Puerto Rico: 120 años de explotación y opresión imperialista

4 de octubre de 2017 | Periódico Revolución | revcom.us

 

En 1898, fuerzas militares estadounidenses invadieron y ocuparon Puerto Rico como parte de la guerra hispano-estadounidense. La victoria sobre España estableció Estados Unidos como la potencia principal e indiscutible en el Caribe y gran parte de América del Sur (y su toma de las Filipinas lo posicionó como una potencia en el Pacífico y Asia).

Estados Unidos, el autoproclamado paladín de “la libertad y la democracia”, le rechazó el derecho a la autodeterminación al pueblo de Puerto Rico. Ha continuado hacerlo hasta la fecha.

“Librar la guerra” contra el pueblo puertorriqueño

Los militares estadounidenses penalizaron el uso del español en las escuelas y otras instituciones. Prohibieron la bandera nacional de Puerto Rico y encarcelaron a cualquiera que pillaron exhibiéndola. Nombraron a residentes de Estados Unidos para ser los gobernadores y jefes de policía y en repetidas ocasiones llevaron a cabo la represión más salvaje de los estudiantes y otros que exigían la independencia de Puerto Rico.

Un ejemplo notorio: la Masacre de Río Piedras en 1935. Los estudiantes de la Universidad de Puerto Rico convocaron una reunión para discutir el programa del Partido Nacionalista, dirigido por Pedro Albizu Campos. Policías fuertemente armados rodearon el lugar de la reunión y se tomaron un coche en que unos líderes del Partido Nacionalista intentaban asistir a la reunión. La policía baleó el coche y los alrededores, asesinando a cinco personas. 8.000 personas asistieron al funeral para los jóvenes asesinados en el que Albizu Campos acusó al gobernador y jefe de policía de “asesinar deliberadamente” a los cinco jóvenes. El jefe de la policía, Francis Riggs, respondió diciendo a varios periódicos que estaba preparado para librar “una guerra a muerte contra todos los puertorriqueños”.

En 1937, el gobernador estadounidense instruyó al nuevo jefe de policía a impedir que los contingentes de estudiantes, cadetes y enfermeras realizaran una manifestación de independencia en la ciudad de Ponce, aunque tenían un permiso para la manifestación. Los manifestantes comenzaron la marcha mientras una banda tocaba “La Borinqueña”, el himno de Puerto Rico. Más de 200 policías armados con ametralladoras y rifles abrieron fuego. Según un relato, la policía “le disparó en la espalda a una joven que corría a una iglesia cercana. Le disparó a un hombre que volvía a casa... A un vendedor de frutas le partió en dos la cabeza...”. Asesinó a 17 personas y lesionó gravemente a 200 en la masacre de Ponce.

Estados Unidos encarceló por 26 años a Pedro Albizu Campos, que luchó valientemente durante décadas por la independencia de Puerto Rico y fue portavoz del Partido de la Independencia de Puerto Rico. Las autoridades penitenciarias lo torturaron y brutalizaron repetidamente, y murió poco después de ser liberado de su último encarcelamiento en 1965.

En 1948, frente a un creciente movimiento por la independencia, el gobernador de Puerto Rico nombrado por Estados Unidos firmó una ley que lo hizo ilegal poseer o exhibir la bandera puertorriqueña, cantar una canción patriótica puertorriqueña, hablar o escribir sobre la independencia, o reunirse con alguien o celebrar una asamblea a favor de la independencia de Puerto Rico. Esta ley permaneció en vigor hasta 1957.

Un siglo de empobrecimiento y dislocación

El imperialismo estadounidense ha sometido Puerto Rico a un desarrollo distorsionado y desequilibrado que sirve los intereses del capitalismo-imperialismo estadounidense, no las necesidades del pueblo puertorriqueño.

