Segunda semana del escándalo de Roy Moore: El misógino en jefe opina

30 de noviembre de 2017 | Periódico Revolución | revcom.us

 

La idea básica: Mientras el predador sexual acusado y fanático religioso fascista cristiano Roy Moore continua su campaña por el senado, Trump, en efecto, le da su apoyo. El torrente contra los perpetradores del abuso y asalto sexuales tiene que continuar, y como parte de esto, no podemos permitir que Trump siga impune por el abuso del que él ya ha jactado, ni por los ataques jurídicos contra los derechos de la mujer que él encabeza.

La controversia sobre la nominación de Roy Moore por el partido Republicano para ser el senador de Alabama ha avanzado desde que escribimos la semana pasada.

Roy Moore es un fanático religioso. Dos veces lo han sacado de la Suprema Corte de Alabama por dictámenes que priorizaban la Biblia cristiana por encima de la ley estadounidense. Primero, se negó a mover un monumento masivo a los Diez Mandamientos que él había montado en frente de un palacio de justicia. Después, tras ser reelegido a la corte de Alabama a pesar de eso, desafió al dictamen de la Suprema Corte de Estados Unidos de que la gente gay tiene el derecho de casarse. Además, durante mucho tiempo ha sido un enemigo emperrado de los derechos de la mujer, especialmente los derechos al aborto y a la contracepción.

Todo lo anterior debía haber sido suficiente para descalificar a este fascista cristiano en primer lugar. Pero para colmo se supo hace dos semanas que Moore se había especializado en la acecha de muchachas adolescentes siendo él un fiscal con treinta y tantos años. Algunas de sus víctimas, que sin duda cobraron fuerza tras las acciones de mujeres por todo el país de nombrar a sus predadores y abusadores, se han comprometido a acusar a Moore del asalto sexual pleno. Al avanzar la semana, salió que el centro comercial donde él acechaba a las muchachas tomó medidas especiales para prevenir que esto ocurriera ahí (aunque al parecer nadie trató de DETENER su comportamiento criminal denunciándolo).

Aunque el propio Moore sigue negando toda denuncia, la mayoría de sus defensores ahora han escogido una nueva táctica. Por ejemplo, el fascista David Horowitz dice que, si bien cree que Moore sí cometió esas porquerías criminales, de todos modos debe ser elegido porque, en pocas palabras, Horowitz cree que esto sería mejor que permitir que gane el puesto un Demócrata que no sea un predador sexual.1  Si bien algunos senadores Republicanos siguen oponiéndose a Moore y dicen que él debe renunciar su candidatura, en este momento el sector dominante de los Republicanos —los fascistas abiertos trumpistas— siguen apoyando a este opresor vil y descarado.

Las acciones de Trump concentran esta posición. Trump dice que “si sean ciertas las alegaciones”, Moore debe renunciar, pero también dice que mientras Moore sigue negándolas, lo dejará que el pueblo de Alabama decida. En un momento en que algunos Republicanos importantes están diciendo que hay suficiente evidencia en lo que YA sabemos para exigir que Moore renuncie, y si sea elegido, no permitir que tome posesión del puesto, Trump efectivamente ha apoyado a Moore por no apoyar a esa demanda.

En vez de eso, Trump se aventó contra un blanco diferente, el senador Demócrata Al Franken. Franken había admitido haber cometido un acto sexual opresivo y repugnante contra una mujer varios años antes de convertirse en senador. Que quede claro, su acción de Franken fue opresiva y NO se la debe tolerar. Pero Franken la reconoció y pidió disculpas y —por lo menos hasta el momento de escribir esto— esa acción parece haber sido una instancia única. Sin embargo, Trump atacó a Franken por ella en Twitter, dos veces. Mientras tanto, Moore tiene toda una historia de acechamiento predatorio a muchachas adolescentes y acusaciones por parte de algunas de esas muchachas de que Moore cometió delitos graves en contra de ellas, castigables de hasta diez años en prisión. Además, Moore promueve todo un programa de derrocar y eviscerar a los derechos legales y constitucionales de las mujeres y de ponerles de nuevos las cadenas religiosas. Pero, ¿a quién ataca Trump? ¿Y a quién apoyo, por medio de su silencio resonante?

Lo que viene al caso aún más: el propio Trump no sólo admitió, sino que se jactó en una grabación de asaltos repugnantes y criminales contra mujeres, y también lo acusaron más de una docena de mujeres, y lo demandó por difamación una participante en su show de televisión a la cual la calificó de mentirosa. Sin embargo, el propio Trump sigue al mando y tiene las agandallas de atacar a un opositor político por acciones que, aunque claramente son incorrectas, son menos serias que las acciones admitidas de Trump por orden de magnitud.

Cuando lo anterior se le planteó a la portavoz de Trump, Sarah Sanders, ella justificó las admisiones previas de Trump diciendo que fue elegido después de que se expusieron, así que “los votantes decidieron”. Bueno, “decidieran” o no, un crimen es un crimen es un crimen — y aunque esto fuera su único crimen, y no lo es, debe ser suficiente para que el pueblo siga armando escándalos y exigiendo que expulsen a él y su vil régimen en conjunto.

De hecho, personas como Trump y Moore son doblemente culpables. Primero, por su trato opresivo irredento a las mujeres. Segundo, por su promoción de todo un programa que regresaría forzosamente a las mujeres a una posición cualitativamente más subyugada en la sociedad y su imposición de ese programa por medio de la ley (y en eso van de la mano con los alcahuetes piadosos de predadores y apologistas de predadores como Pence).

El actual auge contra el asalto y hostigamiento sexuales es extremadamente importante. Debe avanzar y debe extenderse mucho más. Ha echado una luz que hacía mucha falta sobre un crimen diario horrendo que pesa, como una cadena onerosa, sobre decenas de millones de mujeres, en todos los sectores sociales, día tras día tras día. Ha planteado cuestiones críticas sobre muchas esferas de la sociedad, y debe entrar en muchas más. Como una parte crucial de esto, hay que renovar las reclamaciones contra el propio Trump y su régimen en conjunto con gran determinación e impulso.


1. En un tuit el 10 de noviembre, Horowitz dijo, “A mi parecer, Moore es culpable de los cargos imputados. Pero (1) ocurrió hace 30 años, & (2) no se lo puede quitar de la boleta, & (3) elegir a un Dem fortalece a un partido que defiende a estos criminales: Obama, los Clinton, Holder, Lynch, Abedin, Cheryl Mills etc. & sus crímenes son mucho, mucho peores”. [regresa]

 

 

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