Una “ola” — ¿de hipérbole y delirio?
O lo que la humanidad necesita: ¡una revolución REAL!

| Periódico Revolución | revcom.us

 

El sábado 19 de enero, decenas de miles de mujeres y hombres marcharon por todo Estados Unidos. La siguiente declaración fue parte de un desplegado de REVOLUCIÓN del que se distribuyeron muchos miles en ciudades de todo el país.

A todos aquellos que han acudido a la Marcha de las Mujeres enojados y angustiados por lo que les está pasando a las mujeres y a los miles de millones de personas en todo el planeta...

Se les está manipulando. Esta marcha no los llevará a ninguna parte — al menos no los llevará a ninguna parte buena. No nos hace falta una “ola” que terminará por deslizar nuestra ira y deseo de luchar de vuelta hacia los límites del sistema el cual causa los problemas en primer lugar. Nos hace falta una revolución real.

Por todo el mundo, las mujeres aspiran a romper y liberarse de las cadenas de la dominación masculina. Exigen cada vez más ser tratadas como seres humanos plenos en cada esfera. No obstante, se les está haciendo retroceder forzosamente en todos los frentes, y aquellos que dicen que las representan las están engañando y desviando.

No es de extrañar que las mujeres se vistan de “criadas” en las protestas cuando:

  • los gobiernos por todo el mundo están reprimiendo activamente el derecho más fundamental de una mujer a decidir si tener un hijo, y cuándo, con la Corte Suprema de Estados Unidos cada vez más infestada de jueces que tienen la intención de derogar este derecho básico;
  • una de cada tres mujeres será víctima de agresión sexual o física en algún momento de su vida;
  • decenas de millones de mujeres y niñas son víctimas de compraventa en la industria global multimillonaria del tráfico sexual;
  • cientos de millones de mujeres están atrapadas en el trabajo de esclavos virtual, al trabajar en maquiladoras o en el campo, o como empleadas domésticas, donde el acoso y el asalto sexuales son el precio de la supervivencia; otros cientos de millones de mujeres con mejores empleos, o en situaciones profesionales y las artes, o en escuelas también enfrentan discriminación, acoso, abuso y agresión, como se ha manifestado gráficamente en el último año;
  • las relaciones sociales entre hombres y mujeres en todas las esferas, del hogar a la cultura en su conjunto, están saturadas de la supremacía masculina pútrida y la “cultura de machos”;
  • Los fundamentalistas religiosos de la Edad de las Tinieblas con sus ataques aún más abiertamente represivos contra las mujeres se han metastatizado cada vez más en las camarillas gobernantes en varios países importantes, con el régimen de Trump de Pence como ejemplo primario.

Pero en todas partes, incluso en la “Marcha de las Mujeres”, nos vemos inundados de necedades triunfalistas ante este horror cada vez más intenso. La Marcha de las Mujeres de 2019 proclama con gran orgullo que “La Marcha de las Mujeres de 2017 inspiró a cientos de mujeres a postularse, a millones más a votar y a docenas a ganar cargos electos”; y que “la Marcha de las Mujeres de 2019 se cumple dos años de resistencia a la presidencia de Trump, dos años de entrenamiento de nuevas activistas y dos años de creación de poder, y en esta ocasión volveremos con una agenda”.

Esta idea de que si uno simplemente se activa en el trabajo dentro del sistema, puede tener un impacto determinante es un engaño muy gastado y trillado, pero se reconfigura cada vez que la gente se levante, cada vez que anhele el cambio. Es la forma número uno de embaucar y confundir a la gente para que piense que es posible hacer que este sistema funcione para el bien de las masas de personas.

No es así. La opresión de las mujeres está entretejida en la trama del capitalismo-imperialismo, y uno no puede eliminar en lo fundamental lo uno sin deshacerse de lo otro. [Vea aquí por qué es así, vídeo en inglés.] Estos horrores, entre muchos más, son completamente innecesarios en esta etapa de la historia. El sistema del capitalismo-imperialismo los mantiene en marcha, y no unos cuantos hombres o algunas políticas necias que se pueden cambiar fácilmente. ¡Todo esto NO clama por el reemplazo de algunos hombres en la cúpula de ese sistema por algunas mujeres, sino clama por el derrocamiento de ese sistema!

