13 muertes por el incendio en El Bronx:
Una muerte a manos de un sistema desalmado

17 de enero de 2018 | Periódico Revolución | revcom.us

 

La noche del 28 de diciembre, un incendio corrió por todo un edificio en el barrio Belmont del Bronx, Ciudad de Nueva York. En un abrir y cerrar de ojos el incendio convirtió al edificio centenario en un infierno nefasto. En el momento que escribimos, han fallecido 13 personas; cuatro de ellos niños. Otras tres personas están hospitalizadas en condiciones críticas.

Entre las víctimas está Marí Batiz, que había vivido en el edificio por 25 años. Su hermano Fernando la describió como su “cuidadora”, y dijo: “Ella me rescató de la calle. No sé qué pensar. Acabo de ver su foto en Facebook y perdí la cabeza”. Emmanuel Mensah, un joven inmigrante de Ghana, entró al edificio cinco veces para sacar a personas del edificio en llamas. Su tío dijo: “Sacó a cuatro personas del edificio. Cuando regresó por una quinta persona, el incendió lo alcanzó”.

Ambrozia Stewart emigró de Jamaica a fines de los años 1980. Cuatro miembros de su familia murieron en el incendio: su hija menor y tres nietas. “No sé qué hacer. No sé cómo sentirme. Necesito que alguien me diga lo que debo sentir. ¿Ahora qué hago? Cuatro de una vez. ¿Qué hago?”.

Varias personas que transitaban por la calle también hicieron actos heroicos para salvar a los inquilinos atrapados por el incendio. Angelo Villanueva, 23 años, dio primeros auxilios a una jovencita que respiraba con dificultad en la acera. Luego intentó entrar en el edificio, pero no pudo por el humo intenso. Luego les pidió a otros que lo levantaran para que bajara la escalera de incendio. Enseguida “bajó la escalera y empezó a bajar a la gente, empezando por los niños”. Kareem Turner, de 26 años, que estaba en un edificio vecino le vio a Angelo en la escalera de incendio. Brincó una cerca y empezó a ayudar a los damnificados a llegar a la seguridad, alejándoles del incendio. “El incendio nos seguía. Si no les hubiera visto y ayudado, sin duda alguna hubieran muerto”.

Un señor de Nigeria nos contó de lo rápido que se extendió el incendio: “Ese día llegué a casa y me acosté. Quería dormir un par de horas porque trabajo a la noche. Estaba durmiendo cuando algo…creo que fue el olor que me despertó. Miré por todos lados y no había nada en mi cuarto, luego fui a la cocina. Todo estaba bien y me regresé a la cama. Pero el olor persistía, y me dije, ‘voy a salir al corredor a ver qué está pasando’. Abrí la puerta y el humo ya estaba entrando en mi apartamento. Ni siquiera podía ver la puerta al otro lado del corredor. No podía salir, así que me puse los pantalones, los que tengo puesto ahora, y busqué la llave para el candado de la ventana. Encontré la llave y abrí la ventana para salir. Tomé el celular y salí al descansillo de la escalera de incendio. Ya estaban ahí otros inquilinos esperando la escalara de los bomberos.. En ese lado de la escalera de incendio había muchísimo humo y por eso me fui al otro lado y me bajé”.

¿"Un horroroso y trágico accidente”?

Las autoridades dicen que un niño de tres años estaba jugando con las llaves de la estufa y así empezó el incendio. Y que se extendió rápidamente por todos los cinco pisos porque las escaleras internas “sirvieron como chimenea” y se hizo más grave cuando los inquilinos abrieron sus puertas, lo cual alimentó el incendio con oxígeno.

El alcalde de la Ciudad de Nueva York, Bill de Blasio, dijo: “Parece ser un horroroso y trágico accidente” y que “no había nada problemático con el edificio… que hubiera contribuido a la tragedia”. El comisario de bomberos, Daniel A. Nigro, regañó a la gente diciendo, “cierre la puerta, cierre la puerta, cierre la puerta”. El New York Times lo resumió así: “Los funcionarios han dicho que lo que alimentó el fuego no fueron ni los defectos estructurales ni los errores de los bomberos, sino una mezcla nefasta de circunstancias”.

Puras necedades. Las autoridades de Nueva York quieren hacer parecer que ya se ha resuelto el caso y el municipio ha sido absuelto de toda responsabilidad. Es más despreciable aún: ¡de Blasio y otros le quieren culpar a los inquilinos, incluso a un niño de 3 años, por los crímenes de su sistema que han dejado a 13 muertos!

