16 de marzo de 2016 | Periódico Revolución | revcom.us

 

 

Will Reese

Will Reese (1950-2016)

Will era un comunista revolucionario, una persona orgullosa de llamarse a sí mismo un seguidor de Bob Avakian (BA), y listo en todo momento para utilizar la ciencia para decir por qué él era y además por qué deberías ser un seguidor. Will era miembro del Partido que se dedicó toda la vida al comunismo y fue a cualquier lugar que la gente estuviera en movimiento y la lucha estuviera más intensa, donde quiera que el Partido pidiera que fuera, para difundir esta revolución. Will luchó lo mejor que pudiera en el Partido y lo más duro que pudiera para comprender y luchar por el entendimiento que BA ha desarrollado y por aplicarlo a los problemas de la revolución. Tomó iniciativa para desarrollar ideas y planes creativos, y para contribuir lo mejor que pudiera a la lucha colectiva para transformar el mundo hacia el comunismo.

Will pasó una muchísimo tiempo en la población de la sociedad, especial (pero no solamente) los más oprimidos, y miles de personas en la Ciudad de Nueva York y en todo Estados Unidos lo conocieron, amaron y respetaron como revolucionario impenitente, férreo luchador contra los muchos crímenes del sistema capitalista-imperialista y defensor apasionado y científico de la dirección de Bob Avakian y de la nueva síntesis del comunismo que BA ha desarrollado, la que Will entendía que era el eslabón clave para alcanzar un mundo libre de toda la crueldad y horror innecesarios que él vio llover sobre las masas populares cada día de su vida.

Will se encontraba en las primeras filas de muchas luchas cruciales durante los últimos 35 años, en Atlanta, Miami, San Francisco, Los Ángeles y finalmente en Nueva York. Fue a Atlanta en la década de 1980 cuando “fuerzas desconocidas” habían secuestrado y asesinado al menos 20 niños y jóvenes negros. Fue a Miami a raíz de dos grandes rebeliones contra el asesinato policial de hombres negros no armados y a Los Ángeles después del levantamiento de masas provocado por la absolución de cuatro de los policías captados en video golpeando salvajemente a Rodney King.

Su férreo ardor e ira al denunciar a estos crímenes contra el pueblo, su voluntad de dar voz a su propio dolor profundo y al de la gente, especialmente por lo que les pasaba a los jóvenes, inspiró a las personas y podría conmoverlas hasta las lágrimas y hasta la acción. (Vea el vídeo de su discurso [en inglés] en una reunión de cientos de personas en una iglesia de Harlem en agosto de 2015 para organizar las protestas de De Pie en Octubre contra el terror y asesinato policial.) Repetidas veces dirigió a la gente a enfrentar a los opresores en las calles, y también trabajó en amplios sectores de profesores, profesionales e intelectuales, lo que incluyó reunirse con gente como los autores James Baldwin y Tony Cade Bambara para granjear su apoyo para luchas importantes. Al mismo tiempo, Will nunca dejó de centrarse en la necesidad de atraer a incorporar en el movimiento para la revolución a aquellos que más necesitan la revolución, los que viven las más duras formas de este infierno todos los días bajo este sistema, en especial los jóvenes.

Will Reese, del Club Revolución, pide al público hacer donaciones para enviar a cien familias a las actividades “De Pie en Octubre”, durante una reunión del 27 de agosto de 2015, Iglesia 1 Corintios, Ciudad de Nueva York.

Pero lo más llamativo de Will era su determinación de repetidamente volver al hecho de que a menos que la gente se levantara para hacer una revolución, estos horrores seguirían sucediendo, una y otra vez, y además que para que la revolución se dé en el futuro, las personas tienen que empezar a dar un paso al frente ahora y entrar en Bob Avakian y la ciencia revolucionaria que BA ha forjado.

