

Activista medioambientalista Erin Brockovich: “Les puedo decir que Flint, Michigan es la punta del iceberg”, dijo. “Les puedo decir con certeza que se trata de una crisis nacional que nosotros no estamos preparándonos para enfrentar. La crisis ya está aquí. Incluso desde que Flint se asomó en el escenario nacional, hemos descubierto que Sebring, Ohio tiene el mismo problema.... Lo mismo pasa en Luisiana. (El show de Stephen Colbert)

El cineasta Michael Moore: Esta es una matanza racial. Flint, Michigan es 60% negro. Cuando a sabiendas envenenas a una ciudad negra, cometes una versión de genocidio. (Twitter)

Joyce Zhu, estudiante de doctorado en la Universidad Tecnológica de Virginia, quien recogió muestras en un hospital en Flint: Cuando abrí la llave, se ve esta agua corrosiva de color rojizo, marrón.... Ese momento lo hizo muy real.... Crecí en Singapur, donde el agua limpia, la das por hecho”. (New York Times)

Un residente de Flint: ¡El agua es una cosa que necesitamos para vivir, como personas, como seres humanos! (Entrevista realizada por Revolución)

Protesting poison water in Flint, Michigan
3 de febrero de 2016. Los residentes de Flint, Michigan en el Capitolio en Washington DC en una audiencia del Comité de Reforma Gubernamental y Supervisión de Cámara acerca del agua en Flint. Esta mujer levanta una botella de agua de la llave en una mano y el cabello que ella dice viene del desagüe de su ducha en la otra. Foto: AP

Durante más de 18 meses (a partir de abril de 2014), el estado de Michigan intoxicó a la gente de Flint, Michigan con el agua contaminada de plomo (así como otros contaminantes). El plomo es una conocida neurotoxina que daña a cualquiera expuesta a este y en particular causa daños permanentes e irreversibles al cerebro de los niños. El nivel del plomo en el agua de la llave de algunas casas en Flint está dos veces el nivel de plomo que califica como “residuos tóxicos”, el agua que unas 100.000 personas, entre ellas 30.000 niños, se vieron obligadas a beber.

Durante 16 meses, el estado encubrió esto conscientemente, adulterando pruebas, calumniando a los críticos y mintiendo a la gente, diciéndole que todo estaba bien.

Por fin, en octubre de 2015, frente a las protestas de residentes y de médicos y científicos que amasaron pruebas contundentes de esta intoxicación en masa, los funcionarios ya no podían pasar por alto por completo la crisis. El gobernador de Michigan Rick Snyder comenzó la distribución limitada de agua embotellada y filtros, el municipio “aconsejó” que las mujeres embarazadas y los niños pequeños no bebieran el agua de la llave sin filtrar. Más tarde reconocieron que no era seguro para nadie beber o incluso lavarse o bañarse con esa agua.

El 14 de enero de 2016, Snyder escribió al Presidente Obama pidiéndole que declarara un desastre federal y proporcionara casi $ 100 millones para medidas de emergencia a corto plazo como suministrar filtros de agua y agua embotellada a los residentes de Flint, y contratar enfermeras adicionales para atender a los niños afectados. Obama declaró una emergencia federal, autorizó ayuda por parte de FEMA y prometió sólo $ 5 millones en ayuda, pero se negó a declarar un “desastre mayor”, lo que proporcionaría mayor ayuda por un tiempo más largo. Y nada de esto alivia el daño permanente a los niños y personas de Flint, y en este momento el agua de Flint TODAVÍA tiene niveles peligrosamente altos de plomo.

En el momento de publicarse este artículo, los demócratas en el Congreso propusieron asignar $ 600 millones, el cual, si sea confirmado, sería suficiente para comenzar el trabajo absolutamente necesario y urgente de reemplazar toda la tubería de servicio en el sistema de agua de Flint que actualmente lixivian el plomo en el agua de la llave. Pero dentro de unos días, al obstaculizar la propuesta los republicanos, los demócratas ya la recortaron a la mitad, y no es nada de seguro que se apruebe ni siquiera esa cantidad reducida.

Agua Tóxica... para personas que le son inútiles a este sistema

La gente se pregunta: ¿¡Qué pasó!? ¿Cómo pudo pasar tal cosa? Y ¿cómo podía continuar durante tanto tiempo sin que nadie hiciera nada al respecto?

