Los asaltos nazis de Trump contra los inmigrantes no son un repudio a la historia y los valores de Estados Unidos: ¡son una concentración de ellos!

¡Hay que DETENERLOS! ¡No es posible reformar este sistema, hay que derrocarlo!

| Periódico Revolución | revcom.us

 

Trump y sus compinches justifican su guerra contra los inmigrantes satanizándolos cruelmente como “violadores” y “sabandijas” de “países de mierda” que “infestan” a Estados Unidos. Esa es la misma terminología que usaba Adolfo Hitler cuando atacaba y deshumanizaba a los judíos, los romaníes (gitanos) y otros en la Alemania nazi.

Hace poco, la presentadora Laura Ingraham de Fox News agregó su voz a este coro fascista al expresar su indignación de que en comparación con décadas pasadas, hoy millones más de inmigrantes no blancos viven en Estados Unidos — especialmente los de piel café: “El Estados Unidos que conocemos y amamos ya no existe” se quejó, lloriqueando de que “el pueblo estadounidense ha tenido que soportar enormes cambios demográficos, y estos son cambios por los que ninguno de nosotros votó, y a la mayoría de nosotros no nos gustan”.

¿Quién le está robando a quién?

¡Maldito sea! ¿Acaso el pueblo mexicano votó a favor de que Estados Unidos le robara la mitad de su territorio en 1846? ¿Votaron los salvadoreños y guatemaltecos para que Estados Unidos suministrara armas a los escuadrones de la muerte y a las juntas militares que masacraron a más de 150.000 personas durante la década de los 1980, convirtiendo sus países en infiernos inhabitables? ¿A esos millones de personas les “gustó” eso? ¿Les “gustó” tener que caminar miles de kilómetros, arriesgando la vida, para escapar la muerte inminente?

El veneno de Ingraham es una versión de la mentira tipo “Estados Unidos Ante Todo” de que los inmigrantes “se están aprovechando” de Estados Unidos y “robándoles” a los “verdaderos estadounidenses”.

¿Robando? ¡Ustedes les robaron este país entero a los pueblos indígenas mediante el genocidio! Se robaron todo el sudoeste —inclusive Texas y California, ahora dos de los estados más grandes y más ricos— por medio de una guerra contra México. Se robaron Hawai’i y Puerto Rico mediante invasiones y guerra. Y negociaron con otros depredadores coloniales para apoderarse del resto: Le arrebataron el río Misisipí y una enorme masa de tierra a Francia, y Alaska a Rusia. Y para que no quede ninguna confusión, la Compra de Luisiana a Francia y la guerra contra México de 1846-48 no tenía nada que ver con extender la “libertad”, ¡sino que extender la esclavitud!

¡Ustedes se robaron la propia vida de los africanos capturados, trayéndolos encadenados a estas costas! Construyeron Estados Unidos sobre la espalda de la gente esclavizada negra, e hicieron su agosto comprando y vendiendo seres humanos como si fueran ganado, separando y dispersando familias cuando les convenía a los amos y los traficantes de esclavos — una práctica salvaje de que se hace eco hoy en día cuando ustedes separan a las familias inmigrantes en la frontera.

Luego ustedes acumularon aún más riqueza con la salvaje explotación de las sucesivas olas de inmigrantes —en el algodón y la agricultura, la construcción de las vías férreas, en fábricas— gente de Europa, Asia, América Latina, el Caribe y África. (A principios del siglo 20, un cuarto de la fuerza laboral explotada por el capital estadounidense se estaba compuesto de inmigrantes).

La supremacía blanca y la xenofobia: El pan de todos los días en Estados Unidos

A lo largo de todo esto, el pueblo negro, los pueblos indígenas y los inmigrantes no blancos han padecido la opresión de la supremacía blanca — tratados como parias que nunca serán plenamente parte del llamado “pueblo estadounidense”.

Cuando las necesidades del capitalismo-imperialismo y la conservación de la supremacía blanca lo demandaban, a los inmigrantes los aterraban, vilificaban y les privaban de sus derechos — como a los chinos después de trabajar como esclavos en las vías férreas; a los japonés-americanos que encerraron en campos de concentración durante la II Guerra Mundial; o a los 1,3 millones de mexicanos que expulsaron de Estados Unidos durante la década de los 1950 después de haber sido la columna vertebral de la economía del suroeste desde la década de los 1920. Los negros trabajaron en sus campos como esclavos y luego como aparceros, y después en sus fábricas —los últimos contratados y primeros despedidos— solo para ser descartados en las últimas décadas cuando los capitalistas podían sacar más ganancias de la explotación de la gente en los países oprimidos alrededor del mundo.

