El muro de Trump es una monstruosidad fascista y NO debe construirse...
Pero la “seguridad fronteriza” de los demócratas TAMBIÉN es una máquina de cruel persecución, satanización y deportación

| Periódico Revolución | revcom.us

 

Desde la publicación del siguiente artículo, se han intensificado la crisis en torno al muro y el cierre del gobierno. La situación sigue cambiando y cubriremos los principales acontecimientos que quizá se den.

Trump redobló sus esfuerzos con su discurso desde la Oficina Oval del 8 de enero y sus amenazas de usar el poder ejecutivo para construir el muro sin la aprobación del Congreso. Esto significa otro gran paso en la reconfiguración fascista que este régimen está emprendiendo.

Al mismo tiempo, los demócratas persisten con su táctica de aceptar en lo esencial los términos impuestos por Trump. Pese a sus caras serionas y acusaciones contra las irresponsabilidades del trumpismo, ellos, al igual que Trump, encubren la responsabilidad fundamental del sistema imperialista estadounidense por hacer que la gente salga sus países de origen, así como el carácter esencialmente ilegítimo de las fronteras de Estados Unidos. Ellos, al igual que Trump, enmarcan el argumento como la cuestión de cómo reprimir y control a estos inmigrantes desesperados en vez de lo que se le debe hacer al sistema que ha creado esta situación.

Ellos también “cambian de tema” hacia el sufrimiento que el cierre del gobierno le está causando a la gente dentro de las fronteras de Estados Unidos. Contraponen eso a lo que está pasando con nuestros hermanos y hermanas en la frontera (y dentro de las fronteras de Estados Unidos). Para que quede claro: el sufrimiento es real, y el hecho de que hay gente que pasa hambre y se enferma, o que acabará en la calle sin techo al no recibir la siguiente quincena, y que ahora enfrenta aún más penurias, es en realidad criminal y extremadamente repugnante. Pero los demócratas, de manera oportunista, están usando la situación para distraer la atención del crimen más grande que se está cometiendo con respecto a la inmigración.

Los conflictos entre Trump y los demócratas sí son conflictos reales sobre cómo manejar la inmigración, tal como indica el artículo siguiente. Pero, en este momento, los conflictos también se refieren muy directamente a “las normas del gobierno”. O sea, Trump está cambiando las “reglas del juego” a las que los imperialistas por lo general acatan — las reglas que rigen tanto las relaciones entre sí mismos como que les ofrecen cierto nivel de derechos civiles y democráticos a las masas de personas. Y esto conlleva implicaciones serias.

Pero como señala el artículo, este sistema no tiene ninguna respuesta, y ambos lados están unidos, sobre todo, en que tienen que salvar al sistema. El reto para los que están enfurecidos y angustiados sobre lo que ven en la frontera no es elegir entre opresores, sino bregar a fondo sobre lo que dice este artículo sobre las raíces de la crisis; lo que dice el artículo acompañante sobre la historia de los demócratas y su posición actual sobre este asunto; así como lo que se requerirá para ponerle fin a esto — la revolución.

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Donald Trump ha clausurado al gobierno para conseguir el muro en la frontera. Ese muro fascista no debe ser construido, punto. Si el muro recibe fondos, sea como sea y con las concesiones que sean, eso representaría una mayor escalada de los ataques contra los inmigrantes. Aunque se le considere “simbólico” —y eso es lo que dirán los demócratas cuando y si concluyan un pacto con Trump— de lo que será símbolo es de que a las decenas y cientos de millones de personas que buscan refugio de condiciones creadas por este sistema imperialista se las considerará subhumanas y que hay que impedir que entren en la “comunidad enrejada” de los mismos países que tienen la culpa del desastre. Los símbolos son símbolos porque representan algo. Por ejemplo, se podría decir que obligar a los judíos de la Alemania nazi a ponerse “estrellas amarillas” fue algo “simbólico”, pero ¿qué es lo que representaron? Un programa genocida.

El sistema imperialista oprime a la inmensa mayoría de los pueblos y naciones del mundo. A diario, ese sistema pulveriza el trabajo y la vida de miles de millones de personas en su maquinaria de capital. El sistema libra guerras las cuales crean caos y hacen pedazos el tejido social de esos países. El sistema destruye el medio ambiente en esos países, convirtiendo a zonas enteras del mundo en desiertos mediante el calentamiento planetario. El sistema no tiene respuestas para la crisis que ha creado.

Trump, y toda la marea fascista en todo el mundo es una reacción a todo esto. ¿Pero, cómo se le oponen los demócratas, que al igual que los republicanos son una institución política al servicio del sistema imperialista? Al proponer su programa para la “seguridad fronteriza” —o sea, para impedir que entren los inmigrantes y reprimirlos— con sensores y aviones no tripulados de alta tecnología, en lo que ellos dicen es “la manera de hacer esto en el siglo 21”.

