La agitación en masa y la crisis política sacuden Rumania: Decenas de miles de personas se toman las calles, noche tras noche

19 de febrero de 2017 | Periódico Revolución | revcom.us

 

Tarde el martes 31 de enero, el recién elegido Partido Socialdemócrata (un partido burgués, o capitalista) en Rumania, un país de 20 millones de habitantes en Europa sudoriental, abruptamente pasó un decreto de emergencia en plena noche. El decreto, que el parlamento no tenia que aprobar, eliminó las sanciones penales a los funcionarios gubernamentales que aceptan sobornos o participan en otras formas de corrupción, siempre y cuando la cantidad sea inferior a 47.000 dólares. Liviu Dragnea, el jefe de los socialdemócratas, se enfrenta a cargos de corrupción y podría beneficiarse directamente de la ley. Los tribunales rumanos y los organismos judiciales han respaldado algunas reformas contra la corrupción en los últimos años e inmediatamente han impugnado la ley.

Entonces sucedió algo inesperado.

Al día siguiente, 20.000 personas se tomaron las calles de la capital, Bucarest. Al día siguiente, miércoles, el número crecieron 10 veces, a 250.000 a través de Rumania, con la mitad de protesta en la capital de Bucarest. El gobierno intentó detener la propagación de esta agitación masiva obligando a un número de funcionarios a aceptar la dimisión, y el 4 de febrero revocando la nueva ley. No importa, al día siguiente medio millón de personas estaban en las calles, en toda Rumanía, 250.000 en Bucarest, el equivalente a 8 millones de manifestantes en un solo día en Estados Unidos. Y las protestas no se han detenido hasta la fecha.

“¡Ladrones, ladrones, ladrones!”, gritaban los manifestantes (New York Times, 2 de febrero de 2017). “Venimos a protestar contra estos métodos gubernamentales inmorales y mafiosos” (Democracy Now!, 1 de febrero de 2017).

La corrupción es una cuestión muy importante en Rumania, donde está omnipresente, y una concentración de los muchos abusos que enfrentan las masas en este país opresivo y empobrecido. (Rumania es uno de los países más pobres de la Unión Europea y los carros tirados a caballo aún se ven con frecuencia en el campo de Rumania).

Los manifestantes entrevistados por el New York Times hablaron de “sobornos constantes y cotidianos en hospitales, escuelas e instituciones públicas... Muchos se enfurecieron por el decreto del gobierno, que habría beneficiado directamente a algunos prominentes políticos...” (10 de febrero). Los doctores dijeron que los colegas obligan a los pacientes a darles sobornos sólo para recibir tratamiento; los pacientes dicen que van a los hospitales y tienen que sobornar a porteros, enfermeras, asistentes, residentes y médicos. Un profesor dijo que sus colegas le habían presionado a aceptar sobornos para pasar a los estudiantes que reprobaban, y que lo castigaban por negarse a hacerlo. “He tenido que pagar sobornos para hacer cosas normales que no deberían requerir ningún pago”, dijo un rumano al New York Times, “como recuperar el servicio de la luz eléctrica después de que se cortó por falta de pago”. Cuando un incendio en un club nocturno en 2015 en Bucarest mató a 64 personas, muchos culparon a la corrupción. Esto provocó protestas y el primer ministro rumano se vio obligado a enfrentar cargos de corrupción, el primer primer ministro rumano en poder a hacerlo.

Parece que las protestas en Rumania se profundizan. Según se informa, mucha gente piensa que este nuevo decreto es un ataque al estado de derecho y a los derechos del pueblo. Hay una creciente sensación de la ilegitimidad del actual gobierno y las cosas están inestables. “Nos mantenemos fuertes, y queremos que nuestro gobierno renuncie”, dijo un manifestante. “Porque no podemos confiar en este gobierno, porque a escondites en medio de la noche aprueban leyes para los políticos corruptos. No podemos confiar más en este gobierno. Por lo tanto, lo único que nos puede satisfacer en este momento es la renuncia del primer ministro y del propio gobierno”. (Democracy Now!, 6 de febrero de 2017)

Estas protestas son muy significativas. Demuestran qué tan rápidamente cientos de miles (¡o millones!) de personas pueden sentir el impulso de tomar una acción política de masas, y con qué rapidez puede cambiar todo el panorama político, incluso el potencial de obligar a los gobiernos a caer. Y el levantamiento de masas en Rumania va en contra del surgimiento del populismo fascista al estilo de Trump en toda Europa Oriental y Central, inclusive en Hungría, Polonia, Eslovaquia y la República Checa.

Dada la urgencia de expulsar del poder al régimen fascista de Trump y Pence, hay mucho que aprender e inspirarse en el ejemplo del pueblo rumano.

       

 

Se necesitan: Voluntarios para revcom.us y Revolución

Envíenos sus comentarios.

Si le gusta este artículo, suscríbase, done y contribuya regularmente al periódico Revolución.