Dictamen de corte federal:
No existe ningún derecho a la alfabetización bajo este sistema

Cómo ellos ven la educación... y cómo nosotros la veremos después de la revolución

| Periódico Revolución | revcom.us

 

De un lector:
Hace unos años tuve una amiga en Detroit que daba clases en una escuela primaria, y luchaba todos los días para ayudar a sus alumnos a superar las terribles condiciones de las escuelas. Cada semana ella usaba parte de su salario para comprar papel higiénico para llevar a la escuela porque, si no, no habría ninguno. Una vez al mes, ella y su esposo conducían a una librería de descuento en los suburbios para comprar libros para que sus alumnos los tuvieran en la clase.

Pensé en ella cuando leí que el Tribunal Federal de Distrito en Michigan decidió la semana pasada que “el acceso a la alfabetización no es un derecho fundamental”. El tribunal emitió una orden que anuló la demanda colectiva presentada por el bufete de abogados Consejo Público y otros en nombre de los estudiantes de Detroit, una demanda que solicitaba que se requiriera que el estado proporcionara instrucción de alfabetización, basada en la evidencia, en todas las escuelas, y que proporcionara a los maestros la capacitación y herramientas para tal instrucción.

¿Cuáles son las condiciones en las escuelas de Detroit que llevaron a esta demanda? Detroit tiene la tasa de alfabetización más baja para niños de primaria de cualquier ciudad del país. De las seis escuelas recalcadas en la demanda, al menos el 90 por ciento de los estudiantes leen por debajo del nivel para su edad, y en una escuela el 100 por ciento de los estudiantes de sexto grado leen por debajo de su nivel. Uno de los abogados de la demanda escribió al presentarla:

En las escuelas que recalcamos en nuestra Demanda, los estudiantes regresaron de las vacaciones de verano para encontrar que no había maestros en varias materias curriculares básicas, no había libros para usar individualmente en sus clases o llevar a casa para hacer la tarea, la temperatura del salón rondaba los 38 C / 100 F y como resultado el primer día de clases varios estudiantes y maestros vomitaron y se desmayaron y se tuvo que dejar salir temprano a los estudiantes. Hemos documentado que, en algunas de estas escuelas, los maestros individuales tenían que gastar cientos o miles de dólares de sus salarios mezquinos solo para surtir sus aulas con suministros básicos. La enseñanza de las clases de matemáticas de séptimo y octavo grado la asignaron a un alumno de octavo grado. Los maestros recibieron un puñado de maltratados libros de texto de historia del año 1998 cuando el presidente era Bill Clinton, y durante el invierno los estudiantes tenían que apiñarse en aulas atestadas con capas de ropa de invierno puestas, temblando y viendo su respiración al hablar. (Declaración de Mark Rosenbaum, disponible en inglés en www.detroit-accesstoliteracy.org).

La demanda colectiva documentó estas condiciones y mucho más, e incluyó fotos de aulas con cucarachas y heces, y cubetas para atrapar el agua de lluvia que goteaba del techo. La demanda argumentó que las diferencias entre las condiciones en estas escuelas con estudiantes de mayoría negra y latina, y las de la cercana comunidad adinerada de Grosse Pointe de mayoría caucásica, constituyen la discriminación racial que refuerza y exacerba las desigualdades entre las comunidades.

¿Cómo respondió el tribunal a esto? Después de reconocer que tales condiciones causan un daño tremendo, comparó el problema con el de las personas que no tienen un lugar sanitario donde vivir o viven en hogares abusivos, pero que no tienen un derecho fundamental a que esas condiciones sean abordadas.

Hay tanto malo aquí que es difícil saber por dónde empezar. Pero para los propósitos de esta carta, piense en el horror, en términos del potencial humano de decenas de millones de niños —para aprender, crear y pensar críticamente— malgastado, suprimido y extinguido, que se encarna en el razonamiento “tan lógico” de este juez. Este es el razonamiento de monstruos — o más precisamente, son las herramientas de un sistema monstruoso.

Bob Avakian se ha referido varias veces al comentario de Marx de que “el derecho no puede ser nunca superior a la estructura económica ni al desarrollo cultural de la sociedad por ella condicionado”. En una estructura económica capitalista-imperialista, el derecho de todas las personas a aprender a leer no está por encima del derecho más básico del sistema capitalista: el “derecho” de los capitalistas a acumular cada vez más capital. No existe ningún derecho a la alfabetización y a la educación decente, así como no existe el derecho a una vivienda digna, a un empleo con sentido, a estar libre de la violencia y la degradación sexuales, a estar libre del racismo y la opresión nacional, y así sucesivamente.