Will podía entrar, algo que sí lo hizo, a una sala de cientos de estudiantes que protestaban con furor contra la brutalidad policial pero que estaban completamente empantanados en las falsas soluciones mezquinas e ilusorias y cambiar completamente el ambiente al explicar la necesidad y la base para la revolución y al retarlos a dedicarse la vida a eso y nada menos. Podía dirigir y sí dirigía al Club Revolución de Harlem, que entró en los grandes multifamiliares con una misión y un plan para hablar con cada inquilino al menos una vez, acerca de por qué el estreno de la película de Habla BA: ¡Revolución, y nada menos! era algo a que tenían que asistir si se preocupaban por la gente y por el futuro. Podía salir y sí salía a amplios sectores de la gente para organizarlos a asistir al Diálogo sobre la revolución y la religión entre BA y el cristiano revolucionario Cornel West en 2014. Y cuando las personas respondieron de que querían asistir porque les gustaba Cornel (quien tiene un bien merecido respeto en muchísimos negros), Will no dudaba al decirles: “Genial, pero ¿usted sabe de Bob Avakian? He aquí a un líder de que es preciso que usted sepa”. Will vio la importancia y actuó a partir de la necesidad de activar a la gente en torno a estas actividades y siempre trabajaba para obtener declaraciones de las masas acerca de POR QUÉ iban a asistir al estreno de Habla BA: ¡Revolución, y nada menos! y por qué otros deberían asistir y retaba y trabajaba para que se responsabilizaran de organizar a otros a asistir al Diálogo sobre la revolución y la religión.

Will no sólo promovió y popularizó a BA, sino que apreció enormemente y trabajó para aplicar el método y enfoque científicos de BA, lo que incluyó una confianza inquebrantable en la capacidad de las masas de hacer suya la revolución y una perseverancia increíble de realizarlo frente a todo obstáculo. Aun cuando padecía problemas de salud, Will pasaría la noche en vela leyendo, pensando y hablando de problemas de este tipo, planteándolos ante otros camaradas y las masas mismas, saliendo con perseverancia a hablar con los jóvenes y retándolos y resumiendo esa experiencia, manteniendo cuadernos de lo que la gente había dicho y de ahí desarrollando planes nuevos con metas específicas para hacer avances.

Will comprendió la importancia de capacitar a las personas para ser comunistas y puso gran énfasis en esta tarea, lo que incluyó su ingreso al Club Revolución y al Partido, lo que a menudo implicaba superar el problema de que tanta gente de los de abajo de la sociedad ha sido privada de los rudimentos de una educación y quienes son analfabetos o semi-analfabetos. Sobre la base de su propia experiencia como maestro de estudiantes que habían abandonado o habían sido expulsados de la escuela, Will trabajó con las personas leyendo en voz alta los escritos u otras obras de BA y de ahí discutían las ideas con profundidad. De esta manera, en Los Ángeles reclutó a Willie “Mobile” Shaw quien por su parte era, hasta su muerte en 2005, una fuerza poderosa para conectar a las personas con BA y la revolución en Los Ángeles. (Vea “Declaración de Bob Avakian, presidente del Partido Comunista Revolucionario, con motivo de la muerte de Willie ‘Mobile’ Shaw”.)

Will fue también un agitador muy capaz que perseguía y se burlaba implacablemente del enemigo, ¡en sus narices! En Atlanta esto le ganó un apodo amargo por parte de los cerdos policiales que le llamaban el “Mouth of the South” [el Bocón del Sur]. Solía pasar en las calles de Atlanta que decenas de personas se reunían alrededor de Will quienes escuchaban con atención mientras él denunciaba los crímenes de este sistema. Pero Will también les “escuchaba con atención”. No hablaba “a” las personas; siempre estaba muy al tanto de su público, en busca de señales, en los ojos, una sonrisa, el lenguaje corporal, de lo que podía tener una idea de lo que pensaban y lo que vivían, y que llamara a la gente aunque simplemente caminaban por ahí: “Vamos, hermana, ya sabe que lo que digo es la verdad. ¿Qué piensa al respecto?” Y atraían a las personas, forjando en el acto una comunidad de gente que oponía resistencia a la opresión, bregaba sobre por qué las cosas son como son y cómo pudieran ser diferentes.

