De Aurora Roja, voz de la Organización Comunista Revolucionaria, México

La neta sobre los fascistas Trump y Pence y la lucha necesaria para pararlos

10 de enero de 2017 | Periódico Revolución | revcom.us

 

Recientemente, la Organización Comunista Revolucionario de México posteó lo siguiente en su blog Aurora Roja.

Frente a la elección de los fascistas Trump y Pence en Estados Unidos, se han difundido muchas ilusiones falsas para adormecer al pueblo frente al peligro mayúsculo que representan para todo el mundo. Aquí te presentamos la neta sobre estas ilusiones falsas.

 

1. “No nos afecta aquí”: la neta es que es una amenaza mortífera para todo el planeta.


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¿No nos afecta? ¿En qué planeta vives? Ubícate en la Tierra, donde un “presidente electo” fascista de EU afecta a todo el mundo. Trump defiende el uso de la violencia desenfrenada, el terror, la tortura y hasta las armas nucleares, para “restaurar la grandeza de EU”. Su plan incluye guerras de imperio más devastadoras, la supremacía blanca descarada y la persecución y el sometimiento de los negros, los latinos, los pueblos indígenas y otros pueblos no blancos en EU; la persecución, deportación y/o internamiento de los inmigrantes y los musulmanes; el sometimiento violento de las mujeres a un férreo orden patriarcal, la represión sin cuartel de los homosexuales, lesbianas y trans, y la acelerada destrucción del medio ambiente y la vida en la Tierra. Nadie debe cerrar los ojos ni callar la boca ante semejantes crímenes de lesa humanidad. No aceptemos que el “nosotros” termine en el Río Bravo. Hay que tomar partido por la humanidad. Si este régimen fascista se consolida en EU, significaría un terrible salto en la destrucción brutal de vidas humanas por el sistema capitalista-imperialista y reforzará a las fuerzas fascistas crecientes en otras partes del mundo.

Encaremos también el hecho de que México y los mexicanos son un blanco central en las diatribas racistas y chovinistas (patrioteras) de Trump: los mexicanos y musulmanes son para Trump lo que los judíos eran para Hitler. Difama a los migrantes mexicanos como “violadores y criminales”, amenaza con gravar o confiscar las remesas de los migrantes para pagar la ampliación del muro fronterizo, deportar a dos o tres millones de personas poco después de tomar posesión, eliminar las medidas temporales que protegieron a algunos inmigrantes de la deportación y aumentar la militarización de la frontera. Envalentona a hordas fascistas que ya están atacando a los inmigrantes y personas de ascendencia latinoamericano en general en EU. Las posibles deportaciones masivas de compatriotas intensificará con creces el sufrimiento en este país, en la situación actual de muy poco crecimiento económico y escasez de empleo, recortes presupuestales (en educación, salud, etc.), el peso depreciado, y la caída de remesas por venir, que son un importante sostén para muchas familias, así como el recrudecimiento de la guerra contra el pueblo: asesinatos, desapariciones, secuestro, tortura y encarcelamiento injusto a manos del Estado y de su socio, el crimen organizado.

Nos incumbe a todos ponernos de pie y luchar por parar el régimen fascista que Trump/Pence y su equipo buscan imponer, uniendo nuestras voces y nuestros cuerpos a los esfuerzos de los luchadores en EU que declaran “¡NO! ¡En nombre de la humanidad, nos negamos a aceptar un Estados Unidos fascista!” Necesitamos la más estrecha unidad entre el pueblo en EU, México y en todo el mundo para combatir y derrotar a esta amenaza para toda la humanidad. A nosotros aquí en México nos corresponde denunciar y combatir al fascismo, como parte de la lucha por derrocar al sistema que lo engendró y crear un mundo mucho mejor.

 

2. “Palo dado nadie te lo quita” — ya lo eligieron, no se puede hacer nada: la neta es que es posible y muy necesario impedir que consoliden un régimen fascista.

Frente al fascismo, este refrán significa aceptar lo inadmisible y acomodarse en vez de resistir. ¡NO! ¡De ninguna manera! Hay que denunciar y luchar desde ahora por impedir que este régimen tome posesión y que disponga plenamente del poder para llevar a cabo este programa fascista. No hay razón alguna de respetar la elección de Trump: tanto el elegido como el proceso en sí son completamente ilegítimos: perdió la elección por más de 2.7 millones de votos, y solo fue gracias al Colegio Electoral, una institución creada en el pasado para defender la esclavitud en Estados Unidos, que fue elegido presidente. Aún más importante, el régimen fascista que representa es un grave peligro para el futuro de la humanidad y por eso es ilegítimo.

