Estados Unidos le da un gran al carajo al pueblo palestino
Actualizado 11 de enero de 2018 | Periódico Revolución | revcom.us
Un escandaloso “al carajo” para el pueblo palestino… Una enorme provocación con el propósito de exacerbar antagonismos y el peligro de una guerra
El 6 de diciembre, Donald Trump anunció que Estados Unidos va a trasladar formalmente su embajada en Israel a Jerusalén. Es un brutal insulto al pueblo palestino, al cual el estado de Israel y su principal patrocinador, Estados Unidos, han sometido a un creciente genocidio durante 70 años. Además, esta medida vierte gasolina deliberadamente sobre la región inflamable y volátil del Medio Oriente.
Hasta este año, ningún país ha reconocido a Jerusalén como la capital del país y ninguno mantiene una embajada en esa ciudad. Todos los expertos prominentes sobre la región (desde su perspectiva de salvaguardar los intereses del imperio estadounidense) han advertido que esta acción probablemente provocará la violencia y disturbios y desestabilizará la región, entre ellos países con los que Estados Unidos se esfuerza por forjar una alianza en contra de Irán. Trump recibió llamadas telefónicas de otros líderes de países de todo el mundo, escuchó sus advertencias y súplicas, y comenzó su discurso rechazando ese consejo:
“Cuando asumí el cargo, prometí ver los retos del mundo con los ojos abiertos y un pensamiento muy fresco. No podemos resolver nuestros problemas haciendo las mismas suposiciones fallidas y repitiendo las mismas estrategias fallidas del pasado. Todos los retos exigen nuevos enfoques. Mi anuncio de hoy marca el comienzo de un nuevo enfoque del conflicto entre Israel y los palestinos”.
Lo que es “nuevo” aquí no es el respaldo de Estados Unidos para los crímenes de Israel contra el pueblo palestino. Tal respaldo es un requisito básico para toda figura política que quiera ser considerada como legítima por las fuerzas gobernantes en Estados Unidos, que ven a Israel como un aliado clave y un matón para sus intereses en el Medio Oriente y más allá. (Ver ¿Bastión de ilustración O matón para el imperialismo? para la verdadera historia y naturaleza de este estado colonizador, cual historia se le ha distorsionado u ocultado sistemáticamente a la mayoría de los estadounidenses).
El fascismo cristiano desenfrenado
Lo que sí es nuevo, es que Trump redefine la naturaleza de esta alianza, abandonando la pretensión de Estados Unidos como algún tipo de “agente neutral” y en cambio enmarcando la alianza entre Estados Unidos e Israel en términos de una guerra santa entre el Occidente y el Islam. Esto converge con un cambio agresivo de una política estadounidense de apoyar una solución de dos estados en una política de apoyar a un estado israelí abiertamente basada en la limpieza étnica. Los fascistas cristianos encabezados por el vicepresidente Mike Pence (junto con sionistas extremos tanto en Israel como en Estados Unidos) han clamado por que Estados Unidos trasladara la embajada de Estados Unidos a Jerusalén, a sabiendas de que bien podría desencadenar un conflicto infernal. Estos fascistas cristianos piensan que el establecimiento del estado judío en Israel es un paso crucial en el camino hacia “la segunda venida de Cristo”, por lo que Israel debe contar con el respaldo total. Por lo tanto, el cumplimiento de su (imaginaria) “voluntad de Dios” radica en algún tipo de choque al estilo Armagedón entre su “verdadero dios” y el Islam.
Esta perspectiva es central en el régimen de Trump y Pence. El asesor / compinche / secuaz de Trump, Steve Bannon, ha articulado explícitamente que este es el enfrentamiento definitorio en el mundo de hoy. Por ejemplo, en una charla que Bannon dio hace tres años en una conferencia celebrada dentro del Vaticano, presentó una perspectiva de una “guerra santa” del “capitalismo judeocristiano” versus el Islam. Lo remontó a las guerras religiosas del pasado y acusó al “secularismo” de socavar “la fuerza” del Occidente. (Vea la sección “Lugar especial de Israel en la guerra santa trumpista contra el islam” en el artículo “Obama se abstiene de una resolución de la ONU que denuncia a Israel... Trump reacciona: No es una ‘señal de esperanza’, sino una vista previa de los horrores entrantes”).