Durante la mayor parte del siglo 20, Flint fue un floreciente centro de la industria automotriz que una vez fue un pilar del capitalismo estadounidense. Cientos de miles de personas se mudaron allí desde las granjas y parcelas de aparceros en la región de los montes Apalaches, el Sur y otras partes de Estados Unidos, así como los inmigrantes empobrecidos de Europa y otros lugares, para trabajar en las numerosas fábricas de automóviles. En particular, los negros que huyeron de Jim Crow en el Sur y fueron expulsados ​​de sus tierras se mudaron a Flint y otras ciudades industriales del norte de Estados Unidos.

Año tras año su trabajo produjo miles de millones de dólares en ganancias para las gigantes empresas automotrices y el sistema en su conjunto. Por ejemplo, a principios de los años 70, General Motors (GM) sacaba alrededor de $ 2 mil millones al año en ganancias.

Pero cuando los cambios políticos y tecnológicos globales crearon la libertad, y la necesidad competitiva, de explotar a las personas extremadamente pobres en el Tercer Mundo, clausuraron la mayor parte de las operaciones en Flint. A principios de los años 70, GM empleó a 80.000 personas allí, más del 10% de su fuerza laboral en todo el mundo. Hoy en día emplea a aproximadamente 5.000, menos del 2,5% de su personal mundial.

En Flint, el desempleo se disparó, la población se redujo a la mitad, la base fiscal de la ciudad se deterioró, la infraestructura se derrumbó y la tasa de criminalidad se disparó.

El mismo sistema que sacó tanta riqueza de la gente de Flint durante medio siglo ahora no tiene ningún uso para esa gente. A partir de 2011, de hecho, el estado se hizo cargo del municipio para imponer severas “medidas de reducción de costos” sin la “interferencia” de los residentes. Para tener una idea de la severidad de estos recortes, considere esto: todo el sistema escolar de Flint, con 30.000 estudiantes, tiene exactamente una enfermera escolar.

En la lógica de este sistema, que ve todo desde el punto de vista de la rentabilidad y la “eficiencia del capital,” ¿por qué debería el gobierno “llevar la carga” de una vida digna para las personas que ya no puede explotar?

Así, en abril de 2014, con el fin de ahorrar uno o dos millones de dólares al año, el gerente municipal, asignado por el estado, cambió a Flint del sistema de agua de Detroit, que suministra agua buena del Lago Huron, al uso temporario del río Flint. La gente de Flint se alarmó — el río Flint era un vertedero industrial durante décadas y la contaminación era notoria. Sus protestas se ignoraron.

Casi inmediatamente, el agua salía de la llave muy sucia y con un sabor feo. Los habitantes sufrían de irritaciones en la piel, el pelo se les caía, los niños bajaban de peso, padecían de anemia. Los residentes se presentaron en masa en las reuniones del consejo municipal, con jarras del agua sucia, pero les aseguró que estaba “potable”. El entonces alcalde incluso sacó el truco de salir en la tele bebiendo una taza del agua, como si el hecho de que él no se muriera en el acto de alguna manera “demostró” que el agua era potable.

Qué tanto desvalora este sistema a la gente pobre blanca y negra, que al ser y oler la inmundicia que salía de la llave de sus casas, y al escuchar de la proliferación repentina de enfermedades sin explicación, ¡su respuesta fue, en esencia: “dejen de lloriquear y bébanla ya”!

En todo el planeta hay miles de millones de personas que el capitalismo-imperialismo considera inútiles a menos que pueda explotarlas en fábricas, minas o plantaciones. Trabajan en puestos de trabajo peligrosos y poco saludables, o sobreviven peinando vertederos y durmiendo en la calle. Y en todas partes son envenenadas debido al funcionamiento de un sistema en que la vida humana no vale nada — por sustancias químicas dañinas en el puesto de trabajo, contaminantes en el aire y los sistemas de agua, pesticidas en los campos y otras toxinas que causan daños y sufrimiento inmediatos y de larga duración.

Una dimensión genocida

Las personas negras, expulsadas ​​de sus tierras en el sur, huidas del terror de la segregación Jim Crow, hicieron los trabajos del peor pago y el mayor peligro en las plantas automovilísticas de Flint. Fueron los “últimos contratados y los primeros despedidos”. Y hoy son los más afectados ya que los empleos se han trasladado a otras partes del país y a todo el mundo, en busca de personas más fáciles de explotar sin piedad alguna.