La declaración de Marx también se aplica a la sociedad socialista. La Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, un plan concreto y visionario de la autoría de Bob Avakian para una sociedad radicalmente nueva que se construiría después del derrocamiento revolucionario de este sistema, dice:

El derecho más básico del proletariado, junto con las grandes masas populares, en la Nueva República Socialista en América del Norte es estar capacitado para tener el papel fundamentalmente decisivo en determinar el rumbo de la sociedad, y unirse en la lucha con otros en todo el mundo, con el objeto de abolir por fin las relaciones de explotación y opresión; y de forjar un gobierno que servirá para abolir esas relaciones y de desempeñar cada vez más el papel determinante respecto a ese gobierno. (p. 66).

Entonces, ¿cómo responderá una sociedad socialista revolucionaria a la pregunta?: “¿Existe un derecho a acceso a la alfabetización?”. Dado que parte de basarse en la abolición de toda opresión y explotación, y las estructuras políticas y culturales que imponen esa opresión y explotación, responde a la pregunta con un enfático “¡SÍ!”. De la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte:

1. La educación en la Nueva República Socialista en América del Norte se establecerá en concordancia con los principios y los objetivos expuestos en la presente Constitución y contribuirá a los mismos. Toda la educación será pública, financiada por medio de la erogación de fondos provenientes del gobierno central y otros niveles del gobierno, bajo la dirección general del Consejo Ejecutivo del gobierno central.

A expensas del gobierno, se dispondrá de educación no solamente para el alfabetismo y otras capacidades y destrezas básicas sino también para una base en las ciencias naturales y sociales como también en el arte y la cultura y otras esferas y en la capacidad para trabajar con las ideas en general, y la educación será obligatoria para todos los jóvenes (ciudadanos y residentes por igual) en la Nueva República Socialista en América del Norte en conformidad con la política y las pautas que habrán de adoptar los organismos gubernamentales adecuados para este propósito. A expensas del gobierno, también se dispondrá de educación superior que combine la especialización con la continuación del aprendizaje integral y general para aquellos que reúnen los criterios y los estándares para esta educación más avanzada tal como se establece en las políticas y las pautas elaboradas por los organismos de gobierno pertinentes en conformidad con los principios y los objetivos plasmados en la presente Constitución….

El estado en general se ocupará de superar, en la sociedad (y a la larga en el mundo) en su conjunto, el antagonismo relacionado a la división entre el trabajo físico y el trabajo intelectual, que está profundamente arraigado en el desarrollo de las sociedades caracterizadas por las relaciones explotadoras y opresivas y el que en sí representa una fuente potencial de tales relaciones, y se le prestará atención en todas las esferas de la sociedad.(págs. 32-33)

¡SÍ! Cuando haya una estructura económica fundamentalmente diferente, una cultura diferente, una estructura política diferente, sí que habrá “un derecho a la alfabetización.”

Un ejemplo que he citado anteriormente… es la cuestión del “derecho de comer”. O sea, por qué en realidad, en este sistema, no existe ningún “derecho de comer”. Bueno, la gente puede proclamar el “derecho de comer”, pero no existe tal derecho dentro del funcionamiento de este sistema. En realidad no se puede ejercer eso como un derecho, dada la dinámica del capitalismo y la manera en la cual crea desempleo, como últimamente se nos ha demostrado de manera muy dramática. Crea y mantiene empobrecimiento en masa. (En cierta medida, si bien en los países imperialistas existe un nivel importante de pobreza, en cierta medida el nivel de parasitismo ahí lo ha contrarrestado y disfrazado; el imperialismo “se ceba de” la extrema explotación de la gente del tercer mundo en particular, y una parte del “botín” de esta “se filtra” de formas importantes a las capas medias en especial. Pero viendo el mundo en su conjunto, el capitalismo crea y mantiene muchísima pobreza).

Muchísimas personas no pueden encontrar lo suficiente para comer ni pueden comer de una manera que les permite estar sanas — y en general no pueden mantener las condiciones que les permiten estar sanas. Así que hasta en el caso de algo tan básico como “el derecho de comer”, la gente no tiene ese derecho bajo el capitalismo. Si se declarara como un derecho y la gente empezara a ejercerlo yendo a los lugares donde se vende comida como mercancía y diciendo “tenemos un derecho más fundamental que su derecho de distribuir las cosas como mercancías y acumular capital —tenemos el derecho a comer”— y si la gente empezara a llevarse la comida, pues sabemos lo que ocurriría y lo que ha ocurrido cuando la gente lo ha hecho: “saqueadores, mátenlos en la calle”.

Bob Avakian, Lo BAsico 1:20

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