Una crisis mundial de refugiados fomentada por la destrucción y saqueo imperialistas

Estados Unidos y otras potencias, principalmente del Occidente, se convirtieron en imperios imperialistas, sus tentáculos extendiéndose alrededor del planeta. El funcionamiento del capitalismo-imperialismo llevó a una enorme concentración de riqueza y poder en un puñado de países del Primer Mundo, y a una colosal pobreza, desplazamiento y opresión en los países del Tercer Mundo de Asia, África, América Latina y el Oriente Medio. Este sistema global de explotación y opresión, sus guerras, y el impacto acelerado del cambio climático han generado una enorme migración de millones de personas en busca de refugio y una manera de vivir.

Ante esto, los gobernantes de Estados Unidos (y aquellos de los demás potencias imperialistas occidentales) dependen cada vez más de la militarización de sus fronteras y la deportación en masa para proteger su orden opresivo y su control de la sociedad. Por eso es que, aún antes de que el régimen de Trump y Pence hubiera intensificado los ataques contra los inmigrantes a nuevas alturas fascistas de brutalidad, Obama había deportado a muchísimo más inmigrantes que sus predecesores, sin jamás dejar de hablar de “la seguridad de la frontera”.

¿Los muchísimos millones de personas que fueron esclavizadas, mutiladas, muertas o desplazadas por el capitalismo-imperialismo estadounidense, dentro o fuera de Estados Unidos, tenían ellas una decisión, una voz o un “voto” respecto a cualquier parte de eso?

¡En absoluto! Culpar a los inmigrantes de los problemas en Estados Unidos es como un violador culpando a la víctima — o en el caso de Estados Unidos, a los millones y millones de víctimas.

La explotación y maltrato de inmigrantes: entretejidos en la historia, sociedad y el capitalismo-imperialismo de Estados Unidos

El ataque fascista de Trump contra los inmigrantes no es un repudio de la historia y valores de Estados Unidos, como les gusta decir a los demócratas y voceros de los medios de comunicación de este sistema. Es en realidad una concentración extrema de esa historia y de los “valores” de este sistema ahora llevados al nivel del fascismo y limpieza étnica descarados. El capitalismo y la supremacía blanca han sido inseparablemente entretejidos a lo largo de la historia de Estados Unidos hasta la fecha. La opresión de inmigrantes y las olas de refugiados son elementos esenciales del funcionamiento de este sistema.

Este es el Estados Unidos que Laura Ingraham y el resto de los fascistas —y sí, los demócratas también— conocen, adoran y quieren preservar, al mismo tiempo que tienen agudas diferencias entre sí sobre cómo hacerlo.

Los demócratas no son la respuesta

Consideren la manera en que la dirigencia del Partido Demócrata responde al desenfrenado ataque fascista contra los inmigrantes por parte del régimen de Trump y Pence. Plantean unas críticas contra las políticas de inmigración del régimen, pero desde el marco de “qué realmente va a reforzar la seguridad —o la fuerza— de Estados Unidos”. Se niegan a hacer que la embestida nazi de Trump y Pence contra los inmigrantes sea la línea divisoria moral y política que es. ¿Por qué? Porque el sistema que ellos también representan no puede prescindir de la supremacía blanca y el maltrato de inmigrantes, y cualquier esfuerzo serio en oposición a injusticias flagrantes, mucho menos esfuerzos para arrancarlas de raíz, desintegraría el opresivo tejido social de Estados Unidos. Por eso se centran, especialmente durante temporadas de elecciones, en “trabajos, la economía y el cuidado médico”.

En una palabra, en nombre del “realismo político”, están entrenando a millones de personas a ver las cosas por el prisma de los “intereses de Estados Unidos”, a reconciliarse con el racismo, la xenofobia y el fascismo, y a poner en primer lugar la vida de estadounidenses y su propio bienestar económico — mientras que se torturan a niños inmigrantes y se condenan a los padres migrantes a regresar a condiciones mortíferas.

