¡Justicia para Quono!

5 de diciembre de 2017 | Periódico Revolución | revcom.us

 

de Noche Diaz y el Club Revolución-Chicago

El pasado miércoles, 20 de noviembre, Aquoness Cathery fue asesinado por la policía en el Barrio Sur de Chicago. Tenía 24 años de edad y era padre de una niña. Todos lo conocían como “Quono” y fue un aspirante a rapero. Los cerdos policías respondieron a una llamada de “disparos” y afirmaron que Quono tenía una pistola, pero ni dicen que la disparó. Múltiples testigos, entre ellos unos miembros de su familia, dicen que le dispararon en la espalda mientras huía de la policía. Lo llevaron al hospital en condición crítica y murió la mañana siguiente.

La querida tía de Quono dijo que él fue un “buen, buen hombre.” Ella dijo que es una maldita mentira decir que él está en un mejor lugar porque el debería estar vivo en este momento. Un hombre dijo que Quono fue su hermanito, él lo amaba, y la policía robó la vida a un pleno ser humano, una plena alma. Como se trata a demasiados jóvenes de piel oscura en Estados Unidos, la humanidad de Quono no significaba nada para un sistema que mata a personas como él todos los días y deja que salga impunes los policías asesinos.

La cuadra donde mataron a Quono es en uno de los vecindarios donde durante el verano y después el Club Revolución ha dirigido a la gente a sonar silbatos contra la policía, y ha trabajado para forjar una fuerza revolucionaria. A fines de verano, un par de miembros del Club Revolución conocieron y platicaron con Quono y con otros tipos del vecindario. Quono les sobresalió como una persona capaz de tener un entendimiento más amplio que simplemente lo que pasaba en el vecindario. Uno de los miembros del Club Revolución lo describió como un chico dulce y bien informado. Dijo que Quono había tratado de convencer a los miembros del Club Revolución que perdían tiempo hablando con la gente allí sobre la revolución porque esa gente no podía ver nada más allá de lo que pasaba justo delante de sus narices. En vez de convencernos que perdíamos tiempo, lo que pasó nos convenció más que nunca que estábamos en el lugar indicado.

Cuando descubrimos que la policía había disparado a alguien, nos dirigimos al lugar lo más pronto posible. Toda la cuadra estaba bloqueada por los asesinos. La policía merodeaba todo el área toda la tarde, y cuando llegamos nosotros todavía estaban una docena de patrullas, unas en una intersección transitada deteniendo carros y hostigando a la gente. Cuando nos acercamos, estaban subiendo a alguien en la parte trasera de una patrulla. Sonamos los silbatos y después platicamos con unas personas que estaban en la calle para saber a quién habían disparado y lo que pasó. Varias personas con quienes hablamos y que conocían a Quono expresaron su tristeza e ira. En ese momento, él estaba en el hospital en condición crítica. Escuchamos repetidas veces que le dispararon en la espalda. Caminamos toda la calle donde lo mataron y platicamos con gente que estaba afuera, pero también convocamos a la gente en sus casas a que salieran para tomar parte en ponernos de pie contra esto. La policía trató de impedir que siquiera caminamos. Un par de personas se unieron con nosotros mientras caminábamos y tomó parte en el pequeño improvisado mitin de denuncias que celebramos en la esquina.

El próximo día, Quono había fallecido y reinaba una melancolía sobre todo el vecindario. Vimos a sus amigos parados afuera del patio, bajándose la cabeza o mirando a lo lejos. Sacudieron sus cabezas cuando tratábamos de hablar con ellos, “Es que no queremos hablar ahora, hombre”. Otro joven dijo que para ellos era difícil hablar. No nos rechazaba, es que se sentía impotente por el hecho de que su amigo fuera asesinado. Nos invitó a regresar en la noche para la vigilia.

Cerca de 60 miembros de familia y amigos asistieron a la vigilia. Nosotros llevamos una pancarta de fotos de víctimas del asesinato policial, una PANCARTA DE LAS VIDAS ROBADAS que habíamos modificado al incluir la foto de Quono. Muchas personas tomaron fotos o videos de esta pancarta y expresaron su odio y enojo contra la policía. Unas personas habían conocido a más de una persona asesinada por la policía. Un joven que conocimos dijo que conoció personalmente a cuatro personas asesinadas por la policía: Laquan McDonald, Dakota Bright, Corsean Lewis y Aquoness Cathery. Luchamos con él para que alzara la voz y se uniera a la revolución que se necesita para eliminar este sistema que causa toda esta locura y opresión. Estaba angustiado y se sentía impotente para denunciar o ver una salida de esta miseria.

La hermana de Quono dirigió un grito popular entre las personas que conocían a Quono seguido por “Al carajo con el 12”. Otro hombre aseguró que nosotros le grabamos para poder mandar un mensaje de justicia en nombre de Quono. Dijo que estaba presente cuando el policía asesino a Quono. Lo vio cuando le disparó a Quono en la espalda. Mientras estaba hablando, se desarrolló una escena en que una línea de policías de pie arrojó la luz de sus linternas sobre la vigilia. Un grupo de la vigilia les hizo frente, un grupo más grande de la línea de cerdos, y los obligó a retroceder, la gente chillando y gritando a los cerdos.

Unas personas ya habían empezado a irse cuando llegó la policía a la vigilia, pero muchas personas se quedaron, cuando los cerdos comenzaron a marchar hacia la vigilia, gente del memorial los enfrentaron con silbatos, dedos medios y gritos de “Policía al carajo”. Preguntaron porque la policía hizo frente a una vigilia cuando la gente estaba en luto por la pérdida de un ser querido que fue asesinado por esa misma policía. Los que amaban a Quono se llenaron de ira contra la policía por lo que le hizo a Quono y también por interrumpir e intimidar a la gente que asistió a la vigilia.

Mientras los cerdos estaban apuntando sus linternas a la familia y amigos de Quono, gente empezó a hablar de lo que pasa cuando uno llama al 911, y de la muerte a manos de la policía. Hubo un gran desafío por parte de la gente. Cuando una mujer intentaba alejar en su carro, los cerdos marcharon en frente de su auto y la rodearon mientras que otros cerdos formaban una barrera para evitar que la gente entre en medio. Gente de la vigilia estaba lista por si acaso atacaran a la mujer. Un miembro del Club Revolución habló de la necesidad y el potencial de que la gente se pusiera de pie y se uniera con la revolución.

Luego, cuando la gente comenzó irse, hicimos un mensaje de video del memorial y leyó la cita poderosa de Bob Avakian:

Existe el potencial de que algo de una hermosura inaudita surja de una incalificable fealdad: de que el pueblo negro juegue un papel crucial para, por fin, deshacerse de este sistema que no sólo lo ha explotado sino que por tanto tiempo y de tantas formas lo ha deshumanizado, aterrorizado y atormentado —deshacerse de todo este sistema de la única manera posible— luchando por emancipar a la humanidad, para poner fin a la larga noche en que la humanidad ha estado dividida en amos y esclavos, y en que las masas de la humanidad han sido azotadas, golpeadas, violadas, masacradas, encadenadas y amortajadas en ignorancia y miseria.

 

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