Crónica de una pesadilla anunciada

8 de noviembre de 2017 | Periódico Revolución | revcom.us

 

Imagínense un futuro en que en Estados Unidos, las mujeres no tengan el derecho al aborto o al control de la natalidad. Un futuro en que esta mitad de la humanidad esté relegada a ser incubadora u objeto de sexo, o ambas cosas. Un futuro en que se reduzca drásticamente el papel de las mujeres en la sociedad, que incluso se elimine en ciertas esferas; y en que se establezcan forzosamente los derechos y privilegios masculinos. Un futuro en que los agentes armados del estado repriman a las mujeres que encuentren formas de expresar sus derechos y control fundamentales. En una palabra, un “Cuento de la criada” en la vida real.

Ahora piensen en lo que acaba de pasar en el caso de “Fulana de Tal” y lo que acaba de salir a la luz sobre el vicepresidente Mike Pence…

Oficialmente, el aborto sigue siendo legal en Estados Unidos, inclusive para las inmigrantes, inclusive aquellas que están en detención. Así que, el 28 de septiembre un juez resolvió que podía hacerse un aborto “Fulana de Tal”, 17, una inmigrante indocumentada y no acompañada de América Central que se enteró que estaba embarazada mientras estaba en un campo de detención de Texas.

El presidente, el vicepresidente y la administración actual la que por ley está encargada de defender la ley, ¿respetaron la debida orden del juez? ¿Aceptaron el hecho de que la mayoría de los estadounidenses están a favor de que el aborto siga siendo legal? ¿Consideraron las necesidades de “Fulana de Tal” y su deseo claramente manifestado de hacerse un aborto? ¡Categóricamente que no! Fulana de Tal estaba detenida en un centro federal de detención para inmigrantes y el régimen de Trump y Pence libró una batalla de casi un mes para bloquear la orden e impedir que ella se hiciera un aborto.

En esta batalla se vislumbra, si estos lunáticos fascistas que gobiernan hoy día lograran consolidarse en el poder, lo que tienen a la espera para las mujeres, el que tengan documentos o no, sean jóvenes o mayores.

Mike Pence, y un régimen repleto de fascistas cristianos en todos los niveles

Este es un régimen repleto de fundamentalistas cristianos fanáticos en todos los niveles que detestan que las mujeres hayan ganado un poco de poder de decidir en cuanto a derechos reproductivos y la igualdad social, y que se haya debilitado o erosionado el patriarcado abierto y forzoso. Y están decididos a revertir estas tendencias con mucha fuerza e imponer una forma teocrática de fascismo.

Veamos el caso del vicepresidente Mike Pence. Como ha documentado Jane Mayer en una denuncia detallada publicada en el número del 23 de octubre de The New Yorker, titulada “El peligro del presidente Pence” (en inglés), Pence es uno de los personajes más poderosos del régimen actual y es un fundamentalista cristiano y misógino recalcitrante y despiadado que está decidido a volver a establecer forzosamente una dominación y control masculino legalizado abierto.

Según Mayer, a menos que su esposa esté presente, Pence jamás cenará con otra mujer ni asistirá a “un evento con la presencia de hombres y mujeres donde [hay] alcohol”, una posición cuya lógica “reduce a las mujeres a seductoras sexuales y excluye la posibilidad de que los hombres trabajen con las mujeres en pie de igualdad”. En los años 1990, Pence encabezaba un instituto derechista que sostenía que “se debe negarles el acceso del control de natalidad a las mujeres solteras”. De congresista, Pence “respaldó legislación sobre ‘la personería’ que prohibieran [el aborto] en todas las circunstancias, incluso en los casos de violación e incesto, a menos que peligrara la vida de una mujer”. También ha tratado hacer aprobar medidas que hubieran “permitido legalmente que los hospitales que reciben fondos del gobierno federal rechacen a una mujer moribunda que necesita un aborto. (Después, cuando era gobernador de Indiana, firmó un proyecto de ley [después declarado contra la Constitución] que hubiera prohibido los abortos de fetos físicamente anormales; el proyecto de ley también estipulaba el entierro o cremación del feto, incluso a raíz de un aborto espontáneo)”.

Mayer dice: “Ha habido otros cristianos evangélicos en la Casa Blanca, como Carter y George W. Bush, pero el fundamentalismo de Pence va más allá del de ellos”. El grupo de estudios bíblicos para funcionarios del gabinete patrocinado por Pence está bajo la dirección de Ralph Drollinger, un lunático fundamentalista que ha dicho: “Las mujeres con hijos en casa, que trabajan en el sector público, o que trabajan afuera de la casa, siguen un camino que contradice el designio revelado por Dios para ellas. Es un pecado” y sostiene que “una esposa tiene que ‘someterse’ a su esposo”. Todo esto implica la reducción de las mujeres a incubadoras o juguetes sexuales, o ambas cosas.