Ahora Flint es una ciudad donde el 41 por ciento de la población vive por debajo del umbral de la pobreza y más del 60 por ciento recibe cupones de alimentos. Dentro de esa situación, la población negra, que es la mayoría, sufre condiciones aún más extremas de pobreza: el desempleo más alto, puestos de trabajo peores, viviendas peores; lo que lo hace aún más difícil lidiar con la crisis del agua. En Flint, así como Detroit, el gobierno ha recortado los servicios esenciales con especial salvajismo.

A nivel nacional, están infligiendo al pueblo negro un programa genocida con la encarcelación en masa, y el asesinato y la brutalidad policiales como punta de lanza. Un sistema construido en gran parte sobre la explotación más cruel de la gente negra ahora no tiene ningún uso para millones de ellos. Todo esto es una dimensión crítica de lo que hay detrás de la intoxicación del agua en Flint, y la respuesta desalmada del sistema.

El envenenamiento por plomo del agua y de la pintura es una epidemia en Estados Unidos y extremo en la comunidad negra. Un estudio del gobierno reveló que entre 1999 y 2004 los niños negros eran casi tres veces más probables que los niños blancos tener niveles de plomo en la sangre muy elevados, el tipo de envenenamiento por plomo que produce los daños de la salud más perjudiciales. De hecho Freddie Gray, el hombre no armado brutalmente asesinado por la policía de Baltimore el 12 de abril de 2015 se crió en un barrio donde más del tres por ciento de los niños menores de seis años tenían niveles altos de plomo en la sangre. Y el propio Freddie Gray fue víctima del envenenamiento por plomo que podía haber contribuido a sus problemas de aprendizaje.

¿Quién puede ver esto y no ver la dimensión e intenciones genocidas?

El encubrimiento

Ahora sabemos lo que estaba ocurriendo. El agua del rio Flint es altamente corrosiva, 19 veces más corrosiva que la del lago Huron. Aunque es posible potabilizar dicha agua, habría costado cerca de $36.000 al año y cabe repetir, el estado consideró que gastar dinero en agua potable para el pueblo de Flint era un desperdicio de dinero.

Muchos sistemas del suministro de agua, como el de Flint, utilizan tuberías de plomo y / o tuberías soldadas con plomo. (Esto en sí demuestra lo horrendo del capitalismo, ya que se ha sabido desde hace más de 50 años que incluso pequeñas cantidades de plomo son tóxicas.) Estos tubos están cubiertos para impedir que el plomo contamine el agua, pero el agua corrosiva del río corroyó las tuberías y causó la lixiviación del plomo. Cuanto más tiempo el agua fluía, más corroía y más se disparaba el nivel de plomo.

Pero las autoridades negaron esta verdad. Cada vez que salieron pruebas de que el agua era tóxica, el estado no sólo las encubrió, sino se burló de las personas que las pusieron al descubierto y los atacó.

Unos meses después del cambio, GM dijo al municipio que una de sus plantas en Flint dejaría de usar el agua del municipio, ya que ¡estaba corroyendo las piezas de sus motores! A pesar de ello, el Departamento de Calidad Ambiental de Michigan (MDEQ) insistió públicamente que el agua, inapta para el acero, era buena para los seres humanos. Al mismo tiempo, bajita la mano asignó $ 400,000 a GM para suministrar agua limpia a su planta.

En enero de 2015, la Universidad de Michigan en Flint informó que habían encontrado altos niveles de plomo en algunas de sus bebederos de agua potable. En parte para responder a esto, el estado de Michigan gastó miles de dólares para instalar dispensadores de agua fría limpia en el edificio de oficinas del estado en Flint... pero seguía diciendo a la gente de Flint que el agua era potable.

En febrero de 2015, las pruebas realizadas en la casa de Lee Anne Walters mostraron niveles de plomo de 104 partes por mil millón (ppmm) — siete veces mayor del nivel que la Agencia de Protección Ambiental federal (EPA) considera aceptable. (En realidad, los expertos coinciden en que no hay ningún nivel “seguro” de plomo en el agua para el consumo humano.) Walters se puso en contacto con Miguel Del Toral, un experto de la EPA, que habló de los resultados con otros en la EPA.

