Cinco cosas que hace falta conocer sobre los mítines de los fascistas anti-musulmán del 10 de junio

Sunsara Taylor

10 de junio de 2017 | Periódico Revolución | revcom.us

 

9 de junio de 2017. El 10 de junio, en docenas de ciudades alrededor de Estados Unidos, los fascistas celebrarán mitines que llaman “La Marcha contra la sharia”. Estas odiosas mitines representan un aumento importante en la normalización y la intensificación de la intolerancia hacia los musulmanes, de la persecución gubernamental, y de un ambiente que fomenta la violencia justiciera contra los musulmanes y la consolidación de un Estados Unidos fascista. Estas manifestaciones se concuerdan con una plataforma central y muy siniestra del programa fascista de Trump y Pence, y la sirven: satanizar y criminalizar a todo un sector de personas en base de su fe minoritaria.

Hay que abrumar a estos mítines anti-musulmanes con un mar de oposición que declara: ¡NO! ¡En nombre de la humanidad — Nos NEGAMOS a aceptar a un Estados Unidos fascista! ¡Expulsar al régimen de Trump y Pence!” Entérese y únase a una de las contra-protestas aquí. Mientras usted se prepara para enfrentarlos, aquí van…

Cinco cosas que se necesita saber sobre los fascistas que celebrarán los mitines anti-musulmanes el 10 de junio:

[1] Aseveran que se oponen a la ley sharia, pero en realidad están en contra de todos los musulmanes. Señalan los actos más espeluznantes y las declaraciones más extremas de personas que se llaman musulmanes y los atribuyen a todos los musulmanes. Es como decir que, debido a que fascistas cristianos extremistas han dinamitado clínicas de aborto y asesinado a médicos, que todos los cristianos en todas partes planean hacer lo mismo.

La principal organización que está organizando los mitines del 10 de junio se llama ACT! for America (¡ACTUAR! por Estados Unidos) y declara: “Cuando los musulmanes son una pequeña porción de la población libran la yihad sigilosa. Ese método les permite infiltrar el país sin hacer timbrar las alarmas. Su meta es preparar el país para la siguiente etapa de la yihad. Cuando su población haya crecido suficientemente los musulmanes recurren a la ‘guerra ofensiva’, como los asesinatos para callar a los críticos, los dinamitazos y otros actos de violencia para intimidar a enemigos y castigar a quienes ellos piensan que han ofendido su religión”.

[2] Dicen que el islam no es una religión, sino una “ideología política”. De esa manera, les quieren privar a los musulmanes de las pocas protecciones que otorga la Constitución bajo la garantía de la libertad de religión en la Primera Enmienda. “El islam ni siquiera es una religión; es un sistema político que usa una divinidad para promover su agenda y conquistar el mundo”, dice John Bennett, un legislador republicano de Oklahoma que ha trabajado estrechamente con ACT for America. “El islam es una ideología política” que “se esconde detrás de la noción de que es una religión”, dijo el ex asesor de seguridad nacional Michael Flynn ante una conferencia de ACT for America.

Para dar solo un ejemplo de lo que esto significaría, los tribunales federales han bloqueado la prohibición de musulmanes que propuso Trump, precisamente porque sería una violación de la cláusula de la Primera Enmienda sobre la Libertad de Religión. Si se reclasificara el islam como “ideología política” en vez de religión, la decisión de los tribunales ya no aplicaría.

[3] Crean un ambiente que envalentona a los partidarios fanáticos de Trump para que lleven a cabo actos de terror y violencia contra los musulmanes y quienes los apoyan. Lo hacen satanizando y falsamente etiquetando a todos los musulmanes como terroristas violentos que quieren matar a estadounidenses, y presentando falsamente a Trump y sus seguidores como las victimas sitiadas. Así promueven la falsa narrativa —indispensable para todo movimiento fascista en cualquier parte— de que sus acciones agresivas de violencia y terror contra quienes han satanizado sean, en realidad, “actos de defensa”.

Jeremy Christian, el supremacista blanco seguidor de Trump acusado en Portland de matar a dos hombres que lo impidieron a amenazar a dos muchachas adolescentes, una siendo musulmana, expresó esos precisos sentimientos cuando gritó en la sala del tribunal: “Para ustedes es el terrorismo, para mí es el patriotismo. ¿Me escuchan? Que se mueren. Muerte a los enemigos de Estados Unidos. Váyanse de este país si odian nuestra libertad”. Se presentó como alguien que defiende a un país bajo ataque. La página de Facebook, de los organizadores de las protestas está repleta de comentarios supremacistas blancos y amenazas genocidas similares: “A matar a todo terrorista musulmán en Estados Unidos”, “Debemos reclasificar el islam como grupo terrorista de odio, y no como religión. ¡¡¡Es una ideología malvada inventada por un pedófilo loco y asesino!!!”, “Como un cáncer en el cuerpo, son un cáncer en nuestra Nación”. Un post muestra una foto de Barack Obama con una soga sobre el cuello y las palabras: “¡¡¡Sueño con esto todos los días!!!”, y otro comentarista le contestó: “Yo también, y eso SE VA Adar. ¡¡El presidente Trump es un genio!!”.