NO TIENE QUE ser así — todo este sufrimiento es completamente innecesario

Nada de esto es legítimo, ni mucho menos emancipador. Como ha dicho Bob Avakian (BA), el líder de la revolución y arquitecto del nuevo comunismo, “Los Estados Unidos de América tal como está constituido en la actualidad, o sus fronteras actuales, no tiene nada de sagrado para nosotros. Todo lo contrario”. (Lo Basico 3:20)

En breve, los horrores que tienen que soportar los inmigrantes y refugiados son intolerables y completamente innecesarios. A la gente NO se le debe forzar a vivir así — y no es necesario que vivan así. La Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, escrita por Bob Avakian, ofrece una visión panorámica y un plan concreto para una sociedad con una base económica y política fundamentalmente diferente. Una sociedad libertadora que se proponga superar las grandes divisiones que existen entre quienes trabajan en la esfera de las ideas y quienes principalmente hacen trabajos manuales, entre los hombres y las mujeres, y entre nacionalidades y religiones diferentes; que proteja los ecosistemas del planeta, y que pretenda avanzar la revolución mundial para poder arrancar de raíz toda la explotación y opresión con el fin de emancipar a la humanidad. Como parte de eso: “La Nueva República Socialista en América del Norte tiene la orientación de darle la bienvenida a los inmigrantes de todo el mundo quienes tengan un deseo sincero de contribuir a las metas y objetivos de esta República, según lo establecido en la presente Constitución y en las leyes y políticas que se establezcan y se promulguen en conformidad con la presente Constitución”. (De la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, Artículo II, Sección 3.H. Inmigrantes, ciudadanía y asilo).

La lucha hoy mismo por una revolución real

La construcción de esa nueva sociedad revolucionaria es posible, pero SOLO a partir de haber derrocado este sistema y de haber desmantelado sus instituciones a través de una revolución real. Tenemos que construir el movimiento para esta revolución hoy mismo, para poder derrocar este sistema, en cuanto se hayan producido las condiciones para semejante lucha monumental e histórica. Este movimiento recibe con brazos abiertos a los inmigrantes, los refugiados y a todos los pueblos oprimidos — de hecho, es urgente que miles y luego millones de personas se unan a este movimiento.

Tenemos que Luchar contra el poder, y transformar al pueblo, para la revolución — movilizar a la gente para luchar a brazo partido hoy mismo para oponer resistencia y PARAR a estos feroces ataques contra los inmigrantes así como a otros ultrajes clave de este sistema. Como dice la declaración del Partido Comunista Revolucionario sobre la estrategia, CÓMO PODEMOS GANAR — Cómo en concreto podemos hacer una revolución (CPG):

Es necesario que nos opongamos y desbaratemos a las maniobras de los poderes gobernantes para aislar, “cercar”, brutalizar, encarcelar en masa y reprimir de manera sanguinaria a las personas que llevan la vida más dura bajo el presente sistema y que más necesitan esta revolución. Es necesario que nosotros los “cerquemos” a ellos — al ver que nazca ola tras ola de personas que se levanten en decidida oposición al presente sistema.

Sin dejar de hacer eso, tenemos que elevar las aspiraciones de la gente hacia la revolución por medio de difundir amplia y extensamente la dirección pionera de BA, CPG, y el portal de revcom.us, y organizar en concreto a la gente para una revolución real. Al mismo tiempo tenemos que forjar unidad con una gran cantidad de personas que tendrán muchas perspectivas distintas y conseguir que se zafen de los confines mortales de la política normal —como la definen los republicanos y los demócratas— y expulsar al régimen fascista que peligra a la humanidad y a la Tierra misma.

Y con respecto al “debate” sobre quiénes son los “verdaderos estadounidenses”: ¡La gente tiene que DEJAR de pensar como estadounidenses y empezar a pensar en emancipar a la humanidad!

¡ALTO a la satanización, criminalización y deportación de los inmigrantes y a la militarización de la frontera!

Los inmigrantes son plenos seres humanos, y no “ilegales” o criminales para ser satanizados, aterrorizados, cazados, encarcelados y expulsados.

¡Revolución, y Nada Menos! ¡No es posible reformar este sistema, hay que derrocarlo!


Cientos de manifestantes protestan frente al Senado de Estados Unidos en contra las políticas inhumanas de la administración Trump de separar a los niños de sus padres inmigrantes, Washington, D.C., 28 de junio. (Foto: AP)

Ahora, a veces se ven a estos idiotas ahí, a estos rancheros y todo este tipo de cosa como Bush, que andan diciendo: “Ah, yo soy un hombre que lo logré todo solito, a mí nadie me dio nada, yo lo hice todo eso solito, yo logré el éxito solito”. Pues sí, lograste el éxito “tú solito”. Toda esa ropa que estás usando la hizo otra gente. Toda la maquinaria que utilizas, el rifle que tienes, lo hizo otra gente. Todo lo que tú tienes y usas está hecho por otra gente. Y ahorita estás explotando a inmigrantes mexicanos en tu rancho. Y estás parado sobre tierra que fue robada de los indígenas. Ah, pero tú lo lograste “tú solito”

Bob Avakian, Lo BAsico 1:16

Bob Avakian, “¿Por qué viene gente de todo el mundo?”