Toral se alarmó no sólo por los altos niveles de plomo en el hogar de Walters, sino por el hecho de que el estado estaba utilizando métodos de prueba, una violación directa de las normas de la EPA, garantizados a producir resultados mucho más bajas que los verdaderos niveles de plomo en el agua de la llave. Toral escribió que “Me preocupa que la ciudad entera pueda tener niveles de plomo mucho más altos” de lo que el estado estaba diciendo públicamente. Funcionarios de la EPA suprimió el memorando de Toral. En lugar de publicarlo, o enviarlo siquiera al MDEQ, decidieron discutir el asunto “a puerta cerrada”, durante otros siete meses, mientras que a los residentes de Flint se les decían que su agua era potable. La única acción que la EPA tomó fue ordenar a Toral no tener más contacto con Lee Anne Walters u otros activistas del agua potable.

“A puertas cerradas” los funcionarios estatales mostraron su desprecio por la gente de Flint. Calificaron a los residentes enojados de “histéricos”, decían que las organizaciones activistas de “anti-todo”. Uno correo electrónico de la oficina del gobernador Snyder menciona una mujer que dice que una enfermera del estado le dijo, acerca de la intoxicación de su hijo por plomo, que “sólo representa unos pocos puntos del coeficiente intelectual. … No es el fin del mundo”.

En marzo otra prueba del agua de la casa de Walters mostró niveles de 397 ppmm, el triple de lo que era en febrero. En respuesta, las autoridades le dijeron que el problema era la plomería de su casa (lo que resultó ser una mentira) y conectó una manguera de jardín de la casa de su vecino para suministrarle agua “potable”. Al mismo tiempo, un grupo consejero contratado por el municipio publicó un informe que indicaba que el agua de Flint cumplía con los estándares federales y estatales... sin siquiera dar una cifra sobre los niveles de plomo.

Ataques contra los doctores y científicos

Mientras activistas y gente común siguieron protestando y poniendo el grito al cielo, médicos y científicos solidarios comenzaron a movilizarse.

En septiembre de 2015, algunos científicos y estudiantes de posgrado de Virginia Tech (VT) que se especializan en las pruebas de plomo publicaron los resultados de las pruebas tomadas en cientos de casas en Flint que muestran niveles elevados de plomo. Las cifras varían de una casa a otra, dependiendo de la cantidad de plomo en sus tuberías de servicio para empezar y qué tanto las tuberías se habían corroído, pero en algunos casos los niveles de plomo eran 13.000 ppmm - casi 900 veces más alto que el nivel “seguro” de la EPA.

Los científicos de Virginia Tech han revelado altos niveles de plomo en los sistemas de agua por todo Estados Unidos. De hecho, lo que pasa hoy en Flint es solo la punta del iceberg de una crisis nacional de intoxicación por plomo. Impulsa esta crisis el hecho de que por varias décadas los gobernantes de Estados Unidos han recortado y han dejado de modernizar la infraestructura como las carreteras, los puentes, los sistemas de agua y las redes de electricidad para mantener bajos los impuestos. Y eso a su vez se debe a la intensificación de competencia en la economía mundial “globalizada” en la que compiten por el dominio —y para sobrevivir— enormes bloques de capital contra otros grandes capitales.

Y los científicos de VT están entre los muchos que han hecho sonar la alarma sobre los peligros que esto conlleva. Pero en vez de aprender de sus conocimientos, ni hablar de apreciar de su valentía, el MDEQ dijo sobre el informe de VT que esos científicos se especializan en “buscar altos niveles de plomo” en todo el país, con lo que dan a entender que han detectado altos niveles de plomo en varias otras ciudades de Estados Unidos. “A donde vayan sacan ese conejo del sombrero. Nadie debe sorprenderse cuando sale ese conejo del sombrero, aunque no sepan cómo lo hacen”. (Michigan Live, “Flint Water Crisis: Key Figures”, 11 de noviembre de 2015)

Pero no fue ningún “truco de magia”. Tanto los científicos como la experiencia de miles de personas confirman que el agua de Flint no sólo era mala para beber sino hasta para lavar platos o ropa. ¡Únicamente servía para bajar el agua del excusado!

Al informe de VT le siguió enseguida uno de la Dra. Mona Hanna-Attisha, una pediatra local que encabezó un equipo que examinó a niños y determinó que varios tenían peligrosos niveles de plomo en la sangre y que en un año la cantidad de esos niños había duplicado, y triplicado en unos barrios. Las autoridades se burlaron de su informe también con el cuento de que ellos tenían información más confiable. (Meses después tuvieron que admitir que la información de la Dra. Attisha era correcta).

