Arabia Saudita escala la guerra genocida avalada por Estados Unidos en Yemen

Los gobernantes de Estados Unidos maniobran mientras 14 millones de yemeníes están al borde de la inanición

| Periódico Revolución | revcom.us

 

La guerra de agresión de la coalición encabezada por los sauditas contra Yemen durante tres años y medio, ha matado a decenas de miles, ha dejado a millones al borde de la inanición, y ha creado la peor catástrofe humanitaria en el mundo actual. A esta guerra la han facilitado y respaldado Estados Unidos y Gran Bretaña desde el principio — con aviones, bombas, inteligencia, reabastecimiento de combustible, barcos, fuerzas de operaciones especiales, y más.

En principios de noviembre, la coalición saudita intensificó este asalto asesino —y potencialmente genocida— contra la ciudad portuaria yemení de Al Hudaydah, con bombardeos casi continuos que ya han matado a centenares de yemeníes.

Un 70 a 80 por ciento del alimento, medicina, y otra asistencia a Yemen entra por Al Hudaydah. Esta escalada encabezada por Arabia Saudita obviamente tiene el objetivo de afianzar el control sobre este sustento crítico con tal de obligar, ante la amenaza de hambruna, al movimiento hutí y el pueblo yemení a rendirse (o para fortalecer la posición estadounidense-saudita en cualquier negociación de paz que se den). Pero este asalto criminal ya está poniendo en peligros a millones de yemeníes más.

En las semanas recientes, se han dado ceses al fuego temporarios, y se han programado negociaciones de paz entre la coalición saudita, el movimiento hutí de Yemen, y otras partes interesadas, para comenzar en diciembre. Pero no es nada claro si vayan a concretarse o qué resultados tengan, así que sigue cerniéndose el peligro de que la coalición saudita renueve la ofensiva.

La inanición y la enfermedad: Armas de guerra, apoyada por Estados Unidos

La estrategia de los sauditas en esta guerra incluye matar de inanición y enfermar al pueblo yemení. Los sauditas han bloqueado la entrada de alimentos, medicinas, y otros productos de primera necesidad, al mismo tiempo que bombardean los sistemas de abastecimiento de alimentos, agua, y medicina, y la infraestructura, de Yemen. En otras palabras, la coalición saudita, apoyada por Estados Unidos, está usando la inanición y la enfermedad como armas de guerra — un crimen de guerra atroz y monstruoso.

El 17 de noviembre, el Guardian informó que “el hospital público más grande [de Al Hudaydah] fue atacado tres veces en la semana pasado, lo que obligó a pacientes —algunos de ellos aún conectados con aparatos médicos— a huir corriendo a las calles”. También informó que el costo de la canasta básica había duplicado en los últimos ocho meses, al mismo tiempo que desplomaron los salarios. “Para un país que depende de importaciones para las necesidades básicas de la vida, esto es desastre”, dijo al periódico un trabajador de asistencia humanitaria.1

La cifra de yemeníes que ahora están al borde de la inanición se ha disparado de 8,4 millones a más de 14 millones. “Cada diez minutes, muere un niño yemení de menos de 5 años de la ‘desnutrición aguda severa’ o enfermedades prevenibles, reporta UNICEF”. Oficiales de asistencia humanitaria califica esta hambruna de la peor en 100 años —por encima de la peor epidemia de cólera en la historia moderna— ante la cual la hambruna bengalí en 1944 que mató a tres millones de personas y la hambruna en Ruanda que mató a 800.000 palidecen en comparación.

También, nuevos estudios han demostrado que el número de muertos que la guerra causó directamente, principalmente por las bombas estadounidenses y británicas lanzadas por la coalición saudita, es por lo menos 57.000 — más de cinco veces mayor de lo que se había informado anteriormente.

Una realidad desgarradora: se han aumentado dramáticamente los matrimonios de niños porque padres indigentes se ven obligados a dar en matrimonio a las niñas ¡porque ya no pueden darles de comer!

Un trabajador de asistencia describió la situación en Yemen como un “escenario apocalíptico”.

