Protesta del 15 de julio, Los Ángeles:

Ante los golpeadores fascistas que chillaban, “USA, USA, USA”,
cientos de personas se reúnen y marchan para decir, “¡LA HUMANIDAD ANTE TODO!”

18 de julio de 2017 | Periódico Revolución | revcom.us

 

En las congregaciones antes y después de la marcha una amplia gama de voceros recalcó porqué es que hay que sacar del poder al régimen de Trump y Pence. Isabel Cárdenas (activista salvadoreña y co-iniciadora de Rechazar el Fascismo), GrayWolf (sub director de la rama del Sur de California de AIM — Movimiento Indígena Americano), Alex Sanchez (Defend Movement), Crystal Keshawarz (activista musulmana-americana), el Reverendo Frank Alton (Cathedral Center de St. Paul), Ernestine Henning (supervisora —retirada— de la iglesia AME), Josiah Gonzalez (California Freedom Coalition), Tala Deloria (vocera del Club Revolución de Los Ángeles), Perry Hoberman (representando a Rechazar el Fascismo de Los Ángeles), y Steve Gregoropoulos (músico) habló y cantó, denunciando los crímenes del régimen de Trump y Pence y de lo importante que es tomarse las calles para demandar que se marche este régimen fascista.

Más de 400 personas se tomaron las calles para expresar su indignación. Si bien muchas otras organizaciones fueron representadas, la abrumadora mayoría de manifestantes eran individuos — no venían representando a ningún estandarte, simplemente están indignados con el régimen y el curso que ha tomado el país. Se presentaron representantes de la comunidad LGBTQ, amantes y maestros de la ciencia, miembros de sindicatos, miembros de organizaciones religiosas, miembros del Movimiento Indígena Americano, un grupo de danza azteca, estudiantes y jóvenes, familias, personas mayores, desamparados, individuos LGBTQ, negros y latinos y otros de color, punks, raperos y artistas. Unas 18 agencias de la prensa fueron para reportar sobre la protesta.

Había gente de todas partes de California, y de todas partes del mundo. Muchos fueron porque vieron los afiches ¡NO! por toda la ciudad, vieron anuncios en Facebook, escucharon el anuncio en Radio Pacífica, o recibieron una llamada telefónica de Rechazar el Fascismo. Unos estudiantes, de una facultad de artes liberales de Hollywood, vieron el afiche para la protesta del 15 de julio, lo tomaron una foto y se la mandaron a sus amigos que fueron a la protesta. Fueron desde el Este de Los Ángeles, del Valle de San Fernando, del Valle de San Gabriel, del Valle Antelope, de Joshua Tree, y de San Clemente. También había gente del Canadá, Australia, Corea del Sur y de diferentes países de África que compraron playeras con el ¡NO! e hicieron contribuciones. Una persona de Australia dijo: “Esto es tremendo, ¿piensa que podríamos participar en esto, aunque somos de Australia?” Unos turistas de Alemania, una familia entera, leyó la manta de acusaciones contra el régimen de Trump y Pence. La mamá le explicó en alemán e inglés a su hija sobre los ataques de Trump contra los derechos de la mujer, señalando el panel de Rechazar el Fascismo, que describe todo eso de manera poderosa. Una persona que colabora con Rechazar el Fascismo les dijo: “Trump es como Hitler”, la familia contestó: “de acuerdo”. Luego la familia se unió a la protesta y se sintió muy conmovida por toda la experiencia.

Unos 80 fascistas intentaron trastornar la concentración y la marcha. Agredieron a dos personas, y hostigaron e intentaron intimidar a muchos más. Intentaron interrumpir los coros, meterles en la cara micrófonos y cámaras, y hacer trizas los afiches y otro material. Unos espectadores se vieron indiferentes y se quedaron mirando, mientras que otros, apenas se dieron cuenta de lo que verdaderamente estaba pasando, se les plantearon a los fascistas y no les permitieron intimidar o trastornar la concentración. Unos preguntaron sobre la manta con los Héroes de Portland—dos hombres asesinados y uno herido a manos de un neonazi supremacista blanco y partidario de Trump, a quien impidieron hostigar a una joven que vestía un hiyab y su amiga negra. Después de enterarse del heroísmo de estos héroes, encontraron el valor y se unieron a la marcha. Por más que trataban, los fascistas no pudieron pararnos. En cierto momento empezaron a corear: “¡USA, USA, USA!”, y la multitud contestó con: “LA HUMANIDAD PRIMERO, LA HUMANIDAD PRIMERO”, y con eso hubo un sorprendente silencio de parte de los fascistas, y el momento en sí tuvo un profundo efecto en todos los involucrados.

 

 

 

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