Farrakhan dice que se puede hacer un trato con Trump; nosotros decimos, ¡Expulsar a ese fascista y a derrocar al maldito sistema!

Carl Dix

28 de marzo de 2017 | Periódico Revolución | revcom.us

 

Louis Farrakhan, líder de la Nación del Islam, concluyó su discurso de apertura del acto anual Día de los Salvadores de la Nación del Islam así: “Ustedes [los negros] tienen miedo porque no ven la mano de Dios en la presidencia de Donald Trump… Dios lo puso ahí para desmantelar esta casa”. ¡La casa que Trump supuestamente desmantelará es el dominio del mundo por los blancos!

Anteriormente en su discurso, Farrakhan dijo: “Tengan cuidado en cómo ustedes [refiriéndose a los negros] hablan del presidente — hablo, pero soy respetuoso… porque si algo le pasa al Sr. Trump, esa gente [sus seguidores blancos] van a desmandarse, e imagínense sobre quién se desmandarán primero — sobre nosotros [los negros]”. También dijo que ya es hora de que los negros se separen de los blancos. “Ellos [los blancos] no les van a dar suficientes empleos a ustedes, y nunca les van a conceder la justicia. Pero con el presidente Trump, quizá se podría hacer un trato cuando el castigo de Dios se vuelva tan severo”. Farrakhan hasta dijo que Jim Brown tuvo razón al reunirse con Trump porque Trump es un hombre poderoso y Brown es lo suficientemente inteligente como hacer un trato con él.

¡Tonterías! Cuando Farrakhan dice que dios puso a Trump en la Casa Blanca para desmantelar la supremacía blanca mundial, es como si dijera un líder sionista de la comunidad judía en aquellos tiempos que ¡dios puso a Adolfo Hitler al mando de Alemania para obligar a los judíos a huir a Palestina!1 Dios no puso a Hitler al mando —eso lo hicieron los imperialistas en Alemania— y los judíos terminaron asesinados. La clase dominante estadounidense SÍ puso a Trump en la Casa Blanca. Está en una misión, pero no es una misión de dios — lo que sería imposible, ya que dios no existe en primer lugar. Es una misión de imponer en Estados Unidos una forma fascista de gobernar.

El régimen de Trump y Pence ya ha empezado a satanizar y singularizar a un grupo tras otro. Trump afirma que la verdad es lo que él diga que sea. Ataca a los medios de comunicación y amenaza a los que lo critican. Es muy claro hacia dónde va. Su objetivo es reestablecer la supremacía blanca abierta; hacer que Estados Unidos se desmande por todo el mundo; meter a las mujeres “en su lugar” a golpes: perseguir a musulmanes, inmigrantes, y gente gay y transexual; y quitar derechos legales y políticos por completo. El régimen de Trump y Pence es fascista, y hay que expulsarlo antes de que sea tarde.

Los “consejos” de Farrakhan recomiendan que los negros traicionen a otros pueblos oprimidos que están recibiendo los latigazos del programa de Trump, dejándolas solas. También deja desarmado al pueblo negro ante el martillo del régimen de Trump y Pence que les caerá por encima y les tiende una trampa que termina en matanza.

Si usted no se le opone a esto y no se moviliza para pararlo, aprenderá–o se verá obligado–a aceptarlo.

¿Qué tipo de trato se puede hacer con un sujeto con una misión de este tipo? Lo que dice Farrakhan es que el pueblo negro debe aspirar a su tajada del pastel en Estados Unidos, haciendo un trato con Trump para controlar sus propias comunidades. Y que para poder hacer ese trato, hay que llevarse bien con él, quedándose al margen y calladitos cuando la embestida fascista de Trump singulariza a otros pueblos oprimidos porque si uno se le opone, lo atacan también. Además, eso podría desbaratar cualquier trato que uno podría arreglar con ese hombre poderoso.