Diferencias agudas entre gobernantes estadounidenses sobre cómo perseguir sus intereses predatorios

El 30 de octubre, de Departamento de Estados llamó a una “solución pacífica al conflicto en Yemen”, y el secretario de Estado Pompeo y el secretario de Defensa Mattis han pedido un cese al fuego para el fin de noviembre. Estados Unidos también ha dejado de reabastecer a aviones de guerra sauditas en el aire.

Los opresores desalmados que presiden el estado imperialista no están tomando estos pasos porque de repente se inquietan por la vida humana y el sufrimiento humano. Y no es nada claro que sea unido el mismo régimen de Trump y Pence sobre un enfoque. (Vea “Descuartizar (y revelar la verdad en) la declaración de sangre fría de Trump en relación al asesinato del periodista Jamal Khashoggi: El mundo es un lugar muy peligroso’... ¡y vamos a cometer cualquier crimen, decir cualquier mentira y apoyar a cualquier carnicero para mantener a ‘Estados Unidos  Ante Todo”.)  Pero en la medida de que el régimen persigue este camino, lo impulsan las fuertes contradicciones que la guerra en Yemen plantea a ellos y a Arabia Saudita.

Algunas fuerzas en la clase dominante estadounidense temen que Yemen se ha convertido en un atolladero imposible de ganar que (en combinación con el asesinato de Khashoggi y otras crisis) podría debilitar gravemente al reino saudita, que ha sido uno de los ejes del imperio estadounidense —su dominio del Medio Oriente en particular— desde 1945. (Un comentarista del Washington Post escribió, “En resumidas cuentas: Arabia Saudita está en un punto de inflexión existencial. Estados Unidos debe entender, con urgencia, cómo el reino se metió en este desastre horripilante, y hacia dónde se dirige”.)

Hoy en día, los gobernantes estadounidenses consideran Irán, cuyo alcance se expande y cuya contienda con Arabia Saudita por mayor influencia se intensifica, como la amenaza principal a su control del Medio Oriente. Quizás hayan concluido que continuar la guerra en Yemen podría crear oportunidades para Irán, debilitar a Arabia Saudita, y dificultar más que los sauditas ayuden a encabezar la embestida del régimen de Trump y Pence contra la República Islámica de Irán2.

Además, la guerra en Yemen ha puesto al desnudo la complicidad de Estados Unidos, Gran Bretaña, y Francia —los supuestos “buenos” en el mundo— en algunos de los crímenes de guerra más masivos y asesinos que ocurren en cualquier parte del mundo. Millones de personas alrededor del mundo se están sensibilizando a los horrores de esta guerra estadounidense-saudita al ver fotos de niños raquíticos y esqueléticos. El descubrimiento de semejantes atrocidades brutales tiene el potencial de hacer que muchas personas al nivel mundial cuestionen la legitimidad de los que las han cometido, y esto puede tener consecuencias profundas para los gobernantes — como lo hemos visto en guerras anteriores como Vietnam.

Por lo que los imperialistas están maniobrando, que incluye llamamientos para un cese al fuego y negociaciones de paz. Pero lo hacen de maneras que beneficien sus intereses imperialistas y que dejen abierta la posibilidad de más escaldas genocidas.

Por ejemplo, cuando Estados Unidos suspendió su reabastecimiento de combustible a aviones de guerra sauditas en el aire, Mattis declaró que lo hizo en consulta con los sauditas, que ahora pueden reabastecer a sus propios aviones. También dejó claro que Estados Unidos continuará respaldando la guerra saudita en Yemen, y “colaborando para que crezcan las fuerzas yemeníes legítimas”. Estados Unidos no terminó otras formas de apoyo militar a Arabia Saudita. Se reveló recientemente que el Pentágono está cumpliendo una operación secreta en respaldo a las fuerzas militares sauditas en Yemen, en adición a su uso de Boinas Verdes en la frontera yemení-saudita. (Yahoo News, 10/11) En breve, si bien es posible que el régimen de Trump y Pence —o algunos elementos de ello—estén presionando a los sauditas a terminar la guerra, trata de hacerlo sin debilitarlos.