“¿Por qué viene gente de todo el mundo?”, corto de Revolución: por qué es necesaria, por qué es posible, qué es, una charla filmada de Bob Avakian, dada en 2003 en Estados Unidos.

“Hacer que Estados Unidos vuelva a ser blanco”:
La guerra de Trump y Pence contra los inmigrantes

“Hacer que Estados Unidos vuelva a ser blanco” está en el núcleo de todo el programa fascista de Trump y Pence. Ven la “latinización” de Estados Unidos como una amenaza existencial al sistema del capitalismo-imperialismo, y pretenden llevar a cabo la limpieza étnica. El ataque contra los inmigrantes es un eje y ariete para imponer toda su agenda fascista.

El régimen de Trump y Pence está intensificando los arrestos y detenciones de manera agresiva: ICE realizó 37.734 arrestos no criminales en el año fiscal 2017, más del doble del año anterior. El número de inmigrantes detenidos en un día determinado en 2017 fue seis veces mayor que en 1994.

El régimen también está fomentando una atmósfera de terror, por lo que es extremadamente difícil, si no imposible, que los inmigrantes hagan las cosas normales de la vida cotidiana. Como señala la revista Atlantic, “Por medio de la privación y el miedo, el gobierno puede esencialmente expulsar del país a los inmigrantes indocumentados”.

Estos son solo unos pocos ejemplos recientes:

Privar a los niños de comida, medicina, calefacción. Un nuevo cambio de regla por parte de Trump y Pence lo haría casi imposible que obtengan tarjetas verdes los inmigrantes que actualmente reciben legalmente comida, vivienda y asistencia médica básicas. Sus hijos, que a menudo son ciudadanos nacidos en Estados Unidos, dependen de esta ayuda. Un millón de personas podrían verse afectadas en la Ciudad de Nueva York por sí sola.

Mentiras y trampas. ICE y los Servicios de Ciudadanía e Inmigración (CIS por las siglas en inglés) han conspirado para que inmigrantes casados con ciudadanos estadounidenses comparecieron para entrevistas, supuestamente en relación a su estado matrimonial, pero en realidad para arrestarlos y deportarlos.

Desgarrar a familias. Más de 500 de los 3.000 niños arrancados de sus padres permanecen encerrados. De esos 500, dos tercios son hijos de padres ya deportados, lo que significa que es posible que estos niños nunca vuelvan a ver a sus padres.

La tortura y el abuso. En un centro de detención en Virginia, a adolescentes inmigrantes tan jóvenes como 14 años les han amarrado a sillas y puesto bolsas sobre sus cabezas. A algunos les golpearon mientras estaban esposados y encerrados en aislamiento durante períodos prolongados, hasta dejados desnudos con escalofríos en celdas de concreto.

Detenciones crueles y arbitrarias. El 17 de agosto, agentes de ICE en San Bernardino, California, se llevaron esposado a Joel Arrona cuando condujo su automóvil en una estación de servicio. Estaba conduciendo a su esposa embarazada, María Venegas, al hospital para dar a luz a su hijo. Ella tuvo que conducir el resto del camino hasta el hospital ella misma.

***

Para más información (en inglés) sobre la guerra contra los inmigrantes, vea “The Trump/Pence Regime: Indicted for Terrorizing and Attacking Immigrants and Refugees”. Parte de una serie de imputaciones contra los crímenes del régimen en varios frentes, esta es una presentación concisa pero abarcadora de la evidencia de los horrores cometidos contra inmigrantes y refugiados. Nadie con una conciencia puede permanecer en silencio después de leer estas acusaciones, y difundirlas ampliamente puede tener un gran impacto en toda la sociedad.

from Rechazar el Fascismo (en inglés)

The Trump/Pence Regime: Indicted for Terrorizing and Attacking Immigrants and Refugees
[El régimen de Trump y Pence: Imputado de aterrorizar y atacar a inmigrantes y refugiados]

Los inmigrantes son plenos seres humanos, y no “ilegales” o criminales para ser satanizados, aterrorizados, cazados, encarcelados y expulsados.

Lea más.

American Crime

Caso #67:
1848 - 1900: La brutal explotación y cruel opresión de los inmigrantes chinos

Entre 1850 y 1900, los inmigrantes chinos fueron súper-explotados en las minas, los campos y los ferrocarriles, así como víctimas de brutal discriminación y represión, incluidas redadas de chusmas de linchamiento. Lea más

 

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