[4] Dicen que luchan por las mujeres y las personas LGBTQ en contra de los extremistas islámicos fundamentalistas, pero esa es una hipocresía crasa con la que pretenden ponerle una cara buena a su odio anti-musulmán. Es cierto que los fundamentalistas musulmanes —al igual que los fundamentalistas cristianos, hindúes y judíos— promueven atroces puntos de vista opresivos hacia las mujeres y personas LGBTQ. Pero si bien los organizadores del 10 de junio se oponen al islam fundamentalista, no tienen problema alguno forjar alianzas con fascistas cristianos y fundamentalistas judíos intransigentes que promueven los mismos puntos de vista oscurantistas sobre las mujeres y las personas LGBTQ.

Por ejemplo, Brigitte Gabriel, la fundadora de ACT for America, trabajó por años para Pat Robertson, el fascista cristiano bien conocido por su feroz odio hacia las mujeres y las personas LGBTQ. Gavin McInnes, otro feroz odia-mujeres, está programado para dar un discurso en el mitin del 10 de junio en Nueva York. El ha dicho: “A través de prueba y error he aprendido que a [las mujeres] les encanta que se las maltrate”. Y luego está Donald Trump —con quien Gabriel se jacta de tener una “línea directa”—  que se ha jactado de sus agresiones sexuales, y Mike Pence que odia con rabia a las personas LGBTQ, es implacable enemigo del aborto y los anticonceptivos, y está tan metido en el oscurantismo que no puede cenar con una mujer que no es su esposa. Obviamente, a estos tipos no les importan las mujeres o las personas LGBTQ — eso es solo algo que dicen para engañar a las personas razonables.

[5] No son “fascistas marginados” — tienen lazos y están en sintonía con poderosos personajes que utilizan el poder del estado para perseguir a los musulmanes.

Brigitte Gabriel se ha jactado de que su organización “tiene una línea directa a Donald Trump, y ha jugado un papel fundamental para moldear sus ideas y ha sugerido políticas con respecto al islam radical”. En febrero ella tuiteó una foto de ella con Trump en Mar-a-Lago, y en marzo ella se jactó de que tenía una reunión con la Casa Blanca. A la conferencia de ACT de 2016 asistieron 10 miembros del Congreso, entre ellos Ted Cruz. Mike Flynn, ex Asesor de Seguridad Nacional de Trump, es miembro activo de la junta de ACT, y Walid Phares, que fue un asesor sobre la seguridad nacional para la campaña electoral de Trump, es un ex miembro de la junta de ACT. En más de dos docenas de estados, los legisladores se han esforzado para presentar —y en ocasiones han conseguido que se promulgue— el tipo de legislación anti-musulmán y anti-sharia que ACT ha formulado. Las fuerzas detrás de los mítines del 10 de junio les hacen chivos expiatorios y satanizan a los musulmanes — lo que, de las formas ya mencionadas así como otras, alimenta y acelera la intensificación de la represión y persecución estatal de los musulmanes.

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La satanización de los musulmanes por Trump viene, puro y simple, de los nazis: su repetido intento de violar la Constitución de Estados Unidos para prohibir que las personas musulmanas entren al país, sus amenazas de cerrar las mezquitas, su mentira de que vio a gente musulmana vitoreando tras el ataque del 11-S, su sugerencia de un registro para todos los musulmanes, y más. En la Alemania nazi, Hitler combinó el odio de larga data contra los judíos con una mitología que dijo que los judíos alemanes eran parte de un enemigo internacional que se dedicaba a corromper la fuerza alemana. De esta manera, a través de toda la violencia que desató contra los judíos, hasta el genocidio, Hitler se retrató a sí mismo y al pueblo alemán como las víctimas. Hoy en día, Trump les convierte en chivos expiatorios a los musulmanes y desata la persecución tanto del estado como de la chusma contra los musulmanes y otros que sataniza, mientras retrata a sí mismo ya sus partidarios fascistas como las víctimas sitiadas. La lección de la Alemania nazi es que hay que hacer frente y detener al fascismo antes que sea muy tarde.

En resumidas cuentas: estos sujetos son fascistas. No se irán si se los ignoran; hay que enfrentarlos y derrotar su programa. En el futuro, los hijos y nietos de usted que le pregunten: “¿Qué hizo cuando vinieron por los musulmanes?” ¡Asegúrese de que pueda dar una buena respuesta! Únase a las contra-protestas y a la lucha para expulsar al régimen fascista de Trump y Pence: www.refusefascism.org.

 

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