Harlem, NYC. Reaching out to—and drawing in—the youth.
Harlem. Conectándose, y organizando, a los jóvenes.
(Especial para www.revcom.us/Revolución)

Como parte de todo esto, Will era una persona increíblemente cálida, juguetona y cariñosa que vio y procuraba conectarse con lo mejor de cada persona que iba conociendo, con los brazos abiertos alentando a las personas a jugar el mayor papel que pudieran en el movimiento para la revolución, si fueran de los veteranos de ese movimiento o empezaran a conocer el movimiento en ese momento. Al aprender conscientemente de BA, Will puso el ejemplo de un espíritu comunista de amar y apreciar a las masas populares a la vez que siempre luchaba para darles dirección. Con buen humor, con firmeza y en ocasiones con gran valor, Will desafió las manifestaciones de machismo, racismo, nacionalismo, servilismo o sumisión a los opresores y demás ideas que mantenían a las personas esclavizadas por el sistema.

Aunque tuvo mucho conocimiento de las muchas barreras que impiden que las personas se pongan de pie en contra del sistema de y las presiones para renunciar a esa lucha, tales como la sola dificultad de sobrevivir, el temor al poder que el sistema puede hacer caer sobre uno mismo, la presión de una sociedad de “preocuparse solamente de uno mismo” y de las “ideas tradicionales” atrasadas, Will estaba aún más consciente de la necesidad y del potencial de que las personas rompieran esas barreras y se convirtieran en parte de la fuerza que lucha por la emancipación de toda la humanidad.

Todo esto ejercía un gran impacto sobre todos los que estaban a su alrededor; muchas personas que se encontraron con Will hace 20 o 30 años nunca lo olvidaron, y además Will mantenía a un gran número de personas en su corazón.

La vida temprana de Will Reese

Will era uno de aquellos que, desde muy temprano en la vida, fue impulsada por el amor por el pueblo y el odio por la opresión que el pueblo sufría, y buscaba sin tregua una comprensión y una salida, un camino hacia un mundo digno del ser humano.

Will creció en la parte rural del suroeste de Virginia bajo el reino sofocante de la abierta supremacía blanca en la que las reglas para la gente negra estaban manifiestas, escritas en las leyes de Jim Crow y las costumbres reaccionarias… y con sangre. Y todas esas reglas se reducían a una sola regla: “reconozca su lugar” y, sobre todo, que siempre se someta a la autoridad blanca. Cada persona negra comprendía que violar esas reglas podría implicar una detención, una paliza o un linchamiento sanguinario.

Pero Will ya se sentía el redoble de otro ritmo a medida que el movimiento de derechos civiles se extendía por el Sur, dando ánimo a los corazones y el espíritu rebelde de los jóvenes, hasta en los lugares rurales atrasados. A una edad temprana, Will era uno de los desafiantes que se negaban a someterse. Él y sus amigos audazmente trataron de integrar una peluquería que sólo servía a gente blanca, pero tenían que retirarse cuando el dueño sacó una escopeta. Lograron integrar una pista de patinaje sobre ruedas que había negado entrada a su hermanita. Se presentaron en un club campestre vestiditos muy a su moda e insistieron en jugar al golf. Pero hasta entre estos desafiantes, Will se destacaba por su arrojo: en una ocasión cuando apenas dejaba de ser niño, Will y sus amigos se enfrentaron a un gran grupo de jóvenes blancos; los amigos de Will se largaron corriendo pero Will se plantó e hizo frente a los contrincantes.

Unos años más tarde, Will vio una imagen del Partido Pantera Negra, en la que estaban vestidos de boinas y chaquetas de cuero negro, y reconoció la militancia la que quería emular. Por lo que se puso a buscar una boina. ¡Pero no había boinas en su ciudad! Sin disuadirse, confeccionó una boina a partir de un sombrero viejo y consiguió una chaqueta de cuero como pieza acompañante.

Después de la secundaria, Will recibió una beca para jugar fútbol americano y asistir a Emory y Henry, una pequeña universidad de artes liberales que sólo unos pocos años antes había aceptado a sus primeros estudiantes negros desde su fundación en 1839. La universidad le abrió nuevos mundos y nuevas posibilidades para Will. Se sintió atraído por el espíritu rebelde y magnanimidad intelectual que encontró entre los estudiantes y profesores de arte, todos los que eran blancos. Tenía una pasión por la pintura al óleo, y hasta la fecha una de sus pinturas está colgada en una universidad comunitaria del rumbo. Se metió en el jazz. Estudió la historia.