Avivando una dinámica reaccionaria
Es muy probable que el anuncio de Trump desencadene una dinámica extremadamente peligrosa para la gente de la región y del mundo entero, pero una dinámica que los teócratas y lunáticos fascistas que gobiernan Estados Unidos esperan y acogen. El sitio web Politico informó, “Se han enviado al menos dos cables clasificados a las embajadas y consulados estadounidenses advirtiéndoles del potencial del peligro y aconsejándoles que aumentaran la seguridad”. Fox News informó que los “Equipos de Seguridad Antiterrorista (FAST) de los marines han reforzado la seguridad en ‘muchas’ embajadas a través del Medio Oriente”. Los oficiales militares y policiales israelíes se han reunido para preparar a sus fuerzas para potenciales protestas y disturbios. El comandante de la policía israelí para Jerusalén dijo: “En cualquier momento, este lugar podría prenderse fuego”.
Todo esto tiene lugar en un mundo donde Estados Unidos y el jihadismo islámico fundamentalista están trabados en un enfrentamiento reaccionario. Bob Avakian dijo:
Lo que vemos en contienda, con la jihad por un lado y McMundo/McCruzada [el imperialismo occidental en creciente globalización] por el otro, son sectores históricamente anticuados de la humanidad colonizada y oprimida contra sectores dominantes históricamente anticuados del sistema imperialista. Estos dos polos reaccionarios se oponen, pero al mismo tiempo se refuerzan mutuamente. Apoyar a uno u otro de esos polos anticuados, acabará fortaleciendo a los dos.
Esta es una formulación muy importante y crucial para entender muchas dinámicas que impulsan el mundo en este período, pero tenemos que tener en claro cuál de “los dos sectores históricamente anticuados” ha causado más daño y representa la mayor amenaza a la humanidad: los sectores dominantes históricamente anticuados del sistema imperialista, y en particular los imperialistas estadounidenses.
Lo BAsico 1:28
Si ocurriera un ataque contra instalaciones de Estados Unidos, o por parte de jihadistas islámicos reaccionarios o las masas populares o una combinación de los dos, Trump bien podría utilizarlo como pretexto para escalar la actividad militar estadounidense en la región, tal vez ir a la guerra con Irán, tal vez apoyar a Israel en la represión reaccionaria de rebeliones fundamentalmente justas en Palestina, tal vez muchas otras cosas; depende de la respuesta y los desafíos que se plantearían ante Estados Unidos y las oportunidades que Estados Unidos percibiría para imponer su represión violenta y fortalecer su dominio al hacerlo. Si Trump lo hiciera, es casi seguro que los demócratas apoyarían tal guerra. Y Trump también podría utilizar esto como pretexto para una fuerte represión fascista dentro de Estados Unidos, inclusive utilizar tal “emergencia” para reprimir a sus rivales en la burguesía, poner fin a la investigación de Mueller, y quizás suspender los derechos constitucionales. Y eso a su vez provocaría una “reacción”, la cual el régimen de Trump y Pence se esforzaría por aplastar....
No importa el carácter de la resistencia contra Estados Unidos —y para repetir, aunque es bien posible que contenga elementos positivos de la resistencia nacional palestina y de luchas anti-imperialistas en otro lugares, también es casi seguro que habrá elementos jihadistas reaccionarios como parte de la mezcla—, la gente en Estados Unidos debe tomar acción contra todas y cada una de las acciones agresivas estadounidenses en respuesta. Estados Unidos es, con mucho, el mayor opresor de la región y, con esta acción, ha cometido una nueva agresión.
Sería un error terrible aguardar para ver si alguno de los posibles escenarios desastrosos se desarrolle como resultado de esta acción. Es parte de todo el rumbo y el impulso de un régimen fascista que se está movilizando a nivel nacional e internacional para romper con la forma en que este sistema de explotación y opresión ha funcionado durante décadas e imponer una reestructuración de la sociedad estadounidense y del mundo abierta y virulentamente supremacista blanca, misógina y rabiosamente “Estados Unidos Ante Todo”.
Para aquellos que hasta ahora no han visto, o que se han negado a ver, esto debería servir como una muy fuerte llamada de atención. No es “más realista” sentarse al lado de brazos cruzados y “dejar que Bob Mueller haga su trabajo” o “trabajar para un cambio en las elecciones de 2018... o las posteriores... o las posteriores a estas”.
No, es una ilusión que raya en la locura, en la forma de dejar el destino del mundo en manos de lunáticos y monstruos sedientos de sangre que tienen a su disposición un nivel de poder militar que realmente puede destruir el mundo, así como un vasto y creciente aparato represivo. La necesidad simplemente no podría ser más urgente de que la gente tome la historia en nuestras propias manos, en las calles, en acciones masivas, no violentas y decididas que no cesen hasta que este régimen sea expulsado del poder.
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