CÓDIGO ROSA: Donald Trump NO está haciendo una “contribución positiva al proceso de paz” — ¡Él, al igual que los neoconservadores y los demócratas que se le oponen, es un imperialista de colmillos ensangrentados

| Periódico Revolución | revcom.us

 

A fines de diciembre, cuando Trump anunció que iba a retirar las fuerzas estadounidenses de Siria y reducir drásticamente la cantidad de tropas en Afganistán, algunos progresistas aclamaron estas medidas como progreso hacia la paz. El grupo activista antiguerra CODEPINK aplaudió la decisión de Trump como “una contribución positiva al proceso de paz” que “disminuye las tensiones entre Estados Unidos e Irán”.

Otros de “la izquierda” sufrieron ataques similares de amnesia; al parecer acababan de olvidarse que se trataba del mismísimo Donald Trump que ha escalado el apoyo de Estados Unidos a la matanza que Arabia Saudita está cometiendo en Yemen, que ha respaldado el asesinato en masa israelí de manifestantes palestinos no armados, que ha intensificado los ataques con aviones no tripulados a un país tras otro, que ha anunciado la muy amenazadora retirada de Estados Unidos de un tratado clave sobre armas nucleares entre Estados Unidos y Rusia, y que se ha preguntado en voz alta por qué no podía usar las armas nucleares Estados Unidos.

Trump no es un “pacifista” o aislacionista, y no está haciendo “lo correcto por razones equivocadas”. Es un representante fascista del sistema capitalista-imperialista. Ese sistema no puede funcionar sin explotar a las masas de la humanidad y luchar con sus rivales para dominar y oprimir violentamente vastas extensiones del mundo. Y el imperialismo estadounidense, en particular, se está topando con límites reales a su capacidad para defender y extender su dominio.

El régimen de Trump y Pence tiene un enfoque diferente al de los imperialistas demócratas (e incluso la mayoría de los republicanos “tradicionales”) sobre cómo hacer que Estados Unidos siga siendo “Número Uno” entre los depredadores mundiales dadas las contradicciones que enfrenta alrededor del mundo. El régimen no tiene ninguna intención de “abandonar” el Medio Oriente, pero tampoco puede mantener el statu quo, las fuerzas estadounidenses estancadas en punto muerto o perdiendo. Así que Trump pretende franquiciar algunas batallas regionales a carniceros aliados como Turquía, Israel y Arabia Saudita, mientras que dirige la maquinaria estadounidense de muerte y destrucción a peces más grandes, con consecuencias potencialmente aún más catastróficas: preparándose ahora para enfrentarse a Irán, mientras se prepara estratégicamente para hacer frente a China.

Último ejemplo: el discurso belicoso del secretario de Estado Mike Pompeo en El Cairo, Egipto el jueves. Aseguró a los clientes despóticos de Estados Unidos en esa parte del mundo que Estados Unidos los respaldaría aún más acríticamente, y que defenderá el dominio regional de Estados Unidos de manera aún más agresiva. Dijo que bajo Obama, “Fuimos demasiado tímidos al afirmarnos”. Aumentó las amenazas a Irán, prometiendo que Estados Unidos “no aliviará nuestra campaña” en su contra, y amenazó provocativamente con “expulsar hasta la última bota iraní” de Siria.

Así que no, las últimas maniobras de Trump no son pasos hacia la paz. Bien pueden aumentar el peligro de una guerra, incluso una guerra cataclísmica.

La razón por la amnesia aparente y el autoengaño real señalados al principio de este artículo no es la ignorancia, sino la resistencia a la verdad de que el imperialismo es un sistema, no un conjunto de políticas. Bob Avakian lo ha expresado agudamente de esta manera:

Imperialismo quiere decir enormes monopolios e instituciones financieras que controlan las economías y sistemas políticos —y la vida de la gente— no solamente en un país sino en todo el mundo. Imperialismo quiere decir explotadores parasíticos que oprimen a centenares de millones de personas, condenándolas a incalculable miseria; financistas parasíticos capaces de hacer pasar hambre a millones simplemente presionando una tecla de una computadora y trasladando de esa manera grandes cantidades de riqueza de un lugar a otro. Imperialismo quiere decir guerra —guerra para suprimir la resistencia y rebelión de los oprimidos, y guerra entre los estados imperialistas rivales—, quiere decir la capacidad de líderes de estos estados de condenar a la humanidad a increíble devastación, quizás hasta la aniquilación total al oprimir un botón.

Y en este momento, cuando diferentes facciones dentro de la clase dominante de Estados Unidos luchan por la supremacía, incluido sobre cuál política mejor logrará los objetivos imperialistas, deberíamos también tener presente la segunda parte de esa cita:

El imperialismo es el capitalismo en la etapa en que sus contradicciones básicas han alcanzado un nivel extremadamente explosivo. Pero el imperialismo también significa que habrá revolución —el levantamiento de los oprimidos para derrotar a sus explotadores y atormentadores— y que esta revolución será una lucha mundial para barrer a ese monstruo global, el imperialismo. (Lo BAsico 1:6)

 

Trump no es un “pacifista” o aislacionista, y no está haciendo “lo correcto por razones equivocadas”. Donald Trump ha incrementado el apoyo estadounidense a la matanza de Arabia Saudita en Yemen, como se muestra aquí, 2017. (Foto: AP)

Imperialismo quiere decir enormes monopolios e instituciones financieras que controlan las economías y sistemas políticos —y la vida de la gente— no solamente en un país sino en todo el mundo. Imperialismo quiere decir explotadores parasíticos que oprimen a centenares de millones de personas, condenándolas a incalculable miseria; financistas parasíticos capaces de hacer pasar hambre a millones simplemente presionando una tecla de una computadora y trasladando de esa manera grandes cantidades de riqueza de un lugar a otro. Imperialismo quiere decir guerra —guerra para suprimir la resistencia y rebelión de los oprimidos, y guerra entre los estados imperialistas rivales—, quiere decir la capacidad de líderes de estos estados de condenar a la humanidad a increíble devastación, quizás hasta la aniquilación total al oprimir un botón.

El imperialismo es el capitalismo en la etapa en que sus contradicciones básicas han alcanzado un nivel extremadamente explosivo. Pero el imperialismo también significa que habrá revolución —el levantamiento de los oprimidos para derrotar a sus explotadores y atormentadores— y que esta revolución será una lucha mundial para barrer a ese monstruo global, el imperialismo.

Bob Avakian, Lo BAsico 1:6

 

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