Sin embargo, en medio de todos sus intereses, talentos y pasiones, Will vio sobre todo la necesidad de cambiar radicalmente las cosas, y eso es lo que fijó la pauta para su vida. En los auges de lucha de la década de 1960 y 70, cobraban cada vez más influencia las ideas revolucionarias, pero todavía no existía una dirección revolucionaria clara ni una estrategia clara para la revolución en Estados Unidos. En esas condiciones, miles de estudiantes y ex estudiantes se reunían en pequeños colectivos e iniciaban varios proyectos, a menudo con el fin de conectar las ideas radicales que florecían en las universidades con la gente oprimida en muchas comunidades.

Will participó en eso: al terminar sus estudios en la universidad, formó un colectivo para publicar una revista con sede en la región de los montes Apalaches cerca de su escuela. The Plow [El arado] publicó ensayos, escritura creativa y arte que reflejaban la cultura singular de la gente profundamente oprimida de los Apalaches, en su gran mayoría gente blanca. Will lo vio como un vehículo para difundir las ideas radicales e iniciar resistencia, pero otros en el colectivo la veían simplemente como una revista cultural, y cuando esa línea logró dominar, Will se salió en busca de algo nuevo.

Unos amigos lo invitaron a Hawai’i a mediados de la década de los 70, donde se conectó con la lucha de los indígenas hawaianos oprimidos por recuperar su cultura como parte de la lucha por su liberación. A Will le gustaba ir a su campamento en la playa y cotorrear con ellos. Consiguió un trabajo en una planta de procesamiento de piña y se unió a las huelgas y luchas laborales que se daban mucho en ese entonces.

Mediante todo esto, Will siguió ampliando su perspectiva, al aprender que el problema era más que simplemente la supremacía blanca; su perspectiva se abrió cada vez más a ver un sistema mundial del imperialismo que asolaba la vida de miles de millones de personas, aunque en líneas generales todavía estaba basado en un punto de vista nacionalista revolucionario.

Dar el salto al comunismo

Pero hacia 1978 conoció a unos camaradas del recién formado Partido Comunista Revolucionario (PCR) que luchaban férreamente contra los opresores, pero con una perspectiva diferente, la del internacionalismo proletario y del comunismo. En ese momento, Bob Avakian estaba bajo un fuerte ataque de parte de los gobernantes de este sistema, por su papel como líder de la lucha revolucionaria en Estados Unidos así como por su papel como líder en el movimiento comunista internacional quien denunciaba al nuevo liderazgo de China, mismo que tomó el poder por medio de un golpe de estado militar a la muerte del gran líder revolucionario, Mao Tsetung; eran unos traidores revisionistas de la revolución que iban restaurando el capitalismo en China1. BA enfrentó cargos que representaban el potencial de 241 años de cárcel que resultaron de un brutal ataque policial contra una manifestación que él había dirigido contra Deng Xiaoping (el líder del golpe de estado) cuando Deng fue a Washington D.C. en 1979, donde los gobernantes de Estados Unidos le dieron la bienvenida como héroe.

Will, quien aún bregaba con la necesidad de romper con el nacionalismo revolucionario, decidió unirse a los 170 voluntarios que iban a Washington, D.C. por seis semanas para librar una intensa batalla política para liberar a Bob Avakian y las otras 17 personas que enfrentaban cargos graves por la manifestación. En esa batalla trabajaban entre amplios sectores de la gente de Washington, D.C., de los ghettos más oprimidos a los artistas, intelectuales y activistas y las personas relativamente privilegiados y profesionales, y denunciaban los escandalosos cargos falsos y también explicaban la necesidad de una revolución y el papel de los auténticos líderes comunistas como BA.

En el transcurso de eso, Will empezó a reconocer que este movimiento comunista, esta ciencia y la dirección de BA eran lo que él había venido buscando, el camino hacia la verdadera liberación de toda la gente. Y una vez hecho eso, su enorme desafío, amor por el pueblo y odio por la opresión se fundieron con la ciencia y la dirección que efectivamente podían forjar un camino hacia un futuro totalmente diferente.

De ese momento en adelante, Will estuvo cien por ciento metido: a aquellos que trabajaban con él Will les parecía totalmente intrépido y de una energía completamente inagotable en su dirección de las personas a oponer resistencia a la opresión y difundir el comunismo revolucionario y luchar con las personas para hacerlo suyo, desencadenadas como una verdadera fuerza de la naturaleza, intrépidas, férreas, centradas en la realización de una revolución tan pronto que sea posible.