Es más, Estados Unidos y Arabia Saudita tratarán de adelantar sus intereses reaccionarios por medio de cualquier “cese al fuego” o negociaciones que tengan lugar. Pompeo y el régimen de Trump y Pence han echado la carga de terminar esta agresión cometida por Estados Unidos, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos (EAU), al blanco de esa agresión, el movimiento hutí de Yemen. Los hutíes son un movimiento religioso reaccionario en Yemen que desde hace tiempo se ha opuesto resistencia a los esfuerzos sauditas de dominar ese país. Ahora Estados Unidos está exigiendo que los hutíes tienen que dejar de combatir primero, y sólo en ese entonces la coalición saudita respaldada por Estados Unidos dejaría de bombardear y asaltar.

(Los hutíes tienen algunos vínculos con Irán, y un triunfo hutí o derrota saudita podría abrir la puerta a una mayor influencia iraní. Pero calificar la situación en Yemen de una “guerra entre terceros” entre Irán y Arabia Saudita, como lo hacen repetidamente los medios estadounidenses, es una mentira. Es como calificar de “guerra” a los asaltos asesinos israelíes contra Gaza, en vez de la matanza unilateral que son).

Mientras tanto, Pompeo ha condenado a Irán por no hacer nada para “evitar la hambruna” en Yemen – sin importar el hecho de que Irán que no tiene ningunas fuerzas en el terreno ni aviones en el aire de Yemen y que el mismo Estados Unidos y Arabia Saudita son los responsables, a un grado abrumador, de la matanza.

En breve, los gobernantes estadounidenses ahora buscan un fin a la guerra en Yemen (que puede darse o no) en términos favorables para sus intereses imperialistas, que incluyen estabilizar el reino medieval y bárbaro de Arabia Saudita, y preparar mejor para más agresiones y peores crímenes por venir… contra Irán.

No es posible reformar este sistema, hay que derrocarlo…

Esta guerra (y otras guerras) continúan, a pesar de una denuncia tras otra de su terrible costo, porque el sistema de capitalismo-imperialismo, dominado por Estados Unidos, no puede funcionar sin explotar la mano de obra, los recursos, y los mercados por el mundo entero, y sin dominar política y militarmente regiones estratégicas clave como el Medio Oriente. Arabia Saudita y otros opresores empapados de sangre como Israel y Egipto desempeñan papeles cruciales en el ejercicio estadounidense de esta hegemonía. Las dinámicas de su sistema obligan a los imperialistas a competir, maniobrar, e ir a la guerra al ser necesario con otras potencias o fuerzas –grandes o pequeñas— para mantener y extender su control. Por eso nunca se puede poner fin a las guerras reaccionarias devastadoras bajo este sistema – hacerlo requiere una revolución para derrocar este sistema.

Es inaceptable e innecesario— que esta guerra haya forzado a 14 millones de personas al borde de la inanición, entre sus otros grandes horrores. A base de la realidad de estos horrores, hay que poner al desnudo la ilegitimidad de estos regímenes —estadounidense y saudita— y enfocarnos en la ilegitimidad de todo este sistema de capitalismo-imperialismo. Hay que denunciar sus maniobras para intensificar su agresión contra Irán y oponerles resistencia. Sus “triunfos” fortalecen su imperio global de esclavitud y opresión, y sus derrotas y fracasos, en conjunto con lo que hacen los revolucionarios y las masas del pueblo en relación con eso, pueden restarle fuerza a su capacidad de cometer más atrocidades, y pueden contribuir a poner al descubierto la ilegitimidad del sistema en conjunto, y adelantar su desaparición.

¡ALTO a las guerras de imperio, ejércitos de ocupación, y los crímenes contra la humanidad!


