Algunas escenas del 4 de noviembre en todo Estados Unidos

11 de noviembre de 2017 | Periódico Revolución | revcom.us

 

Todavía nos estamos enterando de todo lo que pasó en todo Estados Unidos el 4 de noviembre. Aquí están breves informes de algunas ciudades que dan una idea.

Ciudad de Nueva York

Mil quinientas personas de todas las edades y nacionalidades se reunieron en Times Square en Manhattan el sábado por la tarde para declarar su determinación de “¡Expulsar al régimen de Trump y Pence!”. Se podía sentir la seriedad, así como el espíritu y la emoción de estar entre un grupo tan grande y diverso de personas que juraban colectivamente ¡no detenerse hasta que este régimen fascista fuera expulsado del poder! Las llamativas pancartas en blanco sobre negro de Rechazar el Fascismo estaban en todos lados, sostenidas por jóvenes y mayores: “¡Esta pesadilla tiene que terminar: El régimen de Trump y Pence TIENE QUE MARCHARSE!”.

La gente actuó con un verdadero sentido de comunidad y propósito, e incluyó a quienes recién se habían enterado de Rechazar el Fascismo y el 4 de noviembre. Una mujer de edad universitaria se enteró por primera vez de las manifestaciones por medio de Facebook. Dijo que el lema de Rechazar el Fascismo conectó con ella personalmente porque ella es parte de la comunidad LGBT: “No puedo soportar lo que este régimen representa”. Dijo que había hablado con sus amistades sobre Rechazar el Fascismo y el 4 de noviembre. ¿Qué mensaje iba a llevar a las personas que deben convertirse en parte de la lucha por expulsar a este régimen? “Si no formas parte de esto, nadie va a estar aquí para defenderte si no nos vienes a defender”.

Un reciente graduado de la universidad dijo que estaba totalmente de acuerdo, “100 por ciento”, con el eslogan de Rechazar el Fascismo. “Lo hemos visto antes. La historia no se repite, pero rima, como dicen... En este momento pasan muchas cosas que deberían preocuparte. Y he leído lo suficiente como para saber que hay que hacer algo. Este es un comienzo, y la meta final para mí, obviamente, es la expulsión del poder al régimen de Trump. Si la realidad está de nuestro lado, y la verdad conecta con la gente, entonces tendremos éxito”.

El mitin que dio inicio a los eventos del día dio una idea de la diversidad de las personas que estaban uniéndose a la lucha, y proporcionó una fuerte orientación para todos los presentes. Sunsara Taylor y Jam No Peanut sirvieron de maestros de ceremonia, y Jay W. Walker, miembro del comité directivo de Rechazar el Fascismo e iniciador de Gays Against Guns [Gente gay contra las armas], habló por Rechazar el Fascismo-NY. Se leyeron emotivas declaraciones de solidaridad de Eve Ensler, Gloria Steinem, y el compositor y músico ganador del Premio Grammy, Arturo O’Farrill. Iman Souleimane Konate habló por la comunidad musulmana. Andy Zee, un co-iniciador de Rechazar el Fascismo, pronunció el discurso de apertura, y el artista de rap Immortal Technique habló brevemente y presentó un poema. Habló el padre Luis Barrios de la Iglesia Holyrood / Iglesia Santa Cruz, y el John Jay College de la Universidad de la Ciudad de Nueva York. Y se presentaron declaraciones de estudiantes universitarios y de secundaria. La dirección desde el escenario proyectó la seriedad de este momento y lo que los presentes y otros en todo Estados Unidos se proponían hacer, por qué esto era lo que se tenía que hacer para expulsar a este régimen, y la determinación y confianza de que se puede lograrlo.

Durante la marcha de 50 cuadras a través del bajo Manhattan —las pancartas en alto y visibles casi hasta donde se podía ver, y los manifestantes coreando constantemente— corre por las calles la noticia de que había comenzado una nueva fase de la lucha para expulsar al régimen de Trump y Pence, impactando a decenas de miles de neoyorquinos y turistas internacionales. Y al mismo tiempo, los manifestantes enviaban fotos, videos y mensajes a todas partes a través de las redes sociales.

Durante las próximas dos semanas, habrá protestas continuas en Nueva York, y el 11 y 18 de noviembre serán días de manifestaciones nacionales convocadas por Rechazar el Fascismo. Lo que comenzó el 4 de noviembre necesita llegar a un nuevo nivel y abrir el camino para que miles de manifestantes lleguen a ser cientos de miles y millones, tomando acción bajo la demanda unificadora: ¡el régimen de Trump y Pence tiene que MARCHARSE!