Will le decía a la gente que una de sus obras favoritas de Bob Avakian era el último ensayo de Lo BAsico, “El potencial revolucionario de las masas y la responsabilidad de la vanguardia”, lo que es muy apropiado dado que la perspectiva y la orientación de este ensayo caracterizaban muy bien a Will. En esencia, Will tenía un profundo sentido de la opresión de las masas y una inquebrantable confianza en su capacidad de hacer suyas la lucha y la ciencia del comunismo revolucionario.

En encuentros personales, Will presentaba el paquete entero, aunque fuera una persona nueva. Antes de las protestas del 14 de abril de 2015 contra el asesinato policial, unos jóvenes de edad universitaria llegaron para ayudar a hacer mantas para la marcha, pero luego se ponían a volver a casa en lugar de asistir a la protesta. Will les preguntó por qué, y en esencia le dijeron que si bien apoyaban la protesta (por lo que participaron en hacer las mantas), no querían correr el riesgo de poner en peligro su educación universitaria, y se preocupaban de que fuera a abrir una brecha entre sí mismos y sus padres. Will no hizo caso omiso de tal posibilidad, pero se adentró en lo que el mundo necesita de su parte en estos momentos, y habló de su propia experiencia y la de cientos de miles de personas en los años 1960 cuando los jóvenes que formaban la columna vertebral del auge de lucha revolucionaria a menudo tenían que ir en contra de sus familias y enajenarse de las mismas. Y dijo que, en realidad, el cambio revolucionario no es posible si los jóvenes no están dispuestos a hacerlo y que es importante poner al futuro de la humanidad y de la gente, la que incluye a las personas como sus padres, por encima del dolor real que eso podría causar a corto plazo. Tal lucha era por lo que es real; Will no simplemente ponía unos puntos sobre los que esos jóvenes debían “reflexionar”, sino que les ponía un reto concreto de hacer un gran cambio en su vida porque eso es lo que se necesitaba.

Estando en el hospital, muy enfermo, Will aplicó todas las energías que tuviera a difundir la revolución, repartiendo el periódico Revolución entre los médicos y el personal del hospital, entrando en conversaciones con cualquiera que lo transportara y trabajando para profundizar su propia comprensión para poder desempeñar un papel mayor. Cuando se publicaron las Seis Resoluciones del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos de enero de 2016, Will tenía varias oportunidades de discutirlas con los camaradas.

La muerte de Will Reese le parte el corazón a aquellos que lo conocieron y amaron y constituye una gran pérdida para todo el movimiento revolucionario. Pero también lanza un reto. A todos los que conocieron, admiraron y amaron a Will, lo que incluye a aquellos que empezaban a conocerlo: urge mucho que ustedes sigan su ejemplo: de poner los intereses de la gente o de poner más plenamente los intereses del pueblo al centro de su vida y de conectarse con esto, de conectarse más plena y profundamente con esto, como seguidor de BA, estudiando su método y enfoque científicos, popularizando y difundiendo su dirección de la manera que Will lo hizo, en la forma que lo hizo un líder y luchador tan valioso por el futuro de la humanidad. Se lanza este reto a los revolucionarios de larga trayectoria y a las personas nuevas; a hacer lo más importante que una persona pueda hacer con la vida, y a hacerlo bien, e importará muchísimo el que todos y cada uno de aquellos recogen este reto entren a la lucha por un mundo libre de toda opresión al que Will Reese dedicó su vida entera, de cuerpo y alma.

 

1. Hoy es mucho más fácil ver que el golpe de estado de 1976 signó una revocación de la revolución porque la China de hoy es un “modelo” grotesco de la explotación capitalista fuera de control, que destruye la vida de la gente y el medio ambiente al servicio de las ganancias. Pero en 1978 ni la mayoría de los comunistas entendían bien esta situación, y tal confusión desorientaba a la lucha revolucionaria en su conjunto por todo el mundo. El papel de BA de analizar a fondo y muy científicamente lo que había sucedido y sobre esa base, de oponérsele y de luchar por mantener el movimiento comunista internacional en el camino de la verdadera revolución amenazó profundamente al sistema mundial del imperialismo. [regresa]

 

 

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