De los manifestantes de Rechazar el Fascismo vs. Ann Coulter:
“Si trabajas con fascistas, normalizas el camino al horror”
10 de agosto de 2017 | Periódico Revolución | revcom.us
El 29 de julio, manifestantes de Rechazar el Fascismo interrumpieron, con valentía y justeza, a la fascista Ann Coulter durante la Conferencia de Politicon en Pasadena, California. Uno de los manifestantes nos mandó lo siguiente.
El fin de semana del 29 de julio, refusefascism.org (Rechazar el Fascismo) asistió a un foro auspiciado por Politicon, una conferencia política inspirada por liberales que invita a los fascistas a conferenciar para tener discusión. Si bien había personas que representaban diferentes espectros de la vida política, la presencia fascista dominaba. Mientras estaba sentada en la audiencia de un panel titulado “Censura en los planteles”, que destacaba a la intelectual nazi Ann Coulter, el mar de gente se me hizo borroso a medida que cobraba fuerza para lo que íbamos a hacer.
Mientras nos poníamos los brazaletes rojos con suásticas pintadas, pensé en la declaración de Coulter de que los musulmanes y los inmigrantes están hoy mismo perpetrando un genocidio blanco, así como las maneras pintorescas con que describe los asesinatos de unos liberales. Luego me puse a pensar en lo que ya les está pasando a los inmigrantes, a las mujeres, a los musulmanes, a los negros y en cómo todo lo mencionado se estaba normalizando en ese momento bajo mis narices. Me dio un coraje que me volvió loca.
Cuando el brazalete llegó a brazo superior, un hombre se dio la vuelta y vio el suástica. Se asombró y llamó a un guardia a quien le señaló el brazalete. Con toda tranquilidad, el guardia le aseguró al hombre que no tenía de que preocuparse. La despreocupación del guardia funcionó, el hombre dejó de estar mirándome. Al igual que los demás nazis, éramos bienvenidos con tal de que nos quedáramos sentados y respetuosos.
Cuando el maestro de ceremonias presentó a Ann Coulter nos pusimos de pie y aplaudimos, con un entusiasmo radiante de la juventud hitleriana. Uniformados como nazis, nos paramos en el pasillo, dimos el saludo nazi y proclamamos: “Heil Trump, heil Hitler, heil Coulter”. Estalló un pandemonio. Unos se pusieron de pie y aplaudieron con lo que parecía ser una autentica adoración, otros se quedaron boquiabiertos, inseguros de si era teatro o verdaderos nazis que adulaban a Coulter. Otros, al parecer, expresaron apoyo. Docenas de partidarios de Trump se pusieron de pie para corear: “USA” una y otra vez. Yo les azuzaba. Al fin y al cabo, son parte del programa que nuestras camisas pardas representan.
Continuamos coreando: “Somos hijos del sol. Viva nuestra victoria”. Una guardia de seguridad me tomó del brazo, yo le dije: “Por qué me lleva, Ann es mi líder nazi.”. Me soltó y continuamos: “Heil Trump, heil Hitler, heil Coulter”. Y nunca bajamos el saludo nazi. Estábamos rodeados de personas que nos tomaban fotos y nos grababan, hasta que los guardias nos sacaron empujando. Al salir, giré y me pareció que Coulter nos estaba mirando, y yo grité: “¿Por qué me sacan? Esta es una junta nazi. Vine a ver a mi líder, Ann Coulter. Soy hija del sol. Somos hijos del sol. Viva nuestra victoria”. Mi amigo el supuesto co-nazi siguió coreando: “Heil Trump, heil Hitler, heil Coulter”. Aun cuando la policía nos escoltó afuera, mi amigo no dejó de actuar, a pesar de que nos dijeron que nos prohibía entrar al foro. Dijo: “Vinimos a ver a Coulter. Ella es nuestra líder”. La gente no dejaba de filmarnos.
Luego el puerco contestó con lo que parecía ser una disculpa honesta: “Lo siento. Es un programa privado. No podemos permitir que entren de nuevo”. ¡Los policías pensaron que éramos verdaderos nazis! Al policía que estaba tomando mi información se le olvidó cortarme la cinta con que ataron las muñecas, pero otro policía lo recordó. Luego nos arrancamos los suásticas y los pisoteamos mientras coreábamos: “En nombre de la humanidad. Rechazamos. Un Estados Unidos fascista. No. No. No. No. No”. Una pequeña multitud se congregó y nos filmaban destruyendo los brazaletes, que quedaron en posesión de la policía.
Mientras nosotros estábamos afuera, otros dos voluntarios de refusefascism.org interrumpieron el evento. Con valentía se pusieron de pie y levantaron una pancarta que decía “Trump y Pence tienen que marcharse” y corearon “Trump y Pence tienen que marcharse” y “RefuseFascism.org”. Una de los voluntarios dijo: “Trump y Pence son fascistas. Ann Coulter es una nazi. Tú eres una nazi. Eres una puerca. Una supremacista blanca de la mierda. ¡Donald Trump es un supremacista blanco! ¡NO a la prohibición musulmana! ¡NO a la prohibición transgénero!”. A ellos no los trataron tan gentiles como a nosotros, los nazis falsos. Un partidario de Trump sacó el pecho para que se leyera el “TRUMP”, y los sacaron a la fuerza. Un hombre agarró a la voluntaria, y esta joven con toda justeza, le dijo: “No normalicen el fascismo, no normalicen la supremacía blanca”. Los que estaban sentados a la par, se pusieron de pie y aplaudieron ese mensaje. Ella terminó diciendo: “Esto no es libertad de expresión, esto es fascismo”.
Mi amigo y yo estábamos afuera coreando cuando sacaron a esos dos voluntarios. Un policía le agarró a la joven de la muñeca como si para esposarla. ¡El policía que tomó mis datos nos dijo que no podemos estar en la acera pública! Yo le dije: “¿Y por qué no se le dices esos nazis?”, señalando a los partidarios de Trump que estaban protestando afuera y coreando: “Construyan el muro”. El policía simplemente se alejó. Seguimos coreando: “En nombre de la humanidad. Rechazamos. Un Estados Unidos fascista. No. No. No. No. No”. Terminamos diciendo un juramento a la humanidad de que no íbamos a parar hasta expulsar al régimen fascista de Trump y Pence.
Planteamos el interrogante: Si piensan que estos suásticas son extremas, tienen que despertar carajo porque lo que Coulter y el régimen de Trump y Pence representan ¡NO ES MENOS EXTREMO! Esta acción arrojó luz sobre la realidad de que “Si trabajas con fascistas, normalizas el camino al horror”. No vale la pena debatir con gente como Coulter, y nos incumbe a nosotros trastornar el ambiente y no sólo obligar a otros a ver la verdadera naturaleza fascista del régimen de Trump y Pence, sino también inspirarlos a la acción antes de que el régimen de Trump y Pence haga lo que Hitler ya hizo.
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