Piénselo: las mujeres han encabezado a gobiernos por todo el mundo, de India a Alemania, de Brasil a Gran Bretaña (vea: "Las 'olas de mujeres' del pasado ¡¡Conozca su historia, y NO la repita!!"). Pero ¿esto ha cambiado fundamentalmente las condiciones de las masas de mujeres, o de la gente más en general, en cualquiera de estos países? ¡NO! ¿Por qué? Porque no importa a quiénes se logre poner en esa posición, tienen que jugar y gobernar de acuerdo a las reglas del sistema, o el sistema no funcionará y es probable que se vean obligados a dimitir antes de eso.

Lo importante NO es dejar de luchar. Lo importante es ver y desarrollar esa lucha como parte de algo más grande: hacer la revolución, derrocar (y no reformar) este sistema, con el objetivo de emancipar a toda la humanidad.

Y la posibilidad de una revolución es real. Hay una Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte que dice claramente lo siguiente en su preámbulo, como parte de los principios fundamentales de la nueva sociedad:

La opresión de la mujer surgió junto con la aparición de las divisiones explotadoras de clase entre los seres humanos hace miles de años, y en todas las sociedades dominadas por clases explotadoras se ha mantenido y se ha arraigado profundamente, y fue un rasgo pronunciado de los Estados Unidos de América imperialistas y de su dominio e influencia en el mundo. Abolirla y arrancarla de raíz es uno de los objetivos más importantes de la Nueva República Socialista en América del Norte. Eso se concreta en la igualdad legal completa entre la mujer y el hombre, pero más allá de eso, en la declarada orientación y política de esta República de superar todas "las cadenas de la tradición" encarnadas en los papeles y divisiones tradicionales de género y en todas las relaciones opresivas correspondientes, en toda esfera de la sociedad, y de facilitar que las mujeres participen y contribuyan, tan plenamente como los hombres, a todo aspecto de la lucha para transformar la sociedad y el mundo con el fin de arrancar de raíz y abolir todas las relaciones de opresión y explotación y emancipar a toda la humanidad.

Esa Constitución es obra de Bob Avakian, BA, quien ha desarrollado un nuevo comunismo y quien dirige la revolución en Estados Unidos. Como parte crítica de este trabajo, BA ha realizado un conjunto extenso y pionero de obras sobre las raíces de la opresión de las mujeres y las formas específicas en que está vinculada por mil hilos a este sistema capitalista en el que vivimos hoy. Ha sacado lecciones críticas de la experiencia revolucionaria del pasado, y ha desarrollado un análisis más profundo de lo que tiene que hacer una sociedad socialista para llevar adelante la lucha, después de que la revolución haya triunfado, para romper por completo todas las cadenas y emancipar a toda la humanidad. Si uno en realidad va en serio para poner fin a la opresión de las mujeres y de toda la humanidad, pues tiene que entrar a la revolución y entrar a BA.

La revolución no será fácil. Implicará un esfuerzo tremendo y sacrificios reales, tendrá que enfrentar curvas, giros y vaivenes y solucionar muchos problemas complejos; pero ES posible. (Vea CÓMO PODEMOS GANAR — Cómo en concreto podemos hacer una revolución, del Partido Comunista Revolucionario.) Nosotros podemos crear un mundo nuevo, en el que toda la humanidad podría florecer. ¡Súmese a los que ya se han puesto en camino para hacerlo!

Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución (en inglés)

¿Por qué es que la propiedad privada de los medios de producción resulta en la opresión de las mujeres?

Una pregunta y respuesta con
Bob Avakian

Corto de Bob Avakian: “Más postales del ahorcado— Los horrores perpetrados contra la mujer bajo este sistema” (en inglés)

Para leer el texto en español de este corto del discurso Habla BA: ¡REVOLUCIÓN, Y NADA MENOS!, haga clic aquí.

 

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