Austin

Austin, Texas: Valor frente a los rufianes fascistas armados

Unas 45 personas se congregaron en los escalones del Ayuntamiento, se reunieron y marcharon uno o dos kilómetros por las calles del centro de la ciudad — frente a la amenaza que representaba más de 200 rufianes fascistas, muchos abiertamente llevando armas semiautomáticas, cuchillos, machetes, palos y escudos. Muchos otros se jactaban de llevar armas ocultas. Algunos estaban en los tejados de los edificios circundantes. La policía bloqueó a un número desconocido de personas que trataba de entrar en el mitin y en la marcha.

Todo el evento fue un enfrentamiento intenso. Pero los organizadores de la marcha, los maestros de ceremonias y los participantes pudieron centrarse en el objetivo del día: comenzar un proceso que puede convertir a los miles de personas que hoy participaron en todo Estados Unidos en decenas de miles, y finalmente a millones que permanezcan en las calles hasta que se haya puesto fin a la pesadilla. Varios oradores contribuyeron a la manifestación, entre ellos: un ministro, un joven de Austin, una mujer de clase media en su primera protesta, un hombre que dirigió a la multitud en cantar una poderosa canción antifascista, un maestro escuela que condenó los ataques fascistas a la educación pública, otro maestro joven que apasionada y visceralmente les dirigió la atención de los manifestantes a las personas de todo el planeta ya asesinadas o victimizadas por el régimen de Trump y Pence. Todo esto mientras hacían frente a una turba furiosa de fascistas y barreras de policías.

Cada vez que los fascistas trataron de interrumpir el mitin y marcha coreando “USA, USA...” y haciendo otras provocaciones, todos los manifestantes los ahogarían coreando animada y enérgicamente “la humanidad ante todo”. Una joven negra dijo más tarde ese día: “Nuestras acciones fueron justas, nuestra colectividad, nuestras actividades fueron más poderosas que las suyas. No tenemos miedo a sus banderas, sus armas, su presidente, nada de eso. Quieren crear una forma de vida totalmente nueva. Decimos que no, no vamos a dejar que este país se vuelva fascista”.

Después, varios de los manifestantes se reunieron. Un inmigrante de un país del Medio Oriente alzó su vaso de té en un brindis y dijo: “Brindemos por todos los valientes”. Una joven negra de Houston dijo: “Esta mañana me sentía muy nerviosa, pero cuando llegué por ahí, ya no sentí el nerviosismo. No retrocedimos, mantuvimos a la humanidad en nuestro corazón. Y sentí que se me apagó el nerviosismo que me había estado consumiendo”.

La marcha terminó de modo disciplinado. Cuando el último grupo de manifestantes se reunió para irse, un grupo de docenas de fascistas se le enfrentaron, con una doble fila de policías en el medio. Los fascistas comenzaron a recitar el juramento de la lealtad nacional. Los manifestantes que todavía estaban allí hincaron una rodilla, levantaron un puño y concluyó el día ahogando a los fascistas una vez más, coreando: “La humanidad ante todo, la humanidad ante todo”.

Chicago

Chicago: Marchando al ritmo de los bateristas antifascistas

Al menos 300 personas, posiblemente más, participaron. Un hombre negro cincuentón años dijo: “Se sentía como si fuéramos miles”. Era increíblemente animado con un grupo de bateristas de Degenerate Artists Against Fascism [Artistas Degenerados contra el Fascismo], a quienes el periódico Chicago Tribune les llamó la “sección de percusión” de la protesta, manteniendo el ritmo. A pesar de los cientos de policías andando en bicicleta al lado de la marcha, mucha gente se unió a la marcha que se dirigía a la Torre Trump.

La diversa mezcla de oradores en el mitin incluyó al ministro Edward Ward, conocido por haber denunciado a voz en cuello a Milo Yiannopoulos cuando Ward era estudiante de la Universidad de DePaul; un estudiante blanco de secundaria; el obispo Gregg Greer; Salman Aftab de la Fuerza de Trabajo Musulmana Estadounidense sobre Derechos Civiles y Elecciones; el sacerdote católico y activista de larga data Bob Bossie; un portavoz del movimiento indígena LGBTQ de Two Spirits [Dos Espíritus]; y Noche Díaz del Club Revolución.