O sea que, los demócratas y Trump están de acuerdo con emplear instrumentos de represión e intimidación para impedir que obtengan asilo personas que huyen de la opresión creada por Estados Unidos en sus países de origen. El artículo acompañante, sobre lo que los demócratas en realidad han hecho cuando han tenido el poder y lo que en efecto proponen hacer hoy, muestra que, de hecho, ellos han sido aún más sanguinarios que Trump (aunque más discretos). Ahora discrepan sobre dos puntos importantes:

Uno, la satanización de los inmigrantes está en el mero meollo del programa fascista de Trump, y es parte de todo un impulso de “hacer que Estados Unidos vuelva a ser blanco”. Trump quiere el muro como una manera de alto perfil y fácil de entender de dramatizar más en general, su embate extremadamente represivo contra los inmigrantes. No debemos olvidar que a pesar de que, hoy mismo, los demócratas e incluso muchos grupos anti-inmigrante, le restan importancia al muro, es un hecho que los muros fronterizos son una parte de imponer brutalmente el apartheid y separación y que el actual muro fronterizo entre México y Estados Unidos, construido en gran medida durante la presidencia del demócrata Bill Clinton, es un sitio en que se han practicado barbaridades y terror contra los inmigrantes. Trump está aprovechando la controversia sobre el muro para movilizar y azuzar a su base fascista.

Los demócratas tienen otra orientación sobre este tema. Se proponen mantener el apoyo de aquellos a los que este programa de limpieza étnica victimiza o asquea, y hacen que sigan pensando y actuando en el marco y horizontes de este sistema. Así que, si bien ellos también aplican políticas extremadamente represivas e incluso asesinas en la frontera, en la medida de lo posible no quieren que el público sepa de sus políticas represivas. Al mismo tiempo, también quieren promover un multiculturalismo multilateralista, que abra las puertas a la inmigración para los que consideran necesarios para su economía y en la proyección del papel de Estados Unidos a nivel mundial. Así que, cuando dicen que el muro es inmoral —lo que es la manera que ven esto los que ellos consideran como su base—, lo que en realidad quieren dar a entender es que “se ve mal”. Como el acompañante cuadro pone en claro, fue el plan propuesto por Bill Clinton el que terminó por atrapar y matar a unos 8.000 seres humanos que migraban por el desierto durante los últimos 20 años y pico.

Dos, el verdadero argumento de los demócratas es que su manera de mantener fuera a los inmigrantes (sensores, aviones no tripulados, redes de informantes) es más eficaz que el muro.

Así que, hay que rechazar completamente y parar el muro, y además, todo el programa y mentalidad que promueve el régimen de Trump y Pence. Pero no lo van a parar los representantes demócratas del sistema que creó 65 millones de refugiados por todo el mundo — o un partido que está de acuerdo con Trump de que sí se necesita “seguridad fronteriza” al mismo tiempo que de manera acostumbrada pisotean la soberanía de los propios países que Estados Unidos domina y oprime mediante guerras y guerras de sustitutos por el dominio de Estados Unidos por todo el planeta.

¿Por qué permitir que las alternativas que ellos y su sistema —entre las fuerzas en contienda de una dictadura capitalista-imperialista en una competencia para ver cuál de ellas sea más capaz de ejercer esa dictadura— nos obliguen, y nos tengan entre tingo y tango? ¿A dónde nos ha llevado esto? ¿Y después de tantos años, a dónde esto ha llevado a las personas desesperadas que hoy sufren en albergues insoportablemente hacinados en Tijuana o en centros de detención “hieleras” en Texas o que están atrapadas en los campos de muerte creados y mantenidos por Estados Unidos, que son Honduras y El Salvador?

Ningún ser humano es ilegal. Lo que necesitamos —y lo que tenemos que proclamar abiertamente y por lo que debemos luchar— es un mundo sin fronteras, lo que quiere decir un mundo más allá de todas las formas de explotación, opresión y de los violentos conflictos antagónicos entre las personas. ¡Lo que necesitamos es la REVOLUCIÓN!

 

Vea estos pasajes en inglés del discurso de Bob Avakian Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución, y de las preguntas y respuestas después del discurso

El Partido Demócrata: “Un importante instrumento de este sistema monstruosamente opresivo”

Pregunta y respuesta: Bob Avakian responde a la gente que se queja de que los inmigrantes cruzan la frontera.

 

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Conozca más sobre este discurso — y organícese para difundirlo.


Aylan Kurdi, 3, se ahogó por la zozobra del botecito inflable que llevaba su familia de Siria a Grecia, septiembre de 2015.


Ataque de policías mexicanos a la caravana de migrantes centroamericanos en su lucha por cruzar la frontera entre México y Estados Unidos, noviembre de 2018. (Foto: AP)


Decenas de miles de migrantes cruzan el Mediterráneo para escapar la guerra y hambruna en los países del norte de África y solicitar asilo en los países europeos. (Foto: AP)


Un refugiado sirio pasa un niño por la cerca de la frontera sirio-turca, junio de 2015. (Foto: AP)


Unos refugiados afganis que huyeron de su país de origen debido a la guerra y hambruna esperan que los inscriban, Peshawar, Pakistán, agosto de 2017. (Foto: AP)


Para un 80% de las personas en Yemen urgen desesperadamente necesidades básicas debido a la pobreza extrema de largo plazo que se ha empeorado drásticamente debido a los ataques de Arabia Saudita avalados por Estados Unidos y la lucha entre otras fuerzas reaccionarias. En la imagen: la gente obtiene agua potable en las calles de Saná. (Foto: YouTube/Naciones Unidas)

El sistema imperialista ha creado 65 millones de refugiados mediante el saqueo y trastorno económico, catástrofe ecológica y guerra.

¡NO es posible reformar este sistema — HAY que derrocarlo!

 

 

 

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