  • Las empresas estadounidenses compraron la mejor tierra y obligaron a muchos pequeños agricultores a trabajar en plantaciones de tabaco, café y azúcar. En la década de 1930 los pagaron un promedio de 12 centavos diariamente a ellos y cada miembro de la familia. Obligaron a miles de personas a trasladarse a los barrios pobres de San Juan.
  • La “Operación Bootstrap” desarrolló industrias, propiedad de Estados Unidos, que ensamblaron artículos de plástico y metal para la venta en Estados Unidos. Los trabajadores trabajaban largas jornadas y recibieron salarios muy por debajo de los mismos dentro de Estados Unidos. Y lejos de “crear puestos de trabajo”, el número de empleados en la isla declinó.
  • Las mujeres que trabajaban en la costura en su propio hogar constituyeron la mayor fuente de empleo “industrial” en Puerto Rico en los años treinta, cuarenta y principios de los cincuenta. Decenas de miles de mujeres, a menudo con la ayuda de sus hijos y ocasionalmente de sus maridos, recibieron entre 1 y 4 centavos por hora para producir ropa enviada a Estados Unidos y Europa.

A partir de los finales de los años 60, varios gigantes farmacéuticos como Bristol Myers y Eli Lilly se establecieron en Puerto Rico. Recibieron lucrativos incentivos fiscales federales para construir plantas en la isla. Una vez más, los trabajadores recibieron menos remuneración que en empleos similares en Estados Unidos. Pero incluso en esta esfera el empleo se redujo a partir de 2006, estas corporaciones buscando mayores ganancias en otras partes del mundo.

La dislocación y el empobrecimiento que el capitalismo-imperialismo infligió a tanta gente causó “la Gran Migración” de Puerto Rico, comenzando y cobrando fuerza en los años cincuenta. La población de puertorriqueños en las ciudades continentales de Estados Unidos se disparó, la gente sometida a duras represiones por la policía y otras autoridades, obligada a vivir en barrios pobres y superpoblados y ridiculizada por su lengua y cultura.

Generación tras generación, millones de puertorriqueños han creado una enorme riqueza para el imperialismo estadounidense. Los imperialistas han usado esto para sacar más ganancias alrededor del mundo mientras empobrecen al pueblo puertorriqueño, que ha quedado con una economía totalmente devastada. Es pura maldita mentira acusar, de parte de nadie, especialmente del fascista Donald Trump, al pueblo de Puerto Rico de querer “que se haga todo por ellos”.

Durante varios años antes del huracán María, el imperialismo ha generado una crisis que ya había abrumado a Puerto Rico. Como buitres que se riñen por un cadáver, los fondos de cobertura parásitos basados en Estados Unidos se han esforzado para sangrar a Puerto Rico en lo que los medios de comunicación y los líderes políticos llaman la “crisis de deuda” de Puerto Rico. La crisis ha sido el sufrimiento infligido a la gente de esta hermosa isla.

Cientos de miles de personas —de una población de 3,5 millones— se han visto obligados a abandonar a Puerto Rico para tratar de encontrar una vida en Estados Unidos. Esto incluye a muchos médicos y profesionales de la salud. Hablando de los recortes en la atención médica, el presidente de la Coalición de la Crisis de la Salud de Puerto Rico dijo: “Se trata de una cascada de recortes que tendrá consecuencias desastrosas, gigantescas... La atención médica en Puerto Rico está encaminada hacia un colapso”. Y esto fue mucho antes de la devastación del huracán María.

Alrededor del 60 por ciento de la fuerza laboral estaba desempleada antes que María. La mayoría de los empleados no tenía puestos de trabajo a tiempo completo. Ya que la mayoría de los agricultores han sido expulsados de la tierra, hay que importar cerca del 85 por ciento de los alimentos.