1. “Reino Unido presionará a los saudís para un cese al fuego en Yemen,” en inglés, 17 de noviembre.  [ regresa ]

2. Vali Naser, un académico y exoficial de la administración de Obama, señala algunas de las preocupaciones de los de arriba en la estela del asesinato de Khashoggi: “La estrategia sobre el Medio Oriente tiene graves problemas, ahora agravada por el asesinato del periodista disidente Jamal Khashoggi en el consulado saudita en Turquía el mes pasado. La reciente presión de la administración a los sauditas para que busquen una tregua en su guerra en Yemen es un claro señal de lo mucho que se ha disminuido la credibilidad de Arabia Saudita, que está al centro de esa estrategia… El objetivo de la estrategia era trabajar con los sauditas para restringir la influencia de Irán en el Medio Oriente”. “Un asesinato saudita se convierte en regalo a Irán”, (en inglés) New York Times, 17 de noviembre.  [ regresa ]


El pesaje de Amal Hussein, 7, cuyo nombre en árabe quiere decir “esperanza”, en un centro de salud, Hajjah, Yemen, agosto de 2018. El número de yemeníes que hoy está al borde de la inanición se ha disparado de 8.4 a más de 14 millones. “Cada diez minutos, se muere un niño yemení menor de cinco años debido a ‘desnutrición crónica severa’ o enfermedades prevenibles”, según UNICEF. Foto: AP

Yemen mapMapa: revcom.us

Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución

Un discurso de Bob Avakian
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Los Demócratas: ¿Una alternativa en el contexto de las guerras injustas de imperio?

Algunos Demócratas de la Cámara de Representantes propusieron una resolución que pide un alto al respaldo estadounidense de la guerra saudita-EAU en Yemen. El 14 de noviembre, los Republicanos de la Cámara bloquearon la votación sobre esta medida. La líder Demócrata Nancy Pelosi respondió citando una carta de ex oficiales de la administración de Obama que escribieron que “Es más que hora que se termine el papel de Estados Unidos en esta guerra desastrosa en Yemen” y que “el Congreso tiene que tomar acción real e inmediata para poner fin a esta crisis humanitaria horrífica”.

Esto no significa que los Demócratas sean mejores que los fascistas beligerantes del régimen de Trump y Pence cuando se trata de oponerse a las guerras injustas de imperio. Son igualmente comprometidos con las necesidades e imperativos del imperio imperialista como son los Republicanos. Simplemente tienen desacuerdos sobre cómo mantener —no si mantenerlo o no— este sistema que ha causado una guerra tras otra y muerte y sufrimiento para literalmente decenas de millones de personas.

Veamos la evidencia reciente, solamente en relación con la guerra en Yemen. Si los demócratas verdaderamente se opusieron a las guerras injustas:

*Hubieran puesto el grito al cielo cuando Obama dio luz verde a la guerra saudita en 2015 y la apoyó durante los casi dos años que le quedaron de mandato. (Obama restringió algunas entregas de armas, pero ¡fue una raquítica fracción de las armas de un valor de $112 mil millones que él les vendió!)

*Su resolución sobre Yemen no hubiera apoyado explícitamente guerras lanzadas bajo la autorización de usar fuerza militar en 2001, una carta blanca de duración indefinida que Estados Unidos utilizó para invadir Afganistán, Irak, e Irán y para llover la muerte por dron sobre países por todo el Medio Oriente, hasta la fecha.

*No postularían para el Congreso a unos ex combatientes militares pro-guerra.

*Y estarían movilizando una oposición masiva a las guerras estadounidenses, especialmente guerras tan descaradamente criminales y bárbaras como la guerra estadounidense-saudita en Yemen, en vez de quedarse callados. Estarían denunciando la obliteración del sistema de cuidado médico en Yemen, en vez de enfocarse solamente en el cuidado médico para estadounidenses.

Por lo tanto, no, estos ejemplos (y sus acciones tras décadas) demuestran que, si bien los Demócratas quizás crean que ciertas maniobras en el escenario internacional pueden perjudicar los intereses imperialistas estadounidenses, definitivamente no son defensores de los derechos de la humanidad ni tampoco oponentes verdaderos a las guerras de imperio de Estados Unidos.

 

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