Entre los manifestantes había al menos tres grupos de estudiantes de secundaria, dos de estos de escuelas de la clase media en los suburbios, una católica, la otra cerca de Milwaukee, Wisconsin. Asistieron estudiantes universitarios, muchos por sí solos o con otro estudiante. Vinieron de muchas universidades, como la Columbia College, la prestigiosa Escuela del Instituto de Arte de Chicago (SAIC), la Universidad de Illinois en Chicago (UIC) y de la Universidad Dominicana.

También estaban presentes personas de mediana edad y mayores, como una mujer que dijo que se había considerado socialista durante años, pero que ahora tenía que actuar de acuerdo con sus convicciones. Esta era la primera vez en muchísimos años que había tomado parte en una protesta. Había varias personas en camisetas de Bernie Sanders y algunas que habían trabajado en su campaña electoral.

San Francisco

San Francisco: Cientos de manifestantes en las calles desafían al gobierno municipal que les había negado un permiso para la marcha

Antes del 4 de noviembre, se libró una intensa batalla con las autoridades de la ciudad por el permiso para la protesta, la cual, escandalosamente, negaron. Frente a esto, al menos 300 personas celebraron un mitin en la plaza Union Square en el corazón del área comercial del centro de San Francisco, y más de 400 manifestantes en el apogeo de la marcha de seis kilómetros que atravesó el distrito Castro y el distrito Misión. Entre otros, hablaron en el mitin: un representante de La Colectiva; Steve Rapport, miembro de Indivisible de SF y activista por un juicio político para Trump; un estudiante de la Universidad de California en Berkeley; Christina DiEdoardo, activista por los derechos civiles y reportera del Bay Area Reporter.

Asistieron pequeños grupos de estudiantes de las universidades de Stanford, Berkeley City College, Universidad de California en Berkeley, la Universidad Estatal en San Francisco (donde los estudiantes tenían programado un evento el próximo lunes) y otros, incluidas escuelas secundarias. Una mujer llegó desde Reno, Nevada. Estaban presentes inmigrantes, turistas de lugares como Japón e Italia que se unieron a la protesta, y una variedad de activistas locales, incluidos los de Code Pink y Veteranos por la Paz.

Los Ángeles

Los Ángeles: Religiosos, jóvenes latinos y otros en acción desafiante y animada

Unas 1000 personas se unieron y cientos marcharon por el centro de la ciudad. La marcha fue desafiante y muy animada y contaba con una gran participación de jóvenes latinos. La gente marchó con los puños en alto y coreó por toda la ruta, llamando a los que estaban en las aceras con el grito: “Trump y Pence TIENEN que marcharse, marchen con nosotros”.

Estaba presente una importante colección de personas religiosas. Presentaron declaraciones el reverendo Frank Alton de la Iglesia Episcopal San Atanasio y el padre Richard Estrada y el reverendo Tom Carey de la Iglesia de la Epifanía. Otros ponentes en el mitin fueron Cindy Sheehan, cuyo hijo murió en Irak; Graywolf, director de AIMSoCal (Movimiento Indio Americano del Sur de California); e Isabel Cárdenas, activista salvadoreño-estadounidense y una iniciadora de Rechazar al Fascismo.

Un contingente de cerca de dos docenas de trumpistas estaba al otro lado de la calle, y algunos cruzaron la calle para tratar de interrumpir la protesta, pero sin éxito.

Filadelfia

Filadelfia: La “Rata Trump” y la enorme marioneta “Pesadilla”

Las formas creativas de proyectar el mensaje serio del 4 de noviembre incluyeron una “Rata Trump”, un globo en forma de Trump como una rata, de unos cinco metros de altura, que llevaba en las muñecas gemelos de la bandera confederada; una marioneta gigante “La pesadilla que son Trump y Pence” que la gente derribó; una persona con una máscara de Trump en una “Casa Blanca alternativa” que parecía una celda de la cárcel; pancartas y carteles aportados por artistas; y poderosos poemas y canciones en el mitin. Una marcha de 250 personas en su apogeo recorrió las calles del centro de Filadelfia invitando a otros a unirse. Un grupo de reaccionarios trumpistas, algunos armados, siguieron la marcha, pero como señaló un manifestante, “Dejamos en claro que la gente del mundo dependía de nosotros, que [los trumpistas] eran solo otra razón por la cual debemos sacar a estos fascistas de la Casa Blanca, y la gente se negó a dejarse intimidar”.

Lea los informes de Hawai’i, Boston, Atlanta, Cleveland, Seattle y otras ciudades, en inglés, aquí.

 

 

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