Además, Farrakhan promueve estas necedades en un momento en que muchísimas personas están impulsadas a la vida política, que se resisten en maneras en las que no lo hicieron antes y hacen preguntas grandes sobre por qué las cosas son como son, y qué se puede hacer al respecto. Hay un potencial para construir un movimiento del tipo que se necesita para acabar ya de una vez con el horror que Estados Unidos inflige al mundo, y Farrakhan aconseja a los negros a quedarse al margen y buscar una oportunidad de hacer un trato jugoso y conseguir su tajada.

Yo sé que algunos seguidores de Farrakhan dirán que no soy justo con el reverendo porque él tiene en mente más de lo que dijo en su discurso; que él no revela todo “porque no hay que permitir que el enemigo conozca el plan completo”. Les contesto que un líder que tiene un “plan oculto” aprovechará ese plan para cabalgar sobre el lomo de las masas populares. El Partido Comunista Revolucionario (PCR) tiene un plan — de hacer la revolución y deshacerse del presente sistema y de la explotación y opresión que éste refuerza sobre la humanidad. Propaga su plan entre las masas para que puedan hacerlo suyo, ejercerlo y cambiar la historia.

Como dice Bob Avakian, el líder del PCR:

Existe el potencial de que algo de una hermosura inaudita surja de una incalificable fealdad: de que el pueblo negro juegue un papel crucial para, por fin, deshacerse de este sistema que no sólo lo ha explotado sino que por tanto tiempo y de tantas formas lo ha deshumanizado, aterrorizado y atormentado — deshacerse de todo este sistema de la única manera posible — luchando por emancipar a la humanidad, para poner fin a la larga noche en que la humanidad ha estado dividida en amos y esclavos, y en que las masas de la humanidad han sido azotadas, golpeadas, violadas, masacradas, encadenadas y amortajadas en ignorancia y miseria.

Se trata de dos puntos de vista diametralmente opuestos. Buscar una oportunidad de conseguir lo suyo agarrando una tajada de la explotación y el saqueo del sistema, o formar parte de los emancipadores de la humanidad y actuar para acabar con toda la explotación y opresión.

El régimen de Trump y Pence tiene un programa para el pueblo negro: desatar a la policía a matar y golpear a aún más personas, llenar aún más las cárceles, repartir unos pocos empleos para sobornar a unos para que se conviertan en capataces de la represión del régimen, y hacer uso de sus lacayos para espiar, confundir, dividir y aplastar a cualquier persona que le diga NO a todo lo anterior. Se proponen a aplastar la lucha del pueblo negro contra su opresión, de una vez por todas. No se hará ningún trato con este régimen que logre nada bueno para el pueblo negro. Hablar de quizás hacer un trato con Trump “cuando el castigo de Dios se vuelva severo” no es más que inscribirse en el programa trumpista cuando uno calcule que puede sacarle la mayor tajada. Eso sería un programa de colaborar en la opresión de las masas del pueblo negro.

El pueblo negro debe reunirse con personas de todo tipo para sacar a este régimen del poder. Y en la expulsión del régimen, el objetivo no es de hacer que las cosas vuelvan a cómo estaban antes, porque antes para nada estaban bien. Miles de millones por todo el mundo, y millones de personas en Estados Unidos sufrían innecesariamente. La lucha por expulsar al régimen que depara horrores aún mayores para la humanidad debe ser librada como una parte de hacer nacer una revolución concreta que acabe con el sufrimiento que el presente sistema inflige a la humanidad, de una vez por todas.


1. A propósito, la analogía también es apropiada porque Farrakhan juega un papel hoy similar al que jugaron los sionistas en ese entonces: le dijeron a su gente que no luchara contra toda la opresión sino que se vendiera al imperialismo como opresores de otros. Y hoy Israel, con lujo de violencia, sirve a Estados Unidos en el trabajo sucio de oprimido no sólo al Medio Oriente sino al mundo entero.[regresa]

 

       

Se necesitan: Voluntarios para revcom.us y Revolución

Envíenos sus comentarios.

Si le gusta este artículo, suscríbase, done y contribuya regularmente al periódico Revolución.