Muchos que vieron a Trump como un peligro cuando era candidato ahora buscan colaborar con el “presidente-electo”, sobre todo los jefes políticos del sistema. Obama dijo que haría todo lo posible para que Trump tuviera “éxito”, porque su éxito sería “el éxito de Estados Unidos”. Hillary Clinton dijo que hay que “darle chance” a Trump. Los medios dominantes mienten al decir que Trump se está “moderando” para así “normalizar” el fascismo. Enrique Peña Nieto, que una vez dijo que Trump era un fascista semejante a Mussolini, ahora dice ser “optimista” y “resuelto” a trabajar con el gobierno de Trump y a colaborar con el fascismo. Así que este desgraciado asesino en jefe, máximo responsable de las masacres de Ayotzinapa, Nochixtlán, Tlatlaya, Tanhuato, Apatzingán y tantos otros crímenes, ahora se ufana de lamer el trasero de quienes planean el terror abierto al servicio de la máxima explotación y opresión de todo el mundo. Y van en el mismo plan no solo el PAN y el PRD, sino también López Obrador, quien dice que apoyaría a EPN, según para proteger a los migrantes, pero en realidad es para mostrarles lo “razonable” que es a las clases dominantes que están colaborando con el fascismo de Trump. AMLO dice que no debemos preocuparnos porque supuestamente México es soberano y que si alguien honesto fuera presidente (se supone que quiere decir él mismo), Trump lo respetaría, lo que de hecho implica que está dispuesto a colaborar con el fascismo que intenta consolidarse en el poder en EU. Todos estos “líderes” representan los intereses del sistema capitalista-imperialista, concilian con el programa fascista que es una expresión extrema del mismo sistema, y se esfuerzan por desorientar y desarmar a las masas que van a sufrir horrores mayúsculos bajo este régimen.

El régimen de Trump/Pence causa angustia, temor e indignación entre millones en EU y entre miles de millones por todo el mundo y si esta indignación se transformara en resistencia masiva y resuelta en las calles de EU, y si también hay resistencia en México y otros países, esto puede llevar a una crisis política que les impida a Trump y Pence consolidar su régimen fascista. México, con tantos lazos y gente dentro de Estados Unidos, tiene un papel importante de jugar en la protesta internacional en unidad con las amplias masas protestando dentro de EU. La lucha de millones sí puede hacer caer presidentes. Por ejemplo, lo vimos en Egipto hace pocos años, cuando millones se manifestaron y cayó Mubarak. El momento para parar el fascismo es ahora, ANTES de que encarcele o mate a sus opositores y elimine todo derecho al disentimiento. Esta lucha es crucial para parar el fascismo. Además, impedir que gobierne ese régimen contribuiría a crear condiciones mucho más favorables para acelerar la revolución para acabar con el sistema que lo produjo.

La cuestión para todos es: ¿de qué lado te vas a poner? ¿Estarás con los que resisten, con las masas que se enfrentan y se enfrentarán con esta bestia capitalista-imperialista y lucharán por un mundo más justo? ¿O te acomodarás a un EU fascista con todos los horrores que implica?

 

3. “Va a ser bueno, es una oportunidad para el desarrollo independiente”: la neta es que Trump promete oprimir y explotar más despiadadamente a México.