Pence no es el único. Según el New York Times, algunos de los altos funcionarios del Departamento de Salud y Servicios Humanos son fanáticos antimujer, anti derecho a decidir y anti control de la natalidad. Su división que supervisa el cuidado de niños no acompañados y refugiados se llama la Oficina de Reasentamiento de Refugiados. ¿A quién puso el régimen de Trump y Pence a cargo de esa oficina? Scott Lloyd, un fascista cristiano fanático que se opone categóricamente al aborto y al control de la natalidad. Una de sus polémicas se subtitula: “Por qué uno no puede ser pro vida y pro contracepción”. (Vea Michelle Goldberg, “El gobierno de Trump obstaculiza el aborto de una joven centroamericana”, New York Times, 23 de octubre de 2017.)

El asalto del régimen de Trump y Pence a “Fulana de Tal”

El caso de “Fulana de Tal” nos deja ver que Pence, Scott y los otros fascistas cristianos en el régimen de Trump y Pence están decididos a imponer y ejecutar paso a paso estos puntos de vista reaccionarios y medievales sobre toda la sociedad.

El régimen había promulgado una nueva política que requiere que el director de la Oficina de Reasentamiento de Refugiados apruebe personalmente cualquier aborto. Scott ya había intervenido directa y personalmente en otros casos como el de Fulana de Tal, e incluso en un caso fue en persona a entrevistarse con una detenida para presionarla para que lleve a término el embarazo no deseado. Inmediatamente rechazó la resolución del juez de que ella podría hacerse un aborto.

“En este caso, se filtró la noticia en el centro de detención de Fulana de Tal de que no iban a permitir que ella asistiera a su cita del 28 de septiembre”, escribió Sunsara Taylor en revcom.us. “Al contrario, sus captores la obligaron a ir a una falsa ‘clínica’ fundamentalista cristiana antiaborto donde la obligaron a ver un ultrasonido. El centro de detención también llamó a la madre de Fulana de Tal en su país de origen y le informó del embarazo, pese a los ruegos de Fulana de Tal en contra porque su madre abusaba físicamente de ella….

“Incluso después de otra batalla en la corte, en que un juez federal dictó que tienen que permitir que Fulana de Tal se haga el aborto (reprogramado para el 20 de octubre), el Régimen de Trump y Pence volvió a bloquearla. Se negaron a dejarla salir para su cita y sostuvieron que eso no representaba una ‘carga indebida’ a su derecho constitucional al aborto ¡porque Fulana de Tal todavía tenía la ‘opción’ de la deportación de vuelta a su país de origen! Fulana de Tal es de Centroamérica, y en la mayoría de los países en esa región, la ley prohíbe el aborto, e incluso en tres de esos países, ni siquiera permiten el aborto cuando peligra la vida de la mujer”.

“Pienso que me están tratando de coaccionar para que lleve el embarazo a término”, escribió Fulana de Tal.

Por fin, el 25 de octubre, Fulana de Tal pudo hacerse el aborto que buscaba, a raíz de una resolución de un tribunal federal de apelaciones.

Un futuro fascista cristiano tipo “El cuento de la criada”

Incluso antes de “Fulana de Tal”, el régimen de Trump y Pence ya había eviscerado el requisito de que los empleadores paguen por el control de la natalidad. Ha mentido sobre el desarrollo del feto con el propósito de impulsar una prohibición federal del aborto. Como ha dicho Joanna Grossman: “Como parte de extensos esfuerzos de ejecutar una agenda de políticas antiaborto, a cada paso la administración de Trump ha venido eliminando el acceso a los servicios de salud reproductivos. Como se explica con detalles aquí y aquí, esta administración ha levantado importantes obstáculos no solo al aborto sino también a los servicios de planificación familiar” (“The Handmaid’s Tale—Junior Version”).

En el caso de Fulana de Tal, el gobierno se adjudicó un “interés del estado” en “la promoción del nacimiento de niños y la vida fetal”.

Piénsenlo. El aborto todavía es formalmente legal. Pero eso no impidió que el régimen de Trump y Pence recurriera a toda la fuerza del estado para anular la resolución de esta corte y para obligar a una joven de 17 años de edad a dar a luz en contra de su voluntad y para reducirla a una incubadora.

Este es el futuro por el que el régimen de Trump y Pence, que ya domina las tres ramas del gobierno y está maniobrando para transformar radicalmente los tribunales, lucha implacablemente para imponer, paso a paso, contra las mujeres, como política oficial, práctica social y ley.

¡Se debe parar este futuro de pesadilla para la mitad de la humanidad! Hay que sacarlos del poder por medio de un sostenido auge de lucha de masas con la demanda: ¡Esta pesadilla tiene que terminar: El Régimen de Trump y Pence tiene que marcharse!

 

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