Primero vinieron por los inmigrantes…
Y ahora ¿qué harás?

26 de abril de 2017 | Periódico Revolución | revcom.us

 

Primero vinieron por las personas de la fe musulmana, les prohibieron entrar a Estados Unidos. Luego vinieron por los millones de personas de México y del resto de América Latina que viven y trabajan en Estados Unidos sin documentos, y desataron a sus cerdos agentes de la ley para cazarlas, detenerlas y deportarlas.

Las deportaciones bajo Obama ya habían alcanzado un número récord, al igual que el número de agentes de la patrulla fronteriza. Pero el régimen de Trump y Pence lleva esta guerra a nuevas alturas. Millones de personas viven bajo condiciones de un estado policial, y se extiende un ambiente de terror. Satanizan a los inmigrantes, tanto los indocumentados como los documentados, y los tachan de “extranjeros criminales” y los tratan de sospechosos, a menudo les privan de derechos básicos — y de su humanidad. Los agentes de la Migra llevan a cabo redadas y detenciones al estilo de tropas de asalto en cualquier momento y lugar, contra aquellos cuyo único “delito” es el de venir a Estados Unidos para trabajar y sobrevivir. Destruyen familias, arrebatan niños a sus padres. Azuzan y sueltan la violencia de chusmas y crímenes de odio. Toda persona que tenga siquiera una pizca de humanidad debería horrorizarse por estos ataques despiadados e infrahumanos.

Y aún más está por venir ya que están aumentando dramáticamente el número de tribunales y jueces migratorios y agentes de la Migra y la Patrulla Fronteriza. Amenazan a las ciudades santuario para impedir que bloqueen la inclusión de la policía local y estatal en una fuerza nacional para cazar a los inmigrantes. La escalada de deportaciones, la que incluye la deportación de refugiados a países como Guatemala, Honduras y El Salvador, asegurará que muchos se encuentren con la muerte al volver a su país de origen.

Todo lo anterior representa un nuevo salto que es una característica de los regímenes fascistas: separan y aíslan a un sector de la sociedad, la obligan a llevar una vida a las sombras, a temer toda interacción con una autoridad que pueda hacer que tengan que demostrar que por ley tienen el derecho de llevar a cabo actividades normales y cotidianas. Según la visión fascista de una sociedad, los que no pueden presentar “papeles” están atrapados entre la persecución y la satanización, y enfrentan la encarcelación y deportación en cualquier momento. Una sociedad que responde a las expresiones de indignación y resistencia con una represión brutal. No se puede permitir que continúe esta marcha hacia el fascismo — la resistencia en masa es absolutamente crucial. Y debe tener el objetivo de expulsar a este régimen fascista.

El Primero de Mayo es un momento crucial para tomarse las calles. Rechazar el Fascismo llama a la gente a unirse a las protestas en ciudades por todo Estados Unidos en defensa de los derechos de los inmigrantes y en oposición a las redadas y deportaciones al por mayor. Rechazar el Fascismo está organizando contingentes y llamando a mucha gente a participar, para hacer una declaración poderosa con el gran “¡NO!” en los carteles y pancartas bajo el lema: ¡NO! ¡En nombre de la humanidad, nos NEGAMOS a aceptar a un Estados Unidos fascista! ¡Expulsar al régimen de Trump y Pence!

Al mismo tiempo, para poner fin a la guerra contra los inmigrantes y a todos los horrores que el presente sistema ha creado, tenemos que tener la mira puesta en la revolución. No se puede reformar el actual sistema del capitalismo-imperialismo. La supremacía blanca y la brutal explotación y satanización de los inmigrantes son elementos integrales del presente sistema y su historia. Se ceba de la superexplotación de los más oprimidos como lo hace un vampiro con la sangre. Sólo una revolución concreta que haga nacer una nueva sociedad con un sistema económico, una política y unas relaciones entre las personas completamente nuevos puede conducir al cambio fundamental que se necesita. Existe una estrategia para esta revolución, y una manera de derrotar concretamente el sistema.

Y existen una visión y un plan para una sociedad radicalmente diferente y profundamente liberadora: la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, de la autoría de Bob Avakian y adoptada por el Comité Central del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos. Se trata de un plan para una sociedad revolucionaria llena de una diversidad vibrante, el pensamiento crítico, la creatividad y el internacionalismo. Una sociedad con el objetivo de un mundo comunista: sin que una parte de la sociedad gobierne sobre otras, sin países y fronteras, sin todas las relaciones e ideas opresivas que encarcelan a la humanidad hoy.

Como declara la Constitución:

En esta lucha revolucionaria y su triunfo, grandes cantidades de inmigrantes así como de masas de personas negras y de otras nacionalidades oprimidas en los antiguos Estados Unidos de América imperialistas desempeñaron un papel crucial y, como parte de la columna vertebral de la Nueva República Socialista en América del Norte, podrán y deberían continuar desempeñando un papel vital en la transformación de la sociedad y del mundo en su conjunto que sigue.

¡Éntrenle a este paso radical hacia el futuro!

 

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