Las facturas de servicios públicos en Puerto Rico promedian más del doble del costo de los mismos en Estados Unidos. Los altos costos de los servicios públicos afectan el costo de todo, en particular la capacidad de las personas básicas para sobrevivir y tener luz, transporte, agua y otras necesidades de la vida. Algunas comunidades en San Juan ni siquiera tienen un sistema básico de alcantarillado. Una mujer dijo que en su vecindario, cuando llueve, el agua fluye hacia un canal y las aguas negras fluyen al revés entrando en las tuberías de agua potable, e incluso inundan sus hogares. “Lo que sigue impactándonos es el problema del agua contaminada... nuestros niños tienen que poner sus pies en el agua contaminada...”.

El 84 por ciento de los niños puertorriqueños crecen en comunidades empobrecidas. Los recortes en el financiamiento para las escuelas y la salud pública, y la aguda reducción de todos los servicios gubernamentales, han resultado en el cierre de decenas de escuelas; profundos recortes financieras han paralizado la educación superior pública.

       

Poner fin a la pesadilla de la opresión

Esta pesadilla de explotación y opresión terminará finalmente cuando las cadenas imperialistas que atan a Puerto Rico sean destrozadas por la lucha revolucionaria. El pueblo puertorriqueño tiene una orgullosa historia de resistencia — en la isla y en Estados Unidos. Uno de los puntos álgidos de esta lucha fueron las valientes y audaces luchas de los años 60 por parte del Young Lords Party en Estados Unidos. Hay que reanimar este espíritu de lucha y llevarlo mucho más lejos — hacia una lucha por la revolución basada en la nueva síntesis del comunismo de Bob Avakian.

Este momento es una de esas raras ocasiones cuando los medios de comunicación y los políticos en Estados Unidos hablan de Puerto Rico, y urge difundir lo más ampliamente posible en toda la sociedad la verdad sobre Puerto Rico y las posibilidades en la situación de hoy de un gran avance para derrocar la opresión. Sobre esta base científica, hay que forjar el apoyo a la lucha del pueblo puertorriqueño para romper las cadenas imperialistas como parte de la construcción del movimiento para la revolución — y con la toma del poder se romperá el dominio de Estados Unidos sobre Puerto Rico.

El Artículo II, Sección 3 de la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, de la autoría de Bob Avakian, explica cómo la futura sociedad socialista verá y se relacionará con la nación de Puerto Rico:

La nación de Puerto Rico y los puertorriqueños en la Nueva República Socialista en América del Norte.

  1. Puerto Rico y su pueblo fueron sometidos a una brutal conquista y dominación —primero por los conquistadores españoles, y luego por el imperialismo estadounidense que por medio de la fuerza se apoderó de Puerto Rico al fin del siglo 19— con consecuencias devastadoras e incluso genocidas para los primeros habitantes de la isla y luego la explotación esclavizante de otros. Pero mediante este proceso, se forjó una nación puertorriqueña sobre ese territorio isleño, aunque el mismo Puerto Rico seguía siendo una posesión colonial de los Estados Unidos de América imperialistas. Como resultado de la revolución que creó la Nueva República Socialista en América del Norte, se ha roto el control del imperialismo estadounidense sobre Puerto Rico, y la Nueva República Socialista en América del Norte reconoce la independencia y el derecho a la autodeterminación de la nación de Puerto Rico. A su vez, la Nueva República Socialista en América del Norte se esfuerza para desarrollar relaciones con la nación de Puerto Rico sobre la base de la orientación internacionalista y los otros principios y objetivos establecidos en la presente Constitución y sobre dicha base sigue siendo abierta a la posibilidad de formar una unión con la nación de Puerto Rico en un estado socialista mayor.
  2. Respecto a los puertorriqueños en el territorio de la Nueva República Socialista en América del Norte, se aplicarán los principios y políticas que se aplican a las nacionalidades minoritarias que fueron víctimas de la opresión y discriminación en los Estados Unidos de América imperialistas, lo que incluirá el derecho a establecer zonas autónomas en las ciudades y otros lugares que tengan importantes concentraciones de puertorriqueños.

 

 

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