¿Desarrollo independiente? ¡En tus sueños! Trump y Pence no van a “dejar libre” a México ni ningún otro país oprimido. Todo lo contrario. Buscan mayor conquista, el dominio “recargado”, un imperio estadounidense más voraz, más hegemónico, y más despiadado que nunca, que se refuerce como la potencia explotadora número uno indiscutible en el mundo. Escucha lo que dice Trump: no es un “aislacionista” como dicen unos comentaristas despistados; es un imperialista que exige “mayores ventajas” para EU (como lo dijo sobre renegociar el TLC). Es decir: mayor sobreexplotación de los trabajadores, mayor saqueo de recursos naturales, mayor devastación del medio ambiente, y mayor servilismo de parte de sus socios menores que gobiernan los países oprimidos. Estados Unidos ni existiría tal como es, si no hubiera robado un gran territorio a México por medio de la guerra. La dominación de México ha sido pieza clave para el imperio estadounidense, económica y estratégicamente. Esta dominación es la raíz más importante de la catástrofe económica, política y social en este país. El sistema capitalista-imperialista impone el desarrollo capitalista dependiente en México (y los demás países oprimidos), un “desarrollo” sumamente destructivo, regido por la rentabilidad y los intereses estratégicos del imperialismo, y sobre todo del imperialismo estadounidense. Ningún presidente al frente del capitalismo-imperialismo estadounidense va a soltar su dominio sobre México. Trump busca redoblarlo, y solamente la revolución comunista romperá la cadena del sistema capitalista-imperialista mundial; establecerá un nuevo sistema económico y político socialista y creará un desarrollo que corresponda a los intereses del pueblo, independiente de la dominación imperialista, como una transición hacia la emancipación de toda la humanidad, un mundo comunista.

 

4. “Trump es solo más de lo mismo”: la neta es que el fascismo es la dictadura terrorista descarada de los capitalistas imperialistas.

Sería un error muy grave subestimar el peligro del fascismo y no combatirlo, por pensar que “no pasa nada”.

Trump y Pence representan el mismo sistema y la misma clase dominante capitalista-imperialista que los gobiernos anteriores en EU, pero el régimen fascista que impondrán (si no lo paramos), no será la simple continuación de “lo mismo”. Veamos al régimen Nazi en Alemania en los 1930. Cambió drásticamente toda la sociedad e incineró a 6 millones de judíos, así como a comunistas, gitanos y disidentes en general. Veamos el régimen de Pinochet en Chile en los 1970: desató un reino de terror, desapareciendo y asesinando a opositores y prohibiendo toda forma de protesta durante muchos años. ¿Fue “lo mismo” que el gobierno de Allende o incluso de los Demócratas Cristianos que entraron cuando finalmente Pinochet fue sacado del poder? Debe ser obvio que no.

¿Qué es el fascismo? Parafraseando de revcom.us: Es el ejercicio de la dictadura descarada por la clase burguesa (capitalista-imperialista), gobernando por medio del uso de la violencia y el terror abiertos, pisoteando lo que se supone son los derechos civiles y legales, utilizando el poder del estado y movilizando a grupos organizados de golpeadores fanáticos para cometer atrocidades contra las masas populares, en particular contra los grupos de personas señaladas como “enemigos”, “indeseables” o “peligros para la sociedad”.

Necesitamos luchar por parar el fascismo, porque intensificará con creces el sufrimiento de la humanidad y pone en grave peligro su futuro. Necesitamos parar este régimen, antes de que tome las riendas del poder en EU, porque utilizará ese poder para intimidar y reprimir violentamente todas las voces de oposición, de pensamiento crítico y disentimiento, y para reforzar su brutal dominación en el mundo. Parar el fascismo es una necesidad vital y urgente, justamente para poder luchar por la meta más grande de emancipar a la humanidad de todo tipo de opresión y sometimiento.

Los comunistas revolucionarios tenemos muy presente que Estados Unidos, mientras tenga el sistema capitalista-imperialista, comete y cometerá crímenes horrorosos en contra del pueblo, en EU y por todo el mundo, ya sea democrático burgués o sea fascista su Estado. Sabemos que bajo Obama se deportaron a casi 3 millones de inmigrantes, que Bill Clinton y Obama se construyeron cientos de kilómetros de muro en la frontera. Sabemos que los dos gobiernos hicieron criminales guerras de imperio en Medio Oriente y otras regiones; en los 90, Clinton continuó las sanciones y bombardeos que causaron la muerte de 500 mil niños iraquíes, al negarles agua potable, medicinas, comida y sanidad pública; en EU, reforzaron la opresión de las mujeres, socavaron el derecho al aborto conquistado en los 60, oprimieron a los negros, los latinos, los pueblos indígenas, defendieron el genocidio lento de estas nacionalidades por medio del asesinato policiaco y la encarcelación en masa, y aumentaron el desastre ambiental, entre muchas otras atrocidades. Y sabemos que en gran parte sus acciones allanaron el terreno para la instauración del fascismo en EU, aunque tengan sus discrepancias con los fascistas sobre cómo mejor defender el sistema que todos representan. Con todo y así, es esencial combatir el intento de imponer el fascismo, no para restaurar la democracia burguesa, sino para contribuir a crear las mejores condiciones para tumbar el sistema capitalista-imperialista en su totalidad.