El domicilio 2363 Prospect es un edificio construido en 1916. El barrio tiene una gran cantidad de personas del Caribe y África. Los inquilinos del edificio son de Trinidad, la República Dominicana, Nigeria, Guinea y Jamaica. Nunca lo han hecho a prueba de fuego. No lo han hecho cumplir con una ordenanza municipal que requiere que todos los edificios con más de tres unidades sean equipados con puertas que se cierran automáticamente. Trampas mortales como este del Bronx existen por toda la ciudad. La agencia noticiosa Associated Press informó que “el año pasado el municipio citó a dueños de propiedades más de 7752 veces por no cumplir con la ordenanza que requiere que las puertas se cierran automáticamente”.

Cuando llegaron los bomberos, unos minutos después de recibir la alarma, no pudieron usar el hidrante porque estaba congelada bajo la temperatura cerca de -18 C. ¡Al Departamento de Bomberos de Nueva York no se le había ocurrido realizar el mantenimiento de las válvulas para impedir que el hidrante se congelara! Se perdió tiempo valioso cuando los bomberos tuvieron que ir a la vuelta de la esquina para encontrar un hidrante que funcionaba.

Daniel Nigro también dijo que el hidrante congelado “no causó ninguna demora en actividad”. Un vocero del departamento de bomberos desestimó la pérdida de tiempo como “temporal”. Pero un experto en la seguridad y manejo de incendios de la universidad John Jay College dijo: “El tiempo durante un incendio es crítico. Estamos hablando de minutos en este caso, no una hora. Un hidrante congelado puede causar graves problemas”. Un bombero con 32 años de experiencia dijo que al llegar encontró un hidrante congelado, el edificio en llamas y tres víctimas ya en el piso del corredor de entrada. Ayudó a sacar a la gente del corredor y pidió una ambulancia, pero dijo: “Ahora tenemos múltiples victimas y no tenemos agua”.

La Avenida Prospect y las calles colindantes no son uno de los barrios más devastados y empobrecidos del Bronx. La calle es limpia y tiene varios edificios nuevos. Los vecinos les dijeron a los reporteros que los vecinos se cuidan mutuamente, y una mujer dijo que mudarse ahí ha cambiado su idea de lo que significa vivir en el Bronx.

Según el Times, el 2363 Prospect tenía en vigor seis violaciones de reglamentos del municipio sobre incendios. El Departamento de Conservación y Desarrollo de Viviendas del municipio dijo que el edificio “tenía una historial de pocas violaciones con respecto a mantenimiento”. Piénsenlo. ¡Para las autoridades municipales, un edificio que, en cuestión de minutos, en una de las noches más frías, se convierte en un infierno que dejó a media docena de personas muertas, no es de los más peligrosos! ¿Qué nos dice eso de los miles de otros edificios por toda la ciudad? ¿Qué nos dice sobre lo que estas autoridades piensan sobre los millones de inmigrantes, negros, latinos y otros de color que llenan innumerables manzanas de edificios en peores condiciones que este?

Un señor que se creció en el barrio nos contó del “Cuento sin fin de estos lados. El propietario del edificio recibe por correo la citación de una violación, y en 9 de las 10 veces los inspectores conocen a los propietarios, conocen a los superintendentes [cuya tarea es la de mantener el edificio], y lo que pasa es que ellos [los propietarios] le dicen al superintendente que les diga a los inspectores que estamos haciendo los arreglos. Y ya que los inspectores tienen tantos casos, no se molestan en averiguarlo. Y luego otro inspector detecta la misma violación, porque es su deber chequearlo de vez en cuando, y continúa sin fin”.

También dijo que han reconfigurado el edificio del 2363 para apiñar “cuantos más cuartos sea posible en cada piso, para ahorrar espacio. Eso es lo que hacen en el Bronx. En cualquier estructura tienen a los inquilinos apiñados lo más posible. Los apartamentos son bastante chiquitos. Es una tragedia. No se vieron detectores de humo en todos los pisos de ese edificio”.

El responsable de las muertes es el funcionamiento criminal de un sistema que desprecia a los inmigrantes y a los otros oprimidos. Los expulsa de su tierra natal. Los embute en antiguos edificios descuidados en los barrios empobrecidos. Las propias autoridades municipales se hacen de la vista gorda ante el incumplimiento de los códigos de construcción, seguridad e incendios que supuestamente deben de servir como defensa ante incendios y otros peligros a la salud y la vida. Los propietarios grandes y pequeños sacan ganancias con atajos, o simplemente no prestan ninguna atención al mantenimiento de sus edificios.

Ahora 13 personas de la Avenida Prospect han muerto. Esto es un cuento que necesita un fin.

 

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