La batalla por el agua potable

Some of the more than 150 Flint, Michigan residents at a January 14 protest in Lansing against the government's role in the huge water crisis.
14 de enero, residentes de Flint protestan frente al capitolio estatal de Michigan. Foto: AP

Por fin en octubre del 2015, casi un año después de que los vecinos sonaron la alarma, las autoridades estatales reconocieron que quizás hubiera un problema, y le dijo a la población que no debería tomar el agua de Flint sin filtrarla o hacerle pruebas. Pero aún entonces, EL ESTADO IMPLEMENTÓ MEDIDAS INSIGNIFICANTES PARA PROVEER A LA POBLACIÓN AGUA FILTRADA O EMBOTELLADA.

  • La gente tuvo que rebuscar para juntar el dinero para comprar agua embotellada o filtros — de lo contrario, se vieron obligados a beber tóxicos y darlos de tomar a sus hijos. Los vecinos ya pagan cientos de dólares al mes al municipio por agua tóxica. Ahora tendrían que gastar cientos de dólares más para comprar agua embotellada, dinero que pudo haberles servido para alimentos, medicinas u otros artículos de primera necesidad. A miles no les quedó ninguna otra alternativa que tomar agua tóxica y dársela a sus hijos.
  • El gobierno marginó a la comunidad inmigrante de Flint hasta de esa ayuda oficial miserable. Publicó la primera literatura sobre la crisis en inglés solamente. Cuando empezó a repartir agua embotellada, pidió identificación que la hace falta a los indocumentados. Además, en un clima de guerra contra los inmigrantes —con o sin documentos— muchos temen abrir la puerta a los uniformados de la Guardia Nacional que iban repartiendo agua.
  • En un caso obsceno, regalaron agua embotellada a los guardias en las cárceles de Flint, pero obligaron a los presos —incluso las mujeres embarazadas— tomar el agua de la llave, mientras los guardias les hacían burla mostrándoles sus botellas de agua.

Durante todo eso, muchas personas comunes, activistas e iglesias lanzaron campañas de financiación colectiva virtual para financiar la distribución de agua gratuita y ayudar de otras maneras. Celebridades donaron cientos de miles de dólares. Jóvenes de unas zonas marginadas de Chicago llenaron furgonetas de agua embotellada y los llevaron a Flint. Pero las autoridades que de hecho causaron el problema no hicieron casi nada, aparte de inventar pretextos inverosímiles por su criminalidad.

Entre las autoridades más altas, se echan la culpa unas a otras el gerente municipal de emergencia, los oficiales del estado, el gobernador y la EPA, siendo claramente cómplices en este crimen masivo todos y cada uno de ellos. Otra táctica suya es discutir sobre qué requería la ley escrita y cuáles eran exactamente los estándares aplicables, para disfrazar de “confusión” una indiferencia deliberada por la vida de la gente. Por ejemplo, Detroit Free Press describió la posición de oficiales del MDEQ como la de insistir que el tipo de prueba que hubiera revelado la contaminación de plomo “no la requieren las reglas federales sobre el agua potable y nunca se ha hecho en Michigan. Es más”, MDEQ sostuvo, “el agua del río Flint, tratada en la planta municipal, ya había sido aprobada como una fuente de contingencia en caso de una interrupción de servicio en Detroit”.

En otras palabras, ante el montón de evidencia de que estaban intoxicando al pueblo, las autoridades se enfocaron en comprobar que dicha contaminación era legal bajo este sistema, y no en el hecho de que esa agua estaba causando graves estragos en las vidas de miles de personas.

¿Qué sistema sería incapaz de abastecerle a su propia población algo tan básico como el agua potable? ¿Qué se podría decir de un sistema que posee riquezas jamás soñadas en los imperios de antaño, pero intoxica a los niños para “recortar gastos”, y al ser descubierto se limitan a medidas tan miserables?¿Qué se debería hacer con un sistema que nunca deja de jactar sobre lo magnífico y lo poderoso que es, pero echa tantas mentiras para que la gente siga tomando este veneno, con tal de preservar su imagen de legitimidad? Es un sistema al cual urge eliminarlo por medio de la revolución, y nada menos.

Get ready...

 

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