 

5. “Las instituciones democráticas (en EU, o de la ONU) no permitirán que lo hagan”: la neta es que van a actuar rápidamente para tratar de consolidar su control del Estado estadounidense y suprimir lo que sea obstáculo para su plan. La ONU no tiene ningún poder para pararlos.

En primer lugar, las instituciones democráticas del sistema capitalista-imperialista también son instrumentos del monopolio de poder por la clase burguesa. Aunque la forma de ejercer ese poder en un estado democrático burgués es muy diferente que en un régimen fascista, los dos son formas de la dictadura de esa misma clase. Por eso, el Partido Demócrata en EU ha conciliado con los fascistas, y ahora no movilizará a la gente y no dirigirá una lucha resuelta contra el régimen fascista de Trump y Pence, porque temen el “peligro” de la rebelión de las masas y se oponen mucho más a una verdadera revolución, que al fascismo que impondrán otros sectores de su propia clase.

Además, si los fascistas asumen el poder, ya tendrán el control del Congreso, y Trump nombrará a jueces adeptos al fascismo a la Suprema Corte y a las cortes federales. Tomarán el control de las diferentes ramas del gobierno y suprimirán a las instituciones que no concuerdan con su agenda. Respecto a la ONU, es una institución multilateral sin poder real, dominado por el mismo sistema capitalista-imperialista que la creó. Trump también dijo que “en cuanto a la ONU, las cosas serán distintas después del 20 de enero”.

No vendrá ningún “salvador” desde arriba, desde los recintos del poder, para encabezar la lucha resuelta y masiva necesaria para impedir que este régimen fascista tome posesión en EU. Pero hay muchos millones de personas en EU y por todo el mundo preocupados e indignados por la victoria de Trump-Pence, que pueden y necesitan organizarse para hacerlo.

 

6. “Hablan de Trump para distraernos del verdadero problema, que es el gobierno de aquí”: la neta es que el verdadero problema es el sistema capitalista-imperialista mundial y el gobierno mexicano es su siervo leal.

Luchar contra el régimen Trump-Pence no es distraernos del problema, es en sí parte central del problema. Como hemos dicho, “el gobierno de aquí” es defensor y servidor del sistema capitalista-imperialista, y sobre todo del imperialismo estadounidense. Claro que necesitamos luchar contra el gobierno mexicano, pero no solo contra “el gobierno”, sino contra el sistema que ese gobierno representa y defiende. Peña Nieto y su gobierno nos llaman a la “unidad nacional”, no para luchar contra el régimen de Trump y Pence, sino para colaborar con ese régimen fascista, imperialista, racista y misógino, y tal vez intentar regatearles unas pequeñas concesiones para proteger y expandir las inversiones imperialistas, que son decisivas para mantener el capitalismo en México y el Estado que lo defiende. Ninguno de los partidos políticos burgueses está montando una resistencia seria en contra de las amenazas y calumnias de Trump (y otros de su gabinete) en contra de los migrantes y de los mexicanos en general. Nos aseguran que “están preparados” para la deportación de millones de mexicanos: ay sí, ¡como nos prometieron que la reforma energética conduciría a precios más bajos de la gasolina y la luz! ¡Quien les crea ha de haber nacido ayer!

Tenemos que luchar contra el fascismo, no para mantener o reforzar la forma “democrática” del mismo sistema que nos está explotando, oprimiendo, asesinando y sometiendo, sino para debilitarlo y para fortalecer y preparar a los amplios sectores de la sociedad que necesitan una revolución real para en verdad poner fin a este sistema de destrucción y muerte, emancipar al pueblo en México y contribuir a esta misma revolución en todo el mundo.

¡Fuera Trump, fuera Peña, abajo todo el sistema!

¡Todos a la calle contra el régimen fascista de Trump/Pence y sus lambiscones en México!

¡El problema es el sistema capitalista-imperialista, la solución es la revolución comunista!

 

Aurora Roja, voz de la Organización Comunista Revolucionaria, México

 

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